domingo, 20 de diciembre de 2009

SATURNO, MAESTRO Y PURIFICADOR


Cuando, hace millones de años, el hombre-animal aún sin lo que hoy llamamos mente razonadora, eligió el sendero del egoísmo y del mal rechazando así la ayuda y advertencias de las Jerarquías Creadoras que guiaban nuestra evolución, caímos en lo que conocemos como MAL. Desde entonces hemos evolucionado renaciendo en un cuerpo físico para aprender a discernir entre el bien y el mal, para desarrollar la mente y la voluntad, y para experimentar como base imprescindible para todo lo demás. Caímos en el aspecto más animal que se puede caer y, por tanto, debemos aprender a salir y a desarrollar todas nuestras virtudes como humanos y todos los poderes latentes del Espíritu. Aunque desde aquella caída hemos espiritualizado un poco nuestro carácter y hemos desarrollado, también en parte, la razón y la voluntad, aun nos debatimos entre la luz y la oscuridad, entre el amor y el odio, entre el dolor y la felicidad.
Los que son inconscientes de lo que voy a tratar en esta conferencia intentan evitar constantemente cualquier cosa que no le satisfaga y, por tanto, que le perjudique. Estos viven en la ignorancia de la verdad y están inmersos en el disfrute de la vida, de los placeres y de sus vicios y malas costumbres, pero no saben que, además de evolucionar poco, están causándose un gran sufrimiento a sí mismos. También suelen pensar que todos sus problemas proceden de otras personas, de su familia y de un Dios injusto y no admiten que (como pueden ver en otras personas) cuanto más culta inteligente y evolucionada es una persona mejor destino tiene. Es cierto que algo de razón tienen en alguna de sus opiniones pero no comprenden que la solución no está en el exterior sino en el interior de las personas, en uno mismo.
Cuando el hombre comienza a analizarse y a conocerse es cuando descubre que hay unas Leyes Divinas que nos ayudan cuando vamos por el buen camino y que nos obstruyen y causan dolor cuando vamos por el sendero del mal. Estas Leyes son los agentes de Dios, las Jerarquías administradoras de la Voluntad de Dios, las que hacen que se cumpla el Plan que Dios creó para nosotros (sus hijos) y los que nos dan lo que nos corresponde como efecto de lo que sembramos en cada vida. Estas Jerarquías están representadas en la astrología por los signos y los planetas siendo los planetas los que más directamente actúan sobre nosotros. Por otro lado, tampoco se trata de culparnos a nosotros mismos de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, sino de hacernos más responsables de nuestros actos, de fortalecer nuestra voluntad para no dejarnos llevar por lo negativo y de razonar detenidamente todo lo que hacemos, hablamos y pensamos.
Por mucho que intentemos escapar de los problemas o refugiarnos en vicios e irresponsabilidades, no podemos evitar que vuelva a nosotros el efecto de nuestras casusas pasadas, la solución está en el desarrollo de las virtudes representadas por los planetas, o lo que es lo mismo, colaborar con las Jerarquías Divinas que trabajan con las fuerzas planetarias para que alcancemos la perfección cuanto antes. Si actuamos negativa e irresponsablemente Saturno obstruirá lo que sea oportuno para que reflexionemos y encontremos la solución que las Jerarquías desean para que así nos liberemos del mal karma cuanto antes. Si despreciamos la vida y abortamos, Saturno hará que cuando lo deseemos de todo corazón en otra vida no podamos tener hijos o éstos fallezcan al poco tiempo de nacer. Si actuamos con buena voluntad y somos generosos, el Sol hará que en otra vida obtengamos un buen puesto y una buena posición en la sociedad…
Saturno siempre ha sido muy significativo entre los planetas, ha sido incomprendido, mal interpretado, el maléfico para algunos astrólogos, el administrador del karma para otro y el regenerador o purificador para el astrólogo esotérico. Saturno es un liberador, es el que nos hace descubrir la verdad de la vida como puede ocurrir con el preso que reflexiona en la cárcel y toma la determinación de enderezar su destino cuando salga de la misma. Podríamos decir incluso que es un arquetipo que representa nuestros miedos, la soledad, la ignorancia, la timidez, etc. que nos domina y que no nos permite actuar como la gran mayoría de las personas hasta que no lo venzamos y desarrollemos las virtudes que Saturno representa. Una vida equivocada puede convertirse en lo mencionado anteriormente en la siguiente, pero trabajar con lo positivo de Saturno puede sacarnos y hacernos ver que la vida es digna de ser vivida. Los karmas maduros y deudas representadas por Saturno en el horóscopo de una vida tienen como misión transformar nuestra personalidad y nuestro carácter y hacer que seamos más responsables a la hora de actuar. Saturno nos hace madurar, acelera nuestro desarrollo como nosotros aceleramos el de nuestros hijos cuando cumplen las reglas y buenas costumbres que les inculcamos, hace que busquemos lo que es recto y justo, que utilicemos más el discernimiento y que sepamos elegir siempre el camino más recto.
Normalmente se habla de planetas maléficos y benéficos, a Marte, Saturno, Urano y Plutón se les considera maléficos mientras que a Venus, Sol y Júpiter se les considera muy benéficos. Sin embargo, ninguno de ellos es bueno o malo sino que representan aspectos de la conciencia que nosotros debemos experimentar y asimilar a través de la evolución. Su mal aparente es un bien en formación puesto que en Dios no puede existir el mal.
También es un error pensar que las influencias de los planetas entorpecen nuestras vidas. ¿Qué sería del ser humano si toda su vida fuera disfrute y placer? Hemos venido aquí para adquirir experiencia y si comprendemos lo que representan los planetas en nuestro horóscopo y destino, sabremos que sin ellos no podemos adquirir ningún tipo de experiencia ni desarrollo. Los planetas y signos astrológicos son, para la mayoría de las personas, simples elementos astronómicos, pero para el ocultista o astrólogo espiritual son las representaciones de unas Jerarquías creadoras que están muy por encima de la humanidad.
