sábado, 28 de abril de 2012

EL HOMBRE, CENTRO DE FUERZAS Y ENERGÍAS (VI)

        

  Está claro que el trabajo a realizar para alcanzar ese desarrollo espiritual debe centrarse en los centros o chacras situados sobre el corazón, la garganta y en la frente, puesto que el coronario actúa más en la culminación de la obra de santificación. A grosso modo, se trata de reorganizar y reordenar los tres superdinámicos chacras inferiores para que pasen del estado positivo a negativo y de hacer lo contrario en los cuatro superiores. Si de lo que se trata por un lado es de pasar la energía positiva de los tres inferiores a los superiores debemos comenzar por espiritualizar el carácter y purificar los vehículos que utilizamos, es decir, la mente, el cuerpo de deseos –sentimientos, deseos y emociones– y el físico. Esta transformación debe ser hecha por medio de la voluntad, la organización en nuestra vida diaria, la repetición, la persistencia, la meditación, la retrospección, la concentración, la pureza de vida y el control de la mente. Uno de los efectos de este trabajo es que la energía del centro sacro utilizado para la creación y la generación física, se sublima y se reorganiza para que ascienda al centro creador de la laringe, así mismo, las energías del plexo solar ascienden al corazón, o sea, los deseos materiales y sentimientos personales deben convertirse en conciencia, amor y servicio al prójimo.


          El papel más importante del Fuego Serpentino respecto al desenvolvimiento espiritual que el hombre tiene que alcanzar en algún momento de su evolución, es despertar o activar los centros etéreos para que se conviertan en eficaces puentes de conexión entre el cuerpo físico y el emocional o de deseos. Esta energía ígnea es la que vivifica los diferentes cuerpos para que el Ego sea consciente en los diferentes mundos; lo que algún día conseguirá todo ser humano. Además del necesario progreso espiritual que hay que alcanzar para despertar el aspecto interno de este fuego sagrado, es necesario que la persona adquiera un gran poder de voluntad, discernimiento y dominio de sí mismo a la vez que responsabilidad. Si no es así no se despertara tan fácilmente, pero si alguien lo intenta por el camino de la magia negra, en verdad que se arrepentirá una y mil veces. Cuando esta energía se despierta por medios contrarios a los positivos que hemos mencionado, se dirige hacia abajo en vez de hacia arriba por el canal espinal y la persona no solo transforma su personalidad para mal sino que, además, sufre física y psíquicamente. Nadie debería despertar esta energía si no están contacto con un iniciado o Maestro experto que ya lo haya desarrollado y que sepa manejar estas energías.

          Los centros o chacras de los cuerpos invisibles se van desarrollando según la actitud de la persona, particularmente a partir de la formación de dichos cuerpos a los siete y a los catorce años. Pero hay otras conexiones vitales sin las que el ser humano ni se formaría ni existiría. Hasta ahora hemos hablado de energías en general, de las de los cuerpos y de la de los cuatro éteres del cuerpo etérico en particular, pero no hemos hablado de lo que hace que esos cuerpos existan y estén unidos desde el mismo momento de la unión del ovulo y el espermatozoide. Hay una clase de Ángeles cuyo trabajo respecto a la humanidad trata sobre su destino y su karma, ellos administran y controlan dos hechos importantes de nuestras vidas: Primero, el átomo-simiente donde quedan grabadas todas las experiencias de nuestras vidas –para extraer el fruto después de la muerte– y que ellos colocan y hacen que vaya en el espermatozoide que fecundará el óvulo; y Segundo, la colocación del molde etérico del futuro cuerpo en la matriz de la madre para que se adhieran los átomos físicos y forme el cuerpo según el karma que le corresponda.

         Partiendo de la base de que cada cuerpo tiene su átomo-simiente y que los cuerpos se terminan de desarrollar a los 7, 14 y 21 años aproximadamente a partir del nacimiento, hay que saber:

1º.- Que del átomo-simiente del cuerpo físico nace un cordón etérico de color brillante plateado que se dirige hacia el centro del cuerpo etérico situado a la altura del bazo.

2º.- Que del centro del cuerpo de deseos situado a la altura del hígado, aproximadamente, nace un cordón de materia astral –de deseos– que se dirige hacia el mismo centro etérico mencionado.

3º.- Que ambos se encuentran y unen en dicho átomo y que así perdurará hasta unas horas después de la muerte.

4º.- Que la muerte clínica ocurre cuando el cordón etérico se desconecta del átomo-simiente en el corazón y que la verdadera muerte ocurre cuando, después de grabar la película de nuestra vida pasada, se rompe el cordón del cuerpo de deseos para así pasar a ese mundo.

5º.- Que cuando las partes inferiores y superiores del cordón plateado se unen comienza la vida y los movimientos del feto y esto seguirá así hasta que penetre y se haga cargo el Ego aproximadamente a los cuatro meses de la fecundación; desde entonces y hasta después de la recopilación de la película de la vida después de la muerte no abandonará el Ego el cuerpo físico.

6º.- Que el tercer segmento del cordón que se une en el centro o chacra del cuerpo de deseos está conectado al cuerpo mental en el seno frontal del cuerpo físico; las dos partes inferiores del cordón tienen que estar presentes antes del nacimiento pero su completo desarrollo –y más aún el cordón de materia mental– se hará según los ciclos septenarios que lo controla, no olvidemos que este triple cordón es por donde descienden las fuerzas relacionadas con el Espíritu y con el Ego.

7º.- Que el cordón relacionado con el cuerpo mental no está presente durante el embarazo y ni siquiera en el nacimiento, se encuentra latente en el átomo-simiente de la mente , aunque a partir del nacimiento comience a desarrollarse no lo hace notablemente hasta el ciclo entre los 14 y los 21 años que es cuando el hombre va adquiriendo total control sobre sus cuerpos y verdadera responsabilidad en sus decisiones.

8º.- Que aunque todos los cuerpos están “presentes” a partir de la concepción, hasta su completo desarrollo para uso del Alma, el hombre actúa y se vale –aunque no tan vivamente como cuando sus cuerpos están completamente formados– de otras fuerzas planetarias para completar su formación mientras tanto.

9º.- Que el cordón de materia mental que va desde el seno frontal hasta el átomo-simiente de deseos pasa por la glándula pineal, el cuerpo pituitario, las glándulas tiroides y timo, bazo y suprarrenales para terminar uniéndose al cordón de materia de deseos en su centro situado a la altura del hígado físico.

10º.- Que este cordón de materia etérica-energética se puede extender a gran distancia cuando salimos del cuerpo físico sin ningún peligro –salvo excepciones– gracias a él se puede estar en los diferentes mundos sin embargo, durante el día y al igual que ocurre con los cuerpos invisibles, éste se recoge en el cuerpo físico en la zona del plexo solar.

              El reflejo del sutratma en el cuerpo físico se denomina médula espinal, en la cual existen tres canales de nervios llamados “Ida”, – polo negativo y de color rojo– “Pingala” –polo positivo y de color amarillo– y “Sushuma” –Kundalini en sushuma de color azul oscuro– hasta que las energías de los laterales no estén equilibradas no podrá ascender y descender kundalini por el canal central hacia el cerebro y pasar sin ningún problema por los diferentes centros. Se dice que es análogo al sutratma porque relaciona a la personalidad con el Ego o Yo superior por medio de un equilibrio entre la energía negativa de la materia y la energía positiva del Espíritu; es decir, por el canal del medio. Para que esto ocurra hay que activar las energías laterales que representan al Alma que subyuga al cuerpo físico, esta misma purificación de la personalidad produce una circulación que alcanza a todo el cuerpo gracias al canal central. Una de las primeras ayudas que encuentra un aspirante ocultista ante un Maestro o iniciado es la activación del canal “ida” para que comience a dominar sus deseos, pasiones y emociones; con la avivación del segundo canal “pingala” se ayuda a dominar la mente; y cuando el aspirante lleva mucho tiempo sacrificándose y esforzándose bajo la dirección consciente o inconsciente de un Maestro, se despierta la energía central de sushuma para poder recibir la influencia espiritual superior. Así es posible dejar a voluntad el cuerpo físico y ser consciente en los mundos superiores.

                El Fuego Creador o Kundalini tiene su asiento en las entrañas mismas del planeta y en todos los reinos y gracias a él se crea todo en este mundo físico. En el ser humano penetra por los centros o chacras menores situados en las piernas, de tal manera que el Fuego etérico que circula por la pierna izquierda, asciende después por el canal “Ida” y el que sube por la derecha lo hace por el canal “Pingala”; el canal central Sushuma, ígneo, simboliza el grado espiritual del Ego y en él se despierta, en su justo grado y equilibrio, el poder que asciende por los centros mayores. Estos tres canales representan las tres energías o Aspectos de Dios, pero es Kundalini el que se eleva por el canal central cuando el trabajo del aspirante espiritual permite la intervención del Ego para ello.


