domingo, 20 de diciembre de 2009

LA SINTONÍA CON LAS VIBRACIONES ASTROLÓGICAS


"Dios es Luz", "Dios es indivisible" dice la Biblia. Él envuelve todo como la luz envuelve los colores. Se manifiesta como 3 colores que llamamos "primarios" de los cuales se derivan 4 secundarios hasta formar 7 colores básicos. Dios, a través del Sol, manifiesta Vida, Conciencia y Forma, y también irradia Su Luz sobre los 7 planetas del sistema solar: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano. Cada planeta recibe la influencia del Sol según la distancia y naturaleza del planeta y de los seres que lo habitan, o lo que es lo mismo, el grado de vibración que representa al rayo al que pertenecen y su Jerarquía regente. La Luz del Sol llega a todos los planetas, bien directamente o bien reflejada por otro planeta hermano.Estos rayos planetarios son los impulsos de los llamados 7 Espíritus ante el Trono o Jerarquías Creadoras encargadas del desarrollo de los Espíritus hijos de Dios en su peregrinación fuera de su hogar. Los rayos que vienen del Sol producen crecimiento espiritual, los rayos reflejados nos elevan la moral y la conciencia, y los rayos reflejados de la Luna nos ayudan en el nacimiento y crecimiento físico.
Todos asimilamos estos impulsos del Sol y de los 7 Rayos y los utilizamos para nuestro progreso, pero como el progreso no es el mismo en todas las personas, cada uno de nosotros es afectado de diferente forma.Como sabemos por medio de la filosofía oculta, el ser humano ha llegado al nivel de desarrollo actual gracias a las jerarquías superiores que nos han ayudado como nosotros ayudamos a nuestros hijos y a los reinos que nos siguen. Los Ángeles hacen que renazcamos, nos preparan el molde etérico del cuerpo físico y junto con la jerarquía de Neptuno gobierna nuestro cerebro; los Ángeles Luciferes gobiernan el hemisferio izquierdo y tienen que ver con nuestra naturaleza pasional; los Señores de Mercurio gobiernan el hemisferio derecho para que desarrollemos la razón que se debe imponer sobre las pasiones.En realidad, somos el resultado de la obra de las Jerarquías superiores que conocemos como Señores de Venus, de Mercurio, Ángeles, Arcángeles y otras superiores. Sin embargo, desde que adquirimos la individualidad gracias a la influencia de Mercurio y a los Señores de la Mente, comenzamos a desarrollar también el libre albedrío. Desde entonces, todos hemos ido progresando bajo su influencia y la de nuevos planetas como los niños progresan bajo las enseñanzas de los profesores en el colegio y, esto seguirá así, hasta que tengamos cierto grado de perfección. Por consiguiente, cuanto más abajo está una persona más responde y menos razonamiento opone a las influencias de los astros, por el contrario, cuanto más desarrollado en sentido moral, intelectual y espiritual está una persona menos influencia tienen los astros y más colabora él con ellos.
Esto tiene un sentido lógico, si nosotros dejáramos a los niños completamente libres, serían muchas las cosas que les podrían pasar, por eso les prohibimos, imponemos o castigamos aunque ellos a cierta edad no lo comprendan y digan que no les dejamos actuar con libertad. De esta misma forma nosotros somos dirigidos, influenciados o cohibidos a través de los astros para que vayamos por el camino que ellos saben que más nos conviene, dicho de otra forma, por eso nosotros tenemos en nuestro horóscopo toda una serie de posiciones y aspectos planetarios que cumplirán esta misión. Pero, lo mismo que el niño crece y llega el momento en que toma sus propias decisiones de una forma responsable, así mismo, nosotros ejercemos el libre albedrío sobre nuestro destino desde hace ya millones de años.
En la Época Lemúrica, cuando el miedo a Jehová estaba justificado por la "ira de Dios" en forma de castigos como: Terremotos, epidemias, plagas, etc., estábamos regidos principalmente por la Luna y Marte –Jehová y Lucifer- Jehová y sus Ángeles nos dieron un cerebro similar a los niños que, con la colaboración de los Señores de Mercurio se ha convertido en lo que es hoy, y los Luciferes de Marte nos dieron la energía necesaria para continuar luchando por la vida y por la evolución. Además de Marte y Luna, Saturno también tenía gran influencia en esa época, pero es que, aunque existían otros planetas, si hubiéramos hecho un horóscopo, no hubiera hecho falta ponerlos porque su influencia no se hacia sentir en la humanidad, tan sólo actuaban instintivamente y por impulso por la influencia de Marte que se relaciona con el Cuerpo de Deseos. Mercurio también comenzó a influir sobre la mente para que aprendiéramos a razonar pero, sin embargo, no éramos capaces aún de sentir las buenas influencias de Venus y muchos menos de Urano que es su octava superior. El único afán era comer, beber, practicar el sexo y ser feliz –bajo la influencia de Luna y Marte- Al no sentir la influencia de Venus no veíamos la belleza en la naturaleza, y mucho menos en la mujer que era como un animal de placer para el hombre.
