viernes, 26 de junio de 2009

EL SENDERO DE INICIACIÓN




“Iniciar” es comenzar una nueva etapa, esto quiere decir que, en realidad, el ser humano ha obtenido muchas iniciaciones desde el principio de los tiempos hasta nuestros días. Desde que nació el Ego, el Yo superior, la humanidad ha adquirido y perfeccionado sus cuerpos en cada revolución, época y raza del Período Terrestre, ha hecho un trabajo con cada uno de sus cuerpos que bien podría llamarse “iniciación”. Algunos de estos trabajos han sido muy importantes, como por ejemplo, obtener la conciencia de vigilia actual a través de ver este mundo físico, otra fue la adquisición de la mente y, por decir alguna más, diré que, otra muy importante, es el dominio y conquista del mundo material que estamos haciendo.
La meta de la humanidad es: Adquirir experiencia, desarrollar la voluntad, desarrollar la mente y espiritualizar el carácter. Intentaremos analizar estas cuatro fases.

¿QUIÉNES SOMOS? El verdadero ser humano comenzó su desarrollo o involución hacia el mundo material una vez que Dios le diferenció como Espíritu o chispa divina, desde entonces hemos recorrido medio camino a través del cual hemos adquirido cuatro cuerpos (Cuerpo físico, etérico, de deseos y mental) que son los que utilizamos para nuestro propio desarrollo actual a través de la experiencia, vida tras vida, aquí en el mundo físico.
El más desarrollado, porque comenzó antes su obra, es el cuerpo físico y por eso está más perfeccionado y tenemos más control sobre él gracias a los sentidos.
El cuerpo vital o etérico es el siguiente y lo podemos comprobar porque es idéntico al físico sólo que de materia etérica que no podemos ver con nuestros ojos físicos; sin embargo, el cuerpo físico vive gracias a él. Este cuerpo compuesto de partículas etéricas algo más sutiles que los átomos, es el típico “fantasma” de los muertos que algunos han visto. En realidad es un cuerpo energético que mantiene en buen estado de salud al físico pero que, a su vez, se relaciona con: 1º.- El funcionamiento del individuo, 2º.- Con los sentidos, 3º.- con el mantenimiento del calor de la sangre y de la especie humana y, 4º.- Con el desarrollo de ciertos poderes ocultos entre otros.
El siguiente en orden de antigüedad es el cuerpo de deseos que no tiene nada más que una forma ovoide alrededor del físico pero que es el incentivo para la acción. Este cuerpo todavía nos domina mucho por medio de los sentimientos, deseos, pasiones, emociones, etc., lo que hace que actuemos en contra de las leyes divinas. Después de la muerte, este cuerpo toma la forma del cuerpo físico y es con el que nos movemos mientras extraemos el beneficio de las experiencias de la vida pasada. Gracias al deseo (entre otras cosas) de este cuerpo por lo terrenal despertamos la conciencia en el mundo físico y nos hicimos autoconscientes, sin embargo, hoy, gracias a esa autoconciecia y conciencia del bien y del mal, debemos evitar que nos domine con deseos y sentimientos negativos
Por último, hemos obtenido el cuerpo mental que se encuentra en sus primeros grados de desarrollo y tiene una forma de nube alrededor de la cabeza aunque puede alcanzar a gran parte del cuerpo. Este vehículo es el que en un futuro nos será muy útil para dominar y vencer a lo negativo del cuerpo de deseos por medio de la razón y el discernimiento. De “materia” todavía más sutil que la del etérico y de deseos, es el cuerpo gracias al cual se expresa la voluntad que, a su vez, es la que representa (junto a la conciencia) el verdadero Yo superior.
Estos cuerpos son nuevos en cada renacimiento, y su uso se puede ver favorecido o impedido por medio de la Ley de Consecuencia según el karma que cada uno tenga.
Estos cuerpos se van perfeccionando y purificando en cada vida de tal forma que, cuantos más renacimientos, mejores instrumentos o vehículos del Ego serán para que éste pueda dirigir el destino de su vida.
