domingo, 3 de mayo de 2009

COMO HACER UN AMULETO ASTROLÓGICO


Podríamos asegurar que quizás haya tantas personas que no creen en los amuletos como los que tienen una fe ciega en ellos así como en cualquier otra cosa relacionada con las mancias o la magia. Según la opinión de muchas personas, el amuleto sólo es un motivo de autosugestión o fe que no tiene ningún poder intrínseco, sin embargo, opino que si creemos en ciertos hechos comprobados ¿por qué no vamos a creer en la influencia invisible de algo superior sobre determinados objetos? por ejemplo: la influencia de la Luna sobre el mar; el efecto de ciertos perfumes de mujer que apasionan a algunos hombres; el efecto de determinados colores que actúan sobre el estado de ánimo; el que un diapasón igual a otro termine emitiendo el mismo sonido por el hecho de estar juntos y sin ser tocado; el que un cable fino de electricidad termine cargado de electricidad por el simple hecho de estar junto a otro mayor que sí lleva corriente.
El amuleto en sí mismo no es portador de “suerte” ni va a conceder nada que no esté en nuestro horóscopo en forma de posibilidad, tendencia o naturaleza, es simplemente una especie de acumulador de vibraciones que proceden de los astros que tienen relación con determinados aspectos de nuestro cuerpo, mente o espíritu. El amuleto debe está compuesto principalmente por tres elementos íntimamente relacionados con el signo de nuestro Ascendente y su planeta Regente, por tanto, está muy unido a nuestra salud, carácter y personalidad en general. Esto quiere decir que esos elementos están recibiendo constantemente la influencia de los astros que representan y, por tanto y si el amuleto está bien hecho, acumularán vibraciones estelares relacionadas con sus virtudes o poderes. Si nosotros, a su vez, intentamos manifestar pensamientos, sentimientos y deseos de acuerdo a esas vibraciones positivas, estaremos aumentando el poder del amuleto pero es que, además, cuanto más aumentamos ese poder por medio de la voluntad y el carácter en general, más atraeremos el aspecto moral, mental y espiritual de esos signos y planetas. El resultado es que, cuanto más dedicación por nuestra parte para representar las virtudes de nuestros regentes astrológicos, más recibiremos de los Seres que los rigen, lo que a su vez, se “acumula” en cierto modo en el amuleto para protegernos de otras influencias contrarias y para estimularnos con sus vibraciones a seguir la línea de lo que representan.
Existe una tradición ocultista y astrológica respecto a los elementos que conforman un amuleto, pero en la mayoría de los casos (como es el mío) no deja de ser un conocimiento que ha pasado desde hace siglos de una persona a otra, sin embargo, son pocos los que verdaderamente han podido comprobar si el efecto es real o no. En mi caso y como estudiante con grado de probacionista de las Enseñanzas Rosacruces de Max Heindel (Escuela Iniciática) tengo la completa convicción de que Max Heindel, el que ha sido uno de los poquísimos clarividentes e iniciado de los últimos tiempos, sabe lo que dice porque lo ha podido comprobar con su “clarividencia voluntaria”, por consiguiente, parte de lo que voy a decir lo he extraído de su enseñanza.
El amuleto se puede hacer con intención de beneficiar diferentes aspectos de nuestra propia individualidad, o lo que es lo mismo, de nuestra personalidad, pero lo que no es aconsejable es que nos dejemos llevar por esas personas que, pensando egoístamente, venden toda una serie de productos diciendo que traerán suerte a los nativos de los diferentes signos astrológicos que las compren. El amuleto se debe hacer bajo la guía y conocimiento de la ciencia astrológica porque ésta está unida al conocimiento oculto o esotérico de que los diferentes reinos terrestres están bajo la dirección de una serie de Jerarquías (relacionadas con los signos astrológicos) que influyen en los mismos ayudándoles en su evolución; visto desde este punto de vista el amuleto no trae suerte por arte de magia sino como efecto de la ayuda de dichas Jerarquías Superiores.
En un pasado muy lejano, los seres humanos pasamos por un “estado de conciencia” (no por un cuerpo) similar al del mineral actual, algo parecido al de los primeros meses de un nuevo ser en el vientre de la madre. Desde entonces y hasta ahora hemos pasado por otro estado similar al de las plantas, que viven y crecen; después por otro estado de conciencia similar al animal (que ya tienen sentimientos, deseos y emociones) y, por último, desarrollamos la voluntad y la mente en el estado actual que es la que nos hace seres humanos y creadores en este planeta. Pues bien, todo este desarrollo y evolución ha ido ocurriendo según el esquema previsto por esas Jerarquías Creadoras, y si no hubiera sido por su influencia vibratoria no hubiéramos llegado a ser lo que somos.
La mayoría de los amuletos que aconsejan, hacen o venden, están basados en el signo astrológico, lo que significa que de poco sirven porque casi ninguna de las personas del mismo signo tienen la misma personalidad ni destino, lo ideal es que el amuleto sea individual y personal y para eso, el verdadero astrólogo, lo hace basándose en la fecha, hora y lugar de nacimiento, o lo que es lo mismo, en su horóscopo donde pueda apreciar lo que tiene a su favor y en contra. Dentro de las diferentes opciones que nos facilita el horóscopo para hacer el amuleto, el elemento principal o base es el Ascendente y su planeta Regente porque es el signo donde estaba la Luna en el momento de la concepción y, por tanto, actúa como rayo que ha formado y cristalizado nuestro cuerpo físico. De aquí que la gema, el mineral y el color relacionados con el Ascendente y su Regente sean la base del amuleto. A continuación podemos ver cuáles son las piedras, los metales y los colores relacionados con las Jerarquías Creadoras que están representados por los signos del zodíaco y sus regentes.
Cada clase, especie o raza de los diferentes reinos está constantemente afectada de diferente grado y según el rayo a que pertenezcan para que pueda evolucionar gracias a las Jerarquías Creadoras, por tanto, los minerales, los metales y los colores tienen relación con la naturaleza divina por no decir que están “tocados por la mano de Dios”. Si nosotros sabemos hacer el amuleto que nos corresponde y lo llevamos con nosotros sabiendo cuál es su origen y con los mejores sentimientos, nos beneficiará. Pero para ello, es necesario saber la hora exacta de nacimiento porque, con este dato, podremos saber cuál es el signo del ascendente de nuestro horóscopo, su planeta regente, y los aspectos de los mismos.
Como he dicho, el indicador principal para hacer el amuleto es el regente del Ascendente, puesto que en ese signo (o en el opuesto) estaba la Luna en el momento de la fecundación y es a través de este regente como las fuerzas influyentes han ido solidificando el cuerpo físico. Por consiguiente, utilizaremos el mineral, el metal y el color correspondiente a ese Regente y Signo para hacer el amuleto. En la siguiente tabla están los nombres de los regentes planetarios y algunos de los varios elementos que rigen.