Más o menos para este tiempo comienza a sentirse la influencia de Saturno en el estado post-morten haciendo justicia divina incluso en la siguiente vida por medio de dar a cada uno –como actualmente- la cosecha de lo que sembró. Así la humanidad "deseaba" instintivamente la muerte porque era como un descanso después de una vida dura y de lucha y esto hacía que empezara a razonar en busca de algo superior en la próxima vida. Saturno no sólo es el planeta de la muerte, sino que además desarrolla una mente profunda y, en esa época, desarrolló la astucia para que la humanidad comenzara a trabajar conscientemente en la tierra.Cuando ya en la Época Atlante, las jerarquías o Hermanos Mayores de Mercurio y Venus, comenzaron a influir plenamente, Venus hizo que la humanidad fuera más delicada, que apreciara la belleza, que fuera más suave y, por tanto no tan animal. A partir de ahí y gracias a Venus comenzamos a practicar las artes y a desarrollar ideales morales y más elevados, por otro lado, Mercurio nos ayudó a desarrollar la mente. Venus vino para suavizar y hacer más personal al casi animal que era el hombre, y Mercurio vino para hacer que razonara los sentimientos, deseos y emociones –lo que aún seguimos haciendo- Venus tiene más que ver con la imaginación, belleza, feminidad y función creadora de la mujer, mientras que Mercurio tiene más representación en el fuerte intelecto del hombre, de hecho, la mujer se valió de sus condiciones para conquistar el brutal hombre, admirando a su vez su inteligencia. De esto podemos decir que la mujer doblegó al hombre a la vez que admiraba su intelecto pero, a su vez, el hombre descubrió la belleza de la mujer y se hizo más afectuoso, o sea, Venus conquista a Marte y al contrario; el hombre nace en la mujer y la mujer en el hombre; la belleza ilumina la mente y la mente se compenetra con el amor hasta ver que estas dos cosas son la base del desarrollo. Cuando se empezó a sentir la influencia del Sol disminuyó algo la tristeza y melancolía de Saturno para que la humanidad tuviera algún vislumbre de lo que hoy llamamos "luz" en sentido de felicidad y espiritualidad.
De esta forma vemos como, al principio, necesitábamos la influencia dominadora de todos los planetas para, después de comprender un poco sus principios, colaborar con ellos. Hoy podemos comprender, después de todo lo dicho anteriormente, que para trabajar perfectamente con el amor de Venus debemos elevar al máximo los sentimientos del egoísta Marte. También podemos comprender que si un salvaje quiere civilizarse debe conquistar su baja naturaleza marciana. Si la humanidad quiere progresar debe conquistar la naturaleza negativa de los planetas en mayor o menor grado. Si el hombre se dejara llevar por lo malo de Marte y Saturno siempre estaría en guerra como lo hacía hace muchos años.La humanidad, las razas y las naciones progresan según vencen los "defectos" y desarrollan o toman conciencia de las cualidades, pero además, van sintonizándose cada vez más con todos los planetas. Con Marte hay deseo de conquista material pero con Venus hay deseo de unión amistosa y, si ha esto le añadimos la "razón" de Mercurio, podremos hablar de otros aspectos mucho más elevados. Si trabajamos bien con estos planetas vendrá el Sol y Júpiter a premiarnos pero, si no lo hacemos, vendrá Saturno a castigarnos hasta que aprendamos a discernir.Naturalmente, aún no hemos tomado verdadera conciencia de estos planetas, y mucho menos de los más lejanos. El trabajo actual va dirigido principalmente al dominio del aspecto físico en la humanidad, pero eso se debe transformar en espiritualidad, y eso sólo será posible a través del trabajo y toma de conciencia de los valores espirituales de los planetas Urano y Neptuno. Estos planetas son los encargados de despertar esos sentimientos y cualidades en nosotros, así vemos que el egoísmo se convierte en altruismo, el odio o el rencor en amor, la naturaleza egoísta y emocional en afecto y simpatía y ésta en espiritualidad. Gracias a las cualidades personales también descubrimos la astrología y el altruismo de Urano y la filosofía oculta o misticismo de Neptuno, sin embargo, hay que trabajar principalmente con Júpiter, que es quien nos llevará al próximo período y con Mercurio para saber razonar y discernir.
