miércoles, 22 de julio de 2009

EL SERVICIO


Muchos estudiantes, desde todos los puntos de la Tierra, dicen muchas veces cosas como estas: “Ustedes hablan mucho acerca del “servicio”, pero, ¿qué significa eso exactamente? Encontramos muchos amigos en la Fraternidad que dicen que aman el servicio, pero hacen únicamente las cosas que les gusta hacer o las cosas más fáciles, cuando pueden escoger. ¿Es ese el correcto concepto del servicio?
La mayor parte de las personas del mundo de hoy no sirven a menos de que haya “algo en ello” para ellas. Esperan una recompensa material, y esa es la forma sabia de las Potestades invisibles para incitarlas a la acción, porque de este modo están evolucionando inconscientemente hacia una etapa del crecimiento anímico en la que servirán por amor al servicio. Pero no se puede esperar que cambien de la noche a la mañana: no hay transformación súbita en la Naturaleza. Cuando el cascarón se rompe y sale un pollo, o cuando el capullo revienta y vuela una mariposa entre las flores, sabemos que la magia no fue hecha en un momento. Hubo un proceso interno de preparación anterior al cambio externo. Un proceso similar de crecimiento interno se necesita para transformar a los siervos de Mammón en siervos del amor, porque el crecimiento espiritual también procede desde dentro y debe tomarse su tiempo. No podemos esperar que las personas que recién han comenzado a sentir el impulso que las lleva a unirse con una asociación altruista renuncien en un abrir y cerrar de ojos a todo egoísmo y otros vicios, y que se desarrollen hasta la estatura de Cristo. Cuando más, sólo somos un poquito mejores de lo que éramos, salvo por el hecho de que estamos luchando y esforzándonos por seguir “Sus pasos”. Pero eso constituye toda la diferencia, porque estamos tratando de servir como Él sirvió.
En modo alguno quita méritos al servicio de un músico que nos inspira con devoción en nuestros servicios, el hecho de que él ame su música. Ni tampoco desmerece el servicio en nada el hecho de que el orador que nos inflama con celo en la obra del Señor guste de revestir sus ideas con bellas palabras. Ni el salón se hace menos atractivo porque el miembro que lo barrió, lo desempolvó y lo decoró, le guste convertir en hermoso su ambiente exterior. Cada quien puede, en realidad, servir con mucha mayor ventaja en la línea de servicio que se ubica en el sendero de sus inclinaciones y habilidades naturales, y deberíamos estimularnos unos a otros a buscar las oportunidades en el área en la cual estamos mejor equipados para servir.
No existe mérito especial en tratar de servir deliberadamente en una capacidad que es desagradable para nosotros. Sería un error si un músico dijera al celador: “Me disgusta fregar los pisos y decorar los cuartos, y sé que usted tiembla en el pensamiento de tocar; también sé que usted está fuera de práctica, pero cambiemos los lugares por causa del servicio”. Por otra parte, si nadie estuviese allí para tocar, sería el deber del decorador dejar la timidez a un lado y estar dispuestos a hacer ese trabajo también, prescindiendo del disgusto personal. Nada es humillante. El mismo principio se aplicará en el hogar, el taller o la oficina.
El servicio puede ser definido como “El mejor uso de nuestros talentos y el poner nuestros talentos al mejor uso en cada caso de inmediata necesidad sin considerar el gusto o el disgusto.”
Si luchamos por hacer esto cada vez que la oportunidad se presente por sí misma, nuestro progreso y crecimiento anímico aumentarán proporcionalmente.

No hay comentarios: