sábado, 6 de junio de 2009

INTRVENCIÓN DE LOS ÁNGELES EN LA EVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD




Antes de decir cuál es la labor de los Ángeles respecto a la humanidad es necesario explicar quiénes son y dónde están. Ya hemos visto en mis blogs y artículos cómo el Ser humano – como Espíritu – ha descendido desde Dios Mismo hasta el mundo físico, y en esa involución en la materia ha obtenido cuatro cuerpos que son los vehículos que utiliza para su evolución a través del Renacimiento y la Ley de Consecuencia.
Antes de nuestra creación Dios ha hecho otras creaciones de mundos y otras diferenciaciones u oleadas de Espíritus. Los Ángeles y todas las Jerarquías que la Iglesia menciona como Arcángeles, Virtudes, Potestades, Tronos, Querubines, Serafines, etc. son creaciones de Dios anteriores a la nuestra. Los Ángeles, como Espíritus, hicieron y aún están haciendo su propia evolución, la única diferencia es que no han descendido hasta el mundo material y por lo tanto no utilizan un cuerpo físico como nosotros. Ellos están en la región etérica del mundo físico y por eso su cuerpo está compuesto de éter, pero sin embargo están en nuestro propio mundo y su trabajo más importante lo hacen sobre nuestra evolución.
Por el hecho de que no podamos ver a los Ángeles no significa que no estén con nosotros e intervengan en nuestro destino, ellos son expertos en el manejo de las energías etéricas y de la vida misma. Lo mismo que nosotros ayudamos a evolucionar a los tres reinos de la naturaleza que nos siguen, ellos también nos ayudan porque gracias a nosotros evolucionan, por este motivo podemos decir que su acción sobre el hombre es muy diversa. Ellos están muy por encima de la humanidad, pero algún día estaremos en su nivel y seremos como ellos e incluso más desarrollados porque ellos no han tenido la experiencia del mundo físico que nosotros tenemos – como nosotros no hemos tenido las experiencias de los animales que son la creación posterior a la nuestra y les estamos ayudando en su evolución –
Un Ángel utiliza un cuerpo radiante de energía de distintas frecuencias vibratorias y como expertos en el manejo de la materia etérica, trabajan con los éteres del cuerpo vital de los diferentes reinos y tienen bajo su dirección a los espíritus de la naturaleza. Ellos son los guardianes de la semilla de la vida, los que ponen los medios para que nazcan los seres, son los guardianes de las familias, de los niños y son fieles colaboradores del Ser humano desde que nace hasta después de la muerte. Ellos no tienen lo que nosotros llamamos mente, pero tienen una gran inteligencia, intuición y percepción espiritual, son los representantes de la sabiduría en nuestro mundo. Trabajan sobre todo lo que tiene vida en la tierra y crean los arquetipos del reino vegetal para después dirigir a los espíritus de la naturaleza en su construcción. Los Ángeles también están en el purgatorio porque han evolucionado hasta ese nivel y son auxiliares y maestros con la humanidad tanto por las noches como después de la muerte. En realidad están en todos los sitios e intervienen en todos los reinos y más aún, sin su labor el Ser humano no habría llegado a ser lo que es. Lo mismo que nosotros evolucionamos como razas y subrazas, ellos evolucionan en los diferentes mundos y planos según el grado de vibración y desarrollo que tengan.
Los Ángeles tienen la misión de ejecutar y adaptar el Plan de Dios a la vida y a las necesidades humanas, ellos canalizan las potentes energías de los arquetipos elevados para que sean condensadas y manifestadas. Son muchos los trabajos que hacen pero en general los más importantes son: 1º. Crear y vitalizar las formas de la naturaleza y estimular el desarrollo espiritual de los espíritus que evolucionan en los diferentes reinos. 2º. Ayudar en el desarrollo y la obtención de la “conciencia” en la forma. 3º. Formar los vínculos en los diferentes reinos para que se cumpla la evolución entre ellos por medio de su influencia. 4º. Guiar a todos los reinos y seres para que cumplan los designios de Dios.
