sábado, 18 de julio de 2009

EL PATRIMONIO PERDIDO


Todos conocemos la profunda, mística y conmovedora historia bíblica del hijo pródigo quien dejó la casa de su Padre y estuvo vagando en el desierto del mundo alimentándose de los desperdicios de sus placeres, este pasaje es simbólico para toda la humanidad.
Es incalculable el tiempo que hace que abandonamos todos la casa de nuestro Padre en aquél obscuro pasado. Ahora estamos vagando en el desierto del mundo material sin saber verdaderamente quiénes somos, de dónde venimos, por qué estamos aquí y a dónde vamos, ni tampoco sabemos qué es eso que nos empuja a crear, a buscar, a experimentar y, en definitiva, a evolucionar. No obstante, dentro de nosotros hay una conciencia, un Espíritu, que nos habla y nos compele y urge a elevarnos y a que busquemos el camino de vuelta a nuestro hogar.
La mayoría de las personas no escuchan la Voz de la conciencia porque están perdidos en su vida material y en el disfrute de los placeres, no tienen tiempo para meditar, discernir y buscar un sentido o explicación razonable y espiritual a la vida. No se dan cuenta que buscar lo evanescente y efímero no les llevará a nada hasta que no descubran el valor de la oración y del estudio de estas verdades ocultas. Mientras no busquen en su interior, se estarán muriendo de hambre en el desierto del mundo.
Algunos responden al deseo interno espiritual de una manera intuitiva e intentan recuperar de una forma voluntaria y consciente esa unidad con Dios, intentan ser una expresión elevada en su forma de pensar y de sentir a la vez que intentan llevar una vida armónica y de paz interior. Estos comprenden o intuyen en su interior que se han separado y deben volver a su verdadero estado de espiritualidad, porque por los caminos que andan no les llevarán a su hogar sino lo contrario. A medida que se esfuerzan en tener su mente puesta en hechos elevados y espirituales y a medida que intentan controlar sus deseos y sentimientos para que sean positivos y benéficos, van descubriendo que hay una vida más elevada y que sienten la necesidad de continuar en ella porque saben que es la única que les puede devolver a su Casa.
El Espíritu del hombre es en sí mismo una ley. El hombre debe tomar conciencia de todos sus actos, sentimientos y pensamientos y escuchar a su propio Maestro, porque gracias a Él aprendemos las lecciones que necesitamos para encontrar el camino de vuelta. “Como el hombre piensa en su corazón, así es él” esta es una gran verdad. Lo mismo que nosotros estamos aprendiendo y asimilando el fruto de nuestras experiencias en esa búsqueda de la meta de perfección a través del renacimiento, así nuestros pensamientos viajan, experimentan, asimilan, y vuelven a nosotros con lo que hayan aprendido, por eso nosotros somos los creadores de nuestro propio destino. La mente es lo primero que el hombre utiliza en todo lo que hace y, por tanto, es su deber ser dueño de la misma para que nuestros pensamientos hagan un mundo lleno de paz y amor y podamos mostrar la imagen que llevamos dentro.
El cuerpo físico puede ser un cielo o una prisión para el Espíritu, y nosotros somos quienes debemos crear ese cielo, porque es la puerta que nos llevará a la casa del Padre. El cuerpo físico es la herramienta imprescindible que tiene el Espíritu para poder evolucionar aquí en la tierra vida tras vida, y si no lo cuidamos en todos los sentidos atrasaremos nuestro regreso.
La evolución y el desarrollo de la vida nos lleva a la perfección y elevación en sentido físico, moral, intelectual y espiritual. En nosotros está querer aprovechar las oportunidades que se presentan y así poder elegir el camino recto que nos llevará a la cima de la montaña o coger el que va dando vueltas alrededor de la misma. Lo que no podemos es entretenernos en coger flores o en contemplar el paisaje mientras otros suben.
