domingo, 3 de mayo de 2009

COMO ENTENDER EL KARMA Y EL LIBRE ALBEDRÍO




Karma es la ley espiritual que administra nuestras causas y nos hace individuos.”

Karma se suele interpretar solamente como ley de “Causa y Efecto” pero cabe hacer alguna distinción para diferenciar el karma individual de la ley de Causa y Efecto. Si una persona cae en la drogadicción o en la ludopatía puede llegar a la ruina como efecto del derroche sin control del dinero, (esto es causa y efecto) pero cuando esas causas crean dependencia, sufrimiento, enfermedad e incluso dominan a la persona, se considera karma individual por su reacción directa sobre el individuo. Sin embargo, si las causas son hechas con conocimiento de causa no se considera karma sino un acto voluntario que en su momento tendrá su efecto bueno o malo. Para que sea karma, no tiene que haber intención por parte del causante, sino que debe ser algo sobre lo que no tenga control.
Desde antes de nacer todos traemos cierta “programación” respecto a las líneas generales de lo que va a ser nuestro destino donde experimentaremos, aprenderemos y resolveremos ciertos aspectos de nuestro desarrollo y del carácter según las causas de las vidas pasadas pero respetando nuestro libre albedrío. Cuando en nuestra búsqueda laboral nos surge algún trabajo que nos causa ilusión e incluso hace que planifiquemos nuestro futuro, no significa que sea la acción del karma sino que, por lo general y como somos libres, nos dejamos llevar por esas ilusiones y lo cogemos como profesión. Pero, si en realidad tenemos que estar en otro lugar o profesión según nuestro karma, llegará el momento en que nos sintamos incómodos en ese trabajo y buscaremos o nos dejaremos llevar por las circunstancias hacia lo que de verdad sentimos en nuestro interior; entonces nos sentiremos felices con nosotros mismos porque hemos cumplido con el karma establecido y comprometido por el Ego mucho antes de nacer.
Hay veces que sufrimos cambios bruscos en nuestra vida y parece que van a echar por tierra todos nuestros planes futuros, es cierto que puede ser el efecto del pasado, pero a lo largo de la vida traerá un resultado sobre el verdadero ser y entonces veremos que esa nueva causa tiene unos efectos positivos sobre la persona y que es la actuación de karma. A la vez, la manera como afrontemos libremente ese cambio brusco hará cambiar nuestros sentimientos y pensamientos y así progresaremos o no de acuerdo a las nuevas causas en relación con nuestro destino maduro. De ahí que sea más aconsejable afrontar el destino y actuar más bien creando nuevas causas que no tomándolo todo como efectos. Es más constructivo y consolador puesto que, al final, repercutirá sobre la propia evolución del Yo.
También es muy importante estudiar la naturaleza de la persona desde la infancia para educarle correctamente. En estos casos es necesario tener en cuenta el nacimiento de los cuerpos a los 7, 14 y 21 años, porque según sea la educación así será fortalecido en su razonamiento para desarrollar positivamente sus tendencias naturales. Esto es una manera de ayudar al niño a que cumpla con su karma del destino y que cree causas positivas pensando en sus efectos un futuro cercano y lejano. Lo correcto, en el caso de cada uno, es que recordáramos los primeros ciclos septenarios (comenzando por la infancia) para ver como y en qué medida se relacionan con el presente y comprobar cómo hemos cumplido con nuestro karma.
Por ejemplo: Una exagerada tendencia al juego sin control puede traer como efecto una ludopatía, o sea un mal karma futuro para el individuo, pero si esta persona obtiene conocimientos como estos y se esfuerza en crear causas nuevas positivas, transformará su karma negativo. Esto muestra de qué manera una persona puede crear el efecto deseado creando causas nuevas y pensando en el futuro.
Si analizamos lo que ocurre después de la muerte veremos que el karma se refleja en el purgatorio y en el cielo, es decir, tenemos que purgar los hechos que tienen una relación directa con nosotros para, como resultado final, elevar los sentimientos, deseos, etc. Sin embargo, la ley de causa y efecto se reflejará más en la próxima vida física obligándonos a ir por determinados senderos o a aceptar determinados hechos los que, en la muchos casos podremos cambiar. Pero a la vez, el efecto del karma en el purgatorio y en el cielo serán causa de un karma más elevado en la próxima vida y la ley de causa y efecto darán la oportunidad de atraer bien o mal según se haya asimilado el fruto de ese karma.