ARIES, regente: MARTE. GEMA: Amatista, Rubí, Sanguinaria, Pirita; METAL: Hierro, Antimonio, Imán. COLOR: Rojo, Fuego.

TAURO, regente: VENUS. GEMA: Ágata musgosa, Esmeralda, Jaspe rosa, Coral rosa; METAL: Cobre, Latón. COLOR: Amarillo, Azul, Rosa.

GÉMINIS, regente MERCURIO. GEMA: Cristal, Lapislázuli, Aguamarina. METAL: Mercurio. COLOR: Violeta, Azul suave.

CÁNCER, regente: LUNA. GEMA: Ónix negro, Selenita, Crisolito, Perlas. METAL: Plata. Platino. COLOR: Blanco, Gris perla.

LEO, regente: SOL. GEMA: Rubí, Diamante, Topacio, Ámbar. METAL: Oro. COLOR: Naranja, Amarillo.

VIRGO, regente MERCURIO. GEMA: Jaspe, Sílice, Jacinto. METAL: Mercurio. COLOR: Variados, Violeta.

LIBRA, regente VENUS. GEMA: Diamante, Cuarzo, Ópalo. METAL: Cobre. COLOR: Amarillo, Rosa, Verde.

ESCORPIO, regente PLUTÓN. GEMA: Topacio, Imán, Cinabrio, Malaquita. METAL: Hierro, Plutonio. COLOR: Rojo.

SAGITARIO, regente JÚPITER. GEMA: Turquesa, Amatista, Esmeralda. METAL: Estaño, Bronce. COLOR: Azul, Violeta.

CAPRICORNIO, regente SATURNO. GEMA: Ónix Negro, Azabache, Hulla. METAL: Plomo. COLOR: Índigo, Negro, Pardo.

ACUARIO, regente URANO. GEMA: Zafiro, Ópalo, Jacinto, Perla negra. METAL: Platino, Plomo. COLOR: Índigo, mezcla de colores.

PISCIS, regente NEPTUNO. GEMA: Crisolito, Amatista, Piedra pómez, Coral, Arena del mar. METAL: Estaño COLOR: Azul, Lavanda, Malva.