La Fraternidad Rosacruz es la Escuela preparatoria para los más adelantados de occidente, para esos que ya han comenzado a darse cuenta de que la vida materialista y de disfrute de los placeres les hace perderse en la obscuridad, está creada para los que quieren esforzarse en volver cuanto antes a su hogar.
Todos, como hijos pródigos, hemos abandonado el elevado estado espiritual del Padre para enfocar nuestra atención en lo terrenal y así aprender a discernir entre lo espiritual y lo material y personal, eso es imprescindible en nuestro desarrollo interno (como la semilla que es plantada en tierra fértil para que manifieste el germen que lleva dentro) Esta existencia física es temporal, como el árbol que alcanza el crecimiento adecuado y da su fruto, así ocurre con el Espíritu o hijo pródigo. Este espíritu está siempre buscando de dónde sacar provecho de la tierra para así poder dar fruto, anda vagando e intentando conseguir un sustento de muy diferentes formas, pero su crecimiento es lento porque encuentra muchas adversidades.
La Filosofía oculta Rosacruz es “tierra fértil”, es la puerta que ese hijo pródigo anda buscando, naturalmente, antes debe haber descubierto la Luz que le alumbrará el camino y se habrá comprometido a recorrer ese sendero de regreso aunque deba sacrificarse. Estas enseñanzas guían al hombre por el sendero pero cuanto más trabaje y más se esfuerce, más beneficio espiritual obtendrá. Esta filosofía hace que el hijo pródigo vuelva a casa de su Padre por medio de la Luz que hay en sus enseñanzas a la vez que le hace salir de la obscuridad.
Sus enseñanzas y métodos, como Escuela que lleva a la Iniciación, fueron dados por seres que son de este mundo pero que ya no necesitan estar en él. Esos Seres han recorrido el sendero y saben perfectamente cuál es el camino y lo que nos queda por recorrer, por tanto, su sabiduría es muy grande y su amor por la humanidad más aún.
Nadie debe comprometerse en ninguna escuela sin escuchar su corazón y sin meditar y discernir en su mente. Esta escuela imparte su filosofía y astrología gratuitamente pero eso no indica casi nada, el deber del que busca es probar, y si después de esto la filosofía le atrae, debe empezar a estudiar y a trabajar para su beneficio propio.
Los Hermanos Mayores que guían a la humanidad están siempre atentos para ver quien enciende su luz brillante y hermosa por medio de sus buenos actos. Cuando desde los mundos invisibles ven brillar un aura de determinado grado de luz, aparecen ante nosotros y nos guían de una manera más directa hacia la puerta de nuestra Casa. Pero no todo el camino que nos queda por recorrer es fácil y sencillo, el que encuentra una Escuela como esta, sólo ha encontrado los medios que necesita para acelerar su desarrollo espiritual, ahora es él quien debe sacrificarse y esforzarse para elevar la personalidad y hacer que sea el Espíritu quien gobierne su destino; ese Espíritu sabe cual es el camino de retorno y no defrauda nunca.
El espíritu es el hijo pródigo, y este hijo se muestra por medio del instinto, la inspiración, la intuición y la voluntad. Esa voluntad es la que debe imponerse sobre la mente para que, a través de ella, podamos gobernar las emociones, deseos y sentimientos que nos tientan y que nos hace caer tantas y tantas veces en nuestras debilidades. Cuando esa voluntad se impone sobre los vehículos del hombre e intenta pensar, sentir y desear cuándo y cómo quiere, está alumbrando su aura para atraer la atención del Hermano Mayor. Cuando obtenemos ayuda por medio de ejercicios como la oración, la meditación y la retrospección, estamos dando los primeros pasos de vuelta a Casa. Si dejamos que se manifieste el Espíritu y intentamos escucharle cuando nos guía con su voz, actuaremos mejor de lo que lo hacemos.
Ahora somos nosotros, quienes debemos meditar y decidir si deseamos de todo corazón y de verdad volver a casa de nuestro Padre, o nos encontramos muy a gusto tal y como somos y actuamos.

Francisco Nieto

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