Como este libro trata de la muerte y de todo lo que ocurre después de la misma hasta que el Ego vuelve a renacer, creo que es imprescindible mencionar la labor de los Ángeles en este proceso. Guiándose por el Plan Divino y por las Jerarquías que están por encima de ellos, los Ángeles hacen cuatro trabajos que están íntimamente relacionados con nuestra evolución y desarrollo espiritual. El primero se relaciona con la muerte, el segundo con la Ley de Causa y Efecto, el tercero con la memoria de la naturaleza y el cuarto con la liberación y renovación de la forma como vehículo del Espíritu. La misión de estos grupos de Ángeles es: 1º. Destruir todas las formas que ya han cumplido su misión y que se han cristalizado. 2º. Expresar los propósitos de Dios de una manera justa y amorosa. 3º. Registrar todos los hechos que ocurren en nuestro esquema evolutivo de mundos. 4º. Crear nuevas formas para que puedan evolucionar los Espíritus de las diferentes oleadas de vida.
Sabiendo esto, estudiaremos más estos cuatro hechos. Hay un Ángel llamado Ángel de la Transformación o Muerte que es el encargado de cortar el cordón de plata cuando el arquetipo creado en el Segundo Cielo llega a su fin, por lo tanto, no es casual que una persona muera en un determinado momento, – salvo algunas excepciones – en realidad gracias a este Ángel nos deshacemos del cuerpo que ya no nos sirve para la misión que traíamos. El segundo Ángel relacionado con nuestro destino es el que representa la Ley de Causa y Efecto, este Ángel hace que se cumpla esta Ley Divina pero de una manera justa y amorosa, sin este trabajo no podríamos evolucionar porque gracias a él recogemos lo que sembramos y tomamos conciencia de lo que es correcto y lo que no para así desarrollar las virtudes y aborrecer los defectos. El tercer Ángel es el encargado de archivar todos los hechos de nuestra vida en la memoria de la naturaleza para que sirvan como base de nuestras futuras vidas, de acuerdo con esto se construye el arquetipo y el molde etérico; con este ser contactan los intuitivos, videntes y profetas. El cuarto Ángel es el de la Liberación y es el encargado de crear y renovar los vehículos para que puedan efectuarse las actividades de los otros Ángeles. Resumiendo, cuando el Ego desciende al mundo material, se registra en la memoria de la naturaleza, luego, el Ángel que representa la Ley de Consecuencia y que busca la perfección en todo lo que evoluciona, impone el ritmo o equilibrio según la necesidad del Ego; cuando este ritmo armónico se descompensa y hay desequilibrios o resistencia para la evolución, el Ángel de la Muerte actúa para destruir las formas inservibles y se las entrega al Ángel de la Liberación para que renueve las formas con un más elevado grado de vibración; por último y como es lógico todo esto vuelve a ser registrado en la memoria de la naturaleza.
Esta actividad de los Ángeles se relaciona con: 1º. El nacimiento o liberación – 2º. La enfermedad y la Ley de causa y Efecto – 3º. La vejez y la memoria de la naturaleza - 4º. La muerte o destrucción de la forma.
El nacimiento está preparado por los Ángeles de la Liberación cuya labor en este caso está relacionada con la labor de los Ángeles que administran la Ley de Causa y Efecto y de la Memoria de la Naturaleza. Estos Ángeles rigen todo el proceso desde el momento de la concepción hasta que el nuevo ser nace y ve la luz; los Ángeles relacionados con la Memoria de la Naturaleza tienen que ver con el momento del nacimiento y su destino; los Ángeles relacionados con la Ley de Causa y Efecto dan el visto bueno a la futura vida y autorizan la construcción y ejecución a las varias clases de espíritus que intervienen y, los Ángeles de la Muerte, causan la muerte en el momento que haya sido programada y autorizada por los otros Ángeles.