Una de las maneras de hacer y llevar un amuleto con todo lo anteriormente mencionado sería de la siguiente manera: Hacer una bolsa con una tela natural del color o colores correspondientes para poder llevar en ella las piedras y metales que se relacionen con el regente que corresponda. El resto lo tiene que hacer la persona según va pasando el tiempo, es decir, la persona debe esforzarse en tener buenos sentimientos y pensamientos para que las vibraciones de su aura impregnen los objetos utilizados como amuleto y, a su vez, para atraer las elevadas vibraciones de su regente y signo que, al fin y al cabo, también influyen en nuestro horóscopo o vida como Jerarquías Espirituales. También puede vestirse con los colores correspondientes o usar los metales y piedras en forma de colgantes y similares.
Los componentes de este amuleto están relacionados con dichas Jerarquías y por tanto es nuestro deber identificarnos con ellas practicando sus virtudes astrológicas para así magnetizar dichos componentes y obtener su beneficio. Un amuleto hecho con los elementos de nuestra propia naturaleza y de la manera más íntima respecto a nuestra fecha de nacimiento, fecha de ejecución del mismo y cargándole con nuestras propias vibraciones, estará en sintonía con dichas Jerarquías siempre que actuemos de acuerdo a su naturaleza. Pero no podemos esperar ayuda de un amuleto si no lo hacemos correctamente o si luego en la vida actuamos de forma contraria a la naturaleza espiritual de la Jerarquía que representa.
Si una persona tiene en su Ascendente al Signo de Aries, su regente (según podemos ver en la tabla) es Marte, por consiguiente, debemos utilizar las piedras preciosas, metales y colores que se corresponden con Marte y Aries. Esto sería un amuleto muy normal y corriente, pero si lo queremos hacer más efectivo, entonces tenemos que estudiar si nuestro regente tiene buenos o malos aspectos.
Supongamos que Marte recibe una cuadratura de Mercurio, en este caso y para contrarrestar la mala influencia de Mercurio, tenemos que utilizar también los elementos del signo contrario y su regente, o sea, de Sagitario y Júpiter. Entonces añadiremos las piedras, metales y colores que figuran como correspondientes a Sagitario y Júpiter y lo mismo haríamos si hubiera otro mal aspecto de otro planeta. Entendemos como mal aspecto una cuadratura u oposición.
Profundicemos un poco más lo dicho anteriormente. Supongamos que Mercurio aflige a otros tres planetas más en nuestro horóscopo, entonces lo lógico es que el amuleto se haga de acuerdo a la mucha o poca influencia de los malos aspectos y al volumen, energía, etc. de los planetas y, para ello, nos fijaremos en su naturaleza y posición en el horóscopo.
Como saben los estudiantes de astrología, el Sol, la Luna y el Ascendente son los significadores principales para la salud. Supongamos que alguno de ellos está mal aspectado por Venus, esto afectaría a la salud y, por consiguiente, sería conveniente poner los componentes de Escorpio y Plutón (energía dinámica) que son de naturaleza contraria a Venus, pero si resulta que el Ascendente es Leo (signo vital) también podemos añadir los componentes relacionados con este signo y su regente el Sol por ser un significador de la salud.
Para hacer un amuleto es conveniente estudiar el horóscopo, pero si lo que queremos es hacerle para un determinado beneficio, entonces tendremos que tener en cuenta los siguientes datos. Si el amuleto es para un hombre debe tener como base el Sol; si es para una mujer, será la Luna y, para ambos, lo que corresponda respecto al signo del Ascendente; este amuleto sería el más indicado para mejorar la salud.
Si el amuleto es para algo relacionado con el amor o el matrimonio, habrá que tomar como base el Sol (en el horóscopo de una mujer) o la Luna (en el horóscopo de un hombre) más el planeta Venus y sus aspectos. Si es para la economía, tendremos en cuenta al Sol, Luna y Júpiter. Si es para protegernos de las fuerzas invisibles, utilizaremos al planeta Neptuno. Si es para la inteligencia será Mercurio.
También podemos utilizar los elementos representantes de un planeta para fortalecer a alguien en su debilidad, por ejemplo: Una persona con tendencia a ser pasivo, perezoso y lento, puede utilizarse los elementos que representan a Marte (energía dinámica) y hacerlo como se explica a continuación.
Si lo queremos hacer en el momento apropiado lo podemos hacer de diferente forma.
1º. Consultando en las Efemérides cuándo está el planeta Dignificado, Exaltado y bien aspectado.
2º. Consultando las Tablas de las horas planetarias según se explica en el libro “Astrología Científica Simplificada” de Max Heindel. Es decir, en el día y a las horas que rige el planeta.
Según esta última regla, podemos hacer el amuleto cuando el planeta está en el signo que más favorece, es decir, si es para la salud y sabiendo que la vitalidad es baja en el horóscopo radical, sería conveniente hacerlo en un día y hora regida por Marte, o bien cuando el Sol o la Luna está en el signo de Aries (signo de Marte) Si, a la vez, coincide con un buen aspecto progresado o de un tránsito será más eficiente. Así mismo se hará para el resto de los aspectos astrológicos que nos interese.
Un amuleto hecho bajo estas indicaciones es favorable porque los rayos de los planetas infunden en nuestras auras sus vibraciones benéficas, y si nosotros llevamos el amuleto como tal, nuestros sentimientos y pensamientos se verán estimulados hacia el bien.
Aunque me imagino que los estudiantes de filosofía oculta y astrología espiritual ya lo saben diré que, sabiendo que el motivo principal de la vida es ayudar a los demás y no utilizar el conocimiento oculto de forma egoísta, aconsejo no hacer amuletos que busquen beneficios relacionados con otras cosas que no sean las naturales, como por ejemplo: la salud, el entendimiento en la pareja, el desarrollo espiritual, los buenos sentimientos, etc. Hacer amuletos para buscar poderes o cualquier otra cosa similar por medio de las fuerzas invisibles tiene su peligro como ocurre con quien, ignorantemente, se dedica a aconsejar o a hacer invocaciones, brujería, espiritismo, etc.
Resumiendo, se trata de:
1º. Elegir el planeta regente del tema que nos interesa como amuleto.
2º. Elegir el o los planetas opuestos y más poderosos para contrarrestar los malos aspectos si los hubiera.
3º. Elegir cualquier otro planeta que esté en armonía con el amuleto y que pueda beneficiar de alguna manera.
4º. Elegir el mes, día y hora adecuados para hacer dicho amuleto. Si quisiéramos ampliar un poco más podríamos consultar las efemérides para ver si coincide un tránsito favorable de las luminarias o del planeta regente por el signo del Ascendente o del que estemos tratando si, a la vez, hiciera buenos aspectos sería mejor.

Como podemos ver, un amuleto hecho según estas enseñanzas nada tiene que ver con la mayoría de los que circulan por ahí, solo se necesita un poco de conocimiento y paciencia para hacerlo.


Francisco Nieto

COMO ENTENDER EL KARMA Y EL LIBRE ALBEDRÍO




Karma es la ley espiritual que administra nuestras causas y nos hace individuos.”

Karma se suele interpretar solamente como ley de “Causa y Efecto” pero cabe hacer alguna distinción para diferenciar el karma individual de la ley de Causa y Efecto. Si una persona cae en la drogadicción o en la ludopatía puede llegar a la ruina como efecto del derroche sin control del dinero, (esto es causa y efecto) pero cuando esas causas crean dependencia, sufrimiento, enfermedad e incluso dominan a la persona, se considera karma individual por su reacción directa sobre el individuo. Sin embargo, si las causas son hechas con conocimiento de causa no se considera karma sino un acto voluntario que en su momento tendrá su efecto bueno o malo. Para que sea karma, no tiene que haber intención por parte del causante, sino que debe ser algo sobre lo que no tenga control.
Desde antes de nacer todos traemos cierta “programación” respecto a las líneas generales de lo que va a ser nuestro destino donde experimentaremos, aprenderemos y resolveremos ciertos aspectos de nuestro desarrollo y del carácter según las causas de las vidas pasadas pero respetando nuestro libre albedrío. Cuando en nuestra búsqueda laboral nos surge algún trabajo que nos causa ilusión e incluso hace que planifiquemos nuestro futuro, no significa que sea la acción del karma sino que, por lo general y como somos libres, nos dejamos llevar por esas ilusiones y lo cogemos como profesión. Pero, si en realidad tenemos que estar en otro lugar o profesión según nuestro karma, llegará el momento en que nos sintamos incómodos en ese trabajo y buscaremos o nos dejaremos llevar por las circunstancias hacia lo que de verdad sentimos en nuestro interior; entonces nos sentiremos felices con nosotros mismos porque hemos cumplido con el karma establecido y comprometido por el Ego mucho antes de nacer.
Hay veces que sufrimos cambios bruscos en nuestra vida y parece que van a echar por tierra todos nuestros planes futuros, es cierto que puede ser el efecto del pasado, pero a lo largo de la vida traerá un resultado sobre el verdadero ser y entonces veremos que esa nueva causa tiene unos efectos positivos sobre la persona y que es la actuación de karma. A la vez, la manera como afrontemos libremente ese cambio brusco hará cambiar nuestros sentimientos y pensamientos y así progresaremos o no de acuerdo a las nuevas causas en relación con nuestro destino maduro. De ahí que sea más aconsejable afrontar el destino y actuar más bien creando nuevas causas que no tomándolo todo como efectos. Es más constructivo y consolador puesto que, al final, repercutirá sobre la propia evolución del Yo.
También es muy importante estudiar la naturaleza de la persona desde la infancia para educarle correctamente. En estos casos es necesario tener en cuenta el nacimiento de los cuerpos a los 7, 14 y 21 años, porque según sea la educación así será fortalecido en su razonamiento para desarrollar positivamente sus tendencias naturales. Esto es una manera de ayudar al niño a que cumpla con su karma del destino y que cree causas positivas pensando en sus efectos un futuro cercano y lejano. Lo correcto, en el caso de cada uno, es que recordáramos los primeros ciclos septenarios (comenzando por la infancia) para ver como y en qué medida se relacionan con el presente y comprobar cómo hemos cumplido con nuestro karma.
Por ejemplo: Una exagerada tendencia al juego sin control puede traer como efecto una ludopatía, o sea un mal karma futuro para el individuo, pero si esta persona obtiene conocimientos como estos y se esfuerza en crear causas nuevas positivas, transformará su karma negativo. Esto muestra de qué manera una persona puede crear el efecto deseado creando causas nuevas y pensando en el futuro.
Si analizamos lo que ocurre después de la muerte veremos que el karma se refleja en el purgatorio y en el cielo, es decir, tenemos que purgar los hechos que tienen una relación directa con nosotros para, como resultado final, elevar los sentimientos, deseos, etc. Sin embargo, la ley de causa y efecto se reflejará más en la próxima vida física obligándonos a ir por determinados senderos o a aceptar determinados hechos los que, en la muchos casos podremos cambiar. Pero a la vez, el efecto del karma en el purgatorio y en el cielo serán causa de un karma más elevado en la próxima vida y la ley de causa y efecto darán la oportunidad de atraer bien o mal según se haya asimilado el fruto de ese karma.
Ejemplo: Un ludópata elevará su conciencia para no caer de nuevo en ese vicio después de hacer frente a esa debilidad en el purgatorio, y la ley de causa y efecto (como efecto del purgatorio) le enseñará a administrar su dinero por medio de la necesidades que le hará pasar en la próxima vida. Si en este caso, una gran pérdida económica o la necesidad de determinadas cosas en la próxima vida hace que lo veamos como una desgracia, no actuaremos bien; pero si lo vemos como un efecto que nos enseña a ser más prudentes y a administrar bien nuestro dinero, comprenderemos el sentido espiritual del karma.
Otros aspectos a tener en consideración es el efecto del karma a lo largo de la evolución de los individuos y de la humanidad en común. Sabiendo que renacemos cada aproximadamente 1100 años, comprenderemos que la actividad individual que lleva a una persona a interesarse por determinada ciencia en su anterior vida, le puede hacer un gran científico en ésta como efecto de su propio karma. Pero el efecto de este karma, que a su vez hace que cree nuevas y determinadas causas, repercutirá sobre la humanidad como causa y efecto y para bien o para mal según cuales sean. De esta forma vemos como el karma y la ley de causa y efecto construyen el destino de la humanidad.
Ejemplo: Un médico investigador de la edad media con deseos y aspiraciones de ayudar a la humanidad, se verá compensado con toda una serie de facilidades para ello en la próxima vida. Si este investigador comete errores elevará su conciencia cuando los analice en el purgatorio y, por otro lado, la ley de causa y efecto le pondrá obstáculos en la siguiente vida para que se esfuerce y desarrolle las cualidades contrarias a sus errores.
El karma de la humanidad va unido al individual y al contrario aunque a veces no comprendamos sus efectos. Un ser ambicioso puede ser puesto al frente de un país o una religión para que esas personas aprendan (una vez vean los efectos de las causas que crea) que ese camino no es el correcto y se hagan más solidarios, comprensivos y tolerantes como efecto de sus fracasos o de verse rechazados por otras naciones (como se han dado casos con líderes de algunos países del Este europeo entre otros) En este caso la ley de causa y efecto les puede traer pobreza y sufrimiento pero el karma de la humanidad hará que se esfuercen en desarrollar nuevas cualidades humanas y espirituales. Cuando este cambio se produzca como nuevas causas las naciones más avanzadas les ayudarán materialmente y esto se convertirá en prosperidad.
Es importante saber que muchas veces el karma individual repercute en la humanidad como en el caso de una guerra apoyada ignorantemente por el espíritu patriótico de esa nación. El efecto de la guerra no sólo recaerá sobre el líder y los soldados sino también sobre los que apoyan moral y físicamente, lo mismo que en una secta dañina también recaerá sobre los que se benefician de los ignorantes que en ella participan. Sin embargo, y sabiendo que todo mal es un bien en formación, el aprendizaje (para esas personas en particular) de que las guerras y las sectas no son buenas, será un hecho positivo a tener en cuenta en el futuro, y eso al fin y al cabo, ayudará en el camino de perfección de la humanidad.
Lo mismo que los primeros ciclos septenarios se hacen notar en las actitudes de cada individuo a partir de los 42 años, así mismo los hechos de hace varios siglos o milenios repercuten en la sociedad actual. Ejemplo: La práctica de la democracia en Grecia.
De esta forma descubrimos que los individuos y la sociedad están evolucionando dentro de un esquema desde el principio de los tiempos. Por eso, cuando un líder importante tiene un karma llamativo en algún sentido, bien puede ser el efecto de acciones importantes en su evolución del pasado y que ahora repercute en la sociedad, ejemplo: Gandy.
Respecto a las razas o civilizaciones, vemos cómo la cultura de un pueblo repercute en otros. Las nuevas causas o descubrimientos tienen un efecto positivo sobre esas personas en futuras vidas, porque a la vez se verán compensadas por las personas que se ven beneficiadas de esos descubrimientos; además, el karma grupal le atraerá nuevas posibilidades en otra vida. Así vemos como las causas de los individuos y las civilizaciones ayudan a los demás y estos a su vez ayudan a otros en su progreso.
