domingo, 30 de diciembre de 2012

EL ASPIRANTE ESPIRITUAL Y SU OBRA (II)



Por mucho que se quiera olvidar el mal que atormenta en la consciencia, no se conseguirá definitivamente hasta que no se destruya aquello que nos hizo creer que ese mal éramos nosotros o era una correcta acción por parte nuestra. Cuando el aspirante comienza a hollar el sendero ya no debe dar importancia al mal obrar del pasado sino cumplir responsablemente y con sentido del deber lo que la Ley de Consecuencia la traiga. Ahora se trata de poner orden y mando en los cuerpos internos para que nuestra vida esté basada en el amor y en el servicio desinteresado al prójimo. Rememorar el mal del pasado solo trae sufrimiento y remordimiento que ya no sirven para nada, ahora se trata de ver la vida con otra perspectiva, una perspectiva que nos relaciona con la Vida Divina y con la Obra de Dios. Ahora se trata de silenciar en la mente todo pensamiento que no esté de acuerdo con el ideal divino; de eliminar de nuestra vida los sentimientos y deseos que nos llevarán a la oscuridad en el pasado; de estar atentos plena y conscientemente a lo que sentimos, hablamos y pensamos para no volver a hacer mal en el mundo.



Cuando actuamos en esta línea, los agentes de Dios y las fuerzas espirituales que cubren el universo acuden a la llamada de nuestra luz y nos facilitan las cosas para que no nos falte aliento, peor ni debemos perder la fe ni debemos pensar que otro puede llevar nuestra carga. Hay que olvidarse de servir al cuerpo físico y a determinados deseos y pensamientos egoístas para dedicarse al Alma, al Yo superior, y así compartir su esplendor y su gloria. Es necesario situarse por encima de todas las miserias y materialismos del mundo para tener fe y confianza en alcanzar nuestros ideales más elevados. De esta manera nuestra vida será reconfortante, intensa y llena de oportunidades para demostrar nuestro amor y nuestra nobleza.


La motivación y el cumplimiento del deber son dos de los aspectos que mueven el mundo, y el aspirante así debe tomarse su trabajo, sea cual sea, porque todas las profesiones cumplen una labor importante en la evolución pero este aspirante debe poner la voluntad del Espíritu para trabajar en la Gran Obra en vez de hacerlo para su propio beneficio personal pues, todo lo demás le será dado por añadidura. Si cada persona del mundo trabajara como si fuera un deber y con lealtad a Dios, se acabarían muchos problemas de los que creamos entre nosotros mismos por no cumplir con nuestro deber responsablemente. Debemos ser imitadores de lo superior y ser conscientes de que todo lo manifestado y toda la evolución alcanzada hasta ahora por la humanidad ha sido gracias al sacrificio de nuestro propio Dios y de toda una serie de Jerarquías y Hermanos Mayores que han puesto su vida a disposición de la Gran Obra. Al igual que han hecho estos grandes seres debemos hacer nosotros si queremos acelerar nuestro desarrollo. Nuestras vidas deben ser útiles al mundo material y al espiritual porque todas nuestras acciones deben ser hechas como un sacrificio para la mejora de nuestros hermanos (aún inconscientes de estas verdades) y para la espiritualización del mundo; eso entra en el trabajo que lleva a la perfección.


Por ninguna mente de los aspirantes deberían pasar pensamientos de fracaso o derrota. Cuando el trabajo, el sacrificio y el cumplimiento del deber se hacen para colaborar con el Creador de este mundo no cabe el fracaso siempre que se intente. Deberíamos sentirnos orgullosos de ser conscientes colaboradores de la Ora Divina y de sentirnos “llamados a trabajar por el bien de nuestros hermanos.” Quizás nos vengamos abajo alguna vez, pero lo realizado dará sus frutos, sin embargo, no debemos permitir que el egoísmo y que el materialismo nos vuelva a dominar porque eso nos alejaría del Sendero. Dios está en el ermitaño y en el que dedica su vida a la oración, pero mayor sacrificio y mejor cumplimiento del deber hace el que vive entre otros amando, sirviendo y haciendo las cosas como si fueran para Dios. Al igual que el escultor da forma a su idea, nosotros debemos tener la consciencia en las cosas de Dios para que nuestro trabajo demuestre que en nosotros está la idea divina. Todos estamos evolucionando pero el que es consciente de que somos parte de Dios y, por tanto, parte de Su obra intenta esculpir la imagen divina en el templo interno de su cuerpo físico. Solo nosotros podemos manifestar la belleza y la armonía del Alma y eso solo se puede conseguir anhelando y manteniendo en el corazón los ideales espirituales para ponerlos en práctica en cada momento de nuestra vida.


Pero está claro que debemos alcanzar cierto desarrollo interno para poder ser colaboradores de las Jerarquías y Seres que gobiernan los destinos de la humanidad, y para ello debemos esforzarnos hasta que obtengamos alguna ayuda o respuesta. Ser colaborador de la Obra de Dios necesita también cierta preparación como, por ejemplo:


1º.- Esforzarse y sacrificarse para encontrar y ahondar en la Verdad, requisito imprescindible para hacer un trabajo superior.

2º.- Gobernar la mente concreta hasta tal punto que solo se use para lo necesario en el mundo físico y de manera consciente ya que así se manifiesta su aspecto abstracto y el Yo superior a través de él.

3º.- Abrir un canal (intuición e inspiración) que comunique los mundos superiores con la mente para ser instrumentos de Dios en la tierra y para recibir instrucciones.

4º.- Elevar la vibración de los vehículos inferiores para que sean verdaderas herramientas del Alma; esto es: Un cuerpo físico sano; un cuerpo de deseos cuyos deseos y sentimientos estén en armonía con la Obra Divina; y una mente controlada para que no piense por sí misma ni pierda el tiempo en críticas, enjuiciamientos ni en hechos pasados o futuros innecesarios.

5º.- Vivir todo el tiempo en lo interno, conscientes en cada aquí y ahora para actuar como conciencia y en lugar del Yo superior, consiguiendo así vivir en lo superior pero trabajando en este mundo irreal.

6º.- Trabajar en medio del tumulto del mundo y del ruido de la mente hasta alcanzar cada vez mayor iluminación gracias al servicio amoroso que se pueda hacer allá donde nos encontremos.

Francisco Nieto

lunes, 17 de diciembre de 2012

EL ASPIRANTE ESPIRITUAL Y SU OBRA (I)






Quien en la presente vida ha encontrado alguna escuela preparatoria o ha descubierto algún motivo que le ha hecho reflexionar hasta el punto de comenzar y tomar en serio el camino de espiritualidad que lleva a la iniciación o, al menos, a un cambio de vida, se ha podido dar cuenta de que si no se sacrifica y no se tiene persistencia poco desarrollo se puede alcanzar. La mayoría de los aspirantes espirituales que deciden tomar la iniciativa comienzan con mucha fuerza e ilusión y están pendientes de sus acciones y expresiones para no hacer el mal, pero al cabo de un tiempo, gran parte de ellos lo dejan con el falso pretexto de no tener tiempo o de que tienen muchos problemas que les afectan a su estado mental y emocional. Sea una cosa o sea otra es falso porque el desarrollo espiritual no puede impedir (más bien lo contrario) que se cumpla con los deberes terrenales ya que éste es una actitud del hombre hacia la vida, y si esta actitud es positiva nada puede perjudicar. Uno de los mayores errores está en el hecho de separar lo terrestre de lo espiritual porque cuando uno se centra en los quehaceres y problemas y se olvida de lo interno y espiritual, es cuando se crean dos bandos aparentando ser uno real (en este caso el terrenal) y otro irreal o poco atractivo. El espíritu es la vida y lo terrenal tiene que ver con la forma, por tanto, todo lo que somos y hagamos debería ser expresión de la vida del Espíritu.


Cuanto más nos hagamos conscientes de nuestros actos, de lo que sentimos y de lo que pensamos, más capaces seremos de actuar desde la posición del Alma hacia lo terrenal, por muy pesada o aburrida que sea una tarea se puede hacer con buenos sentimientos, deseos y pensamientos. El mundo es la expresión de la conciencia, de la vida y de la mente de Dios y nosotros, como partes dinámicas en este mundo terrenal, deberíamos considerarnos Sus Manos colaboradoras en el Plan Divino que Él tiene para nosotros. Cualquier persona, sea cual sea su profesión o sus quehaceres diarios, puede hacerlos con amor y consciencia. Consciencia porque uno de los mayores adelantos espirituales viene del hecho de observarse a sí mismo como algo aparte y por encima de sus cuerpos incluyendo la mente, así se analizará y corregirá; y con amor porque siempre debe tener la intención de hacer todo como si fuera para Dios. Es decir, se trata de ver la vida divina (la raíz de todo lo creado) en todo lo que nos rodea para respetarla, cuidarla y desarrollarla. Si no escuchamos y vemos la obra de Dios en todo lo manifestado y en nosotros mismos es porque estamos sordos y ciegos pero no será porque algo material lo impida. Esa sordera y ceguera está en nosotros por habernos olvidado de que Dios está en todas partes y por no recordarnos a nosotros mismos como un Espíritu creado por Dios situado por encima de las actitudes, sentimientos, emociones, etc.


Cada persona renace en el lugar y en las circunstancias adecuadas para su desarrollo moral, físico, mental y espiritual como efecto de lo que ha sido y hecho en sus anteriores vidas. Dios no castiga ni sus agentes administradores del karma tampoco le ponen piedras para que tropiece si no se las merece. Los problemas de cada uno han sido creados por ellos mismos y tienen la parte positiva de que su solución será una experiencia que aumentará su desarrollo. Los deseos inalcanzables causan sufrimientos porque su creador los tiene y porque quizás le falte conformismo o humildad. Las discusiones o enfrentamientos surgen por no controlar nuestra impulsividad, nuestras palabras o nuestros resentimiento entre otros. Los problemas, lo que nos disgusta o lo que nos aflige, por tanto, tienen su origen en nosotros, principalmente, por no analizarnos y poner manos a la obra para corregir nuestros propios defectos a la vez que llevamos a la práctica nuestros más elevados ideales con todas nuestras mejores intenciones y deseos.


Precisamente todo lo que nos rodea y nos ocurre es así para atraer nuestra atención con tal de que utilicemos el discernimiento y hagamos de ese objeto u hecho una buena obra. El problema surge cuando nada nos atrae como oportunidad espiritual o cuando solo tenemos deseos y pensamientos egoístas y materialistas que nos hacen olvidar la vida divina que existe en todo. Entonces es cuando es necesario buscar algo nuevo que estimule el aspecto espiritual interno, nuestra voluntad y nuestros deseos de superación. Lo que nos rodea y las circunstancias se tienen que convertir en oportunidades de desarrollo porque, en todo hay un motivo para la acción y esa acción hay que cumplirla desde el punto de vista del deber y no de la recompensa material o personal. La persona que solo piensa en acumular riqueza y cosas materiales termina siendo dominado por ese deseo y obsesionado por esa clase de pensamientos.


Una persona así esclaviza su vida y su cuerpo con tal de conseguir más, su mente es poderosa sobre todos sus asuntos porque se concentra en ellos y sabe discernir con tal de aprovechar una oportunidad y ganancia. Cuando se acaban los ingresos de un sitio busca la manera de obtener ganancias de otro y persiste y no deja de intentarlo si hay problemas, fortaleciendo así también su voluntad. Ahora surge la pregunta: ¿Por qué no hace eso mismo respecto al trabajo espiritual y sobre sí mismo? Es más ¿Para qué sirve todo eso? Una persona así no tarda en darse cuenta que lo material no le quita el sufrimiento ni las tristezas que por otras cosas tiene, no le aporta felicidad ni satisface ese “algo” que de vez en cuando le pide otra clase de alimento que no sea material. Por tanto, todo por lo que lucha una persona así termina siendo una carga para ella, y es esa carga creada por ella misma (problema) la que le tiene que hacer consciente de la belleza de la vida, del orden divino y del valor del servicio amoroso y desinteresado a los demás.


Es necesario, pues, para todo aquel que aspira a la vida superior y a ser colaborador en la Obra de Dios que busque un motivo de realización en todo lo que le rodea y en sí mismo. Lo positivo, la luz, se encuentra en todas partes y cuando uno penetra en la luz desaparece la obscuridad que hasta entonces le mantenía ciego. El hecho de sentir deseos de desarrollo espiritual ya es motivo suficiente como para buscar esa luz; es más, quien lea estas líneas es porque algo en su interior le quiere hacer ver que hay una vida superior que alcanzar. El sendero de espiritualidad transciende lo miserable y vulgar para apreciar lo verdaderamente importante, esto es hacer todo con amor y con espíritu de servicio a Dios y a los demás. De esta forma se aclaran las dudas, los prejuicios, las falsas creencias, el sufrimiento y la falsa visión del mundo. Este sendero lleva a comprender que cada uno es el que ara la tierra y siembra lo que, al cabo de un tiempo, será su cosecha; que cada uno de nosotros somos creadores del bien o de mal en pensamiento, palabra y obra; que solo nosotros tenemos la libertad y el libre albedrío de colaborar o no con la Obra de Dios; y que solo nosotros y con lo mejor voluntad (sin culpar a nadie de nada) debemos hacer frente a las circunstancias y consecuencias.

Francisco Nieto

domingo, 2 de diciembre de 2012

HÉRCULES el hijo de Dios encarnado (y II)



(Interpretación esotérica de la película  de Walt Disney)

El mal o Hades no está en el cielo sino que hace su trabajo en el mundo de los mortales por encargo de Zeus, rey de los dioses. Hades es el mal que nos prueba y nos hace caer pero que a fin de cuentas es beneficioso para la evolución porque nos fortalece para afrontar el destino. Hades es el polo negativo imprescindible para la evolución: Amor- odio, Luz- oscuridad.



Los dioses, los Espíritus (tanto el de las jerarquías superiores como los nuestros) son inmortales, por eso Hades quiere hacer a Hércules mortal aquí en la Tierra, lejos del cielo. Es curioso que en la película se dice que para que Hércules se haga totalmente mortal debe beberse hasta la última gota, hecho que no consiguen aunque lo intenten muchas veces. Esto significa que aunque el ser humano caiga muchas veces en el mal y tenga miles de reencarnaciones siempre tiene dentro de sí la parte espiritual que en su momento será Dios.


El rapto de Hércules siendo niño representa a la humanidad en la mencionada época Lemúrica cuando aún era inconsciente del mundo físico y como individuo, o sea, cuando la humanidad tenía una conciencia similar a la de los animales domésticos. Es la tentación y caída de la humanidad al dejarse llevar por los luciferes. Los Luciferes son Ángeles que se encuentran a mitad de camino entre sus hermanos más evolucionados y nosotros, se quedaron tan rezagados que necesitaban de nosotros para poder progresar. Si bien, por un lado nos hicieron un mal al exteriorizar nuestra conciencia sin estar preparado para ello, también es cierto que su labor nos ha traído un adelanto porque al tener conciencia de lo existente fuera de nosotros hemos dado un paso más que ni siquiera los Ángeles lo tienen.


La fuerza de Hercules es la Fuerza del Espíritu, el poder interno y la voluntad, pero no tiene control aún sobre esa fuerza. Esto representa las primeras etapas de la humanidad cuando se movía más por instinto que por razonamiento.


Hércules siente la necesidad de irse de con los padres terrenales (necesita buscar la Verdad) La humanidad, aunque inconsciente de ello, ha sido guiada para que desarrollara sus cuerpos y sus Almas que son, al fin y al cabo, sus poderes internos y su intuición para que siga buscando algo que desconoce pero que sabe que existe porque lo siente dentro. La evolución nos llevará a abandonar el cuerpo físico para siempre y a continuar nuestra evolución en otros niveles superiores hasta que seamos conscientes de otras jerarquías (dioses) y de otros mundos espirituales.



Tiene la obligación de hacerse un héroe en la Tierra porque si no lo hace no será nada. Cuando, como Espíritus, Dios nos diferenció de Él, teníamos todos sus poderes latentes pero no éramos conscientes de ello como individuos porque no teníamos consciencia propia. Si, según el Plan de Dios, no hubiéramos descendido hasta el mundo físico y no hubiéramos obtenido los cuerpos actuales, no hubiéramos llegado a ser lo que hoy somos, es decir, no seríamos auto conscientes como individuos separados ni lo hubiéramos sido de lo que existe fuera de nosotros (el mundo físico); no hubiéramos sido como no es un ser humano desarrollado el óvulo y el espermatozoide dentro del vientre de la madre. Una vez en la Tierra debe desarrollar el Espíritu ya que, de otra forma no podría alcanzar su propio mundo, el mundo del Dios de Dioses


En la película vemos que en el templo Hércules habla con su Padre. Esto representa cuando el ser humano despierta su naturaleza superior, cuando buscamos el camino de aceleración y descubrimos el verdadero sentido de la vida. Tarde o temprano (de ahí que haya tantos grados evolutivos entre razas, continentes, etc.) todo ser humano alcanzará un nivel evolutivo y espiritual que le hará sentir la obligación de buscar algo superior, algo que satisfaga sus necesidades internas y no las de deseos y materiales. Cuando llega ese momento es cuando descubrimos que la personalidad es solo un medio de desarrollo pero que no somos nosotros, el verdadero Yo superior, y es a partir de ahí cuando dedicamos nuestra vida a encontrarnos con él y a considerar a los demás como hermanos en la misma peregrinación.


Hércules debe ser un héroe verdadero en la Tierra (no debe buscar el dominio de lo material ni el egoísmo personal, sino que debe vencer a la personalidad y a las pruebas de la vida en la Tierra)


¿Quién es el entrenador que vemos en la película que estamos comentado? Las propias vidas que forman y aumentan la conciencia después de cada muerte del cuerpo físico. Cada sufrimiento en el purgatorio y cada disfrute del bien en el cielo dejan su huella en lo que llamamos CONCIENCIA y es esa conciencia la que nos advierte cuando vamos a hacer el mal, la que nos habla, a modo de remordimiento, cuando lo hemos hecho y la que nos invita a hacer el bien la queramos escuchar o no.


Tanto en la película como en la vida real las herramientas de entrenamiento son: El mundo físico, las circunstancias, las pruebas, el destino de cada vida, las relaciones y las experiencias.


Su meta es el Olimpo (cielo o mundo de Dios) pero para alcanzarlo debe hacerse un héroe (desarrollar los poderes del Espíritu) y para ello debe vencer al mal. Además de lo mencionado en el anterior párrafo, el mayor enemigo del progreso, como Almas en evolución, es la personalidad que con sus deseos, sentimientos, emociones, costumbres, etc. entorpece la voluntad del Yo superior.


Su entrenador le dice que use la cabeza (esto ocurrió al principio de la época atlante, cuando las jerarquías superiores nos facilitaron la mente para que comenzáramos a luchar contra los deseos animales dominantes) El ser humano comenzó a dejarse llevar por la parte animal y actuó ignorantemente hasta que obtuvo la mente y desarrolló algo la voluntad, desde entonces y hasta ahora hemos estado intentando dirigir nuestro destino.


Su primera prueba es el monstruo de las cabezas y éste representa la Ley de Causa y Efecto, porque hasta que no acabe con todas las cabezas (causas que le atan a la tierra) no puede ser un héroe.


Hades busca las debilidades de Hércules (el mal, las pruebas y las tentaciones siempre nos afectan donde más nos duelen y donde somos más débiles.


Hércules no queda satisfecho con la primera victoria y desea superarse más pero no sabe cómo. Zeus le dice que para encontrar la respuesta debe encontrarla en su corazón.


Él adquiere fama y popularidad pero eso no es lo que su conciencia le dice que debe buscar, El ser humano también alcanza un nivel en que no se conforman ni es feliz con lo que encuentra en la Tierra y se decide por buscar en otros niveles de conciencia superiores.


Para vencer a Hades debemos vencer la última prueba por medio de un gran sacrificio por los demás sin pensar en nosotros mismos; esta es la llamada imitación de Cristo que todos, tarde o temprano, debemos llegar a hacer respecto al prójimo.


Cuando el Yo superior (Hércules) está casi vencido por las graves caídas y tentaciones, el amor a Dios o a cualquier motivo superior, la fe y la confianza propia hacen resurgir el poder interno que terminará liberándole del renacimiento en este planeta. De esta forma el Espíritu se impone sobre la materia y queda victorioso sobre los elementos.


Cortar el cordón que se aprecia en la película representa la acción del mal para que los humanos se aferren a la Tierra, de hecho, así lo hacemos durante muchas encarnaciones. Pero con la evolución llega un momento en que el desarrollo espiritual nos permite elevarnos sobre el purgatorio. Entonces es cuando el mal no nos puede atar (las brujas no pueden cortar el cordón de Hércules)


Cuando el Yo superior vence al mal y se salva, también salva a la joven que antes ya ha transformado, (la joven es la personalidad purificada por el amor)


Entonces es cuando se le mide por la fuerza de su corazón y no por la física, como a nosotros nos miden antes de hacernos discípulos de un Maestro.


Al final dice que quiere quedarse con ella en la Tierra, esto significa que el Yo superior ama a la personalidad purificada (y a todas las personalidades) y a todo lo que hay en la Tierra, gracias a lo cual ha llegado a ser lo que es.

Por fin sabe cuál es su destino: Ayudar a la humanidad.

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Todos estamos formándonos como hércules a través de las pruebas diarias, pero sobre todo a través de los errores que cometemos. Según superemos la ignorancia y trabajemos consciente y voluntariamente para ser mejores, encontraremos esa fuerza que hace aumentar el músculo espiritual y que nos llevará a encontrar al Maestro que nos dará la iniciación.


El trabajo actual es preparatorio para hacernos probacionistas, y una vez que superemos las pruebas como probacionistas seremos discípulos, entonces será el momento de dedicarse plenamente a trabajar por la humanidad. Algunas personas conectan con alguna escuela iniciática por medio del ocultismo para comenzar el sendero de aceleración que les llevará a la liberación del renacimiento, estos son los grados de la escuela Rosacruz de Max Heindel


Grados:

Preliminar: El que se interesa y simpatiza con los estudios o filosofía de la escuela

Regular: Lo es quien se compromete a estudiar seriamente

Probacionista: Quien hace un voto o promesa ante un iniciado (invisible) en un determinado mes, día y hora según sus datos astrológicos de nacimiento

Discípulo: Es al que le preparan para la iniciación, sea o no consciente de ello durante un tiempo. Quien está en este grado, por lo general, ya no lo dice

Hermano Lego: Lo es quien ha alcanzado varias iniciaciones y colabora con la Orden de donde surge la escuela.

Adepto: Es Adepto quien ha adquirido 9 iniciaciones y no necesita renacer más como niño

Hermano Mayor: Son quienes han alcanzado todas las iniciaciones menores y mayores y dirigen los destinos de la humanidad.

Francisco Nieto

lunes, 19 de noviembre de 2012

HERCULES EL HIJO DE DIOS ENCARNADO (I)



HERCULES, EL HIJO DE DIOS ENCARNADO


(Artículo basado en la película de Walt Disney y escrito cuando se estrenó la película)


Significado de Heracles: “Preciosa gloria de Hera”, o “Brillo y esplendor del Alma”


Hércules fue preparado y entrenado para enfrentarse a doce trabajos relacionados con los signos astrológicos y con la propia evolución de la humanidad, sus hermanos los dioses le ayudaron dándole los medios necesarios para que venciera las pruebas (las jerarquías superiores que ayudan a la humanidad a evolucionar y obtener la perfección) Hércules, por tanto, representa a la humanidad.