Explicando esto desde el momento en que el Ego acepta su futura vida en el Mundo del Pensamiento ocurre lo siguiente: Una vez visto el panorama de los sucesos más importantes de nuestra futura vida y una vez que el Ego lo acepta, otros seres que están por encima de los Ángeles – como por ejemplo los Señores de la Mente y los Arcángeles – dan la nota clave o vibración correspondiente a cada uno de los átomos simiente para que atraigan el material necesario para la construcción de los futuros cuerpos. Esta vibración atrae a los correspondientes Ángeles constructores que serán los que manejen esa materia y colaboren en darle la forma en el momento oportuno. En este momento es cuando ocurre la concepción y el Ego se queda en un estado de sueño en el plano etérico mientras ciertos espíritus de diferentes clases empiezan la obra de la construcción del cuerpo vital basándose en la vibración del átomo simiente que procede del Ángel de la Memoria de la Naturaleza, también llamado “Ángel archivero”. Después de que el molde etérico es colocado en la matriz de la madre, el elemental constructor comienza la obra bajo la dirección de los Ángeles, entonces el Ego despierta de su estado de sueño y ve el panorama de su futura vida para después introducirse en la matriz de la futura madre y construir su cuerpo hasta que el Ángel liberador le facilite el nacimiento que ha elegido según el destino que tenga y en el momento exacto en que las posiciones planetarias así lo aconsejen. A partir de ese momento las influencias planetarias fuerzan el nacimiento y el Ego se ve obligado a cumplir su destino.
Durante la vida ocurren tres procesos importantes, estos son: La enfermedad, la vejez y la muerte. La enfermedad es fruto de las ignorantes y malas actuaciones de las personas y entre ellas están las que se producen en un corto tiempo y que se superan y las que duran mucho e incluso pueden llegar a la siguiente vida en forma de tendencias o de karma maduro. En la enfermedad se considera karma maduro negativo al resultado de repetir una serie de actos que están en contra de las Leyes Divinas – relacionados con la enfermedad -, como resultado de ello el Ego debe padecer irremediablemente de alguna enfermedad o debilidad para que, entre las experiencias de la vida física y las del purgatorio después de la muerte, tome conciencia de lo que es correcto y lo que no lo es. La enfermedad es el resultado de un karma maduro impuesto por los Ángeles que administran la Ley de Consecuencia y, a la vez, de acuerdo con los de la Memoria de la Naturaleza, este karma está aceptado por el Ego desde antes de nacer, bien como enfermedad desde el nacimiento o bien como tendencia, con lo cual lo podría cambiar.
La vejez se produce como efecto de la falta de fluidez vital, del desgaste de los órganos y miembros, de la falta de flexibilidad y por el atrofiamiento y cristalización del cuerpo físico. La vejez es el camino de vuelta a casa y está relacionada con el Ángel de la Muerte que es el encargado de destruir las formas que ya no sirven para el desarrollo del Ego. Se dice en la filosofía oculta que hasta los 36 años estamos acumulando vitalidad pero a partir de ahí debemos devolverla de alguna manera útil para la humanidad, esto a su vez nos sirve como liberación en el camino de la vejez y muerte.
La muerte es causada por el Ángel encargado de cortar el cordón plateado y esto lo hace cuando comprende que se ha sacado el provecho que debíamos de la vida o cuando el cuerpo físico ya no sirve. Este proceso, como ya sabemos, libera al Ego de todos sus cuerpos para asimilar el fruto de la vida y adquirir otro nuevo con el cual pueda continuar su evolución en la siguiente vida.