Francisco Nieto

lunes, 9 de abril de 2012

EL HOMBRE, CENTRO ACTIVO DE FUERZAS Y ENERGÍAS (V)









La ciencia ha hecho grandes descubrimientos respecto a las energías que nos rodean y a las que componen nuestro cuerpo físico como es el caso del átomo. Hace años solo podía estudiar lo que percibían los sentidos, hoy gracias a las nuevas tecnologías puede investigar más allá de los sentidos pero sigue estando limitado respecto a las energías primarias de donde se derivan todas las demás. Dios es la Fuente o el Poder de donde surge lo manifestado, visible o invisible a nuestros sentidos, Sus tres Aspectos o Poderes también son representados –según la cultura y la religión les llaman por diferentes nombres– por tres energías primarias entre otras muchas. Las energías más cercanas a nosotros y que actúan en los mundos donde evolucionamos representan:
1ª.- Energía Kundalini o Fuego Serpentino que es la que crea los elementos químicos desde su asiento en el centro de la Tierra. Existe en los diferentes planos, está en los núcleos de los cuerpos radiactivos y actúa en todos los cuerpos de los seres evolucionantes ayudando a alcanzar la autoconciencia. En el hombre se encuentra en estado latente en el centro o chacra inferior de la columna vertebral para despertar en su momento a los siete centros mayores.
2ª.- Es la corriente de vida de Dios que penetra y utiliza la materia como vehículo.
3ª.- La que penetra por los chacras de los cuerpos ya vitalizados; se manifiesta en todos los planos, vivifica la materia de nuestros cuerpos superiores y a través de los chacras alcanza el cuerpo físico para unirse al Kundalini. Esta energía actúa como el principio crístico que todos, progresivamente, tenemos que desarrollar.
Así es que nuestra vida depende de esas energías procedentes, unas del espacio y que son activas en la atmósfera, y otras procedentes de la tierra como es el caso del Fuego Creador o Kundalini planetario.

Las partículas energéticas o de vitalidad que los hindúes llaman “prana” y que son atraídas hacia el centro del bazo se diferencian en varios colores y direcciones con tal de vitalizar el cuerpo. Esta energía vital dividida en cinco corrientes se dirige:
1ª.- A los órganos sexuales por medio del centro situado en esa zona, donde en personas normales –y más en los poco desarrollados– estimula el deseo sexual hasta que el individuo comienza a elevarse notablemente en lo moral, intelectual y espiritual, dirigiéndose entonces esta energía hacia el cerebro para estimular la naturaleza espiritual del ser humano; este es el paso previo para la verdadera ascensión del kundalini.
2ª.- Esta corriente de color rosa que penetra por el centro ubicado a la altura del bazo es la que vitaliza y la que circula por el sistema nervioso.
3ª.- Esta corriente vivifica el aparato digestivo, intestinos, hígado y riñones.
4ª.-Corriente amarilla que llega al cerebro después de pasar por el corazón. Esta corriente produce vitalidad y buen funcionamiento del corazón a la vez que compenetra la sangre que se distribuye por todo el cuerpo; también puede aumentar el poder de los pensamientos relacionados con la moral y la metafísica espiritual.
5ª.- Corriente de color violeta que tiene su función principal en el centro de la laringe y que después pasa como color violeta al centro coronario o superior.

Estas energías y sus divisiones rodean, penetran y están en todos los planetas y en todas las formas o cuerpos que evolucionan en la Tierra, sea en forma de electricidad, vitalidad, electromagnetismo, etc. Por ejemplo: La vitalidad procedente del Sol –prana– penetra en los tres mundos donde evolucionamos –físico, de deseos y mental– y entra en los átomos desde el interior y no desde el exterior como ocurre con la luz y el calor; por tanto, el átomo es un acumulador de energía que procede de otras dimensiones. La vitalidad de la atmósfera es casi incolora aunque sí brillante pero cuando penetra por el chacra del bazo adquiere varias tonalidades en su variedad atómica ya dispuesta para vitalizar el cuerpo físico. Sin embargo, hay un átomo cuyo color es rosa, que es el único que pasa por el mismo centro del chacra para luego circular por los nervios a la vez que palidece por el gasto de energía hasta que, por último, sale por los poros para formar una especie de aura y existir como simples átomos. Hay que decir que el trabajo, aprovechamiento y beneficio de estos átomos no son solo de vitalidad para el cuerpo físico, sino que también afectan a lo intelectual, moral y espiritual que cada persona desarrolle. Por los centros no penetran solamente energías vitales, también penetran otras relacionadas con el desarrollo psíquico y espiritual, pero éstas lo hacen por los centros superiores no por los dos primeros o inferiores. Esto, como en casi todas las cosas, tienen un aspecto positivo y otro negativo. El positivo es que cuando alguien es altruista, fraternal, amoroso con los demás, etc., atraerá pensamientos y emociones de ese tipo y éstos penetrarán por el chacra o centro que les corresponda –corazón– aumentando así esas virtudes personales; el negativo es todo lo contrario y penetrarán principalmente por el del plexo solar.

Ya hemos visto cómo el cuerpo etérico sirve para mantener vivo el cuerpo físico pero también hemos dicho que sirve de puente para que las emociones y los pensamientos lleguen al cuerpo físico, de hecho, sin este puente el Ego no podría utilizar el cerebro ni el sistema nervioso. Este puente no es otra cosa que los propios centros, los cuales coinciden en su posición del cuerpo etérico respecto a los del cuerpo de deseos o emocional pero no en este cuerpo emocional por tener otra dimensión más que el etérico. Los centros etéreos están en la superficie del cuerpo mientras que los del cuerpo de deseos o emocional están dentro del mismo. Cuando, por medio de una vida de servicio altruista y amoroso al prójimo se desarrollan los chacras, se despierta el poder que corresponda a cada uno de ellos. Para conseguir esto hay que despertar el fuego latente –en algunos semidespiertos– en el centro inferior y éste se encarga de poner en actividad a cada uno de los centros según asciende hacia la cabeza. De esta forma se experimentan hechos que van desde sentirse flotar o recordar algo de las salidas nocturnas del cuerpo físico hasta ver u oír en el mundo de deseos, llegando incluso a ser consciente del abandono del cuerpo físico.

Pero ¿qué son los centros o chacras? Los centros están formados por corrientes de fuerza que, procedentes del Espíritu, llegan al Ego y desde éste a los diferentes cuerpos. De ahí la progresiva actividad a partir de que el Ego comienza a controlar o a actuar sobre ellos, en su momento ocurrirá lo mismo desde el Espíritu hacia el Ego, pero antes de que ocurra eso es necesario crear el cuerpo-Alma que es el resultado de transformar la personalidad en Alma. El centro coronario –Voluntad– el cardíaco –Amor-Sabiduría– y el laríngeo –Actividad– son los tres centros encargados de transformar la materia etérica, de deseos y mental para que el Ego tenga pleno poder sobre la corriente de vida –situada en el corazón– y sobre la de la conciencia situada en la cabeza. El hombre debe llegar a ser consciente de los centros gracias al desarrollo y aumento de poder del Ego y no al trabajo personal sobre los centros que algunos intentar conseguir con determinados ejercicios. Aunque el trabajo espiritual debe ser realizado sobre los centros mayores –los instrumentos principales en el plano físico– puesto que éstos repercuten sobre las glándulas, es el centro en el corazón el que debería entrar primero en actividad puesto que es el que unifica la personalidad con el Alma, o mejor dicho, el que eleva la conciencia a los planos espirituales.

El cuerpo de deseos no es nada parecido a los cuerpos físicos y etéricos puesto que no tiene su forma, éste es una especie de ovoide donde los deseos y emociones se muestran en forma de energías y colores cambiantes; si algo tiene en común con el cuerpo etérico es que también tiene unos centros y en que el Kundalini también duerme en el más inferior de los siete grandes centros. Este es el vehículo que utilizamos cada noche mientras dormimos y al cabo de unas horas después de la muerte, pero actualmente no hemos desarrollado la conciencia en él como lo hemos hecho en el físico. Al igual que en el cuerpo etérico, el de deseos capacita al ser humano para hacer uso de ciertos poderes fruto de la elevación del fuego serpentino por el triple canal espinal. Cuando ocurra esto funcionaremos en el Mundo de Deseos o Emocional como lo hacemos aquí y no tendremos los obstáculos que hoy tenemos con el cuerpo físico para viajar y para otras muchas cosas; los centros del cuerpo de deseos hacen la misma función que los sentidos físicos pero en una dimensión superior.

Los centros del cuerpo etérico, como este mismo cuerpo, tienen unas funciones más claras y concretas respecto a nuestras necesidades físicas y de conciencia. Los dos primeros centros etéricos tienen el papel de transferir las fuerzas o energías de Kundalini del planeta y la vialidad solar del sistema; los tres siguientes relacionan o comunican determinados aspectos de la personalidad con el Ego por medio del cuerpo de deseos y del mental; los dos últimos de la cabeza relacionados con el cuerpo pituitario y la glándula pineal entran en acción única y exclusivamente cuando la persona ha alcanzado cierto grado de desarrollo espiritual. Aunque estos chacras tienen relación con los ganglios y están conectados a los plexos y a la columna vertebral, no entraremos en detalles y nos quedaremos con la idea de que los centros del cuerpo etérico y del cuerpo de deseos intercambian y aumentan fuerzas y energías mutuamente.




Francisco Nieto