Los doce trabajos son los que le ayudarán a obtener el razonamiento, a desarrollar la voluntad, a dominar su cuerpo de deseos y a perfeccionar su carácter para encontrar el sendero de perfección y de Cristo. Desde el comienzo y con el poder de Aries, pasando por la Iniciación que representa Capricornio, hasta dar su vida por los demás en Piscis, estos son los conceptos que representan los 12 signos del zodíaco:

Aries: Yo soy

Tauro: Yo tengo

Géminis: Yo pienso

Cáncer: Yo siento

Leo: Yo creo

Virgo: Yo sirvo

Libra: Yo me identifico con los demás

Escorpio: Yo investigo lo oculto y me regenero

Sagitario: Yo me elevo a través de mis ideales

Capricornio: Yo me debo a la humanidad

Acuario: Yo me uno fraternalmente a los demás

Piscis: Yo me sacrifico por mis hermanos/as


Según la filosofía oculta, la astrología esotérica y algunas religiones y culturas del mundo, el verdadero ser humano es un Espíritu que está evolucionando en la tierra a través de dos principales leyes, éstas son: Renacimiento y Consecuencia.


Dicen estas enseñanzas que Dios nos diferenció de Él y nos separó para que la experiencia de la vida fuera nuestra mejor escuela. En ella adquirimos la voluntad y la mente, en ella hemos pasado de un estado prehistorico al actual con todos sus adelantos, y en ella continuaremos hasta transformar todas las posibilidades latentes del Espíritu en poderes dinámicos individuales.

Tenemos cuatro cuerpos (físico, etérico, de deseos o astral y mental) de los cuales nos servimos para adquirir experiencia en cada renacimiento y de los cuales extraemos el beneficio de dichas experiencias después de su desintegración. El fruto de esas experiencias en cada vida se va acumulando para transformarse en Almas por medio de los diferentes poderes del Espíritu puro, por tanto, tenemos que extraer el alma de los cuerpos:


El Espíritu Divino extrae el Alma consciente del cuerpo físico.

El Espíritu de Vida extrae el Alma intelectual del cuerpo vital.

El Espíritu Humano extrae el Alma emocional del cuerpo de deseos.

El cuerpo mental es el intermediario entre el Espíritu y la personalidad formada por los cuerpos


Como hijos de Dios tenemos los mismos poderes que Él, pero debemos desarrollarlos y para ello pasamos por una gran cantidad de inimaginables experiencias en cada reencarnación haciéndonos así discípulos de la vida misma. Cristo dijo: “Las obras que yo hago haréis y mayores aún”, refiriéndose a que somos dioses en formación.


El mito de Hércules representa el descenso del hijo de Dios a la Tierra; el desarrollo y poderes adquiridos; el trabajo para poder volver junto a Su Padre y la victoria del bien sobre el mal. Así mismo, la humanidad dejó los mundos espirituales para hacer una peregrinación en la Tierra hasta desarrollar los poderes que le abran la puerta del cielo y así poder estar junto a su Padre.


En los primeros tiempos la humanidad era como un niño, no tenía los sentidos desarrollados como hoy, no tenía tampoco el razonamiento actual y por último, apenas había desarrollado el poder de la voluntad, por consiguiente, estaba casi a merced de los elementos y las circunstancias como cuando abandonan a un niño. Sin embargo y a nivel de conciencia (casi de la misma forma que los animales actuales) la humanidad se encontraba en el “paraíso” porque no era consciente como lo es ahora, es decir, no era responsable como lo somos ahora ante las leyes terrenales ni tampoco ante las de Dios.


Cada uno de nosotros es un hércules en embrión y a través de la experiencia y de las pruebas del destino nos haremos fuertes como el mito, pero la fortaleza no será física sino espiritual, porque el fin de hércules es estar en el cielo junto a su Padre y trabajar desde allí sobre la tierra ayudando a los que aún siguen en ella. Es decir, ayudar a nuestros hermanos/as como lo hacen las jerarquías que van por delante nuestra (en la escala evolutiva de la obra de Dios) sobre nosotros.


La fortaleza física representa el cuerpo físico que necesitamos para evolucionar en este mundo, pero el verdadero Ser (también llamado Yo superior, Alma o Ego) está dentro y es el que en cada vida se fortalece con el fruto de la misma que recoge después de la muerte. Después de la muerte del cuerpo físico, los otros tres cuerpos, aunque más concretamente el cuerpo etérico, graba para llevarse la película de su vida pasada para después depositarla en el cuerpo de deseos. Es en este cuerpo donde hacemos la vida purgatorial según vamos “reviviendo” los hechos de la tierra, por consiguiente, sufrimos el mal que hicimos a los demás para así poder tomar nota como conciencia de lo que nos perjudica y lo que no deberíamos volver a hacer en la próxima vida.


La lucha interna en este estado de conciencia es muy fuerte, por un lado nos vemos atraídos por los deseos hacia lo terrenal, y por otro deseamos buscar algo superior y más elevado que en nuestro interior sabemos que existe y que necesitamos; el espíritu quiere manifestarse en la personalidad. En el cielo se recogen los frutos de nuestras buenas obras, (las que hicimos y las que nos hicieron) sentimos toda la felicidad, una vez olvidado todo el sufrimiento del purgatorio, y así estamos listos para pasar a otro mundo superior donde descansaremos y nos prepararemos para un nuevo nacimiento en un plazo de entre 700 y 1100 años según la evolución de cada Alma.


Al principio de la evolución como humanos vivimos en el deseo, caemos en lo material y solo deseamos alcanzar riquezas y ser más que los demás, pero con el desarrollo espiritual que se va alcanzando en cada vida, va ocurriendo todo lo contrario. Así continuamos peregrinando hasta que el mismo poder interno alcanzado nos dice que debemos estar dispuestos a dar la vida por las personas que amamos y que nos rodean.


El más grande y fuerte de los dioses era Hércules. Hércules representa al Yo superior pero se diferencia de los demás en que los demás no habían pasado las pruebas que pasó él, es decir, la humanidad o Hércules (como lo hizo Cristo en su gran sacrificio de amor) ha descendido hasta el mundo físico y las jerarquías superiores (los dioses) no lo han hecho. Dios es ayudado en Su Obra por otras jerarquías creadoras que se suelen considerar dioses en relación con nosotros porque ellos han evolucionado en otros esquemas y mundos donde no han necesitado tener cuerpo físico ni experiencias como las nuestras. Al igual que por debajo de nosotos hay otras futuras jerarquías que nosotros llamamos reinos de la naturaleza, también las hay por encima de nosotros; y lo mismo que esas jerarquías superiores nos ayudaron y nos ayudan, nosotros ayudamos y ayudaremos en un futuro a los reinos que nos siguen.


Dice que al principio el hombre vivía entre terremotos y catástrofes, esto es cuando el hombre aún se movía por instinto como los animales y reencarnaba muy a menudo. Esta es la Época Lemúrica, el comienzo de la peregrinación del hombre actual pero, al igual que Hércules, nos hemos ido enfrentando al destino, hemos adquirido poder espiritual y vamos venciendo al mal en nosotros para que se pueda manifestar el dios interno que todos llevamos dentro.

Francisco Nieto

domingo, 4 de noviembre de 2012

LOS PLANETAS RETRÓGRADOS EN EL HORÓSCOPO




MADRID, 1986

A la hora de interpretar un horóscopo no sólo se deben interpretar la posición de los planetas en casa, signo y aspectos que tengan sino que hay otros aspectos planetarios y del horóscopo que hay que interpretar para extraer más información y uno de ellos son los planetas retrógrados.

Cuando un planeta progresa está adquiriendo experiencias nuevas, cuando está retrogrado está asimilando experiencias pasadas, y cuando está estacionario –parado- el planeta muestra una quietud y compostura interna poco habituales.

Los planetas retrógrados con buenos aspectos representan tendencias o deseos positivos de otras vidas que no se llegaron a cumplir o desarrollar, por eso son fácilmente superables en esta. Los planetas retrógrados con malos aspectos son indicativos de persistentes errores o malas intenciones en lo que representan los planetas y la casa. En este caso urge meditar nuestra manera de actuar, de pensar, de responder, así como si nos interesamos más por nosotros mismos que por los demás, etc.

Cuando un planeta retrógrado no tiene aspectos o sólo tiene uno, hay que investigar detenidamente dónde estamos aprendiendo la lección porque su influencia puede ser muy sutil y no darnos cuenta de ello.

Cuando hay varios planetas retrógrados en la carta, sin embargo, se verá obligado a hacer la transformación interna necesaria, aprender dónde debe trabajar de diferente manera a como o hizo en la anterior vida. Cuantos más planetas retrógrados menos oportunidades de desarrollo material y de experiencias

Es de suponer que cuando el planeta deja de estar retrógrado, es porque ya se ha aprendido la lección pendiente, sin embargo, no se puede asegurar del todo, como tampoco se puede asegurar que después de la retrogradación la persona se exteriorizará repentinamente. Sí podemos asegurar que algunas lecciones espirituales se han aprendido y, por lo tanto, se deben llevar a la práctica.

Sabiendo esto, no se debe considerar la retrogradación como una cosa mala o una prisión donde no se puede hacer nada, sino que se debe interpretar como un curso acelerado que necesitamos para ponernos en el nivel que nos corresponde.

Los planetas retrógrados nos llevan a experimentar en unas condiciones previas de conciencia o en asuntos inconclusos originados en el inconsciente. La retrogradación activa las facetas más o menos ocultas de la personalidad, si se hace correctamente se adquirirá iluminación de conciencia pero si no, producirá pérdidas y equivocaciones.

Un planeta retrógrado implica un nuevo estudio del pasado, algo que necesita estudiarse con paciencia para asimilarlo perfectamente; algún principio fue experimentado a la ligera o fue mal aplicado y por eso debe ser regenerado para que pueda ser utilizado constructivamente.

Su actitud hacia el exterior suele ser más bien pasiva ya que se centran en el interior de la conciencia por eso los asuntos relacionados con el planeta se verán retrasados. La asimilación psicológica es más lenta para que sea completa y para que se adapte a los principios. Cuando se tiene 4 planetas retrógrados se tiende a vivir en lo subjetivo, a retirarse y expresarse en privado, la vida se verá de distinta forma.

Los planetas retrógrados pueden indicar cualidades personales internas por estar poco moldeado por lo externo, su verdadera naturaleza no se expresará hasta que haya asimilado la esencia de sus necesidades a través de la focalización subjetiva.

Estas personas suelen mostrar su personalidad en sus años maduros porque están fuera de onda en las situaciones sociales y no se ajustan a los comportamientos normales, si además hay malos aspectos, la persona se aísla y desconecta.

Cuando hay muchos planetas retrógrados y son bien trabajados hay gran desarrollo espiritual y mayor conciencia del yo superior, conectará mejor con el poder y sabiduría interna y vencerá más limitaciones de la personalidad; los planetas retrógrados buscan respuestas en su interior.

Un planeta retrógrado indica la necesidad de reorientar la energía del planeta hacia lo positivo de la casa para obtener una regeneración de conciencia y un desarrollo a través de nuevas experiencias. También puede indicar que esta persona utilizó egoístamente la energía de ese planeta, por lo tanto, está repitiendo curso pero concentrándose más.

Los planetas retrógrados indican los errores que cometimos en el pasado, errores que perjudicaron a nuestro desarrollo directamente y al de otras personas, errores que de una forma u otra, fueron contrarias a las Leyes Divinas que rigen el Universo. Esto significa que el Espíritu se comprometió antes de renacer a enmendarse en esta vida en sentido moral, mental y espiritual.

Un planeta retrógrado necesita una nueva expresión personal porque nos hace revivir el pasado para que tomemos conciencia de las malas actuaciones.

Si el Sol es objetivo y constructivo, los planetas retrógrados (se mueven en sentido contrario al Sol) se interiorizan y su acción es subjetiva y poco constructiva exteriormente, visto esto desde fuera, podríamos decir que mostrarán carencias y errores en su comportamiento.