Ejemplo: Un ludópata elevará su conciencia para no caer de nuevo en ese vicio después de hacer frente a esa debilidad en el purgatorio, y la ley de causa y efecto (como efecto del purgatorio) le enseñará a administrar su dinero por medio de la necesidades que le hará pasar en la próxima vida. Si en este caso, una gran pérdida económica o la necesidad de determinadas cosas en la próxima vida hace que lo veamos como una desgracia, no actuaremos bien; pero si lo vemos como un efecto que nos enseña a ser más prudentes y a administrar bien nuestro dinero, comprenderemos el sentido espiritual del karma.
Otros aspectos a tener en consideración es el efecto del karma a lo largo de la evolución de los individuos y de la humanidad en común. Sabiendo que renacemos cada aproximadamente 1100 años, comprenderemos que la actividad individual que lleva a una persona a interesarse por determinada ciencia en su anterior vida, le puede hacer un gran científico en ésta como efecto de su propio karma. Pero el efecto de este karma, que a su vez hace que cree nuevas y determinadas causas, repercutirá sobre la humanidad como causa y efecto y para bien o para mal según cuales sean. De esta forma vemos como el karma y la ley de causa y efecto construyen el destino de la humanidad.
Ejemplo: Un médico investigador de la edad media con deseos y aspiraciones de ayudar a la humanidad, se verá compensado con toda una serie de facilidades para ello en la próxima vida. Si este investigador comete errores elevará su conciencia cuando los analice en el purgatorio y, por otro lado, la ley de causa y efecto le pondrá obstáculos en la siguiente vida para que se esfuerce y desarrolle las cualidades contrarias a sus errores.
El karma de la humanidad va unido al individual y al contrario aunque a veces no comprendamos sus efectos. Un ser ambicioso puede ser puesto al frente de un país o una religión para que esas personas aprendan (una vez vean los efectos de las causas que crea) que ese camino no es el correcto y se hagan más solidarios, comprensivos y tolerantes como efecto de sus fracasos o de verse rechazados por otras naciones (como se han dado casos con líderes de algunos países del Este europeo entre otros) En este caso la ley de causa y efecto les puede traer pobreza y sufrimiento pero el karma de la humanidad hará que se esfuercen en desarrollar nuevas cualidades humanas y espirituales. Cuando este cambio se produzca como nuevas causas las naciones más avanzadas les ayudarán materialmente y esto se convertirá en prosperidad.
Es importante saber que muchas veces el karma individual repercute en la humanidad como en el caso de una guerra apoyada ignorantemente por el espíritu patriótico de esa nación. El efecto de la guerra no sólo recaerá sobre el líder y los soldados sino también sobre los que apoyan moral y físicamente, lo mismo que en una secta dañina también recaerá sobre los que se benefician de los ignorantes que en ella participan. Sin embargo, y sabiendo que todo mal es un bien en formación, el aprendizaje (para esas personas en particular) de que las guerras y las sectas no son buenas, será un hecho positivo a tener en cuenta en el futuro, y eso al fin y al cabo, ayudará en el camino de perfección de la humanidad.
Lo mismo que los primeros ciclos septenarios se hacen notar en las actitudes de cada individuo a partir de los 42 años, así mismo los hechos de hace varios siglos o milenios repercuten en la sociedad actual. Ejemplo: La práctica de la democracia en Grecia.
De esta forma descubrimos que los individuos y la sociedad están evolucionando dentro de un esquema desde el principio de los tiempos. Por eso, cuando un líder importante tiene un karma llamativo en algún sentido, bien puede ser el efecto de acciones importantes en su evolución del pasado y que ahora repercute en la sociedad, ejemplo: Gandy.
Respecto a las razas o civilizaciones, vemos cómo la cultura de un pueblo repercute en otros. Las nuevas causas o descubrimientos tienen un efecto positivo sobre esas personas en futuras vidas, porque a la vez se verán compensadas por las personas que se ven beneficiadas de esos descubrimientos; además, el karma grupal le atraerá nuevas posibilidades en otra vida. Así vemos como las causas de los individuos y las civilizaciones ayudan a los demás y estos a su vez ayudan a otros en su progreso.