Hay que tener en cuenta que el amor de Júpiter es más elevado que el de Venus, Venus aún ama a la forma física –entre familiares y amigos- pero el futuro de la humanidad está por encima de eso. Cuando Cristo dijo que para ser su discípulo, se debía dejar al padre y a la madre también se estaba refiriendo a la forma física, puesto que para seguirle hay que amar a través de Júpiter, que es como decir amo al ser interno sin fijarme si lo externo es mujer, hombre, feo, guapo, etc., ése es el ser humano jupiteriano. Júpiter es expansivo en todo y también es un planeta mental, por eso también debe ir anulando a la razón fría y matemática de Mercurio para desarrollar el calor del corazón. Júpiter ama indistintamente y sin ningún interés, sólo desea ayudar y causar felicidad, es un planeta que da confianza propia para hacer frente a cualquier cosa.Cada individuo lleva en su aura varios colores que se consideran básicos en cada vida, estos son: El color distintivo de la raza y el del Ascendente del horóscopo. Además de éstos, también lleva otros colores que tienen que ver con su desarrollo espiritual y mental, sus emociones, pasiones, etc., esto quiere decir que, cuando observamos en una persona toda una serie de virtudes es como si viéramos toda una serie de colores de gran belleza en su aura, o lo que es lo mismo, vemos –en cierto modo- el reflejo de su horóscopo.
Estos colores en el aura emiten una vibración y esa vibración estimula y se identifica con cualquier persona que tenga esos mismos planetas y aspectos en su horóscopo, o esos mismos colores en el aura, de esta forma nos identificamos íntimamente unos con otros. Si esta atracción es de Venus será un amor por atracción física pero si es a través de Urano, que es la transformación del amor en compasión, será un amor universal y hacia todo ser viviente que le rodea; este amor es el que obtendrá la humanidad en un próximo período –o reencarnación de la Tierra- llamado Período de Venus.Como es lógico, las influencias de los planetas no son sentidas y comprendidas de lleno, sino que esto ocurre progresivamente, así, la pasión e impulsividad de Marte es combatida por el amor de Venus pero, a la vez y aunque muy lentamente, ya estamos trabajando con Urano. Esto hace que disminuyan las perversidades o defectos de Marte y se transforme la influencia de Venus, pero como aún no comprendemos ni hemos asimilado la verdadera naturaleza de Urano, gracias a éste convertimos la pasión y el amor en adulterio o independencia. Con esto vemos que lo ideal sería trabajar seriamente con un rayo planetario hasta compenetrarnos perfectamente con él. Antes de trabajar, por ejemplo, con las ideas de libertad de Urano –lo que nos lleva al libertinaje en el amor y el sexo- debemos trabajar con el aspecto elevado del amor de Júpiter y, a su vez, debemos controlar los defectos de Júpiter como es el orgullo o la demasiada confianza propia.Vamos a estudiar un aspecto de la vida para ver el desarrollo moral y espiritual de la humanidad a través de los rayos planetarios. Lo que hoy llamamos matrimonio, en un principio estaba regido, sobre todo, por Marte, o lo que es lo mismo por la pasión animal, el deseo de propiedad, la satisfacción del sexo, etc. Cuando entró en juego Venus se suavizaron todos esos aspectos y comenzamos a ver la belleza de la mujer así como cierta transformación superior en las personas. Después, cuando se dejó sentir el rayo de Urano, además de trabajar sobre el cuerpo de deseos de las personas, relacionado con Marte, también transforma a Venus –y aún lo esta haciendo- para que la unión de dos personas sea por el amor universal que no distingue raza, color, sexo, ni cualquier otro aspecto.
Esto nos puede hacer meditar sobre las separaciones cada vez más numerosas o sobre las uniones con una elevado sentimiento de amor entre persona del mismo sexo. También nos podemos preguntar lo siguiente: ¿será útil en un futuro próximo la unión por la iglesia? y, además de lo necesariamente legal y terrenal ¿será útil el matrimonio legal? Todavía pasarán muchos años pero, al final, Urano se impondrá y las personas se unirán por su amor puro y no tendrán en cuenta nada de lo que hoy son obstáculos o está mal visto pero, claro está, los sentimientos estarán muy por encima de la pasión de Marte y de la atracción de Venus.Como sabemos, el ser humano evoluciona primeramente a través de sus deseos y sentimientos para luego adquirir la mente y razonar para imponer el discernimiento sobre su cuerpo de deseos. Siendo esto así, es conveniente que analicemos el progreso mental de la humanidad a través de los planetas. La Luna fue la primera en influir en lo que hoy llamamos inteligencia, es cierto que era casi más instintiva que otra cosa pero era muy adaptable, flexible y fácil de dominar por las Jerarquías superiores –como nosotros lo hacemos con un niño-; así fuimos guiados en las primeras etapas. Hubo una segunda etapa donde Mercurio nos ayudó a desarrollar el aspecto razonador o inteligente de la mente, pero claro, al principio –como los niños- cometíamos muchos errores y esos errores eran causa de sufrimiento en el purgatorio y de determinados efectos –cosecha- en la siguiente vida, de ahí que cuanto más atrás en el tiempo más y peores aspectos tenía Mercurio, pero esto tiene la ventaja de que, después de cada vida, nos queda un mayor sentimiento de rectitud y una conciencia más elevada.
De esta forma, el pensamiento se pone por encima de los bajos sentimientos y crea otros nuevos y más elevados hasta que comenzamos a sentir el rayo de Neptuno, que es el que eleva nuestra conciencia a nivel cósmico. Si Urano nos hace intuitivos –aunque no da respuestas- Neptuno también nos eleva la conciencia y la mente, pero en este caso obtenemos respuestas de dentro porque su amor y devoción une nuestro corazón al del resto de la humanidad. Una vez visto el aspecto superior de Urano y Neptuno, podemos comprender que no todas las personas sienten las vibraciones de estos planetas, sólo los que son algo sensitivos, porque su cuerpo etérico está unido débilmente con su cuerpo físico, son capaces de sentirlas.Esto no evita que algunas personas desarrollen algunos aspectos de Urano o Neptuno pero en sentido negativo. Un Urano mal aspecto en un horóscopo puede desarrollar cierto grado negativo de visión de los mundos invisibles o hacer que una persona caiga en el espiritismo y la mediumnidad. Neptuno es similar en ese sentido, pero se relaciona también con la magia, facilita el contacto con los habitantes de los mundos invisibles, sus vibraciones estimulan el genio de los grandes músicos y los corazones de los místicos. En definitiva, Neptuno nos lleva a la Iniciación, nos despierta los poderes del espíritu y nos hace conscientes en los mundos invisibles. Por consiguiente, la posición de estos planetas nos puede dar una idea de nuestro grado de desarrollo respecto a estos aspectos espirituales y a lo que hemos sido y hecho en otras vidas.
Esta es la gran ventaja de la astrología, ésta nos permite adelantarnos al futuro para ver, por ejemplo, lo que nos puede traer un mal aspecto de Urano o Neptuno –aunque esto no tiene porqué ser una caída en la magia negra o la mediumnidad- pero es que, además, también podemos ver cuánto colaboramos con su aspecto espiritual o si es todo lo contrario.De esta forma podemos comprender que en las personas poco desarrolladas, principalmente en sentido razonador, son fácilmente influenciable por los rayos planetarios, y como los más espirituales y desarrollados son más libres y tienen más facilidad para gobernar y colaborar con los astros.En Occidente estamos ahora evolucionando ente los dos polos opuestos, ni somos perfectos en nuestro desarrollo mental y espiritual, ni estamos dominados completamente por las pasiones animales. Pero es nuestra obligación trabajar con los rayos de Júpiter, Urano y Neptuno si queremos acelerar nuestro desarrollo y conectar con alguna Escuela que nos ayude a acortar el camino que nos queda. Como dijo Goethe: "De todas las fuerzas que mantienen encadenado al mundo, el hombre se libera a sí mismo cuando obtiene su propio control."Alguien se preguntará ¿Y qué pasa con Plutón? Ya sabemos que la humanidad evoluciona principalmente a través de las vibraciones de los planetas de nuestro sistema solar, sin embargo hay otros cinco –contando con los que aún falta por descubrir- que también nos ayudan y que tendrán un papel más importante en el futuro de la humanidad. Actualmente y como hemos visto, las elevadas vibraciones de Urano y Neptuno no afectan a todas las personas, sino más bien a quienes andan en los caminos de Dios y a los que su sensibilidad les capacita para ser genios en algún aspecto elevado de la sociedad. Plutón y los planetas que faltan por descubrir, no tienen apenas influencia sobre la humanidad en sentido individual, quizás solamente en los que ya no necesitan renacer y que tienen las Iniciaciones Menores. Nosotros, como individuos, sentiremos su influencia cuando estemos compenetrados con las vibraciones de todos los planetas y trabajemos de acuerdo a su naturaleza positiva.


Francisco Nieto

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