Ejemplo: Si Júpiter está en Leo podemos asegurar un éxito en general gracias a las cualidades, ambición y aprovechamiento de las oportunidades, pero si Júpiter está retrógrado, no tendrá ambición ni sabrá aprovechar las oportunidades para obtener ese éxito, no sabrá mandar ni tendrá tanta suerte, o incluso se verá limitado. Sin embargo, aprenderá unas lecciones que le beneficiarán en otras ocasiones y le darán seguridad y confianza en sí mismo.

Esto sería el resultado de una mala acción en otra vida pero en esa misma casa, por consiguiente, una persona con este caso debería cambiar su manera de actuar sobre los asuntos de esa casa pero sacando los recursos de ella misma; debería orientar las cualidades del planeta y del signo hacia los asuntos de la casa para que el resultado sea el esperado.

Normalmente es el planeta el que indica la naturaleza de los errores cometidos, por consiguiente, es conveniente ver cuáles son sus defectos y después meditar sobre nuestra forma de entender la vida para ver si se corresponde con lo que somos interiormente. Por ejemplo, Saturno retrógrado: indica que cometimos graves irresponsabilidades, que no cumplimos con nuestros deberes según la posición social que tuvimos, que debemos desarrollar la concentración y ser más metódicos en lo que hacemos, etc.

Alguien se preguntará ¿Cómo podemos cambiar? Además del esfuerzo voluntario y consciente que sería lo natural, a veces, el cambio se produce por la fuerza. Cuando nace (por ejemplo) la persona con Saturno retrógrado en la casa 7, lo hace con las malas tendencias de la anterior vida, entonces tendrá problemas, limitaciones, impedimentos, etc. con el público, el matrimonio o con personas íntimamente unidas a ella. Esto le hará recapacitar tarde o temprano para que se dé cuenta de que esa línea de actividades y actitudes no son correctas; por lo tanto, se verá obligado a cambiar y a adaptarse a las exigencias normales del prójimo y de las leyes. Entonces es cuando se admitirá los errores, regenerará la conciencia y rectificará los aspectos negativos de la carta para que en la carta de la siguiente vida sean aspectos positivos y el planeta muestre sus cualidades naturales.

Esto también explica el porqué algunas personas chocan con otras que tienen un carácter similar, esos otros aprenderán lecciones de sus errores, pero el nativo con su planeta retrógrado es quien está recibiendo las lecciones más importantes a través de unas personas que actúan como él actuó en otra vida.

Marte en Capricornio y casa 12ª conjunto al Nodo Sur, indicaría el abuso de la persona en otra vida, se valió de su cargo y poder para aprovecharse de otros, impuso su individualidad sobre la libertad de los demás, etc., en este caso puede estar Saturno (regente de Capricornio) retrógrado por ser el regente kármico de Capricornio, pero si no lo está, es fácil que reciba malos aspectos. Siguiendo este mismo ejemplo, Marte retrógrado obligaría al nativo a interiorizarse para estudiar los problemas e impedimentos del destino y para sacar un provecho de las experiencias con los demás.

A la hora de buscar soluciones tendrá que ver en qué casa está el planeta retrógrado para cambiar la manera de actuar sobre sus asuntos, y habrá que analizar los buenos aspectos con otros planetas. Si Saturno está retrógrado en la casa 10ª, indicaría que esta persona tiene una falta de regeneración de conciencia respecto a los jefes en su trabajo y cualquier clase de persona que ejerza un cargo o autoridad en su profesión. Si no se pone a trabajar sobre su manera de pensar y afrontar esas situaciones así como sus reacciones, el problema puede hacerse más grande y afectarle seriamente en esta vida y en la próxima. En este caso sería conveniente preguntarse ¿Qué he hecho yo en otra vida para que no me gusten ciertas actitudes de la autoridad o de ciertos jefes?

Cuando un planeta está retrogrado sus principios se expresan en el interior del individuo como facetas profundas de su carácter, por lo tanto, adquiere cualidades más elevadas o abstractas, Ejemplo: Si un planeta comienza en 0 de Aries significa que comienza un nuevo ciclo de experiencias pero si se hace retrogrado significa que es urgente para él las experiencias con los principios de Piscis – casa 12ª - y Neptuno.

Mercurio retrógrado: La inteligencia se frena y se fija en el presente, tiene que hacer más esfuerzos para concentrarse y reflexionar. Venus: Refrena las emociones que condicionan al individuo, la persona puede dominar las emociones perfectamente. Marte: Hay restricción y limitación de la energía dinámica, debe tener tacto en su actitud. Júpiter: Tiende a la autosatisfacción y a la expansión sin control hasta ahogar la personalidad. Saturno: Persona lúcida y razonable, nada se le escapa. Urano: Inhibe la capacidad de decisión hacia la independencia de espíritu y su destino. Neptuno: La persona encuentra únicamente en sí mismo los recursos que necesita para transformarse profundamente. Plutón: Indica que la persona puede regenerarse apartándose del mundo y de los demás.

PLANETAS ESTACIONARIOS: “Es la concentración intensa en un área definida del horóscopo”, muestran un interés intenso en su acción (según la naturaleza del planeta); el individuo se vuelve muy fijo y no permite la adaptación haciéndose inflexible pero obtiene vigor y resistencia.

En un nacimiento puede haber Planetas estacionarios-retrógrados que inclinan a un estado subjetivo de interiorización para que la persona se concentre en el aspecto psicológico del planeta con creciente inquietud. Cuando son estacionarios-directos ya han asimilado sus impulsos a niveles profundos e introspectivos y están preparados para salir a su conciencia objetiva y trabajar con lo asimilado, por lo tanto, es más activo.

Cuando un planeta progresado retrógrado alcanza la fase estacionaria y está a punto de volverse directo, la persona vivirá un momento decisivo en su crecimiento interno, ese año marcará un cambio en la manera de enfocar la vida porque la preparación interna y asimilación ha terminado. Cuando un planeta progresado. Directo se hace retrógrado, el individuo sufre un cambio hacia dentro, se vuelve introspectivo desde lo que representa el planeta y puede enriquecerse en los principios del planeta, lo enterrado en la psique puede ser estudiado.


Francisco Nieto

jueves, 18 de octubre de 2012

INFLUENCIA DE LOS SIGNOS EN LAS RELACIONES PERSONALES (y III)




LAS TRIPLICIDADES

FUEGO: Los nativos de signo de Fuego o con mucha influencia de esta triplicidad son activos, entusiastas, con mucha confianza propia y gran vitalidad y energía; tienen poder creativo; son ardientes, ambiciosos, emprendedores y demostrativos. Sus aspiraciones son elevadas, les gusta dirigir y demuestran autoridad, viveza, excitabilidad, y a veces cólera.


ARIES: Energía individual. LEO: Energía creativa. SAGITARIO: Energía espiritual.

CUALIDADES: actividad, energía, combatividad, fe en sí mismo, generosidad, ambición, independencia, justicia y espontaneidad.

DEFECTOS: Exageración, despotismo, insubordinación, agresividad, imprevisión, parcialidad, orgullo y absolutismo.


TIERRA: Son prácticos, meticulosos, calculadores, firmes, perseverantes, metódicos, ahorrativos, serviciales y dignos de confianza; se ven atraídos por lo concreto y material; aman el orden, la precisión y dan mucha importancia a los detalles y a las cifras. Son trabajadores, pero son lentos y tienden a inquietarse o a desesperarse, y su temperamento es melancólico y nervioso.

TAURO: Base material. VIRGO: Base del trabajo y del servicio social. CAPRICORNIO: Base del éxito material.

CUALIDADES: Observación atenta, análisis concreto, perseverancia, tenacidad, paciencia, concentración objetiva y prudencia.

DEFECTOS: Fanatismo, exceso de rigor, egoísmo, materialismo, pesimismo, grosería y escepticismo.


AIRE: Son inteligentes, tienen gustos refinados y se expresan con soltura; viven con sus ideas y emplean su razonamiento para crear, organizar, clasificar y estudiar; tienen sed de conocimiento y se interesan por lo intelectual y la educación. Su temperamento es vital y mental.

GÉMINIS: Idea de expresión y comunicación. LIBRA: Idea de asociación. ACUARIO: Idea de propagación.

CUALIDADES: Delicadeza, adaptación, sutilidad, diplomacia, intuición, sentido artístico, talento inventivo y entusiasmo.
DEFECTOS: Inconstancia, versatilidad, apatía, sobreestimación y utopía.


AGUA: Son muy impresionables y viven en un mundo de sentimientos y emociones, dejándose llevar mucho por la imaginación y la superstición; les atrae lo romántico, misterioso, oculto, mediúmnico, y viven en el umbral de los mundos invisibles; son curiosos, caprichosos y muy sociables. Su temperamento es blando en apariencia pero su tenacidad les es muy útil para regenerar muchos de sus defectos.

CÁNCER: Origen de emociones fraternas. ESCORPIO: Origen de emociones sexuales. PISCIS: Origen de emociones altruistas.

CUALIDADES: sensibilidad, tacto, moderación, control, tendencia meditativa y buena memoria.

DEFECTOS: Inercia, pereza, sensualidad, propensión a lo fantástico y sugestión.


SIGNIFICADO DE OTRAS COMBINACIONES

CARDINAL - FIJO: Dinámico, emprendedor, voluntarioso, perseverante, con iniciativa sobre objetos definidos, sin embargo le faltará soltura, discernimiento y adaptabilidad.

CARDINAL – COMUN: Emprendedor, activo, flexible, hábil, listo pero falto de voluntad y perseverancia para conseguir sus fines, muy cambiante e inestable, disperso y demasiado cerebral y superficial.

FIJOS – COMUNES: Combinación armónica de habilidad y destreza; el oportunismo y la facultad de organización y método, y el sentimiento y la razón, están bien compartidos, pero carece de audacia iniciativa y espíritu emprendedor; no suele ser independiente, se conforma con adaptar y organizar lo que ya está iniciado.

FUEGO – AIRE: Acción, inteligencia y exteriorización de energías por el impulso del pensamiento; temperamento dinámico; naturaleza franca, directa, demostrativa y razonable; idealista y de sentido práctico pero sin perseverancia; no le afecta lo sentimental ni su entorno o circunstancias.

TIERRA – AGUA: Le afectan las contingencias materiales; sufre los acontecimientos; se conforma con las pruebas del destino; no tiene ambición, dinamismo ni reacción; depende de la voluntad de los demás más enérgicos e inteligentes. Su temperamento es melancólico, nervioso y triste; trabaja duro y no está contento con su suerte. Es propenso a vivir experiencias fatales, llevan una vida sin pena ni gloria.

FUEGO – TIERRA: Es activo, dinámico y práctico, sus actos son concretos e interesados por lo material; es trabajador, constructor, trabaja deprisa y con método y mira el aspecto práctico; es poco refinado y duro. Su ideal es la realización constructiva y no lo tangible.

FUEGO – AGUA: Exaltación de sentimientos y de emotividad; extremadamente cambiante e impulsivo; influenciado por sus sensaciones e instintos; carácter poco razonable; desordenado en sus actos; falta de reflexión, de lógica, de paciencia, de perseverancia, de sentido práctico. Sus actividades pueden ser a veces desbordantes y a veces pasivas.

AIRE – TIERRA: Su inteligencia, reflexión y sed de conocimientos le llevan al terreno práctico, a los estudios científicos, a las ocupaciones mentales que requieran cálculo, precisión, método, planes y sistemas; es razonable, estudioso, capaz de concentrarse pero sin dinamismo e iniciativa; duro de corazón por falta de sensibilidad.

AIRE – AGUA: Intelecto intuitivo, inspiración, razonamiento moderado y emociones controladas por la razón; es inestable, cambiante, indeciso en la realización práctica y sin dinamismo ni perseverancia.

Francisco Nieto

domingo, 23 de septiembre de 2012

INFLUENCIA DE LOS SIGNOS EN LAS RELACIONES PERSONALES (II)



LAS CUADRUPLICIDADES



Se llaman Cuadruplicidades a los tres grupos o divisiones compuesto cada uno de ellos por cuatro signos de similares características, esto son:

Signos Cardinales: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio

Signos Fijos: Tauro, Leo, Escorpio y Acuario

Signos Comunes: Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis


SIGNOS CARDINALES


Representan la “actividad”


Aries es el más activo o dinámico de los cuatro porque muestra un gran coraje y intenta imponerse sobre cualquier circunstancia u obstáculo. Cáncer es más pasivo y poco luchador pero destaca por su gran tenacidad. Libra representa la armonía y equilibrio necesario para conseguir sus objetivos en colaboración con otras personas. Capricornio alcanza sus metas gracias a su concentración, método y cálculo. En general, los signos Cardinales alcanzan el éxito gracias a sus deseos de conquista, a su coraje y a su saber hacer.

En este grupo están representadas las personas que se abren paso en la vida con el único motivo de ser pioneros y alcanzar una buena posición. Si algún inconveniente tienen los nativos de estos signos es por su poca persistencia y adaptabilidad pero, repito, su iniciativa y actividad son muy notables. Es conveniente que estas personas, y más los de Aries, se paren a razonar y a meditar sobre la manera de dirigir estas fuerzas en su vida y así no dejarse llevar por los impulsos o cambios incontrolados, de esta forma ahorrarán energía y ganarán en salud.


VIRTUDES: Ambición, energía, actividad, impulsividad, acción rápida, innovación, iniciativa y coraje.

DEFECTOS: Impaciencia, versatilidad, tendencia a hacer cambios de forma impulsiva, rupturas sociales, falta de perseverancia, precipitación e imprudencia.


SIGNOS FIJOS


Representan la “energía concentrada”


Estos signos son los que tienen la cualidad de centrar y estabilizar la energía dinámica de los signos Cardinales, por tanto son obstinados y poco partidarios de hacer cambios o de tomar iniciativas si no encuentran muchas razones para ello. Tauro se guía por su instinto materialista para obtener bienes físicos que le causen seguridad, mostrándose testarudo y agresivo cuando no lo consigue. Leo está muy cualificado para alcanzar el éxito gracias a sus decisiones premeditadas, a su creatividad y a sus dotes de mando y organización, por tanto, el motivo principal de su vida es alcanzar una elevada posición. Escorpio trabaja desde el interior a través de los deseos y sentimientos de relación; su intuición, razonamiento y capacidad de investigación le faciliten el éxito así como el poder descubrir las intenciones de los demás. Acuario es inventivo, original y humanitario, le gusta colaborar con movimientos altruistas y progresistas, y es un gran innovador. Su mente analítica y científica le es muy útil en la vida pero es demasiado independiente.

La clave de estos signos es “estabilidad” pero su acción se centra en estimular los deseos para que la persona entre en acción en sus diferentes naturalezas. Como son conservadores y centrados en sí mismos, se aseguran bien antes de actuar con el fin de conseguir lo que desean. Son tranquilos, prudentes y poco cambiantes, es decir, más bien se apegan a los hábitos y costumbres, hacen amigos fácilmente y son dignos de confianza.


VIRTUDES: Firmeza, integridad, energía, conservadurismo, resistencia, estabilidad, perseverancia, paciencia, voluntad, fuerza, pasión.

DEFECTOS: Indolencia, lentitud, falta de iniciativa, intolerancia, inadaptabilidad, falsedad, orgullo, mezquindad, rutina


SIGNOS COMUNES


Representan el cambio


A los nativos de estos signos les suele faltar la iniciativa o acción de los signos Cardinales y la fijeza y perseverancia de los signos Fijos. Son cambiantes e inestables pero se valen de su inteligencia, de su diplomacia y de su astucia para alcanzar sus objetivos. Su línea de acción es intelectual y espiritual mostrándose humanitarios, caritativos e imparciales en sus juicios. Uno de sus defectos es que son influenciables por las circunstancias y las personas que les rodean ya que les cuesta tomar decisiones definitivas y ponerlas en práctica; sin embargo, tienen un gran incentivo para desarrollar la nobleza. Deberían desarrollar la voluntad y el coraje.

Géminis es inestable por su naturaleza versátil, inquieta e inquisidora, esto hace que no sepa aprovechar algunas de las oportunidades que surgen en su destino, por consiguiente, necesitan más concentración y profundización. Virgo también es mental pero en vez de dispersarse como Géminis se concentra para analizar y sacar conclusiones prácticas que, a su vez, sean útiles para trabajar y servir. Sagitario tiene una mente superior o abstracta que sabe utilizar para su propio beneficio en los estudios superiores, en las religiones, filosofías y en sitios alejados. Piscis es más bien interno y espiritual, de aquí que suela guiarse más por sus sentimientos y deseos fraternales para relacionarse con toda clase de gente.


VIRTUDES: Imparcialidad, agilidad mental, simpatía, adaptabilidad, inteligencia, reflexión, flexibilidad, discernimiento.

DEFECTOS: Falta de iniciativa y determinación, cambiante, imitador, tímido, pesimista, superficial, simulador, astuto, indeciso.

Francisco Nieto

lunes, 3 de septiembre de 2012

INFLUENCIA DE LOS SIGNOS EN LAS RELACIONES PERSONALES (I)




Los 12 Signos del Zodíaco se dividen en diferentes agrupaciones según la naturaleza de cada uno de ellos, esto tiene gran importancia sobre todo cuando se va a interpretar el horóscopo, porque si coincide que hay varios o muchos planetas en alguna de esas divisiones, el nativo mostrará un carácter donde se reflejará esa naturaleza. Aunque este libro no trata de la interpretación del horóscopo y es posible que el lector no sepa cuántos planetas tiene en cada una de las divisiones de los signos, creo conveniente explicar cuál es la naturaleza de esas divisiones porque, independientemente de la agrupación o división, cada signo tiene esas mismas características, virtudes y defectos.

Recordemos que cuando decimos que somos de tal o cual signo, estamos diciendo que el astro más poderoso e influyente, el Sol, se encuentra en él potenciando su naturaleza, de ahí que yo tenga interés en que el lector sepa cuáles son las características de dichas divisiones zodiacales. Pongamos un ejemplo, supongamos que el lector es del signo de Leo, Leo es un signo Fijo y de Fuego, por tanto y como a continuación explico, comprenderemos que:

1º. Como signo Fijo intenta concentrar su energía para que el efecto de su acción se refleje como “estabilidad” pero con la particularidad de que esa concentración en sí mismo le facilite la suficiente fuerza como para vencer los obstáculos.

2º. Como signo de Fuego, Leo representa la vitalidad y energía expresada a través del “Yo”. Este fuego se transforma en creatividad y actividad organizada y controlada y, por consiguiente, aporta un elemento más como medio para alcanzar sus ambiciones.

Actualmente y desde no hace muchos años para acá, se están intensificando los estudios sobre la influencia, simpatía y atracción de un determinado signo astrológico sobre otro. Como resultado de dicho estudio, se ha comprobado que, dependiendo de los diversos aspectos de cada horóscopo, una persona se puede sentir atraída o rechazada de diferentes formas por otra, lo que confirma que cada uno de nosotros lleva impresa en su aura el esquema del cielo que había en el momento de nacer. Este esquema es, al fin y al cabo, lo que refleja nuestro horóscopo, el aspecto interno que actúa a modo de base para nuestra acción y reacción ante el mundo.

Como en este libro no voy a tratar este tema normalmente llamado sinastria de una forma general, no voy a expandirme en explicaciones sobre el mismo. Sin embargo, sí quisiera dar al menos algunas referencias respecto a los signos puesto que son el motivo principal de este estudio. Cuando una persona desea investigar cuáles pueden ser los resultados de una relación entre su signo y el de otra del sexo opuesto, es decir, respecto a las relaciones amorosas o matrimoniales, consulta las diferentes posiciones de los elementos que componen los dos horóscopos, pero principalmente el signo del Ascendente. Sin embargo, cuando se desea tener una simple información en ese sentido pero buscando solamente una relación de amistad, entonces se analizará la naturaleza de los signos solares.

Por tanto, para extraer un conocimiento de los resultados de esa relación amistosa, habrá que estudiar principalmente las Triplicidades o Elementos, o sea, si son de Fuego, Tierra, Aire o Agua. La naturaleza o elemento del signo solar no anula la voluntad y el libre albedrío del nativo el cual, dicho sea de paso, actúa en cierto grado influenciado por el horóscopo completo; sin embargo, el signo, como el Ascendente, sí tiene una notable influencia que se manifiesta de manera más significativa en el aura de cada persona. Así como dos personas de diferente sexo se atraen por naturaleza, también dos personas de signo complementario pueden simpatizar o enamorarse al ponerse en contacto sus auras. Por consiguiente, a continuación expondré una serie de principios astrológicos los cuales podrá aplicar el lector en sus relaciones sociales con la intención de averiguar con quién se comprenderá mejor. He de recalcar que, al hacerlo sólo con el signo solar, no se puede esperar que los resultados sean siempre infalibles, sin embargo, sí aportará cierto grado de utilidad y satisfacción.

Cuando los astrólogos, hace muchos años, decidieron agrupar los doce signos del zodíaco, lo hicieron en siete grupos, estos son: Cardinales, Fijos, Comunes, de Fuego, de Tierra, de Aire y de agua. Para tomar esta decisión tuvieron que llegar a la conclusión después de estudiar las relaciones entre muchas personas según el signo de cada una de ellas de que hay cierta relación, simpatía o similitud entre determinados signos. Es cierto, una persona de signo Cardinal comprobará que ciertas actitudes y forma de pensar serán igual que otra que también sea Cardinal. Esto mismo se puede decir de los signos Fijos y Comunes, sin embargo, en el caso de estas tres divisiones llamadas Cuadruplicidades, yo considero únicamente o más importante cuando dos personas, aún siendo Cardinales, Fijos o Comunes, son del mismo signo.

La segunda agrupación importante es la llamada “Triplicidad”, que está compuesta de cuatro grupos como ya sabemos. En este caso es diferente, una persona puede ser de un signo Cardinal de Aries y otra de otro también Cardinal como por ejemplo Cáncer, sin embargo y aunque complementarios por ser Cardinales, Aries es muy dinámico y Cáncer lo contrario. En el caso de las Triplicidades, Aries es de Fuego pero tiene más rasgos similares a los otros signos de Fuego y por eso se dice que Aries se compenetra mejor con Leo y Sagitario. Lo mismo ocurre entre los signos de los otros tres grupos o elementos. Pero los estudios también han demostrado que hay afinidad o simpatía entre esos mismos elementos, así es que el elector tomará por norma la siguiente frase: “El agua alimenta a la tierra y el aire alimenta al fuego”; es decir, los signos de Agua se entienden bien con los de Tierra y los de Aire con los de Fuego. A continuación describo la naturaleza de esas siete agrupaciones para que el lector sepa a qué grupo pertenece recordando que: 1º. Las Cuadruplicidades benefician principalmente cuando, además de ser de un mismo grupo, la otra persona es del mismo signo; y 2º. Las Triplicidades ayudan en las relaciones cuando las dos personas son del mismo grupo Fuego, Tierra, Aire o Agua o bien una de un grupo y la otra del grupo complementario -Fuego-Aire o Tierra-Agua.

Una vez aclarado este asunto yo aconsejo al lector que, además de leer lo que significa su signo, tome nota de lo que representa el mismo como Triplicidad y Cuadruplicidad y lo resuma todo para analizar cómo es en su naturaleza.