Lo mismo que el ser humano se vale de las experiencias adquiridas con cada uno de sus cuerpos a través de la reencarnación en razas hasta que llega el momento en que ya no puede sacar más experiencias en esos cuerpos de raza, así mismo el karma administra el progreso individual y colectivo de unas razas para beneficio de otras hasta que esa raza deje de practicar ciertas actitudes y pasen a otro nivel superior de conciencia. Este sería el caso de la ayuda de occidente a otros países para que se valgan por sus propios medios.
Si damos marcha atrás en el tiempo hasta la prehistoria en que éramos más animales que humanos por el poco desarrollo moral y mental que teníamos, y lo comparamos con lo que somos hoy respecto al pensamiento y a los sentimientos, podemos deducir que lo que nos rodea y lo que somos en pensamiento, palabra y obra, es el efecto del karma individual principalmente en el purgatorio y de la ley de causa y efecto en cada renacimiento.
Los errores de un pueblo, los sacrificios humanos, las guerras.... traen una enseñanza de lo que no se debe hacer a otros, esa es su parte positiva, pero en un futuro se volverán a unir los implicados para recibir la enseñanza que se merecen por medio de catástrofes, accidentes, enfermedades colectivas, etc. Algunos morirán pero otros no, quedando inválidos o sufriendo durante muchos años según su colaboración en los hechos pasados.
También las catástrofes actuales (terremotos, volcanes....) son efecto de las acciones de la humanidad hace muchos miles de años, pero además de ese efecto global, algunas personas reciben su karma individual para que se grabe en su conciencia como beneficio o enseñanza propia. Estas personas son deudoras de la humanidad, algunos de ellos renacen después de varias vidas de aprendizaje para hacer un gran bien a la humanidad a través de alguna ciencia o descubrimiento.
Actualmente algunos países y personas están creando causas (bombas, radiactividad, etc.) que perjudicarán en futuras vidas a muchas personas, bien con enfermedades o bien en forma de catástrofes, y ese karma les obligará a devolver con buenas hechos y sacrificios el mal que hicieron. De cualquier forma tendrán alguna vida de intenso sufrimiento.
Otro caso actual es el de los animales, las matanzas por las pieles o por alimento, repercutirán en las conciencias de quienes lo hacen como karma individual pero, a la vez, en algún momento tendrán que saldar la deuda en forma de servicio y ayuda a esas vidas por impedirles su desarrollo y evolución a través de los cuerpos.
Hay casos en que la humanidad se ve fortalecida por las enseñanzas de líderes espirituales, esto suele ser un sacrificio voluntario (Zoroastro, Buda) y muy pocas veces como deuda respecto a la humanidad. Sin embargo, esa acción crea un karma muy elevado en ese espíritu como recompensa por su sacrificio, mientras que la humanidad se sirve de su enseñanza para salir de un período de obscuridad (el más elevado ejemplo es Cristo) o simplemente como un nuevo paso en la evolución.
En realidad, las actitudes de cada momento de nuestra vida están basadas en nuestros hechos pasados, en nuestros sentimientos y en nuestra forma de pensar. Sabiendo que tenemos una voluntad y un libre albedrío, deberíamos ser más conscientes de ello y meditar más nuestros actos.
Nosotros llevamos 2 libros de cuentas, uno interno y más relacionado con nuestro propio ser, y otro externo y más relacionado con las acciones en el mundo material, pero de una forma otra y según sea de rentable esa contabilidad, así será nuestro karma y los medios físicos de que dispongamos en el futuro.
El karma lo administran las Jerarquías Superiores de acuerdo a las necesidades sociales, mentales y espirituales de cada individuo, pero siempre pensando en sus efectos sobre los demás. En realidad, karma está actuando constantemente con cada causa o pensamiento que creamos. La evolución es el resultado de estas Leyes Divinas excepto el principio de la creación o Primera Causa.
Esto es algo así como cuando un escritor dramático hace una obra. Ésta nace de la voluntad, se forma en su mente y se ejecuta físicamente en el escenario, pero a fin de cuentas, todos los personajes están en el pensamiento y la voluntad del autor (primera causa) y por muchas causas y efectos o karmas que haya en la obra, el desenlace será el que el autor quiera. Eso mismo ocurre con la humanidad, nosotros estamos en el escenario, y cada causa y efecto o karma repercute en nosotros y puede afectar a los demás para que aprendamos a desarrollar las cualidades espirituales que nos llevará a valorar ya amar al prójimo
De una forma u otra, llegaremos a la meta de perfección a la que nos ha destinado Dios.
Cuando cada uno de nosotros llegue a esa meta, llevará consigo la quintaesencia de todo su karma y de los efectos de todas sus causas. El resultado será un efecto o karma de Dios (como Primera Causa) que le engrandecerá en todos los sentidos, y para nosotros será el desarrollo de todas las posibilidades espirituales que tenemos latentes en poderes activos, es decir seremos dioses. Nuestro desarrollo se mostrará en poderes individuales, pero no debemos olvidar que todo lo que seamos será gracias a las leyes kármicas y al resto de nuestros hermanos.
Las leyes kármicas se hicieron cargo de la humanidad a partir de la caída del hombre a causa de la intervención luciférica. La humanidad era entonces inocente (estaba en el paraíso) porque no era consciente de su cuerpo ni del mundo físico, es decir, no era responsable de sus actos como no lo son los animales. Pero esta intervención de los Ángeles luciferes nos abrió los ojos para que descubriéramos que éramos individuos y para que comenzáramos a actuar como tal, por tanto, hicieron que naciera el yo personal y egoísta. Por el mismo hecho de darnos esa libertad y de despertarnos las pasiones y deseos egoístas, las leyes kármicas han hecho que nos esforcemos en superarnos por medio del sufrimiento en el purgatorio y que aceleremos más el desarrollo de las cualidades espirituales. Estas leyes kármicas y de Causa y Efecto hacen que el mismo impulso egoísta que nos llevó a conquistar el mundo materia después de la individualización nos lleve a conquistar el mundo espiritual en busca de nuestra salvación. Por consiguiente, el nacimiento o caída del hombre en el mal hace que las leyes divinas nos obliguen a luchar por el bien. Sin embargo, gracias a esta influencia luciférica hemos desarrollado la mente, la voluntad y el libre albedrío.
Pero esto tampoco es posible si no tenemos en cuenta el estado postmorten porque es allí donde, después de darnos cuenta de nuestros errores, tomamos un nuevo punto de partida para superar los defectos y crear nuevas causas para la próxima vida. Es en el purgatorio donde vemos las debilidades de nuestra voluntad y de nuestra mente y esto, a su vez, nos libera de la ley de causa y efecto y nos impulsa a actuar desde otro punto de vista más elevado.
Para vencer el karma hay que conquistar la libertad y desarrollar la voluntad y el discernimiento, y para conquistar esto de una forma acelerada es necesario adquirir el conocimiento oculto. El resultado será una nueva forma de vida donde se actúe con plena conciencia de los resultados. El enemigo a vencer es el cuerpo de deseos (Lucifer indirectamente) que es quien nos induce al mal por medio de tentaciones, deseos y pasiones, pero para vencer a Lucifer hay que practicar el amor, y cuando al amor se instaure en nosotros y expulse todo lo negativo, seremos más libres. Debemos llegar hasta el punto en que utilicemos la misma fuerza que nos arrastra en forma de deseos y pasiones, en actuar con amor y sabiduría.
Nosotros estamos unidos por el karma a los reinos inferiores por medio de nuestra actuación sobre ellos incluyendo las privaciones de sus vehículos, pero también es cierto que estamos involucrados en el karma de las Jerarquías superiores que velan por nosotros, sea de una forma general o individual. Por consiguiente, cuanto antes comencemos a utilizar este conocimiento y el discernimiento podremos ver de qué manera podemos colaborar para su solución.
Por último, es muy aconsejable que meditemos la acción de estas leyes kármicas sobre nosotros y sobre la humanidad porque, a partir de este momento tenemos más responsabilidad para enseñar y practicar este conocimiento. En el grado en que pongamos en práctica estas verdades así será el efecto en el futuro. Las causas de otras vidas nos han traído aquí y nuestro deber es tener presente este conocimiento para nuestro propio bien y el de la humanidad.
Este conocimiento hace la vida más rica en experiencias, nos ayuda a comprender el sentido de la vida y del ser y nos eleva moral, intelectual y espiritualmente. Nos debe hacer más responsables y confiados ante lo que nos depare el destino, puesto que el futuro está basado en nuestros propios actos, pensamientos y sentimientos.


Francisco Nieto



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