Como es lógico, el Espíritu o Ego se manifiesta de diferentes formas para poder guiarnos hacia el sendero de la iniciación y para que colaboremos con las leyes divinas. Esto es, por medio de lo que llamamos conciencia, inspiración y voluntad. Esto significa que (como ha ocurrido ya con algunos iniciados) en algún momento futuro, la humanidad tomará perfecta conciencia de sus cuerpos y los gobernará y utilizará para su propio desarrollo espiritual y para ayudar a la propia humanidad.
Existen siete mundos de diferente grado de densidad de “materia” y nosotros estamos evolucionando en los tres más inferiores que son los que se relacionan con la materia de nuestros cuerpos, esto es: Mundo físico, mundo del deseo y mundo del pensamiento. Pero como nuestra conciencia se centra principalmente en el mundo físico que es donde más progresamos a través de las experiencias, estamos en el mundo más denso de los siete y por lo tanto necesitamos de un cuerpo que sea de la misma materia en el cual seamos conscientes para así poder empezar ese camino de iniciación.
"LA ADQUISICIÓN DE LA EXPERIENCIA": Desde que obtuvimos hace millones de años la conciencia de vigilia y a través de las experiencias adquiridas por medio del renacimiento, hemos estado desarrollando la conciencia, la voluntad y la mente. En cada renacimiento, el Ego intenta sacar el mayor provecho de sus vidas para poder desarrollar sus posibilidades latentes en poderes dinámicos.
COMIENZO DE LA EVOLUCIÓN: Al final de la Epoca Lemúrica y principio de la Atlante, una jerarquía superior llamada los Señores de la Mente (una de las doce jerarquías que ayuda a la humanidad) nos facilitaron el germen y el desarrollo de la mente como vehículo necesario e imprescindible para el progreso en este período. Pero entonces estábamos tan dominados por el cuerpo de deseos (que ya lo teníamos como cuerpo instintivo) que nos llevaba a actuar casi como animales. Desde entonces el hombre ha ido desarrollando la mente hasta su estado actual y es por medio de ella como debemos dominar los otros vehículos para que sean los instrumentos adecuados para la evolución e iniciación.
EL DESARROLLO DE LA VOLUNTAD: La voluntad se desarrolla por medio de la experiencia como la experiencia se adquiere por medio de los cuerpos que utilizamos en cada renacimiento. Hace millones de años cuando nos dieron el germen de la mente, estábamos dominados por el cuerpo de deseos como aún lo estamos respecto a muchos aspectos de la personalidad, pero según evolucionamos nos damos cuenta de que tenemos que ser dueños de nuestro propio destino como lo es el capitán de su barco.
Cuando alguien se ve dominado por un mal hábito debe saber que es su cuerpo de deseos quien le prueba, tienta y vence ante su voluntad, por eso es bueno que meditemos sobre nuestros deseos o hábitos para ver cuáles son nuestras debilidades, de esta forma, sabremos dónde tenemos que fortalecer la voluntad. El conocimiento se adquiere a través de la experiencia pero debemos discernir nuestras acciones para que cada día sean más elevadas en todos los sentidos; después de sacar conclusiones sobre nosotros mismos, debemos llevarlas a la práctica con nuestra mejor intención.
EVOLUCIÓN DEL DESEO: Si no hubiera cuerpo de deseos no habría evolución puesto que es el que nos da el incentivo para la acción y por tanto para experimentar y obtener resultados evolutivos. Pero el deseo, además de hacernos evolucionar a la vez evoluciona, y prueba de ello es que hoy no tenemos tantos deseos y sentimientos malévolos a la vez que hemos desarrollado otros relacionados con el amor al prójimo, la solidaridad, la fraternidad y el altruismo. En un principio fue el deseo quien nos introdujo en el mundo material para hacernos valer por nosotros mismos, ser egoístas en sentido general, y crueles por nuestro instinto de supervivencia animal; sin embargo gracias a la ley de Causa y Efecto el hombre aprendió a convivir y compartir con los demás.
Actualmente el hombre está aprendiendo a imponer su mente razonadora sobre su cuerpo de deseos para poder dirigir voluntariamente su destino; hemos impuesto la razón sobre el instinto y los deseos animales, pero tenemos que desarrollar más la concentración, el discernimiento y la meditación sobre ideales elevados. En el futuro llegaremos a controlar los deseos y emplearemos la mente para ir donde nuestro ser interno (el verdadero Yo) nos dirija en busca de la iniciación, ya que en cada vida evolucionamos y nuestro Yo superior nos guía.
EVOLUCIÓN ACTUAL: Podríamos decir que hay muchas iniciaciones, ya que evolucionamos a través de la reencarnación y de la ley de causa y efecto y más aún cuando sabemos que “iniciar” es comenzar una nueva etapa. Quiero hacer dos distinciones respecto a la iniciación.

1ª. LA PREPARACIÓN O CAMINO: Tarde o temprano a todos nos llega el momento de sentir cierta inquietud o interés por ser mejores moral y espiritualmente; unos porque ya nacen con esa tendencia y se esfuerzan y otros por medio de religiones o escuelas esotéricas. Todos buscamos los medios para cambiar nuestra forma de pensar y actuar. Cuando esto ocurre solemos tener mucha prisa por ser mejores y no nos damos cuenta de que somos algo ciegos todavía, la meta es: Adquirir experiencia, desarrollar la voluntad, espiritualizar el carácter y desarrollar la mente.
EL DESARROLLO DE LA MENTE: Éste es el fruto de la necesidad de razonar nuestras acciones para evitarnos mucho dolor. Si el hombre se dejara llevar por sus pasiones, envidias, rencores y odios, siempre estaría enfrentado a sus hermanos, la evolución se convertiría en involución y la humanidad llegaría al caos. Precisamente por eso nos dieron la mente, para que la desarrolláramos, (como lo hacemos con los músculos) y una vez fortalecida la utilizáramos para vencer el cuerpo de deseos, ese gran tentador que se fortalece por medio de los placeres de la carne y se resiste a ser inducido hacia lo espiritual.
LA ESPIRITUALIZACIÓN DEL CARÁCTER: Como ya hemos visto, a través de la experiencia desarrollamos la voluntad y la mente, y una vez que tenemos cierto dominio sobre ellas las podemos utilizar para el propio desarrollo del Ego, o sea, para espiritualizar el carácter. Esta espiritualización del carácter marca el punto de partida para alcanzar la iniciación, y esto a su vez, nos obliga a disciplinarnos de la siguiente manera:
1ª, Tener siempre la voluntad necesaria para trabajar constantemente a favor del Espíritu, acelerando nuestro desarrollo en cada oportunidad que tengamos. La voluntad es el poder del Espíritu y como tal debemos desarrollar o fortalecerla como hacemos con los músculos. Para desarrollarla debemos tener un método o proceso y este método nos puede venir por cualquier medio (libros, personas, etc.) Mientras haya voluntad estaremos más predispuestos para acelerar nuestro desarrollo individual. También es importante no tener prisa, sino constancia para que no haya pausas. Todos estamos subiendo a la cima de la montaña y no podemos entretenernos tampoco mucho contemplando el paisaje, más bien hay que buscar los atajos como lo es la iniciación.
2ª, Disciplina para hacer y practicar determinados ejercicios, oraciones, etc. y para crearnos unos hábitos de vida dirigidos hacia la unión con el Espíritu. Es muy importante, debemos practicar algún ejercicio y oraciones todos los días y en determinados momentos para crearnos un hábito que haga aumentar nuestra espiritualidad. Las oraciones, las lecturas devocionales y las que nos haga elevarnos en la mente hacia lo abstracto son muy importantes para desarrollar la conciencia. Cuanto más control de la mente más desarrollo de la voluntad y más despertar de buenos sentimientoS.