El acto sexual en la humanidad todavía está muy basado en el aspecto animal, el Ser humano se deja llevar por sus pasiones animales y por sus vicios y placeres sin saber que este acto es sacramental y que representa el drama de la creación del universo. Todo en el universo es creado gracias a la doble polaridad de la energía creadora, la cual está presente desde el mismo Mundo de Dios hasta el mundo físico y gracias a ella las Jerarquías creadoras de los mundos y planos pueden hacer su obra. Actualmente la utilizamos para movernos, hablar, pensar y- debería ser así – para procrear, pero como el ser humano todavía está muy dominado por su cuerpo de deseos, cae en el vicio o mal uso de esta energía que, al fin y al cabo, es nuestra propia vida. El acto o unión de las dos personas tiene su efecto en sus vehículos dependiendo de cuál sea su desarrollo, cuando este acto ocurre desciende la fuerza y según sea la actitud de la pareja – animal, humana o espiritual – así será el resultado de esa unión para sus cuerpos y para el Ego reencarnante. Cuando la unión es programada e intencionadamente espiritual y está hecha con la sola intención de dar un cuerpo a un Espíritu reencarnante elevado, se adquiere un gran beneficio en sentido físico, mental y espiritual, además, el acto es enormemente satisfactorio porque se produce un clímax que puede alcanzar el Mundo del Pensamiento de donde se obtiene una respuesta. Cuando mejor y más elevada es la intención mayor posibilidades hay de que venga un Ego de gran desarrollo espiritual y de que tenga un cuerpo sano, por el contrario, si el acto es animal y pasional obtendremos como respuesta la venida de algún Ego más atrasado con el cual aún tenemos relación de otras vidas.
La formación del cuerpo está a cargo del Ego y de otra serie de espíritus dirigidos por un Ángel, veamos como se va formando el cuerpo a partir de aproximadamente el 4º mes. En ese mes ya se aprecia la formación o latencia de los vórtices (chacras) y la aglomeración de la materia que por sus colores muestra el futuro cuerpo de deseos y mental. La forma de los cuerpos invisibles es ovoide y a través de ella pasa la energía y fuerzas que utiliza el Ego para formar el cuerpo que en este estado es un embrión, centrado en ese ovoide se aprecia la conexión del Ego con su propio plano y con sus cuerpos de materia en movimiento. Entre la madre y el hijo hay una fuerte y estable conexión que repercute en las auras de los dos, pero quizás más en la de la madre. En la formación de los cuerpos invisibles intervienen varios Ángeles de diferente grado que, como expertos en este trabajo, se relacionan con el karma de cada uno de los cuerpos. En resumen, diríamos que la principal labor de los Ángeles es alimentar al Ego y a los espíritus y elementales para que no cesen en esa obra creadora.
Estos Ángeles protegen esos cuerpos en construcción, les dan la vibración y forma que les corresponde, graban en ellos las tendencias para la próxima vida, dan su propio magnetismo y absorben la espiritualidad de los lugares donde esté la madre para compenetrar al embrión con su aura de amor. Cuando los lugares donde van los padres o sus actos no son elevados, el Ángel se dedica muy especialmente a proteger al nuevo ser de las malas vibraciones que haya, aún así hay elementos perjudiciales que no puede remediar como es el caso del tabaco, alcohol y otros similares. La labor de los espíritus de la naturaleza en estos meses también es muy importante pues son ellos los verdaderos constructores y los que manejan la vitalidad y la materia etérica, es muy difícil imaginarse su trabajo pero sabiendo que son ellos los que hacen la fruta, las flores y tantas cosas en la naturaleza, quizás nos cueste menos imaginar como, aunque invisiblemente, son ellos los que hacen esta labor. Como sabemos el átomo permanente físico es de una determinada vibración y esta es la que atrae la materia adecuada, pues bien, los espíritus y elementales que trabajan también vibran con ese grado de vibración y así trabajan como un conjunto perfecto y armonioso dentro de esa misma nota clave.