Lo mismo que el ser humano se vale de las experiencias adquiridas con cada uno de sus cuerpos a través de la reencarnación en razas hasta que llega el momento en que ya no puede sacar más experiencias en esos cuerpos de raza, así mismo el karma administra el progreso individual y colectivo de unas razas para beneficio de otras hasta que esa raza deje de practicar ciertas actitudes y pasen a otro nivel superior de conciencia. Este sería el caso de la ayuda de occidente a otros países para que se valgan por sus propios medios.
Si damos marcha atrás en el tiempo hasta la prehistoria en que éramos más animales que humanos por el poco desarrollo moral y mental que teníamos, y lo comparamos con lo que somos hoy respecto al pensamiento y a los sentimientos, podemos deducir que lo que nos rodea y lo que somos en pensamiento, palabra y obra, es el efecto del karma individual principalmente en el purgatorio y de la ley de causa y efecto en cada renacimiento.
Los errores de un pueblo, los sacrificios humanos, las guerras.... traen una enseñanza de lo que no se debe hacer a otros, esa es su parte positiva, pero en un futuro se volverán a unir los implicados para recibir la enseñanza que se merecen por medio de catástrofes, accidentes, enfermedades colectivas, etc. Algunos morirán pero otros no, quedando inválidos o sufriendo durante muchos años según su colaboración en los hechos pasados.
También las catástrofes actuales (terremotos, volcanes....) son efecto de las acciones de la humanidad hace muchos miles de años, pero además de ese efecto global, algunas personas reciben su karma individual para que se grabe en su conciencia como beneficio o enseñanza propia. Estas personas son deudoras de la humanidad, algunos de ellos renacen después de varias vidas de aprendizaje para hacer un gran bien a la humanidad a través de alguna ciencia o descubrimiento.
Actualmente algunos países y personas están creando causas (bombas, radiactividad, etc.) que perjudicarán en futuras vidas a muchas personas, bien con enfermedades o bien en forma de catástrofes, y ese karma les obligará a devolver con buenas hechos y sacrificios el mal que hicieron. De cualquier forma tendrán alguna vida de intenso sufrimiento.
Otro caso actual es el de los animales, las matanzas por las pieles o por alimento, repercutirán en las conciencias de quienes lo hacen como karma individual pero, a la vez, en algún momento tendrán que saldar la deuda en forma de servicio y ayuda a esas vidas por impedirles su desarrollo y evolución a través de los cuerpos.
Hay casos en que la humanidad se ve fortalecida por las enseñanzas de líderes espirituales, esto suele ser un sacrificio voluntario (Zoroastro, Buda) y muy pocas veces como deuda respecto a la humanidad. Sin embargo, esa acción crea un karma muy elevado en ese espíritu como recompensa por su sacrificio, mientras que la humanidad se sirve de su enseñanza para salir de un período de obscuridad (el más elevado ejemplo es Cristo) o simplemente como un nuevo paso en la evolución.
En realidad, las actitudes de cada momento de nuestra vida están basadas en nuestros hechos pasados, en nuestros sentimientos y en nuestra forma de pensar. Sabiendo que tenemos una voluntad y un libre albedrío, deberíamos ser más conscientes de ello y meditar más nuestros actos.
Nosotros llevamos 2 libros de cuentas, uno interno y más relacionado con nuestro propio ser, y otro externo y más relacionado con las acciones en el mundo material, pero de una forma otra y según sea de rentable esa contabilidad, así será nuestro karma y los medios físicos de que dispongamos en el futuro.
El karma lo administran las Jerarquías Superiores de acuerdo a las necesidades sociales, mentales y espirituales de cada individuo, pero siempre pensando en sus efectos sobre los demás. En realidad, karma está actuando constantemente con cada causa o pensamiento que creamos. La evolución es el resultado de estas Leyes Divinas excepto el principio de la creación o Primera Causa.
Esto es algo así como cuando un escritor dramático hace una obra. Ésta nace de la voluntad, se forma en su mente y se ejecuta físicamente en el escenario, pero a fin de cuentas, todos los personajes están en el pensamiento y la voluntad del autor (primera causa) y por muchas causas y efectos o karmas que haya en la obra, el desenlace será el que el autor quiera. Eso mismo ocurre con la humanidad, nosotros estamos en el escenario, y cada causa y efecto o karma repercute en nosotros y puede afectar a los demás para que aprendamos a desarrollar las cualidades espirituales que nos llevará a valorar ya amar al prójimo
De una forma u otra, llegaremos a la meta de perfección a la que nos ha destinado Dios.
Cuando cada uno de nosotros llegue a esa meta, llevará consigo la quintaesencia de todo su karma y de los efectos de todas sus causas. El resultado será un efecto o karma de Dios (como Primera Causa) que le engrandecerá en todos los sentidos, y para nosotros será el desarrollo de todas las posibilidades espirituales que tenemos latentes en poderes activos, es decir seremos dioses. Nuestro desarrollo se mostrará en poderes individuales, pero no debemos olvidar que todo lo que seamos será gracias a las leyes kármicas y al resto de nuestros hermanos.
Las leyes kármicas se hicieron cargo de la humanidad a partir de la caída del hombre a causa de la intervención luciférica. La humanidad era entonces inocente (estaba en el paraíso) porque no era consciente de su cuerpo ni del mundo físico, es decir, no era responsable de sus actos como no lo son los animales. Pero esta intervención de los Ángeles luciferes nos abrió los ojos para que descubriéramos que éramos individuos y para que comenzáramos a actuar como tal, por tanto, hicieron que naciera el yo personal y egoísta. Por el mismo hecho de darnos esa libertad y de despertarnos las pasiones y deseos egoístas, las leyes kármicas han hecho que nos esforcemos en superarnos por medio del sufrimiento en el purgatorio y que aceleremos más el desarrollo de las cualidades espirituales. Estas leyes kármicas y de Causa y Efecto hacen que el mismo impulso egoísta que nos llevó a conquistar el mundo materia después de la individualización nos lleve a conquistar el mundo espiritual en busca de nuestra salvación. Por consiguiente, el nacimiento o caída del hombre en el mal hace que las leyes divinas nos obliguen a luchar por el bien. Sin embargo, gracias a esta influencia luciférica hemos desarrollado la mente, la voluntad y el libre albedrío.
Pero esto tampoco es posible si no tenemos en cuenta el estado postmorten porque es allí donde, después de darnos cuenta de nuestros errores, tomamos un nuevo punto de partida para superar los defectos y crear nuevas causas para la próxima vida. Es en el purgatorio donde vemos las debilidades de nuestra voluntad y de nuestra mente y esto, a su vez, nos libera de la ley de causa y efecto y nos impulsa a actuar desde otro punto de vista más elevado.
Para vencer el karma hay que conquistar la libertad y desarrollar la voluntad y el discernimiento, y para conquistar esto de una forma acelerada es necesario adquirir el conocimiento oculto. El resultado será una nueva forma de vida donde se actúe con plena conciencia de los resultados. El enemigo a vencer es el cuerpo de deseos (Lucifer indirectamente) que es quien nos induce al mal por medio de tentaciones, deseos y pasiones, pero para vencer a Lucifer hay que practicar el amor, y cuando al amor se instaure en nosotros y expulse todo lo negativo, seremos más libres. Debemos llegar hasta el punto en que utilicemos la misma fuerza que nos arrastra en forma de deseos y pasiones, en actuar con amor y sabiduría.
Nosotros estamos unidos por el karma a los reinos inferiores por medio de nuestra actuación sobre ellos incluyendo las privaciones de sus vehículos, pero también es cierto que estamos involucrados en el karma de las Jerarquías superiores que velan por nosotros, sea de una forma general o individual. Por consiguiente, cuanto antes comencemos a utilizar este conocimiento y el discernimiento podremos ver de qué manera podemos colaborar para su solución.
Por último, es muy aconsejable que meditemos la acción de estas leyes kármicas sobre nosotros y sobre la humanidad porque, a partir de este momento tenemos más responsabilidad para enseñar y practicar este conocimiento. En el grado en que pongamos en práctica estas verdades así será el efecto en el futuro. Las causas de otras vidas nos han traído aquí y nuestro deber es tener presente este conocimiento para nuestro propio bien y el de la humanidad.
Este conocimiento hace la vida más rica en experiencias, nos ayuda a comprender el sentido de la vida y del ser y nos eleva moral, intelectual y espiritualmente. Nos debe hacer más responsables y confiados ante lo que nos depare el destino, puesto que el futuro está basado en nuestros propios actos, pensamientos y sentimientos.


Francisco Nieto



sábado, 2 de mayo de 2009

EL AMOR, LA LLAVE MAESTRA


El amor es Vida, el odio muerte ¿Cuál será nuestra mejor elección? El Amor es la llave mágica que abre las puertas del cielo. No tenemos que pedir Amor sino expresarlo y darlo, porque el Amor es la suprema Ley de Vida.
Cada pensamiento, cada deseo y cada palabra que es contraria al Amor o que no está en armonía con su vibración, crea desorden, sufrimiento, desarmonía e infortunio en el universo, y esto no lo podemos eludir, porque, “Lo que se siembra se cosecha”. Es cierto que estamos mezclados con el desorden creado por nosotros mismos, y es difícil escaparnos salvo que hagamos una gran y persistente entrega a la Ley del Amor, y cautivemos con ella todos nuestros pensamientos, palabras, actos y deseos.
Digamos que no podemos eludir las consecuencias de nuestra siembra, si sembramos semillas de odio, mala voluntad, egoísmo, envidia y otros aspectos que están en desarmonía con el Amor Divino, irremediablemente cosecharemos el fruto de lo sembrado. Si el labrador siembra maleza, no puede cosechar trigo por mucho que rece, del mismo modo, mientras sembramos de la carne cosecharemos desarmonía y corrupción. Sin embargo, cuando nos entregamos al Dios del Amor y le seguimos valla donde valla, cuando establecemos nuestra vida en el Principio del Amor, cuando obedecemos profundamente los dictados de la Ley del Amor, no sólo dejamos de sembrar semillas de sufrimiento y desorden, sino que al mismo tiempo, el Divino Orden comienza a manifestarse en nuestra vida. Esto puede ocurrir porque dejamos de luchar contra las pruebas, preocupaciones, sufrimientos y disciplinas que nos hemos creado nosotros mismos como resultado de pecar contra la Ley del Amor, y en cambio, cooperamos con las experiencias de la vida, transmutándolas para que se conviertan en manantiales de bendición en lugar de castigo.
Hay una Ley llamada de Causa y Efecto que actúa muy justa y amorosamente dando a cada uno lo que le corresponde pero de una forma que a la vez, beneficia al máximo en el desarrollo espiritual interno. Esta Ley es la que nos hace tener un determinado destino junto a ciertas personas, pero además es la que nos trae lo que necesitamos para que nuestra vida sea más productiva para el Espíritu. Cuando caminamos por el sendero del Amor, del altruismo y de la fraternidad estamos colaborando con las Leyes Divinas, pero si lo hacemos por el camino de la maldad, del egoísmo y de las pasiones, tarde o temprano recibiremos lo que merecemos para que tomemos conciencia de que hemos elegido un camino equivocado.
El que fue Maestro de maestros hace 2.000 años nos enseñó a vivir una vida libre de preocupaciones, alegre y unida a Dios, por tanto, cuanto antes penetremos en el mundo del Amor, menor cuidado y esfuerzo nos exigirá la vida. También dijo que Él no era quien actuaba sino que era el Padre –Amor- a través de Él quien lo hacía. Del mismo modo, podemos nosotros permitir al espíritu del Amor que nos guíe y que actúe a través nuestro, sin esfuerzo ni fatiga de nuestra parte.
El Sendero de la realización espiritual es el Amor, es el Camino que el Gran Maestro recorrió antes que nosotros. Solo podemos seguir Su camino lleno de bendiciones por medio del Amor y del Servicio desinteresado a los demás, olvidando y dejando atrás el egoísmo, los rencores y todas las pequeñas cosas que hacen que nos desviemos de él.
Meditad sobre estas frases:



Aunque diese todos mis bienes a los pobres y aunque me dejase quemar vivo, si no tuviese Amor de nada me serviría”, “El que quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos.”

Francisco Nieto Vidal

LA CRÍTICA


“No juzguéis para que no seáis juzgados, porque el juicio que vosotros hacéis, se aplicará a vosotros, y la medida que usáis, se usará para vosotros. ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo? Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro como sacar la paja del ojo de tu hermano”

Esta es una de las pruebas y lecciones más difíciles de superar para el aspirante a la vida superior, no juzgar y criticar a los demás. Estamos demasiado acostumbrados a ver los defectos y a criticar a los demás sin darnos cuenta de que todos estamos cometiendo errores durante todo el día, pues la crítica y el juzgar no sólo se hace con la palabra, sino que mayormente se hace con el pensamiento.
Nuestra conciencia nos dice cuándo criticamos y juzgamos negativamente, y normalmente nos mostramos indiferentes a sus consejos a reprimendas, sin darnos cuenta del mal que estamos haciendo al desarrollo del Espíritu. Es importante saber que la persona que no tiene tendencia a criticar, es porque en su anterior vida ha trabajado para superar esa etapa, el aspirante a la vida espiritual se encuentra más o menos ahí, y por eso debe estar siempre pendiente de no criticar ni juzgar, sobre todo para no ser un mal ejemplo para otros.
Las enseñanzas esotéricas dicen que el discernimiento es la mejor ayuda del aspirante para evolucionar en los mundos inferiores, para ello debemos practicar principalmente la observación de todo lo que hacemos y de todo lo que nos rodea, pero siempre sacando conclusiones razonadas y lógicas.
Naturalmente que no es tan simple, porque debemos tener siempre presente que la observación sólo será usada para quedarnos con los hechos que nos estimulan a hacer el bien, a ver lo positivo, y nunca para hacer una crítica destructiva. Si alguna vez tenemos que hacer una crítica, esta debe ser hecha en sentido constructivo, porque la crítica que señala los defectos y el modo de remediarlos, es la base del progreso, pero la crítica destructiva que destruye vandálicamente sin ningún propósito, es una ulcera del carácter que debe ser erradicada cuanto antes.
El discernimiento nos enseña, de una manera impersonal, lo que es bueno y lo que es malo, sobre todo si no mezclamos los sentimientos y lo hacemos con la pura intención de buscar el bien en todo mal. El examen y decisión respecto a un objeto o idea es un deber, no se debe dejar pasar la oportunidad de aumentar nuestro desarrollo espiritual con lo mejor de nosotros mismos por medio de nuestra voluntad.
Si lo hacemos viendo lo negativo, aumentamos la atmósfera mental del lugar donde nos encontramos, aumentamos negativamente nuestra atmósfera mental que se refleja en nuestra aura. Esto quiere decir que con la crítica, vamos sembrando el mal y afectando a las personas que nos rodean, cuando juzgamos a los demás y les criticamos, mandamos nuestros pensamientos y sentimientos en forma de flechas que afectan seriamente a la persona criticada. Pero lo peor no es eso, esos mismos pensamientos nos vuelven a nosotros –bajo la Ley de Causa y Efecto- y nos devuelven lo que es nuestro, pero aumentado y, además y más importante, estamos afectando a la atmósfera mental del planeta, y por consiguiente, a todas las personas que se pongan en esa misma sintonía de vibración.
La comprensión y la tolerancia juegan un papel importante en el discernimiento para no criticar ni juzgar, ponernos en el puesto de esa persona que criticamos también lo es, pero creo que más bonito es aún,
intentar ver el bien en todo lo que creemos que hay mal.
El aspirante esotérico debe saber que cuando nos fijamos en algo que no nos gusta en los demás, es porque nosotros ya lo hemos experimentado, y por lo tanto, hemos tomado conciencia de ello. Sabiendo esto, el aspirante espiritual debe volver contra sí mismo la crítica para, a continuación, proponerse no volver a cometer el mismo error.
Practicando esto nos perfeccionamos, y cuanto más perfectos, menos predispuestos estamos para criticar y lanzar la primera piedra. Al mencionar las faltas para enseñar la solución, estamos construyendo una buena atmósfera mental y ayudando a erradicar el mal en los mundos invisibles.
La concentración de la mente para controlarla y dirigirla hacia una línea de actuación donde el pensamiento, las palabras y las actitudes, estén siempre basadas en el servicio desinteresado y amoroso a los demás, es la base del crecimiento espiritual. Si intentamos tener la mente controlada para dirigirla en ese sentido, podremos darnos cuenta en poco tiempo, del gran adelanto que podemos adquirir.