Francisco Nieto

martes, 14 de agosto de 2012

BUSCANDO EL VERDADERO SENDERO (y III)



Cuando el aspirante, al cabo de cierto tiempo, se hace sensitivo hasta determinado grado, su mente se encuentra ante una encrucijada o, mejor dicho, ante tal soledad que no sabe qué hacer porque ni el pasado ni el futuro están para actuar por sí misma. La mente se encuentra ante algo desconocido ayudado (en todo caso) por la buena voluntad y el desarrollo espiritual acumulado de otras vidas que, como voz de la conciencia o intuición, pueden guiar hasta cierto punto sus pasos. Esto significa que el trabajo del aspirante ha alcanzado tal grado que su mente se ha agudizado y se encuentra en un estado de gran intensidad por estar muy despierta y alerta (y no distraída con el pasado y el futuro) Por tanto, el aspirante debe ser responsable y no volver a dejarse dominar por las emociones ni por los deseos personales. Por otro lado, debe quedar claro que el hecho de controlar la mente hasta el punto que estamos mencionando no significa que no se pueda usar con discernimiento y buena voluntad para hacer el bien, tomar decisiones correctas, cumplir con los deberes y responsabilidades, etc., puesto que, precisamente ahora tenemos la ayuda de lo superior de una forma más directa que antes. Pero, de lo que nunca se debe olvidar el aspirante, es de su propia observación y auto-consciencia para estar siempre alerta ante cualquier posible despertar de algo que distraiga o condicione a la mente.



Cuando el aspirante silencia su mente hasta el grado mencionado es cuando puede hacer objetiva la búsqueda del verdadero Sendero de Santidad. Es decir, cuando está listo para ver la realidad de lo externo de la vida y cuando la mente es controlada y silenciada y su objetivo es el Sendero de Santidad, es cuando ya no se teme a nada porque la mente es libre y no se identifica con lo que perciben sus sentidos ni con las sensaciones e impactos que antes la distraían y la condicionaban. Pero el sendero implica llevar a cabo el cumplimiento de las leyes divinas y, por tanto, no solo debe el aspirante estar alerta para no hacer el mal (debilidades y defecto personales) sino que a partir de ahí deberá intentar hacer el bien en cada momento, en cada aquí y ahora, o sea, con su mente, con sus deseos y sentimientos, con palabras y con sus buenas acciones. Esto, evidentemente, conlleva una actividad de humanidad y de sumisión a Dios para no creerse más que nadie y, por el contrario, ser un instrumento al servicio de los demás. El descubrimiento del verdadero sendero trae consigo el contacto con el Alma la que, a partir de ahí, hablará al aspirante con una voz cada vez más fuerte.


En el mundo del esoterismo se suele hablar del camino hacia la iniciación que es como decir del sendero de santidad. Al hecho de cambiar ciertos hábitos o aspectos de la personalidad le suelen llamar “comenzar el sendero” pero, en realidad no es tan simple, sobre todo porque se basan en simples informaciones, libros, etc., que llegan al conocimiento del aspirante. En la mayoría de los casos, el hecho de comenzar el sendero de esa manera y sin haberle descubierto antes, lleva al fracaso por monotonía o cansancio. Cuando se comienza el sendero imitando lo de otros y sin la guía y la creatividad interna no se puede hablar de un recto comienzo que traiga la alegría interna que debe traer. Los senderos a que me estoy refiriendo son senderos de disciplina, mientras que el sendero que lleva a la Verdad es un camino individual que se descubre cuando se hacen los trabajos previos con interés profundo y entusiasmo. Así es que, el sendero de santidad o de iniciación varía de un individuo a otro incluso perteneciendo a una misma escuela iniciática porque el desarrollo interno, las experiencias y el carácter no son lo mismo en todos los aspirantes.


Si para comenzar a hacer el sendero tenemos que descubrirle está claro que debemos ser observadores, y si el sendero es individual y no es un objeto físico, tendremos que practicar la auto-observación y la auto-conciencia en cada momento o aquí y ahora. Por tanto, para comenzar o descubrir el sendero hay que desarrollar una nueva condición mental o conciencia ya que, en realidad, podemos estar descubriendo aspectos internos a cada instante que serían la base para descubrir el sendero. Tampoco hay que confundir ese “descubrir aspectos internos” que muchos aspirantes hacemos con el comienzo del sendero, sólo cuando se está comenzando el sendero se vive la vida (momento a momento) con alegría porque descubrir el sendero es comenzar a percibir y vivir la espiritualidad que hemos acumulado como ser interno. Así es que, cuando se comienza el sendero (vivir la espiritualidad interna) una vez descubierto, ya no cabe la maldad en ningún sentido porque la experiencia es individual y debe estar complementada con la observación y el recuerdo de sí mismo. El sendero se ha de descubrir constantemente por medio de la sumisión ante lo desconocido y ante lo no alcanzado hasta ahora, es decir, en el silencio que sigue a lo que hasta ahora era la actitud de la personalidad; es una nueva fuerza que llena y satisface al corazón del aspirante.


Comenzar a “Hollar el Sendero” es, por tanto, camina r en compañía del Yo superior, de la Verdad o de Dios y esto debe ser así ante cualquier circunstancia de la vida. Esta es la gran diferencia con lo que otros llaman hollar el sendero (hacer cambios en la personalidad) Aquí no cabe la duda porque este “descubrimiento” llena de gozo y de felicidad interna al aspirante y esto es así porque es la Verdad o Yo superior, quien guía al aspirante y le hace un luchador o canal de Él Mismo. Cuando dejamos de hacer oposición a lo que representa la personalidad y en el silencio actuamos como buscadores de la realidad, es difícil que fracasemos y que volvamos a vivir en la confusión y el caos personal. Aunque esto parezca una actitud pasiva no lo es porque donde hay esfuerzo y lucha personal no cabe la intervención del Espíritu. Sólo cuando la mente deja de luchar por conseguir el éxito, la seguridad o la continuidad de la vida es cuando puede manifestarse el Yo superior. Sólo cuando la mente deja de actuar por su cuenta es cuando se acaban las limitaciones que velan la “realidad”; el trabajo se debe realizar con el aspecto superior de la mente (discernimiento, intuición, inspiración) pero la “realidad” está por encima de la mente.


Nosotros, como individuos en el sendero, debemos ser el instrumento afinado para que suene la Verdad y se exprese, el Yo superior. Entonces el vacío o silencio se convertirá en la voz del Maestro que nos ayudará a hacer el Sendero en nuestra vida cotidiana. El Sendero de Santidad (también llamado de perfección) es un sendero de equilibrio entre el hombre común que se rige por la religión y el idealista que, guiado excesivamente por su confianza propia, no se da cuenta que todo esfuerzo consciente tiene un límite; el primero se pasa de pasividad (negatividad) esperando que Dios le perfeccione y el segundo también cierto sentido porque confía demasiado en sus propios poderes y confunde positividad con confianza propia. El camino que el aspirante debe seguir es aquel que deja a un lado las discordias, las preocupaciones, las ambiciones… y la lucha que, contra todo eso, sólo trae amargura y sufrimiento. Solo así se podrá escuchar la melodía que procede de los mundos superiores y solo así, entre las acciones, se podrá vislumbrar el silencio que lleva a la realidad. Cuando una persona, alerta y en su silencio mental percibe la belleza de una flor sin emitir pensamiento o palabra alguna, está observando la realidad y expresando internamente lo que percibe. Así mismo, nosotros podemos observar la calidad de los demás cuando percibimos el silencio que hay en el intervalo entre dos expresiones de sus expresiones; cuando se guarda esto en la memoria en vez del significado de sus expresiones es cuando nuestro Yo superior manifiesta el equilibrio en nosotros.


La realidad está representada por el silencio entre dos sonidos o pensamientos y para vivirla hay que auto-observarse y ser auto-consciente en cada instante, pero eso no evita que la mente y el cuerpo de deseos intenten responde a lo que nos llega por los sentidos (impactos externos) o de la actividad y hábitos de ellos mismos. Esto representa otra lucha difícil de alcanzar al menos en algunos aspectos, sobre todo porque tenemos grabado que lo que está en su lugar correcto representa el bien y lo contrario el mal, y porque nuestro estado mental suele estar cambiando constantemente sin un código de valores fijo y perfecto. Por consiguiente, para estar en lo superior y poder elegir lo correcto deberíamos buscar ese silencio entre expresiones en todo lo que nos rodea y eso sólo es posible con la atención plena y el control emocional. De aquí que hayamos hablado de observación intensa y de interés profundo en todas las expresiones de la vida. No estamos hablando del interés que identifica al hombre con el objeto o el que hace que el individuo juzgue o critique, ni tampoco el que surge de un hábito, sino el que busca el silencio espiritual que es donde se encuentra la realidad y la luz. Esto significa que hay que observar la vida, no desde la mente fría sino desde el discernimiento y el corazón que engloba todo (aun en partes) como la obra de Dios en cada momento presente. Hay que tener en cuenta que la mente (que casi debería considerarse un sentido más) actúa del pasado al futuro y sus trabajos se basan en la identificación, la comparación, los recuerdos, etc. mientras que la inteligencia o intelecto trabajan en el presente o aquí y ahora, que es lo que debemos utilizar para intentar observar directamente en el corazón del prójimo y en el silencio de donde surgen las expresiones de la vida.


También es imprescindible que el aspirante observe con suma atención a su corazón, lo que no significa que nos tengamos que volver sentimentales o emocionales. Esto es así porque el corazón debe ser liberado de la influencia personal de las proyecciones y distracciones de la mente. Todo en la creación es puro, es la mente la que lo hace impuro, pero cuando nos situamos en la pureza del corazón purificamos la mente y la hacemos transparente. Por tanto, meditando en el corazón y buscando la realidad en el silencio es como encontramos el verdadero significado de la vida y disfrutamos de ella intensamente.


Algunos aspirantes piensan que el equilibrio que lleva a descubrir el sendero lo encuentran poniendo su atención en los mundos invisibles y no se dan cuenta que ni los poderes (por ejemplo la clarividencia) invisibles facilitan el equilibrio porque para eso deben encontrarle en lo interno y por medio de la intuición espiritual. Es lo invisible a la mente concreta y a los sentidos lo que hay que buscar internamente y viviendo en el eterno Ahora. El pasado y el futuro es “tiempo” pero el tiempo se para en el ahora presente psicológico. Para estar equilibrado y vivir la realidad hay que vivir en el presente que es una dimensión diferente al pasado y al futuro, y sólo viviendo de instante en instante es como se encuentra el sendero de la Verdad. En este estado la mente no puede agarrarse a nada concreto ni existencia, ningún aspecto psicológico del pasado o del futuro la dominan y se hace una mente libre lista para expresar el verdadero significado de la vida.

Francisco Nieto

lunes, 30 de julio de 2012

BUSCANDO EL VERDADERO SENDERO (II)



De lo que se trata, pues, es de eliminar el centro u origen de las reacciones para que así no pueda haber respuestas automáticas, instintivas ni de ninguna clase sin que haya voluntad y conciencia por parte nuestra. De ahí la necesidad de la auto-observación para ver de “dónde” y “por qué” surgen dichas reacciones, modificaciones y distracciones de la mente. A la vez, también debe haber un auto-análisis como personalidad (nuestro egoísmo, materialismo y todas las actitudes negativas que interfieren en el trabajo de hollar el Sendero de Santidad o de iniciación. Esta actitud es la que nos lleva a descubrir la Verdad, la Realidad, y es descubriendo la Realidad como podemos rechazar lo falso. No se trata de guiarnos por libros o por lo que digan otros, sino de limpiar la personalidad de apegos y deseos y de poner la consciencia y la voluntad a merced del Ego para que la mente no reaccione ni se distraiga con todos esos “obstáculos” que interfieren la acción de lo superior sobre lo inferior ¿Por qué sufrir por el hecho de que la mente esté siempre preocupándose por cosas innecesarias y personales? Sólo cuando seamos capaces de descubrir (por medio de la auto-observación y de la auto-consciencia) la falsedad de nuestros deseos, emociones y formas psíquicas o mentales estaremos listos para ver la realidad y hollar el sendero con seguridad.



Descubrir en determinada vida que hay una vida superior o sendero de espiritualidad implica el comienzo de un desarrollo que nos lleva a trabajar sobre la ética y la moral o, lo que es lo mismo, a cambiar nuestra conducta y nuestros hábitos. Esto se consigue mediante el esfuerzo consciente, sin embargo, el sendero de espiritualidad implica (también como trabajo consciente) una transformación desde lo interno, algo así como la creación de un nuevo centro desde donde se dirigirá y controlará la actitud y expresión de los diferentes vehículos del Ego. Como hemos visto, el profundo interés y el entusiasmo nos lleva a desarrollar el sendero que nos obligará a hacer cambios personales e internos, y como el cuerpo de deseos y la mente son, mayormente, la causa de nuestro sufrimiento por dejarnos dominar por su influencia, es necesario trabajar sobre ambos para hacer de ellos unas más perfectas herramientas. Uno de los primeros cambios que se deben hacer es cambiar los deseos, es decir, cambiar los conocidos por otros superiores que hasta ahora casi ni hemos imaginado.


Pensar, aun conscientemente, en cambiar nuestros deseos personales no va más allá de una modificación más en la mente que traerá un nuevo comportamiento, mientras que de lo que estamos hablando es de hacer los esfuerzos conscientes necesarios para ver las posibilidades de “alcanzar” lo que, normalmente, es inalcanzable. Así es que, en este caso, estamos hablando de desear lo que no puede alcanzarse por medio del esfuerzo común y para ello debemos desarrollar la sensibilidad hacia ese estado superior; a partir de ahí podremos comprender cuáles son las limitaciones que encontraremos. El hombre tiene ambición por ser importante, por tener éxito, etc., pero detrás de cada meta alcanzada viene otra superior con nuevas limitaciones y pruebas, por tanto, el éxito total siempre se le niega al hombre para que se dé cuenta de las limitaciones; cuando se hace consciente de éstas es cuando supera la ambición personal. El hombre también desea una vida experimental continua pero al final siempre encuentra que la muerte es una discontinuidad, aún así, no renuncia a tener seguridad física, emocional y mental pero, como en todo lo demás y como personalidad, se termina en la frustración. Solo la individualidad puede despejar las limitaciones para hacernos ver la “realidad”.


Existen muchas personas que si pudieran se aislarían del mundo para, una vez separados de la corriente humana, poder vivir en paz y hacer lo que quieran, pero este sentimiento de separatividad solo produce estancamiento y fracaso. Hay otros que les gustaría tener siempre sensaciones o impactos a modo de vivir más la vida y no se dan cuenta que esa continuidad de sensaciones es precisamente la causa de las reacciones de la mente y que lo se necesita precisamente es “momentos de silencio” entre reacciones. Las ambiciones, el deseo de éxito e incluso de crecimiento son sólo útiles desde el punto de vista personal pero no desde el de la espiritualidad y la expansión de conciencia puesto que éstas pertenecen a otra dimensión. El cuerpo de deseos y la mente no pueden alcanzar algo que está en una dimensión superior a la suya, sin embargo, ellos sí pueden ser utilizados por algo superior para buscar y hollar el Sendero de Santidad. Por eso, todos los deseos personales de crecimiento no son nada más que deseo de continuidad de sensaciones y experiencias personales que garanticen su supervivencia, y eso no trae la transformación espiritual necesaria para expandir la conciencia hasta una dimensión superior.


El sendero de santidad o iniciación es tan estrecho que sólo se puede hacer de uno en uno, y es que para hollar el sendero hay que convertirse en el sendero mismo. El aspirante espiritual no debe esperar que nada ni nadie pueda hacer el trabajo por él, y si algo ha de pedir sólo debería ser fuerzas y aspiración espiritual porque cualquier otra cosa estaría relacionada con los sentidos, el cuerpo de deseos y la mente. El “pedir” debe surgir desde lo más profundo del corazón donde la soledad impone el silencio de la mente, si la mente está distraída, descontrolada y pensando en mil cosas a la vez, no tendrá cabida la ayuda que el aspirante pide. Para reconocer la presencia de lo divino, el aspirante debe estar sólo y con la mente en silencio, por eso y porque la mente siempre suele estar entretenida con algo o alguien es imposible que el hombre común tenga ni siquiera un vislumbre de lo que es la vida superior. He mencionado las palabras “sólo” y “silencio” como necesidad para poder percibir lo superior, pero “solo” no es estar aislado de los demás ni tampoco estar con nuestros deseos, emociones y pensamientos. Cuando digo “solo” y estar con la mente en “silencio” me refiero incluso a detener toda actividad mental que es la única manera de estar ”sólo”, sin la compañía de sensaciones ni pensamientos. Porque, mientras la mente tenga una idea, concepto o imagen presente no está sola, es decir, cuando la mente no existe como manifestación es cuando estamos solos. Cuando la mente está en silencio cualquier cosa que proceda de lo superior alcanzará al Ser interno, pero si la mente está distraída se quedará en nada porque será distorsionada y obstaculizada.


Estar distorsiones y distracciones de la mente que impiden ver la realidad son las que hacen que nuestra vida sea superficial y que seamos pobres en espiritualidad. Cuando hay soledad y silencio hay enriquecimiento espiritual para que el Ego florezca y se manifieste por encima de lo personal es, en definitiva, una nueva y superior calidad de vida dirigida desde un nuevo centro de conciencia. Mientras la mente esté influenciada por los sentidos y desee dar expresión a lo que percibe no estará en el silencio que se requiere para percibir lo superior, es más, mientras la mente se distraiga y piense según lo guardado en la memoria sin un discernimiento consciente superior tampoco estará en ese silencio del Espíritu. Podríamos llegar más lejos aún y decir que la palabra es un medio de comunicación que no tiene significado o poder tal y como lo practicamos, es lo que se comunica o transmite por medio de la palabra lo que da significado a la palabra, por eso, la palabra puede ayudar o agrandar y crear heridas dependiendo de la fuente (mente) que proceda según el recuerdo de experiencias pasadas. La diferenciación verbal es una cosa y la psicología es otra, estando ambas basadas en los recuerdos y en las asociaciones mentales. Las palabras que nacen de una mente depurada no pueden herir porque no están contaminadas con los recuerdos de las experiencias del pasado ni con posibles programas del futuro. De aquí que para hollar el sendero también sea necesario eliminar el lenguaje hiriente por medio del control de la mente que llevará al silencio consciente y voluntario.


La personalidad es la acumulación de lo conocido, experimentado, pensado, expresado e incluso de los planes de futuro, y mientras tengamos todo esto como real y sintamos apego a ello no podremos dar el paso necesario para encontrarnos con nuestro Yo superior. Solo el presente, el aquí y ahora, forman ese estado de consciencia o silencio que abrirá la puerta a lo divino. Mientras la mente siga distraída con lo que le llegan de los sentidos y de los recuerdos del pasado o proyectos de futuro estará en tinieblas y no podrá ver la luz que le guiará en el sendero, pues ella misma crea su propia oscuridad. Somos nosotros con nuestra voluntad y discernimiento quienes debemos hacerla transparente y que se deshaga de todo lo que contiene y que sea un obstáculo para encontrar el silencio que lleva a contactar con lo superior.

Francisco Nieto

miércoles, 11 de julio de 2012

BUSCANDO EL VERDADERO SENDERO (I)



La vida del común de la humanidad está compuesta de pequeños hechos o incidentes que forman la base de su existencia, son pocos y raros los hechos o circunstancias especiales y, sin embargo, nos cuesta mucho mantener el interés y el entusiasmo y estar atentos a los hechos y a las circunstancias para poder extraer el mayor provecho de todo ello. La rutina y la monotonía hacen que desperdiciemos la mayor parte de nuestras vidas al no prestar la suficiente atención y meditar cada momento u oportunidad de progreso. Así es que, podríamos decir que el mayor mérito del hombre consiste en mantener el interés, el entusiasmo y una integridad espiritual en medio de la rutina y en mantener la armonía y un perfecto equilibrio respecto a los pensamientos y las emociones que tanto nos afectan derivadas de las circunstancias y de los problemas que surgen en nuestro destino. Por tanto, sabiendo que las pruebas para el desarrollo espiritual proceden de las actividades diarias y no de determinados hechos extraordinarios, no nos queda más remedio que admitir que sólo la fortaleza interna del verdadero Yo nos puede ayudar a encontrar dicha armonía y dicho equilibrio. Son muchos los aspirantes espirituales que han fracasado en su búsqueda de la Verdad por falta de interés y de entusiasmo, de hecho, nada extraordinario se consigue sin entusiasmo.



El éxito en cualquier materia se puede deber a la persistencia, a determinados hábitos y a la voluntad, y de todo ello surge la eficacia y el cumplimiento de los deberes, pero esto, al fin y al cabo, es casi automático. Son necesarios el interés y el entusiasmo si se quiere tener una vida creativa desde el punto de vista de la individualidad (Yo superior) y no de la personalidad, porque una mente llena de entusiasmo y de profundo interés no tiene miedo ni duda ante los obstáculos ni ante las pruebas del destino. El error de vivir la vida superficialmente, con prisas y anteponiendo el egoísmo por encima del discernimiento y de la meditación de los hechos hace que vivamos en la excitación, en las sensaciones y en las distracciones físicas y mentales concluyendo, por tanto, con que una mente que sólo actúa superficialmente nunca podrá experimentar en lo profundo. La mente que piensa en las formas físicas y desde un punto de vista personal no podrá alcanzar a comprender la vida interna porque un campo de actividad externo no trae los resultados y las experiencias de un trabajo interno que es la base del desarrollo espiritual.


La gran mayoría de las personas creen o piensan que las leyes divinas son injustas por adjudicarles un destino poco cómodo o benefactor, se sienten frustradas y luchan contra viento y marea con tal de obtener seguridad y toda una serie de objetivos fáciles, pero sólo las mentes superficiales actúan así y sólo para esas mentes cualquier problema se hace mucho más grande. Cuando no hay actividad interna cualquier dificultad parece imposible de superar y eso es por falta de interés profundo que es el que trae el entusiasmo necesario para la actividad interna. Lo cierto es que el verdadero aspirante espiritual no lucha por forzar su destino y menos por alterar las circunstancias objetivas porque sabe que son el campo experimental y de expresión de cada uno de nosotros. Cuando hay entusiasmo y profundo interés, los cambios objetivos (si los hubiere) se producirían o advertirían de una forma lenta y armónica, lo que facilita el trabajo al aspirante espiritual, el cual, se adaptará a cualquier circunstancia puesto que en su interior hay paz y armonía. Pero, cuidado, no estamos hablando de interés sobre algo personal en particular puesto que eso es superficial y crea apego emocional y mental, es el estado de puro y profundo interés al que nos estamos refiriendo puesto que éste es la base del entusiasmo.


Evidentemente, el aspirante que desarrolla el interés profundo que da pie al entusiasmo, está desarrollando a su vez un espacio o profundidad mental que le servirá para adentrarse en la realidad de la vida y para experimentar profunda y conscientemente , aun en la rutina. Es necesaria una transformación para que no haya ningún grado de resistencia en la mente (consciente o inconscientemente) Si hay resistencia (actividad mental sin control) falta flexibilidad y sensibilidad y, por tanto, en la mente solo hay ruido, bullicio y desgobierno, sin embargo, de lo que se trata es de encontrar la calma y ese silencio profundo mental. Tampoco estamos hablando de una mente plácida, indiferente, abandonada, distraída, etc., porque ese tipo de mente nunca experimentará en la realidad ni en lo profundo de la vida. Sí, hay que flexibilizar y sensibilizar la mente y hay que renovarla para que esté en el presente y elimine todo el pasado, pero también es necesario que haya perturbación o tormentas para que surja el interés y el entusiasmo. Ante las perturbaciones o inquietudes uno debe quedarse quieto porque si nos dejamos llevar por la actividad mental y por la confusión nos perderemos entre ellas mismas pues, después de todo, tras la tormenta viene la calma.