3ª, Conocimiento, el conocimiento nos lleva a discernir lo que es correcto de lo que no lo es, lo falso de lo verdadero, lo real de lo irreal. Esto a su vez, nos acerca al conocimiento de la filosofía oculta donde descubrimos quiénes somos, de dónde venimos y cuál es nuestra meta. Cuando estamos preparados contactamos con la Sabiduría oculta para asimilar un nuevo conocimiento que nos hace descubrir quiénes somos, a dónde vamos y cómo podemos desarrollar el Espíritu. Este conocimiento nos lleva a comprender que nos queda mucho por recorrer y que tenemos que aprovechar todas las oportunidades y experiencias en la tierra. También nos hace sentir más felices internamente y os ayuda a superar los problemas terrenales.
4ª, Práctica del conocimiento adquirido, una vez que tenemos el conocimiento oculto, debemos trabajar con él sobre nuestros cuerpos invisibles. Nuestras actuaciones deben estar basadas en el conocimiento de la Ley de Renacimiento y de Causa y Efecto. Una vez comprendido para qué sirve cada uno de los cuerpos, debemos practicar los ejercicios que nos llevan a desarrollarlos, estos son algunos de ellos:
1º, CONCENTRACIÓN: Si no hay concentración no obtenemos el mayor provecho de nuestras actividades y actitudes. Deberíamos ser conscientes de todo lo que hacemos y pensamos para que sean actos voluntarios dirigidos siempre hacia el desarrollo moral y espiritual. Es el medio por el cual podemos extraer provecho de todas las cosas (un libro, la oración, un objeto, nuestras propias actitudes, etc.) y desarrollar hábitos nuevos para olvidar otros que nos perjudican. Concentración es “concentrar la mente en un solo objeto o hecho para observarlo en su más profunda naturaleza”. En la concentración debemos absorbernos de tal manera que casi podemos unir la personalidad con nuestra verdadera naturaleza espiritual. Con ese ejercicio se desarrolla la voluntad, el poder de la mente, la paciencia, la persistencia, etc. Sin la concentración no se hubiera conseguido todo lo existente en la naturaleza, de hecho, nos será muy útil para el control del cuerpo de deseos.
2º, MEDITACIÓN: Ésta nos ayuda a descubrir lo que normalmente no somos capaces de ver (ejemplo: nuestros defectos) Con ella descubrimos a nuestro Yo Superior, debemos hacerlo sobre nuestra personalidad, estudiarnos profundamente y también sobre cosas elevadas, abstractas o devocionales. Es muy útil meditar sobre los diferentes cuerpos y nuestra actitud. A través de la meditación sobre asuntos elevados nos podemos elevar a las regiones superiores donde está el Yo superior, el Ego y, si las meditaciones se hacen sobre lo abstracto y espiritual, notaremos una gran influencia del Espíritu. Es cierto que para obtener resultados es necesario tener una gran anhelo de superación espiritual, pero también es necesario que nos situemos: 1º.- Nosotros como pensadores con voluntad, 2º.- Considerar a la mente como el instrumento, y 3º.- Elegir un motivo de meditación que estimule y eleven nuestros deseos de elevación espiritual; el resultado será un nuevo impulso. Es necesario decir que este trabajo no debe hacerse como una rutina o convertirse en un proceso frío y que, la mente debe estar concentrada en el tema elegido y no en la concentración.
3º, OBSERVACIÓN: Del mundo que nos rodea para ser más conscientes de lo que pasa, y observación de nosotros mismos respecto a los demás. Es muy importante que observemos el mundo para aprender y no para criticar y que nos observemos nosotros mismos para ver como actuamos, como pensamos y como sentimos lo que nos ayudará mucho a la hora de hacer la retrospección por las noches.