En el 5º mes el Ego es mucho más consciente de la creación de sus cuerpos inferiores, la conexión es más grande, la formación del cuerpo físico está muy avanzada de acuerdo al molde etérico a cargo de los Ángeles del karma y los espíritus de la naturaleza. De acuerdo al karma que trae para su futura vida, este molde etérico tiene un aspecto brillante y rodea el cuerpo físico del bebé. También se puede apreciar como todo el movimiento de las diferentes clases de materia y toda la labor de los constructores convergen en el nuevo Ser donde se distribuye según la frecuencia de esa materia. El Ego también afecta a esa materia con su propia vibración en forma de un canal luminoso que afecta a las partículas, naturalmente esta influencia pasa a través de la madre y se concentra sobre todo en lo que más tarde es el vórtice del plexo solar y el corazón. Esta concentración de fuerzas es el punto de distribución que sirve como estímulo al crecimiento de las células y como medio de vitalizar el cuerpo y hacer que atraiga más materia etérica a la matriz. Tenemos que tener presente que esta influencia externa comienza desde el mismo momento de la fertilización en que el Ego, desde su propio mundo, hace descender un rayo de luz que se comunica con el espermatozoide y a su vez con el óvulo; de esta unión surge una especie de llamada magnética y así acuden los constructores que son los encargados de atraer la materia que corresponda. Según va creciendo el cuerpo va aumentando el flujo de las energías superiores y la fuerza de atracción se va haciendo más grande, por lógica, aumentarán las vibraciones y estas, a su vez, atraerán nuevos tipos de espíritus.
Según pasan los meses, el Ego se va familiarizando con sus respectivos vehículos y va tomando conciencia de los planos por los que va descendiendo, a partir de los seis meses se distinguen mucho más las conexiones del Ego desde su Cuerpo Causal a la altura de la frente con los demás cuerpos a la altura del plexo solar; esta conexión también sirve para que el alineamiento de los cuerpos sea perfecto. A partir del 6º mes la corriente de fuerza del Ego se ve circular por diferentes centros del cuerpo de deseos – garganta, corazón y plexo solar - El niño está en una especie de sueño con ensueños mientras aún está muy compenetrado por el aura de la madre y, de vez en cuando, la actividad del Ego sobre la cabeza y la espina dorsal despierta al niño de ese sueño y hace que se mueva.
En el 8º mes se incrementa mucho más la actividad de las fuerzas y del propio Ego sobre los tres cuerpos, con los cuales y sobre todo con el físico, se está haciendo más consciente y a la vez más limitado. La materia vibra mucho más y tiene un aspecto de grandeza, tanto en tamaño como en brillo y color, naturalmente que esto demuestra la gran actividad de los Ángeles y espíritus relacionados con los diferentes cuerpos del niño que, a su vez, están individualizándose dentro de los de la madre.
La conciencia del Ángel director de la construcción del cuerpo físico no sólo hace ese trabajo sino que además le protege compenetrándole con su aura y prestándole un gran esmero y cuidado, tanto al niño como a la madre.
Para las religiones occidentales, sobre todo, la Virgen María fue una mujer muy espiritual y una gran madre, esto ha hecho que se forme un arquetipo sobre este “ideal” en el Segundo Cielo y este arquetipo o su reflejo, es el que ha visto algunas personas como una aparición de la “Virgen”. Este gran Espíritu que fue María tiene un inmenso desarrollo espiritual comparándola con el de la mayoría de nosotros, pero sin embargo, y aunque lo representa, no es el Principio Femenino mismo. Hay un principio Femenino Divino que es creador y que ha sido representado o personificado por los pueblos antiguos con nombres como Venus, Isis o la Virgen María, pues bien, este influjo de energía radiante y de gloriosa perfección desciende desde los mundos más elevados para compenetrar la obra de los Ángeles. Esta fuerza de gran belleza se filtra a través del Ángel director, de la madre y del niño y a su vez es representada por el Ángel dándole un semblante o aspecto de gran amor y ternura. En la madre que asume verdaderamente su papel se muestra como una gran felicidad e intenso sentimiento maternal y una gran armonía y equilibrio de todas las fuerzas que trabajan con el niño. El aura del Ángel tiene unos suaves y brillantes colores que muestran el gran amor de la Virgen por la madre y el niño. Según se acerca el momento del nacimiento ella compenetra más a estos dos seres por medio de los llamados “Ángeles de la Guarda”. Esta virgen María o Principio Femenino de Amor compenetra la conciencia de la madre y del Ego hasta el punto, que podríamos decir, que sufre la experiencia y comparte el dolor. Esta conciencia que Ella da está de acuerdo con la evolución de esa madre y de ese Ego y, todo esto, lo continuará haciendo hasta que los cuerpos lleguen a ser un verdadero templo de Dios. Digamos que su influencia es sacramental y aunque las personas no la noten, se pueden apreciar ciertos cambios en los padres que están en esa vibración.