No queremos admitir que el destino nos trae muchas y nuevas oportunidades de desarrollo interno así como desafíos que ni siquiera advertimos porque la mente busca ser la protagonista e intermediaria para así mantener su poder. La mente crea algo así como un velo que nos impide ver la realidad de todo cuanto nos rodea, evita que tengamos un contacto directo con la vida y, por consiguiente, que tengamos ese interés profundo y ese entusiasmo. Si no fuera por las distracciones y el entusiasmo de la mente que desde la memoria realiza tendríamos una mente fresca y viva que nos permitiría observa r y afrontar los desafíos y las oportunidades del destino. Las tormentas son creadas por la personalidad, las que pueden complicar más aún los desafíos y pruebas del destino, pero cuando en medio de la agitación hay control y mantenemos quieta la mente (no reaccionar ni enjuiciar) entonces permanecemos tranquilos y pasará todo sin afectarnos consiguiendo así una limpieza mental. Una tormenta o desafío sin respuesta es permanecer en el silencio y en la soledad que nos fortalecerá internamente ante las siguientes. Es en este silencio donde se encuentran las mayores oportunidades espirituales de desarrollo porque entre otras cosas, traen una renovación subjetiva que hace que lo objetivo desaparezca.


Está claro que el aspirante espiritual debe hollar el sendero de santidad en la rutina diaria, en sus problemas y en cualquier circunstancia, pero para encontrar este sendero debe identificarse y escuchar a su Alma por encima de todo el bullicio que le rodea. El sendero se hace y se desarrolla a cada momento y nadie puede hacerlo por nosotros, solo es necesario escuchar al corazón y a la voz que se hace sonora cuando controlamos el cuerpo de deseos y la mente. El aspirante se debe hacer un luchador incansable y un buen capitán de su barco para vigilar constantemente que el rumbo que lleva sea el correcto, si no se auto-observa para ver que va por el camino correcto es fácil que se pierda entre tanto egoísmo, placer y materialismo. Es muy posible que alguien se pregunte que “qué” es y “cómo” se anda el sendero, y la verdad es que no es fácil de responder porque el “cómo” se anda es algo que cada individuo irá descubriendo paso a paso pero el “qué” es un despertar o toma de conciencia de que tenemos la posibilidad de acelerar nuestra evolución y nuestro desarrollo espiritual. El sendero no es físico ni objetivo, ni tampoco está fuera de nosotros, es más, no hay normas ni planos para recorrerle, aunque está claro que todo lo que nos ayude a ser mejores y todo el bien que podamos hacer es de gran ayuda para hollarle.


Naturalmente que, si queremos avanzar por el sendero de espiritualidad, debemos comenzar por poner nuestros sentidos y nuestra mente en lo subjetivo y espiritual y no en lo objetivo y material pero, además, debemos procurar ser auto-conscientes constantemente para no permitir que la mente, los deseos y las emociones participen en los asuntos terrenales por su propia cuenta y en más de lo que sean sus deberes y responsabilidades. Esto se consigue observando nuestras reacciones ante los impactos externos e internos que modifican y distraen a la mente, una vez observadas no es necesario crear una guerra para cambiar dichas reacciones porque esa guerra solo las alteraría. Solo es necesario observarlas sin enjuiciarlas y sin intervenir de ninguna forma, entonces ellas se marcharán y nosotros conseguiremos la paz y el silencio de la mente que nos irá acercando progresivamente al Ego o Yo superior.

Francisco Nieto

viernes, 22 de junio de 2012

CONSTRUYENDO UN NUEVO MUNDO




El progreso espiritual se adquiere cuando el conocimiento se lleva a la práctica. Podemos acudir a muchos maestros de esos que dan conferencias, o a esos otros que dicen ser videntes y contactados de Ángeles y Jerarquías superiores, o incluso tomar como maestros a diferentes autores porque en sus libros dan las pautas para que creemos un mundo mejor según nuestros ideales más elevados; pero nada de eso se consigue si no llevamos a la práctica el conocimiento aprendido. Podemos leer un párrafo de un libro detenidamente, asimilar conscientemente lo que dice (eso ya es conocimiento) y guardárnoslo como algo muy interesante para llevar a la práctica, pero si no lo practicamos no comprobaremos sus resultados que servirían de aliciente para continuar cada día. Además se nos olvidaría, quedando, por tanto, como un conocimiento olvidado, es decir, una oportunidad de superarnos que se nos ha dado y que hemos desaprovechado. Estos maestros no pueden hacer nada por nosotros porque están fuera de nosotros, para hacerles nuestros maestros debemos experimentar internamente lo que dicen y entonces, sus resultados, serán parte nuestra que nos servirán de guía.


Seguro que muchos aspirantes espirituales les gustaría haber asistido o asistir a una conferencia de alguien que ellos consideren un maestro pero, si lo consiguieran, ¿qué harían después de dicha asistencia? por lo general y en estos casos, ponerlo en práctica durante unos días y luego guardarlo como una experiencia o recuerdo bonito. El desarrollo, para cualquier aspirante, se adquiere con la práctica y es la práctica la que eleva al aspirante y le hace sabio. No nos engañemos, todos los días tenemos la oportunidad de elevarnos un poquito hacia el grado de maestro y de desarrollar el Alma, sólo depende de nosotros y de nadie más. La auto-programación de nuestra vida día tras día basada en los más elevados ideales y la observación consciente que debemos llevar a cabo con paciencia y persistencia, son los dos aspectos que nos pueden facilitar ese nuevo mundo interno y real que nada tiene que ver con el que vivimos como personalidad. Es la construcción de ese mundo imaginado y visualizado la que nos puede abrir la puerta a él, si no le construimos con la práctica en nuestra vida diaria nunca podremos estar dentro de él como maestro constructor.


Lo que nos gustaría ser o alcanzar pero que está fuera de nosotros no lo podemos hacer nuestro excepto que nos esforcemos y luchemos por conseguirlo, pero lo que alcancemos como desarrollo del Alma gracias a la práctica de nuevos ideales y patrones de conducta sí es nuestro y es parte de ese nuevo mundo que queremos construir. Cuando dominamos nuestra mente, nuestros deseos y nuestras emociones podemos controlar y dirigir la palabra y la acción, sólo así, como observadores conscientes de nuestras manifestaciones, actuamos en verdad y sobre la realidad. Todo lo demás se queda en hechos pasajeros que tarde o temprano se olvidan y que solo sirven como entretenimiento para el hombre común que, egoístamente, solo piensa en el disfrute de los placeres y en lo material. Si no nos auto-descubrimos gracias al conocimiento puesto en práctica no percibiremos ni siquiera la diferencia que hay entre la vida común (como la de cualquier persona) y la vida del Espíritu, es decir, el comienzo de una iluminación o iniciación; y es que esa luz y esa iniciación la debemos construir en nuestro interior para poder experimentarla.


Nada de lo que perciben nuestros sentidos nos puede ser útil si no tiene un efecto real y verdadero sobre nuestra Alma o Ego, sólo lo que se relaciona con el Ego nos ayuda a construir el nuevo mundo en el que deseamos vivir. Es cierto que el conocimiento ayuda, pero lo hace más que nada para que descubramos la verdad del Alma y que puesto en práctica nos hará ver la realidad que está por encima de la mente. Tenemos dos campos sobre los que actuar: uno sobre lo que comúnmente somos, (como autómata que actúa por instinto y según patrones mentales y de conducta) y que debemos comenzar a aislar desde la posición de observadores de nosotros mismo situados por encima de la propia mente automática y personal; y dos, sobre el que se vive en la realidad (auto-observado y auto-controlado consciente y voluntariamente) que debe trabajar sobre lo que no es hasta minimizarlo en sus quehaceres diarios.


La Realidad, la Verdad, debe ser conquistada para hacer que nazca en nosotros y mientras nos dejemos llevar por las emociones, por los deseos y por la mente concreta y personal no lo conseguiremos porque la realidad está por encima de todo eso y sólo puede ser reconocida desde el plano del Alma. Con la mente ordinaria con la que trabajamos a diario no podemos descubrir ni vivir en ese mundo del Alma, sólo cuando estamos atentos a lo que decimos, sentimos y pensamos como aspirantes espirituales podemos situarnos por momentos en el plano del Ego. Esto es como cuando, aunque tarde, nos damos cuenta de que hemos actuado mal, es decir, es estar tan atentos a nosotros mismos (auto-recordándonos constantemente) que no quepa la mínima oportunidad de actuar mal porque todos los vehículos de manifestación del Alma están controlados.


La filosofía oculta, la metafísica, la cábala, las religiones, la nueva consciencia actual, etc. son conocimientos que tarde o temprano nos hacen comprender que todo está en Dios o que todo es Dios, y es esta comprensión la que nos llevará a buscar a Dios en cualquier sitio como personalidad. Pero hasta que el conocimiento no haga elevar la conciencia un poco más allá del común de la humanidad, no estaremos preparados para comprender que Dios está dentro de nosotros y que sólo tenemos que saber llevar a la práctica dicho conocimiento para poder tener un pequeño vislumbre de la Realidad o Verdad. Cuando comenzamos a vivir en ese nuevo mundo real comenzamos a comprender que Dios también está dentro de los demás por muy diferentes (evolutivamente hablando) que sean de nosotros. Cuanto más vivimos en la realidad que está por encima de la personalidad más cerca estamos de Dios y de Su Verdad, lo que nos falta para vivir en el plano de la realidad es “conocimiento” que después deberá ser llevado a la práctica en nuestra auto-programación diaria.


Estamos en el mundo en el lugar que nos corresponde y con las personas que debemos estar porque tenemos o debemos tener alguna relación con ellas, por tanto, ocurra lo que nos ocurra sólo tenemos dos formas de actuar y de responder: primera como personalidad o segunda como Egos. Como personalidad nos enfadaremos cuando no nos salgan las cosas como deseamos, cuando alguien nos haga cualquier cosa que nos moleste o no esté de acuerdo con nosotros, y en otros muchos hechos que nos hacen sufrir física y psicológicamente. Como Almas entenderemos que ciertas cosas deben ser así, que debemos tener siempre una sonrisa ante los problemas y personas que nos perjudiquen, que las personas que nos rodean están ahí porque algo tenemos que aprender, que todo lo que hagamos afecta a este mundo creado por Dios y a nuestra propia Alma, etc.


Lo que es el mundo y la sociedad es también gracias a nuestras acciones y forma de pensar, como podemos ver, nuestro mundo no es precisamente un mundo ideal sino el fruto de la ignorancia aun con buenas intenciones por parte de algunos, si queremos transformar este mundo primero debemos transformar el nuestro para así poder servir de ejemplo. No es nada fácil que un aspirante espiritual pueda cambiar el mundo pero todos unidos sí lo conseguiremos si hacemos oír nuestras voces, aun así, el aspirante a la vida superior que observa y controla la personalidad vive en este mundo pero cada día está un poco más tiempo en el del Alma


Dentro de nosotros tenemos el poder de estar por encima de la mente y, por consiguiente, pensar y hacer el bien o el mal. Actuando como el verdadero Ego no sólo nos liberamos de este mundo personal sino que, a la vez, creamos un futuro lleno de dicha y felicidad. Es desde ese nivel de desarrollo espiritual desde donde podemos pensar que aunque nuestro cuerpo físico muera nosotros no morimos porque estamos por encima de lo que muere. Es tiempo de despertar a un nuevo mundo, a una nueva conciencia que esté por encima de los odios, rencores, egoísmos, materialismos, críticas, envidias, venganzas, etc., y eso solo se puede hacer transformando la personalidad gracias a ponernos como observadores de nosotros mismos y pensadores voluntarios y conscientes. Entonces y si hacemos una correcta y cada día superior auto-programación matinal experimentaremos esa ampliación de conciencia que algunos no se pueden ni imaginar.


Francisco Nieto