4º, ORACIÓN: La oración transforma la naturaleza animal en devocional y espiritual y abre una comunicación que nos eleva hacia el propio Mundo de Dios por medio de la devoción y los más elevados sentimientos. Si la fe nos abre el camino a una posible comunicación con Dios, la oración nos ayuda a conectar con los mundos espirituales. Deberíamos considerar cada uno de nuestros actos como una oración, la cual, al estar bajo la ley de Causa y Efecto, nos traerá los resultados según sea su naturaleza, buena o mala. Desde este punto de vista, si hiciéramos cada oración (acción e incluso pensamiento) de una forma consciente y con buena voluntad, obtendríamos una respuesta positiva en todos los sentidos pero mayormente en lo espiritual. Pero si nos centramos en la oración como un conjunto de palabras, deberíamos tener claro su significado para crear un sentimiento adecuado y positivo que fortalezca la oración para que pueda obtener la respuesta adecuada de los mundos espirituales. La oración debe ser clara, concreta, sencilla, humilde y sin palabrerías que para nada sirvan. Sin embargo, la verdadera oración debería ser estar todo el día haciendo que nuestros hechos, pensamiento, palabras y deseos y sentimientos sean tal que sirvan para la iluminación y la santificación; esta es la única manera de abrir un canal que nos ponga en contacto directo con la Luz de Dios.
5º, RETROSPECCIÓN: Ésta nos ayuda a purgar nuestros errores mientras vivimos aún en la Tierra para así no perder el tiempo en el purgatorio y emplearlo en otros asuntos espirituales. El provecho de este ejercicio sirve para acelerar nuestro crecimiento de una manera más rápida, consciente y voluntaria. Este ejercicio se debe hacer por las noches cuando nos acostamos. Trata de visualizar todo lo que hemos hecho, cómo hemos pensado y cuáles han sido nuestros deseos y sentimientos para proponernos no volver a cometer esos mismos errores. Por un lado debemos reprocharnos y sentir nosotros mismos el mal que hemos hecho a tros y, por otro, felicitarnos y alegrarnos por nuestras superaciones y el bien que hemos hecho durante el día.
6º, AUTOPROGRAMACIÓN: Se trata de autoprogramarnos para que, ante nuestras debilidades, estemos preparados para actuar y responder de la manera más positiva posible. Ejemplo: Autocontrol cuando vamos en el coche y nos hacen algo. El cambio de actitud ante alguien con quien solemos criticar. Es un ejercicio que deberíamos practicar mentalmente por las mañanas para situarnos en las situaciones o circunstancias donde sabemos que solemos ser débiles. Se trata de programarnos y visualizar esos momentos actuando positivamente de tal manera que, cuando llegue ese momento real, la conciencia nos recuerde ese programa y la escuchemos para actuar según nuestro compromiso.
7º, ACTUAR EN NOMBRE DE.... Se trata de actuar en nombre de un Ser muy elevado (por ejemplo Cristo) A la hora de pensar, desear, sentir y actuar, lo haremos como creamos que lo haría Él y eso nos hará ser más amorosos y serviciales. Esta práctica nos lleva a idealizar un ser sumamente espiritual (por ejemplo Cristo) de tal forma que intentemos actuar todo el día como actuaría él en nuestro lugar.
En general, se trata de ser conscientes de nuestros propios vehículos y gobernarlos y utilizarlos de manera que nos sintamos uno con los demás. Una vez puestos en el camino del desarrollo espiritual, debemos desarrollar la persistencia, la paciencia, la comprensión, la tolerancia y el servicio amoroso y desinteresado a los demás. En general se trata de ser conscientes de que somos uno con los demás, que el que más elevado está más debe ayudar a los demás, se trata de callar la mente para darle paz, de controlar nuestro cuerpo de deseos para desear lo mejor para los demás, de crearnos costumbres espirituales y sanas, de ir al corazón de los demás para entenderlos en su naturaleza interna, etc. Con todos estos ejercicios desarrollamos la voluntad, la persistencia, la concentración, la devoción y el amor.