Estas Jerarquías guían el desarrollo de la humanidad y son ellos los que cuando un individuo se desvía de la línea que debe seguir, hacen lo necesario para que vuelva, de ahí la fama de obstructor de Saturno. Imaginemos a una persona que le toca la lotería (porque hizo méritos en otra vida) y que se entrega a toda clase de placeres como el alcohol, tabaco, comidas sin control o incluso drogas. Esta persona está maltratando su cuerpo y derrochando el dinero sin razonar, por tanto tiene que aprender la lección de saber cuidar su cuerpo y administrar su dinero. Entonces, un aspecto de cuadratura de Saturno puede hacer enfermar y dar tiempo suficiente para pensar en la cama sobre el porqué de la enfermedad. De esta forma, es posible que se aprenda la lección de que no se puede abusar de lo que metemos por la boca y que debemos ser más cuidadosos con el dinero porque nos podemos quedar en bancarrota.
Si esta persona se ha quedado de verdad sin dinero, el futuro será peor porque a partir de ahí tendrá que valerse de lo poquito que consiga, valorando entonces inmensamente lo poco que sea. ¿Qué ha ocurrido en realidad? Que ha perdido la fortuna y ha enfermado, pero a cambio el mundo ha ganado un trabajador que valorará lo material como necesario y se alimentará de una forma más equilibrada, dicho de otra forma, ha aprendido en esta misma vida unas lecciones que, de ser de otra forma hubieran sido peor en la próxima.
¿Podemos conceptuar a Saturno como obstructor? Yo diría que más bien es un gran benefactor, actúa con nosotros como unos buenos padres actúan con sus hijos porque, aunque les pueden castigar, lo hacen con amor y por su propio beneficio. Así ocurre con todo lo que nos acontece en la vida o en lo que vemos de “malo” en nuestros horóscopos. Pero hay un hecho importante, y es que cuanto más nos esforcemos por aprender y colaborar con los astros, menos nos influyen negativamente, o lo que es lo mismo, cuanto más tomemos conciencia de su naturaleza espiritual más libres seremos para formar nuestro propio destino. Este es uno de los motivos por el cual deberíamos estudiar astrología y comenzar a trabajar con lo que llamamos cualidades de los planetas y signos.
Saturno nos puede traer problemas, pero con ellos hace que desarrollemos la persistencia, la paciencia, la fortaleza interna que nos servirá para afrontar otros problemas, y resistencia a la enfermedad gracias a los karmas maduros que nos produce.
A Saturno se le considera Maestro y purificador porque su influencia tiende a guiarnos para que alcancemos cuanto antes el estado de conciencia de nuestro verdadero ser, el Espíritu. Es considerado el Señor del Karma porque nos obstruye y limita para que aprendamos discernir y a ser más maduros y responsables, y porque nos presenta la cosecha de lo que sembramos en otras vidas y las deudas de lo que no cumplimos para que desarrollemos la voluntad y el coraje necesario para comprender los hechos. En definitiva, nos impulsa hacia la liberación del karma y del renacimiento. Saturno nos hace comprender que lo que más rechazamos y de lo que más huimos es lo que tenemos que aprender y que hacer frente para comprender su enseñanza.
La verdadera libertad solo existe en los mundos superiores aunque aquí lo veamos de otra forma gracias a que tenemos voluntad y libre albedrío y esa libertad del espíritu no la podremos vivir hasta que, por medio del cumplimiento de las Leyes Divinas terminemos con el renacimiento y alcancemos esos planos. Tenemos dos opciones, seguir actuando en contra de las virtudes representadas por los planetas y por tanto sufriendo el efecto de nuestros errores; o esforzarnos por desarrollar las virtudes del Espíritu y colaborar con las Jerarquías planetarias para alcanzar la felicidad interna y la sabiduría necesaria para hacernos colaboradores de Dios.
La mayoría de la humanidad se deja llevar por las influencias estelares, prefieren decir ¡yo no puedo cambiar, lo tengo así escrito en mi horóscopo! No quieren darse cuenta de que, en la mayoría de los casos, podemos cambiar nuestro destino. Por eso es tan fácil diagnosticar para el astrólogo pero según vayamos tomando conciencia de la naturaleza espiritual de los astros y nos hagamos más libres, más difícil será predecir el futuro de una persona.
Los astros no nos obligan a actuar en determinada línea, sino que nos auxilian en la evolución que estamos haciendo vida tras vida. Estas grandes inteligencias, que en la literatura cristiana se llaman los Siete Espíritus ante el Trono, están cumpliendo los mandatos divinos para que el ser humano llegue cuanto antes a la perfección. Según vamos cambiando también cambia su influencia sobre nosotros, aunque eso no quiere decir que porque abandonemos el cuerpo en lo que llamamos muerte dejen de influenciarnos.
Cuando vamos a renacer aceptamos un destino en el Mundo del Pensamiento, y ese destino está basado en las causas principales de la anterior vida más toda una serie de oportunidades y posibilidades donde podremos poner en práctica lo que conocemos como “epigénesis”. Si aprendimos las lecciones de nuestra vida pasada, Saturno no nos apretará las clavijas, pero si hicimos mucho mal, si no quisimos ser responsables, y si no aprovechamos las oportunidades, entonces Saturno nos aprisionará de tal forma que no tendremos otro remedio que aprender las lecciones de una forma más severa.
Algunas personas cansadas de sufrir las aflicciones de Saturno se preguntan que si hay alguna manera de suplicar a estas Jerarquías superiores. La respuesta es sí y el único medio es la oración. La oración es el medio que nos han dado precisamente esas jerarquías, para que actúe como intermediaria entre nosotros y Dios, es la que intercede, pero claro, estas Jerarquías no están para servirnos cuando nosotros queramos ni para darnos lo que deseemos. Cuando la oración está de acuerdo con el propósito divino, podemos esperar alguna respuesta (normalmente, si la meceremos) pero si la petición no está de acuerdo con la voluntad divina, la conexión no llega a efectuarse y no obtenemos respuesta. Lo mismo que un país tiene embajadores en otros países, así estás Jerarquías tienen sus embajadores planetarios en la Tierra, éstos son Arcángeles (de la misma oleada de Espíritus que Cristo) excepto uno que es el Ángel Gabriel, el embajador de la Luna. Por consiguiente, estos son los embajadores de los planetas de nuestro sistema solar:

Ithuriel es el embajador de Urano
Cassiel es el embajador de Saturno
Zachariel es el embajador de Júpiter
Samael es el embajador de Marte
Anael es el embajador de Venus
Raphael es el embajador de Mercurio
Miguel es el embajador del Sol
Gabriel es el embajador de la Luna.

Urano rige el progreso, el cambio, la universalidad, la tecnología, el altruismo, la amistad y la libertad.

Saturno rige la obstrucción o limitación como karma, el deber, el sufrimiento, la responsabilidad, la ciencia, el orden y el honor.

Júpiter rige la benevolencia, la justicia, la religión, la administración, los ideales elevados y los viajes largos.

Marte rige la acción, la energía, los deseos, la empresa, la ingeniería, la mecánica y el coraje.

Venus rige el afecto, la armonía, la belleza, las finanzas, las artes, la cultura y la moralidad.

Mercurio rige la razón, la comunicación, los documentos, los viajes cortos, los vecinos y hermanos y la inteligencia.

Sol rige la autoridad, el propósito, la fuerza de voluntad, la nobleza, los hombres, el éxito, la verdad y la salud en el hombre.

La Luna rige la salud en la mujer, la fecundación, la vida doméstica, los hábitos, los alimentos, la mujer y la memoria.
(ver otros aspectos planetarios que también rigen dichos planetas)

Entre Dios y nosotros hay muchas Jerarquías que actúan en Su Nombre, ellas son las encargadas de guiar la evolución de la humanidad. Podríamos decir que los embajadores están, en parte, para atender las súplicas no egoístas de la humanidad, pero como su labor se relaciona con las cosas importantes de nuestra vida cotidiana, entonces encargan la mayoría de las respuestas a los Auxiliares invisibles que trabajan también auxiliando a sus hermanos en la Tierra.
El astrólogo ocultista, sin embargo, sabe que hay un medio para conectar con esos embajadores, esto es por medio de las tablas horarias de astrología (ver astrología científica simplificada) Dependiendo con qué embajador desee contactar y de acuerdo a la naturaleza de su petición, estudiará las horas planetarias cuando esos astros predominen y hará su petición en ese momento; petición que, como es natural, no será egoísta sino que siempre será para el bien de los demás y para su iluminación espiritual pero pensando en utilizarla para ayudar al prójimo. Naturalmente, que es recomendable actuar humildemente y decir: “Que sea tu voluntad ¡Dios mío! Y no la mía”. Entonces es más fácil que nos venga la respuesta o que seamos guiados de alguna manera hacia la solución.

Francisco Nieto

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