Francisco Nieto Vidal

LA CURACIÓN POR MEDIO DEL PENSAMIENTO


Sabiendo que el origen de todo lo creado es el pensamiento y que el carácter es la causa de nuestro destino, nos encontramos con que, para curar una enfermedad en su raíz, sería necesario mejor curar los recuerdos grabados en la memoria así como tener más cuidado con los pensamientos que emitimos.
Muchas veces la enfermedad comienza con algunas ofensas, reales o imaginarias que llegan a nosotros a través de otra persona. Los ocultistas clarividentes han comprobado que la mayoría de las enfermedades tienen su origen en los pensamientos y sentimientos o, mejor dicho, la Ley de Causa y Efecto nos trae determinada enfermedad como efecto de los malos pensamientos y sentimientos, para que aprendamos cuál es su efecto y así corregir nuestra forma de actuar.
El orgullo, la lujuria, el odio, el egoísmo, la envidia, la intolerancia, la sensualidad, etc. no sólo causan un mal destino sino que, además afectarán a nuestra salud en la próxima vida. Se dice que la cara es el espejo del Alma, es cierto, cuando una persona es feliz tiene un aspecto radiante y de buena salud e incluso envejece menos. Esto significa que su forma de actuar y de pensar es benevolente, o lo que es lo mismo, se está creando un buen destino y está cuidando su salud.
No hay nadie ni nada que se imponga sobre nuestra voluntad, el único poder que alguien o algo tiene sobre nosotros, es el que permitimos que se manifieste. Culpar a otros es un error. Hay un viejo dicho que dice: “No seremos capaces de impedir que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza, pero no debemos permitirles que hagan nidos en nuestros cabellos.” Cuando hemos permitido que palabras o acciones de otro nos alteren hasta el punto de pensar en ellas persistentemente e interiormente nos encolerizamos, hemos permitido que “comiencen a hacer los nidos”. Si no ponemos medios para cambiar nuestra forma de pensar y lo grabamos en nuestra memoria, sufriendo así por una ofensa absurda o cualquier otro hecho similar, el “nido” se construye fuertemente y tan pronto como los pajarillos salen del cascarón, nos encontramos con que la enfermedad comienza en nuestro cuerpo.
Algunas veces la ofensa parece atroz y se nos hace difícil olvidar y perdonar; Cuando nos damos cuenta de que puede ser literalmente un caso de vida o muerte para nosotros, sin embargo, vemos la importancia de limpiar, de aclarar las ruinas y empezar de nuevo.
Sabemos que los pensamientos nos dan dos opciones después de revestirse de materia del cuerpo de deseos, una es la acción directa y la otra es la acumulación de esos impulsos en lo que llamamos memoria para actuaciones futuras. Aquí es donde debemos hacer hincapié y comenzar a pensar de una forma positiva y espiritual. Si cambiamos la forma de pensar actuaremos de otra forma pero, además, lo que tendremos guardado será bueno y no nos podrá traicionar trayéndonos enfermedad u otros problemas. Por consiguiente, si queremos obtener buena salud y mejor destino, debemos comenzar a cambiar nuestra forma de pensar.
Hoy los médicos luchan contra los microbios y los virus de la enfermedad sin saber el origen exacto de los mismos, no saben que están luchando contra algo físico que tiene su origen en el cuerpo vital, en el de deseos y en el mental. Cuando derrochamos energía no sólo estamos consumiendo la vitalidad que tenemos para toda la vida, sino que, además, estamos desequilibrando el cuerpo vital, esto es, los malos pensamientos atraen las bajas vibraciones de los bajos deseos y pasiones para luego desequilibrar el cuerpo vital; esto se puede manifestar en el cuerpo físico como una enfermedad normal y corriente. Sin embargo, cuando actuamos de esa forma y creamos un hábito –también en el cuerpo vital– lo que normalmente ocurre es que se manifiesta en la próxima vida como una tendencia o una enfermedad, dependiendo de la gravedad de los hechos.
Alguien se preguntará que cuál es el sentido de todo esto, a eso hay que responder que el espíritu se tiene que hacer dueño de la personalidad –sus cuerpos– para poder utilizarlos en su propio beneficio espiritual y alcanzar cuanto antes su meta. Así como el coraje es una FUERZA INTERNA fruto de la necesidad de acción en determinada línea, así el espíritu debe desarrollar otra fuerza interna al luchar contra la enfermedad que intenta doblegar su cuerpo.
Las malas formas de pensar, los deseos materialistas y egoístas, los malos sentimientos, etc. desequilibran el cuerpo vital y se graban en el átomo-simiente para que, en la siguiente vida, este cuerpo etérico se forme con esa debilidad. Nosotros utilizamos la energía creadora para procrear, hablar, trabajar y pensar, todo abuso o descontrol de esa energía en cualquiera de sus formas repercutirá en nosotros y muy particularmente en la salud. La Ley de Consecuencia nos traerá sus resultados bien en esta vida, o bien en la próxima, pero de una forma u otra no la podremos evitar.
Si realmente queremos liberarnos de esta forma de actuar inmadura, debemos trabajar con todas las fuerzas del bien y, con un propósito firme y sincero hacer que la Luz y el Amor de Cristo nos ilumine en nuestra forma de pensar.
Nosotros sabemos lo poderosa que es nuestra mente creadora, por eso debemos imponer nuestra voluntad sobre ella para que no se deje llevar por el cuerpo de deseos. Oremos fervorosamente para que seamos capaces de limpiar nuestros cuerpos y así saber dirigir esa energía creadora hacia esferas más elevadas. Esta es la única forma de limpiar nuestra cabeza de todos esos nidos, la voluntad en la práctica del Servicio y del Amor.

Francisco Nieto