Hasta ahora he mencionado todo lo relacionado con el ser humano a modo de indicar el camino que lleva a la iniciación, ahora es conveniente ver los medios. El espíritu tiene tres Aspectos o Principios, estos a su vez, se convierten en 7, y estos 7 se conocen como: Los 7 Espíritus ante el Trono, las 7 Jerarquías Creadoras y los 7 Rayos.
Estos Rayos descienden por los planos en diversos grados y estados de conciencia hasta que llegan al mundo físico y al hombre, por tanto, por el mismo que descendimos volveremos a ascender con la conciencia y los poderes del Espíritu desarrollados
Cada uno de esos rayos está representado aquí en la Tierra por una Escuela de Misterios, y éstas a su vez, están representadas por alguna entidad o asociación donde se preparan a las personas que en esta vida sienten la necesidad de aprender los misterios del Ser. Estas escuelas preparatorias, tienen determinada vibración que se identifica con el Rayo correspondiente y suelen ser fundadas por alguna persona elegida para esa determinada misión. Por ejemplo, la Orden Rosacruz es una Escuela de Misterios representada pro la Fraternidad Rosacruz que es una escuela iniciática. Esto quiere decir que la humanidad evoluciona a través de un Rayo, y cuando está preparado para contactar con su escuela, su destino le llevará para ser preparado para la Iniciación. Para ello, el ser humano está en la escuela de la vida, renaciendo en las circunstancias que necesita, y está siendo apoyado por diferentes seres como son los Ángeles y Arcángeles.
Así, podemos ver, como la humanidad evoluciona sirviéndose de religiones, sectas, escuelas, etc. hasta que comienza a preguntarse que ¿de dónde venimos? ¿Adónde vamos? Y ¿Por qué estamos aquí? Entonces será cuando encuentre su Escuela de Rayo y hallará las respuestas que en ningún sitio antes encontró. En esa escuela, como en la de nuestros hijos, hay diferentes grados y según sea el esfuerzo que hagamos por desarrollar las cualidades espirituales, así avanzaremos por esos grados hasta acercarnos a la iniciación. Cuando alcanzamos el grado de discípulo, después de varios años de prueba, es cuando estaremos preparados para recibirla.
La iniciación no se da en la Tierra ni por un Ser en cuerpo físico, tampoco la dan por pertenecer durante muchos años a una escuela, ni a cambio de dinero. La iniciación se da a quien se ha esforzado durante varias vidas en ser un instrumento al servicio de Dios. Cuando una persona necesita la iniciación quiere decir que está preparado para recibir un nuevo empuje en su desarrollo interno y para que su conciencia se eleve hasta el punto de desarrollar algunos poderes para ayudar y beneficiar a los demás. Por consiguiente, la iniciación no se da a cualquier persona que no se la merezca y que no esté preparada para saber utilizar esos poderes.
Un ciego no puede guiar correctamente a otro ciego, la Escuela de Misterios es la guía del que busca la Verdad que le llevará a la Iniciación. Nuestro deber es intentar ser cada día mejor, porque, aunque en esta vida no consigamos la iniciación, no cabe duda que el adelanto conseguido lo tendremos ya en la próxima vida.
La humanidad está preparándose inconscientemente para la Iniciación, pero por medio de este conocimiento puede acelerar ese proceso. Sólo tenemos que darnos a los demás como verdaderos hermanos porque cuando más nos demos a los demás, más nos acercamos al Maestro. Contactar con el Maestro es como estar en la clase donde se alcanza la Iniciación, pero aún así, Debemos ser humildes y pensar solo en “servir amorosamente al prójimo” en vez de desear compulsivamente la iniciación; en su momento llegará.

2ª. - Las Escuelas Iniciáticas: Todas las personas pertenecemos a alguno de los 7 Rayos o Aspectos de Dios, por él hemos descendido al mundo físico y por él volveremos a nuestro hogar espiritual. Actualmente estamos evolucionando por medio de toda clase de experiencias relacionadas con los 7 Rayos así como a través de las influencias astrológicas y, lo mismo que en cada vida aprendemos de todos los signos pero sobre todo del Ascendente y del Signo Solar, así mismo, también cosechamos mayor fruto de nuestro propio Rayo que de los demás.
Llega un momento en la evolución de cada ser, en el cual no nos conformamos con lo que nos enseñan las religiones, sectas y escuelas similares y pasamos a interesarnos por otras enseñanzas más elevadas. Es entonces cuando estamos listos para centrarnos en un solo camino que será el que nos lleve a la Escuela Iniciática a la que pertenecemos según nuestro propio Rayo.
Una vez contactamos con nuestra Escuela de Rayo y nos hacemos estudiantes de su filosofía es cuando se nos ofrecerá hacernos probacionistas.
¿Pero, qué es ser probacionista? El probacionismo es el primer grado en el cual el aspirante a la vida superior se compromete a vivir una vida dedicada al servicio a la humanidad, siempre dentro de sus posibilidades y en pensamiento, palabra y obra. Nadie le obligará a nada sino que será la persona misma quien se comprometerá porque comprende que es una necesidad de su Espíritu. En el probacionismo hay una serie de obligaciones por parte del aspirante y éstas están dirigidas hacia la purificación de los cuerpos (alcohol, tabaco, carne, etc.) y a despertar los poderes latentes que todos tenemos dentro por medio de ejercicios como los que he mencionado y otros individuales dados por el Maestro.
Cuando se es probacionista se toma contacto, por primera vez, con un Maestro y en la mayoría de los casos inconscientemente, si la persona se esfuerza lo suficiente durante el período de prueba pasará al siguiente grado que es el discipulado. Discipulado: Es el segundo grado de una escuela de Misterios Menores o Iniciática, como la palabra indica se es discípulo de un Maestro y esto ya suele ser directa y conscientemente. Este grado lleva al aspirante a la iniciación.

3ª.- La Iniciación: La iniciación se alcanza cuando las personas más avanzadas contactan con un Maestro en los mundos internos, ya que sólo en este sentido es como se puede recibir. Cuando una persona se ha esforzado por ser útil a la humanidad y a trabajado para la purificación de sus cuerpos, crea unos poderes internos que se muestran en el brillo de su aura, y eso hace que se manifieste un Maestro que le enseñará a transformarlos en poderes dinámicos para su propia utilización. De una forma u otra sólo hay una línea de actuación para llegar a Él, y es por medio del servicio amoroso y desinteresado a los demás.
¿QUÉ ES LA INICIACIÓN? La iniciación no se concede en la tierra por medio de una ceremonia física, no se da a cambio de dinero, en forma de donativos ni de compra, ni se da por pertenecer a una religión o escuela mucho tiempo. Por encima de todo eso, la Iniciación es un derecho propio que la persona adquiere después de trabajar intensa y sinceramente ayudando a la humanidad durante una o varias vidas, es el resultado o recompensa después de un gran sacrificio.
La iniciación se concede en algún momento de nuestra vida porque necesitamos trabajar lo que hemos creado interiormente, y son los Maestros quienes lo despiertan. No se da en la tierra porque quienes la dan no necesitan estar ya en un cuerpo físico y su actividad está en los mundos espirituales. La iniciación es una expansión de conciencia para “iniciar” una nueva etapa de desarrollo o crecimiento interno.

RESUMEN: Todos estamos caminando hacia la Iniciación, unos avanzan más que otros según su desarrollo y esfuerzo por servir y amar a la humanidad, aunque en esta vida no la obtengamos debemos tener la seguridad de que, si nos hemos esforzado, hemos dado un gran avance hacia ella. Solo hay un camino, y éste es “olvidarnos cada vez más de nosotros y dedicarnos a ayudar a los demás,” pero para ello debemos “conocernos a nosotros mismos” porque “un ciego no puede guiar a otro ciego”
Según superamos nuestros defectos y desarrollamos las cualidades espirituales así estaremos preparados para ayudar a los demás; cuanto más demos a los demás más nos acercamos al Maestro para que nos facilite la Iniciación.

Francisco Nieto

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