La gran obra de la Virgen está relacionada con todas las madres del mundo en las cuales imprime sus ideales de pureza y amor, ella sufre con ellas y por todo lo malo que les pueda pasar, su compasión, su perfecta pureza y su Divina Presencia son una bendición para las madres. Su influencia intenta llevar a las madres del mundo hacia el más elevado aspecto del amor humano y de la pureza.
Estando todavía en el 8º mes la influencia del Ego es casi total, su influencia en forma de saeta penetra por la cabeza del bebé afectando a las glándulas para luego compenetrar el cuerpo del niño pasando por los vórtices y las otras glándulas desde la cabeza hasta el tronco. En este mes están hechas las conexiones entre los diferentes vórtices de los cuerpos superiores pero sobre todo los de la cabeza.
Poco antes de nacer se retiran casi todos los Ángeles constructores que han intervenido quedando más bien solamente la influencia de la Virgen sobre la madre y el niño. Esta influencia ayuda a la madre a sobrellevar el dolor y a que éste no le afecte negativamente a sus cuerpos mientras su amorosa presencia se irradia sobre el cuerpo del niño. Mientras nace e incluso después del nacimiento, el lugar de los hechos se llena de una atmósfera de gran espiritualidad gracias también a la presencia de los Ángeles colaboradores de la Virgen. Al terminar el nacimiento ocurren dos cosas. La primera es que cesan las irradiaciones en forma de amor y de bendiciones de la Virgen sobre la Madre y el niño y, por lo tanto, desaparece su imagen y la segunda es que, el Ego deja de ser tan consciente y de estar en tan estrecho contacto con su cuerpo físico para volver a centrarse en su propio hogar en el Mundo del Pensamiento.
De esta forma podemos comprender que es el Ego quien, con la ayuda de otros espíritus y Ángeles, construye sus cuerpos para luego casi perder la conciencia de ellos. Sin embargo, desde el nacimiento en adelante el Ego tendrá que volver a tomar conciencia de sus cuerpos de manera progresiva hasta que los pueda utilizar de una manera más o menos consciente y voluntaria. Esto mismo es lo que ha hecho la humanidad hasta ahora. Cuando obtuvimos el cuerpo físico hace millones de años – que era poco parecido al de hoy – nos movíamos más bien por instinto puesto que no veíamos ni teníamos sentidos desarrollados como los tenemos hoy, luego fuimos despertando los sentimientos y deseos como lo hace el niño, y por último, obtuvimos el despertar de la mente, con lo cual y a través del tiempo, hemos aprendido a razonar y a discernir para ser dueños de nuestros actos e intentar crear nuestro propio destino. Ese es el proceso que tiene el niño desde que nace: Al principio no es consciente de lo que le rodea ni de los sentidos, se guía por una especie de instinto, luego despierta los sentimientos y deseos mientras empieza a utilizar su mente para identificar y comprender el mundo que le rodea y, por último, aprende a razonar y discernir de manera que se hace un adulto y gracias a su voluntad y libre albedrío es creador de su vida y destino en esta tierra.
Aún de adultos los Ángeles están con nosotros porque ellos evolucionan gracias a su labor con la humanidad como nosotros evolucionamos gracias a las tres oleadas de espíritus que llamamos reinos de la naturaleza – animal, vegetal y mineral -. Su amor y su sabiduría es inmensa comparándola con nuestro desarrollo, por eso nosotros todavía tenemos mucho que evolucionar para comprender que nuestra labor con esos reinos debe ser constructiva y amorosa.


Francisco Nieto


No hay comentarios: