sábado, 13 de noviembre de 2010

SIGNIFICADO DE LOS PLANETAS EN EL HORÓSCOPO (III)


Como cualquier estudiante de astrología sabe, cuando decimos defectos o virtudes de un planeta, no estamos diciendo que una persona con determiado planeta como regente de su horóscopo o con una gran ifluencia sobre el mismo, manifieste dichos defectos o virtudes. El ser humano está evolucionando a través de la Ley de Renacimiento y en cada vida se supone que debería desarrollar virtudes y deshacerse de sus defectos. Los malos aspectos astrológicos muestran esto y las tentaciones que el nativo tendrá para ver si lo supera o no; los buenos aspectos representan virtudes más o menos desarrolladas con las que puede contar para contrarrestar o eliminar los defectos personales. Así es que, bien haría cada persona en analizar su horóscopo para ver qué defectos tiene y cómo puede luchar contra ellos según la posición y los aspectos que tenga.

Respecto al resto del texo donde expongo la personalidad de cada planeta ocurre lo mismo, cada persona puede manifestar una buena o mala personalidad o una gran o poca inteligencia dependiendo de la posición que sus planetas tengan y sus aspectos astrológicos.


MERCURIO

SIMBOLIZA: La educación y los viajes. Las facultades mentales conscientes y objetivas y la propia expresión. La asimilación de conocimiento, el desarrollo por medio del estudio y la experiencia, el movimiento y el cambio como motivo de adquirir conocimiento. La comprensión, la habilidad para escribir, hablar y en las lenguas. La interpretación, la adaptación, el ingenio y la destreza, la versatilidad, los intermediarios y mensajeros, y el buen sentido para los negocios –sobre todo intelectuales, de comercio y estudios científicos-

VIRTUDES: Adaptación, inteligencia, sociabilidad, diplomacia y discernimiento. Ingenio e intelecto vivo, agilidad mental, elocuencia y destreza, Su mente dinámica, científica y a la vez curiosa le capacita para una rápida comprensión de las cosas y una fácil asimilación lingüista y literaria; por tanto puede destacar en todo lo intelectual.


DEFECTOS: Chismoso, mentiroso, nervioso, indeciso, hipócrita, deshonesto, desequilibrado mentalmente y calumniador. Disminución de las facultades mentales y lo que ello trae consigo.

NATURALEZA: Mercurio en el Signo indica la forma de pensar y el grado de su inteligencia; en la Casa indica el campo donde se centrará su forma de expresión y su realización. Sus malos aspectos no son defectos graves del pensamiento sino puntos vulnerables o exageración –debilidad o actividad incontrolada- y cuando está bien aspectado indica el predominio de las facultades mentales activas.
Sus afectos son poco profundos e inestables, de hecho se siente poco atraído por el aspecto sentimental y espiritual ya que se inclina más por lo científico, comercial y, en cierto modo, por una vida inquieta y cambiante. Si bien es muy sociable y diplomático, lo que utiliza para buscar soluciones ante las disputas y problemas, tiene el mal hábito de criticar y de sembrar cizaña entre las personas que le rodean.
Representa la curiosidad y la vivacidad mental que obtiene grandes conocimientos y rápida comprensión, como por ejemplo en lengua y literatura pero hace un carácter superficial. Tiene rapidez y destreza pero le falta persistencia y, a veces, fracasa por hacer varias cosas a la vez. Se dice que es vivo, rápido, persuasivo y buen narrador pero peligroso como calumniador y seductor.
Su carácter jovial y alegre, su sutiliza y su habilidad mental le facilitarán amistades y estima. Sabe atraer la simpatía y entretener gracias a sus gestos, poder de persuasión y a su buen sentido a la hora de narrar algo. No es de los que atacan directamente a sus enemigos sino que se dedica a calumniar, mentir, seducir y persuadir para, de alguna manera, hacer daño a su adversario. Ante las situaciones difíciles y problemas no suele tomar la iniciativa ni plantar cara, sino que lo rodea y utiliza su ingenio para que otros le ayuden.
El éxito le puede venir por su destreza, inteligencia y rapidez en sus negocios; pero también puede fracasar ante los trabajos de fuerza física, por querer hacer muchas cosas a la vez y por falta de persistencia o por la dispersión de sus esfuerzos. Es sentimentalmente débil y con poca pasión pero seduce con su intelecto y su facilidad de palabra; la sensibilidad de Mercurio está en percibir y comprender con la mente y no con las emociones. En general debe desarrollar la paciencia y razonar sus sentimientos y, si hay malos aspectos, tendrá problemas para razonar y para expresarse. También es aconsejable que calle y se concentre más para que otros hablen.
Se interesa por muchas cosas a la vez sin profundizar en nada, es algo así como una veleta que anda por la vida con poca responsabilidad y falto de personalidad. Debería concentrarse en el significado del Signo y de la Casa para poder alcanzar un buen nivel de comprensión y entendimiento.
En las relaciones amorosas no manifiesta sentimientos profundos sino que impondrá la razón y la curiosidad de modo que podrá tener varias relaciones amorosas pero casi siempre superficiales o frías. Esto explica el poco interés por el matrimonio, los desacuerdos o inestabilidad en sus relaciones de pareja, sus uniones interesadas e incluso sus relaciones extramatrimoniales.
En las finanzas no tiene mucho éxito, es poco ahorrador y suele ganar el suficiente dinero para vivir; aunque, con malos aspectos puede actuar deshonestamente. Para tener una economía estable tendrá que utilizar sus habilidades y su sentido práctico incluso en varias actividades a la vez. En el aspecto laboral no suele ser un líder ni ningún alto cargo pero sí puede obtener una buena posición gracias a sus cualidades, ingenio y amigos. Será mejor valorado como colaborador e intermediario que como persona que deba tomar importantes iniciativas o decisiones; como es lógico, tendrá más posibilidades en los trabajos intelectuales pero debe cuidarse de no dispersar sus esfuerzos y de no tener una actitud cambiante.

PROFESIONES: Diplomáticos, estadistas, comercial y vendedor, editores e impresores, periodistas o libreros, secretarios, conferenciantes, interprete, comerciante, bibliotecario, medios de comunicación y transporte, correos y similares.

VENUS

SIMBOLIZA: La vida amorosa y sentimental, la atracción, la coalición, el encanto, la armonía, la belleza, el arte, la abnegación, la dulzura, el amor personal, las actividades y personas sociales, el refinamiento, la simpatía, el talento artístico en general, la amante y la vida fácil.


VIRTUDES: Muy sociable, encantadora, alegre, simpática, amorosa, armónica, habilidad para las bellas artes, cariñosa, sentimental, magnetismo personal que atrae la simpatía de los demás, modestia, compasión y altruismo, complaciente y cortés.

DEFECTOS: Desconfiada, vulgar, holgazana, tímida, indiferente, vanidosa, inconstante, mentirosa, astuta, depravada, obscena, inmoral, vicio, codicia, autocomplacencia, sensualmente intensa pero refinada, perezosa.

NATURALEZA: Amorosa y de sentimientos profundos y sinceros, parece que vive con la única intención de atraer el afecto y cariño de los demás, eso lleva consigo frecuentes cambios y decepciones en sus relaciones personales. Es partidaria de la verdad, la justicia y la reconciliación y por eso desprecia las discusiones, lo vulgar y lo inmoral; debería esforzarse por el desarrollo intelectual.
Busca las buenas compañías y rehuye de la soledad. Suele caer bien por su bondad, alegría y buen humor, inspira simpatía gracias a su magnetismo personal, y es compasiva, modesta y generosa. Es conciliadora y ama la justicia y la verdad a la vez que rechaza las discusiones y lo vulgar, sin embargo, cuando está mal aspectada puede caer en aspectos tan bajos como la lascivia y el impudor.
Representa la armonía y la atracción y, dependiendo de su posición, puede ser manifestación de afecto, amor puro, aprecio y simpatía, lo que hace la vida más agradable a quienes la rodean. Venus hace al hombre más sensible ante la pureza, la suavidad y la gracia; le estimula la ternura y el cariño y hace que busque la paz, la estabilidad, la felicidad y el placer. Venus en la mujer se hace seductora y representa todo lo relacionado con las relaciones amorosas, la belleza, la elegancia, la decoración y la diversión. Pero cuando Venus está afligida por malos aspectos se puede volver tímida, indiferente, desconfiada y buscar placeres o sensaciones especiales que se pueden convertir en vicios; de hecho, su vida puede estar rodeada de traiciones, infidelidades, malas compañías y problemas.
Este planeta inclina a un mejor comportamiento que atraiga la atención de los demás; a buscar lo bello, agradable y armónico de las personas y cosas para elevar los sentimientos, e incluso en el arte y la música. Venus muestra cómo podemos adquirir la armonía pero también cómo podemos perderla, por tanto, si no enfocamos el amor de Venus en sentido espiritual podemos fracasar.
Profesionalmente suele encontrar apoyo de otras personas y sus trabajos tienden a ser cómodos, apreciados y compensados. Suele tener éxito gracias, muchas veces, a la “buena suerte” pero no ocurre lo mismo cuando los trabajos son monótonos, de esfuerzo, difíciles o desagradables, en estos casos necesita el estímulo de los demás y desarrollar la iniciativa. Puede tener éxito ya desde la juventud siempre que sea en las profesiones favorables a su naturaleza, si no es así puede fracasar por su falta de paciencia, energía y ambición; por otro lado, la complacencia en los placeres y como consecuencia el descuido de sus deberes, la pueden perjudicar seriamente. También es importante que tenga algo de ambición y deseo de lucha para alcanzar el éxito y que no descuide sus deberes profesionales.
En general es una persona feliz y conformista con su estado social y financiero sobre todo gracias a la respuesta y apoyo que obtendrá teniendo como tiene un encanto personal. Su economía estable gracias a sus fáciles ingresos, puede pasar momentos difíciles si no controla sus gastos exagerados en placeres y con el sexo opuesto; en muchos casos necesita los buenos consejos de otras personas. Un buen consejo respecto a la economía es que sea previsora y piense incluso en la vejez. Por otro lado puede tener tentaciones amorosas o flirteos y gastos exagerados con mujeres en el caso de los hombres, por consiguiente deben ser cautos en su economía.
Como planeta del amor, los sentimientos serán la base de su vida y esto conlleva toda una serie de aventuras amorosas que pueden causar dolor sobre todo por la ligereza e inconstancia con que actúa. Lo mismo que los buenos aspectos benefician la felicidad y la economía, los malos afectarán a sus sentimientos y relaciones sociales.

PROFESIONES: Todas las profesiones que tengan relación con la belleza personal y la decoración; profesiones artísticas como pintores, músicos, actores y actrices; cantantes; lo relacionado con los placeres y las diversiones.


MARTE

SIMBOLIZA: Energía dinámica, coraje, pasión, audacia, el fuego, el hierro, lucha y conquista, construcción y destrucción, la violencia, las herramientas afiladas, el peligro, la fuerza física y el sistema muscular, la actividad, deporte, la virilidad, el deseo, el marido y el amante.


VIRTUDES: Franqueza, iniciativa, actividad, independencia, dinamismo que suele utilizar en beneficio de sus amigos, entusiasmo, valentía, constructividad, lealtad en sus compromisos, desinterés y generosidad. Su coraje y acciones altruistas le aportan el aprecio de los que le rodean.


DEFECTOS: Brutalidad, violencia, cólera, venganza, sensualidad, rudeza, imprudencia, despotismo, impulsividad, tiranía, irascibilidad, temeridad, envidia, egoísmo, rencor, y jactancioso y con tendencia a contradecir.

NATURALEZA: No cabe la menor duda que destacará en el trabajo y en cualquier actividad donde se necesite energía y coraje. Su mente muy activa, ambiciosa y dispuesta a aprender de la experiencia será un buen complemento para obtener el éxito en sus actividades. Dicho lo anterior y siendo algo escéptico, es lógico pensar que no se verá atraído fácilmente por la literatura y las filosofías que, sin embargo, le podrían ayudar en su desarrollo espiritual.
Marte bien aspectado es franco, fiel y tiene autocontrol y determinación. Como energía dinámica que es la podemos utilizar para bien o para mal, por tanto, lo mismo nos puede hacer un santo que un demonio según nuestro carácter y como la utilicemos. Es como un combustible que hace que el Ego trabaje y coopere; es el instinto animal en el hombre; la energía como desafío de la oposición; la esencia del deseo para la supervivencia pero, por encima de todo eso, necesita razonar.
La energía de Marte hay que dirigirla de una forma constructiva en las iniciativas y en la acción porque, cuando no se puede o no se sabe exteriorizar, surge la ira y la agresividad. Cuando Marte está afligido en el horóscopo de un hombre, éste se enfada fácilmente, se hace violento y puede volverse testarudo y cruel; sus bajas pasiones le afectarán incluso en los celos; y sus iniciativas imprudentes e irreflexivas le pueden traer muchos problemas.
Por lo general es franco, entusiasta y generoso, no le falta voluntad ni coraje para luchar de forma independiente por conseguir sus objetivos, pero su imprudencia e impulsividad a veces descontrolada le puede perjudicar seriamente. Marte es acción, deseo de jugar un papel importante en la vida, es voluntad de conquista, pero mal aspectado engendra violencia, egoísmo, fuerza, conquista y pasión. Marte en el Signo indica el deseo intenso de conseguir lo que represente y luchará por conseguirlo sin tener en cuenta ningún obstáculo; su impulsividad le hace impaciente e imprudente con tal de conseguir sus deseos en ese momento.
Su poder físico, intenso y duradero le permite alcanzar sus objetivos aún siendo grandes y arriesgados. No le importa destruir para volver a construir porque confía en su iniciativa y en su fuerza, sin embargo deberá superar la impaciencia, la imprudencia y la indisciplina, si no es así puede fracasar en sus negocios. Puede fracasar por su impaciencia, imprudencia y presunción pero, en general le gusta destruir para volver a construir
Mentalmente es muy activo y se inclina a experimentar y a controlar, aprende más por los resultados que por la razón y los sentimientos y, si tiene éxito en lo intelectual, es gracias a su ambición y a su superactividad. En general es generoso, entusiasta, noble y de sentimientos profundos y apasionados, pero también es bueno y servicial y un buen amigo de los que no defraudan. Con malos aspectos se hace un tirano, déspota, rencoroso, irascible y violento; no controla sus instintos y se ve dominado por sus deseos y pasiones. Si por un lado de hace admirar por su actividad benefactora y servicial, por otro se puede hacer temer por su espíritu de contradicción y su violencia.
Los ingresos económicos serán notables pero dependiendo siempre de sus actividades ya que la suerte no le suele acompañar. Por otro lado no debería tener un ritmo de vida gastoso porque esto impedirá el ahorro y facilitará la insolvencia económica.
No se encuentra a gusto en puestos laborales subalternos porque es muy independiente, sino que buscará un puesto de mando o al menos donde nadie le pueda dirigir para alcanzar sus deseos en el trabajo. Sin embargo, si obtuviera una posición de mando sobre otras personas podría comportarse de manera exigente y severa creyendo que todos son tan activos y ambiciosos como él. Como obrero es poco delicado, paciente o minucioso, sin embargo es eficaz por su rapidez, su voluntad y su ambición. En general puede progresar gracias a sus iniciativas, decisiones y acciones rápidas para obtener más producción, y a su voluntad, pero siempre tendrá en contra su impaciencia, imprudencia, precipitación y obstinación.
Sus sentimientos son profundos, ardientes y con cierto grado de cólera, lo que le puede llevar a dramas pasionales y mucho más cuando los celos están por medio. Es inconstante en el amor y tiende a tener aventuras amorosas temporales, de hecho, le costará enamorase seriamente para formar una verdadera unión. Los celos y la desconfianza pueden ser una tortura si no llega a superarlo y esto lleva consigo las disputas matrimoniales.

PROFESIONES: Ingeniero, cirujano, dentista, militar, mecánico, bombero, metalurgia y siderurgia, y en general todas las profesiones relacionadas con el peligro, el hierro, el fuego y las herramientas afiladas –armero, carnicero, cocinero, etc.-


Francisco Nieto

sábado, 30 de octubre de 2010

SIGNIFICADO DE LOS PLANETAS EN EL HORÓSCOPO (II)


Sabiendo que lo que representa el horóscopo (para un verdadero astrólogo y siempre que esté calculado a la hora exacta) está relacionado con nuestra vida y carácter, es deber del astrólogo a la hora de interpretarlo:


1º.- Buscar lo positivo para dar aliciente al nativo para que siga en esa línea de desarrollo.

2º.- Comentarle los impedimentos y problemas que se puede encontrar en esta vida para que esté preparado, fortalezaca su voluntad y desarrolle o aumente las cualidades que le hagan falta.

3º.- Hacerle ver que lo que representa el horóscopo está basado en lo conseguido en el pasado (vidas pasadas) y, por tanto, le pertenece y tiene que afrontarlo según él se comprometió antes de reancer.

4º.- Que el destino está de tal manera "programado" que el resultado debería ser siempre positivo para el nativo porque así lo preveen las Leyes Divinas y sus agentes.

5º.- Que, aunque hay una programación de las líneas generales de la vida, el nativo puede cambiar gran parte de su destino según su libre albedrío y voluntad.


Además del significado normal que se les suele dar a los planetas en la interpretación, es conveniente saber que, cuando cualquier planeta es regente del horóscopo o del Ascendente tiene un mayor papel influyente en la vida del nativo.


NATURALEZA DE LOS PLANETAS

Las interpretación y significado que a continuación vamos a dar representan el sentido general de cada planeta, y la mejor manera de asimilar esta interpretación es extrayendo un concepto de la misma. Esto, a la vez, quiere decir que si tomamos al pie de la letra lo que cada uno representa (notas claves), nos encontraremos con contradicciones en el momento de interpretar sus Aspectos. Con esto quiero decir que un mal Aspecto puede estimular un defecto pero siempre de acuerdo a la naturaleza del planeta aspectado. Pongamos unos ejemplos: Urano bien aspectado con el planeta mental Mercurio agudiza el ingenio y la mente inventiva y progresista de Urano; pero un mal Aspecto de Urano con Venus, el planeta del amor, estimulará el mismo ingenio y la imaginación pero para caer en las prácticas más bajas en las relaciones amorosas y sexuales de la pareja. Júpiter bien aspectado con Neptuno despertará el deseo de averiguar el sentido de la vida –ocultismo- la fraternidad y el sacrificio por los demás, pero si está mal aspectado despertará el deseo de buscar sensaciones nuevas –alcohol, espiritismo, droga, y otros vicios que dominan la mente y anulan la voluntad- que pueden terminar en la peor de las miserias. Quiero dejar claro, por tanto, que lo importante es tener un claro concepto del significado general del planeta para luego aplicarlo y combinarlo con el concepto del otro planeta según sea el Aspecto.
Aunque en la interpretación de cada planeta doy el significado de sus virtudes y defectos y pongo algunos ejemplos de lo que representan sus buenos y malos Aspectos, es muy importante tener siempre presente que no porque tenga malos Aspectos se van a manifestar todos sus defectos ni al lo contrario. Ha de quedar muy claro para los principiantes en la interpretación que:


1º. Para que se manifiesten -por ejemplo- todos los defectos del Sol, tendría que tener varios malos Aspectos, sobre todo desde los planetas maléficos

2º. Que aún con malos Aspectos, habrá que tener en cuenta los Aspectos benéficos para ver como contrarrestamos los maléficos;

3º. Que siempre hay otros aspectos o elementos en el horóscopo que pueden beneficiar al nativo y, por tanto, algunos defectos sólo se considerarían “posibilidades”.


SOL

SIMBOLIZA: La expansión, la exteriorización influyente, la individualidad, la ambición, la vitalidad, la autoridad, el marido, el padre, el jefe, el éxito y la gloria, el alto nivel social, la nobleza, los honores, los dotes de mando y organización, la gloria, la opulencia.

CUALIDADES: Se dice que el Sol representa la síntesis de las cualidades de los demás planetas, por tanto, podemos definir al nativo Solar como que tiene nobleza de sentimientos, firmeza en sus opiniones, fidelidad, fuerza de voluntad en su búsqueda de elevación y de dominio, ambición y coraje para vencer y conseguir lo que desea, entusiasmo, independencia y un gran interés por obtener honores o fama. Es generoso, digno y con gran confianza en sí mismo. Todas estas cualidades, a su vez, hacen que rechace todo lo que sea, mezquino, bajo y que esté fuera de la ley.
DEFECTOS: Vanidad, orgullo, despotismo, ostentación, arrogancia, complejo de superioridad, deseo de aparentar, falta de ambición, pereza, tiranía, vanidad, egoísmo, fanfarronería, cobardía, cólera y tendencia a venturas peligrosas.

NATURALEZA: Es un centro de Poder representativo del Yo Superior cuyo fin en la vida es el de progresar hacia lo elevado gracias a su voluntad y a sus actitudes de dominio, organización, y creatividad. Sus sentimientos y deseos son intensos pero nobles, cordiales y elevados. Puede representar la manera en que el nativo utiliza su energía para ser el centro de atención, pero también indica la dirección que el Yo Superior tomará para alcanzar sus ambiciones por medio de su determinación e inteligencia. En general indica dónde procuramos dirigir y organizar.
Cuando está bien aspectado es como si tuviera las cualidades de los demás planetas, de ahí que pueda alcanzar el éxito en casi todo lo que se proponga; pero si está mal aspectado sus virtudes se debilitan. Es entusiasta, independiente, firme en sus opiniones y sus modales es elegante y distinguido. Suele conseguir que sea admirado o apreciado pero también puede conseguir ser temido por su carácter dominante, arrogante y fiero; en una mujer puede hacerse seductora pero no es fácil que encuentre el amor que busca fácilmente. El signo donde se encuentre indica los asuntos que necesita desarrollar el nativo pero, en general, su posición y aspectos representan el trabajo y los objetivos que trae para esta vida así como la manera de evolucionar más rápidamente.
Es persuasivo y personalmente magnético, sobre todo por sus buenos y elevados modales, por tanto se gana la simpatía y la confianza de los demás, por otro lado, es generoso y tiene muchas cualidades para ser líder en cualquier cosa que se proponga. Es algo susceptible y, aunque tiene motivos para ser el centro de atención en sus reuniones, se mostrará algo distante quizás con intención de hacerse de rogar; dado que solo es amigo de determinadas personas que le pueden satisfacer estará encantado en que le hagan cumplidos y halagos. Aunque suele perdonar fácilmente, excepto cuando hieren su amor propio, tiene un carácter muy fuerte y autoritario que será motivo de críticas.
Es muy dinámico en sus actividades, responsable y con una fuerza y poder de mando que le permitirá organizar y realizar perfectamente los negocios que tenga entre manos, sobre todo por su capacidad mental. Sin embargo, y dado sus dotes para mandar, para él será penoso trabajar como subordinado o en actividades pasivas donde no pueda demostrar su valía.
Respecto a las relaciones sentimentales y de matrimonio, tiene unos ideales elevados que a veces no son fáciles de conseguir. Es intenso en sus sentimientos y sus relaciones suelen ser estables. En caso femenino podría considerarse fácilmente una seductora.
Sus ingresos económicos suelen ser importantes, lo que le suele permitir vivir bien y satisfacer todos los lujos, aunque a veces prefiera andar con cierta inestabilidad económica con tal de aparentar. Su éxito se debe a sus capacidades que suelen estar por encima de la de los demás, y su fracaso puede venir por su excesiva ambición, presunción y orgullo. El mejor consejo que se le puede dar respecto a su economía es que procure no caer en el juego, aunque no estaría nada mal que desarrollara la humildad y se elevara por encima de su orgullo.

PROFESIONES: Las profesiones donde más éxito puede alcanzar son: Cualquier cargo importante como presidente, director, político, banquero y las carreras intelectuales, científicas o artísticas. Y en un nivel más bajo: Las profesiones relacionadas con los artículos de lujo, orfebrería, joyería, peletería, empleos lucrativos y donde pueda brillar o destacar, etc.

LUNA

SIMBOLIZA: La fecundación, la mujer, la esposa, la madre, el domicilio las agrupaciones de personas, la interiorización, la popularidad, la subordinación, la personalidad, la familia, los caprichos, los cambios, los líquidos, las emociones, la imaginación y la mente instintiva, el servicio público.


VIRTUDES: Es sensible, pasiva, intuitiva, de vida interna y con cualidades artísticas. Como madre y esposa tiene unas cualidades especiales. En general es tranquila, pacífica, magnética, imaginativa, con buena memoria, servicial y muy emotiva y sensible; sin embargo es caprichosa, inestable y muy influenciable. Le gusta cambiar a menudo y en general, los viajes o estancias cerca del mar.


DEFECTOS: Aspecto cambiante y poca voluntad, lo que le hace débil ante las sugestiones. Por lo general es inconstante indolente, algo tímida y melancólica y con una mentalidad muy dada al ensueño y a una imaginación fantasiosa que le puede llevar a un mundo irreal. Visionaria, vacilante, perezosa y caprichosa. Debe controlar todo lo que ingiera por la boca para no llegar al abuso.

NATURALEZA: La Luna influye más sobre las facultades mentales pasivas –inspiración, intuición, instinto- que sobre la razón. La persona con mucha influencia lunar tiene necesidad de simpatía, de sociabilidad y de vida familiar y en común. Sus sentimientos son poco estáticos porque nacen de su imaginación y tiende tanto al cambio y a la dependencia de otros que su destino suele ser inestable. Según la naturaleza del Signo donde se encuentre, la Luna indica el grado de sensibilidad del nativo y la Casa representa las condiciones y los efectos del nativo en su entorno; pero en general representa dónde se puede entregar el nativo íntimamente y sus necesidades emocionales y de cariño. En sentido más ámplio significa la actitud que tenemos con la familia y en el hogar, y con la madre y las mujeres en general.
Mentalmente es poco dinámica, razonable y reflexiva y, aunque no esté muy capacitada para las ciencias aplicadas, hay que decir que tiene buena memoria y que se puede interesar por la literatura y la historia. Por otro lado, es notable en ella la intuición, el ensueño, la contemplación, la inspiración y con algunos buenos aspectos la clarividencia, pero necesita ordenar sus conocimientos. Si estuviera en Piscis –sobre todo con malos aspectos- podría vivir en un mundo de fantasías, y si le da por pensar en determinadas cosas guardadas en la memoria, podría sufrir obsesiones imaginarias.
Es sumisa, modesta, conciliadora y tenaz en sus asuntos, pero también se puede pasar hablando y en su aspecto cambiante, lo que da una impresión de cierta inestabilidad. Le falta iniciativa, es algo descuidada y también negligente, por eso sus actividades y profesiones suelen ser sedentarias y a la misma vez que haya alguien que les incite y dirija. La pereza y la imaginación le pueden traer fracasos o, al menos, poco éxito. Su voluntad es débil y cambiante y suele abusar de la comida, de la bebida y de los estupefacientes.
En general es emotiva y sensible para apreciar lo artístico y para sentir cierta inspiración en el arte, en lo dramático, en la poesía, etc. En un nacimiento masculino tiene mucha influencia sobre la esposa, la familia y la formación de un hogar; en un nacimiento femenino le hace muy sensible y fértil pero con necesidad de apoyo. Los buenos aspectos indican las buenas relaciones en el matrimonio y en la familia. Los malos aspectos la inclinan a una posición de inferioridad y obediencia a otros pero podrá alcanzar su éxito gracias a su imaginación, docilidad y tenacidad aunque, el fracaso, le puede venir por la pereza y la falta de sentido práctico –sobre todo si es esfuerzo físico-
Sentimentalmente en cariñosa, sensible y muy armónica respecto a la unidad familiar y al matrimonio. Como planeta de la fertilidad, normalmente inclina a tener varios hijos.
La economía derivada de su trabajo así como su posición laboral dependerá mucho del control de su inestabilidad y de la administración de los gastos; sin embargo puede tener éxito y ascenso gracias al apoyo de otras personas, instituciones, etc.

PROFESIONES: Todas las relacionadas con el agua y los líquidos en general; escritor de novelas o poesías; comercial o dependiente; lo relacionado con la hostelería; enfermería o comadrona; las relacionadas con el público; las domésticas; puericultora y las de educación infantil.


Francisco Nieto

sábado, 16 de octubre de 2010

SIGNIFICADO DE LOS PLANETAS EN EL HORÓSCOPO (I)


Los planetas representan las cualidades y poderes que tenemos para expresarnos y para reaccionar ante las circunstancias del destino pero, a su vez, sirven como foco de expresión del signo que representan, de ahí la importancia de tenerlo en cuenta en determinados casos que se aprenden con la experiencia y sin embargo muchos estudiantes de astrología no le dan importancia
Cada planeta tiene su propia naturaleza, la cual se manifiesta a modo de impulso con el único deseo de facilitar a la humanidad experiencia y desarrollo de sus poderes y cualidades espirituales. El grado en que la humanidad responda a estas influencias dependerá del propio desarrollo adquirido a través del renacimiento. Se dice que cada planeta simboliza un “impulso” diferente, o lo que es lo mismo, un “deseo de expresión de una energía concreta” para su experiencia en la Tierra, así: Venus es unión; Marte es acción; Mercurio es razón; etc.
Normalmente se dice que los planetas son fuerzas que impelen, pero cuando los rayos planetarios se mezclan con los del signo donde se encuentren, modelarán el carácter e influirán en el desarrollo interno. Por otro lado, la Casa donde se encuentren facilita los detalles donde podemos progresar y las circunstancias de la vida.
No todos los planetas en un tema natal ejercen el mismo poder, y esta es una de las muchas explicaciones que encontramos en un horóscopo para ver cómo actúa la Ley de Consecuencia respecto a nuestro destino maduro y karma. En cualquier “Tabla de Fuerzas” planetaria podemos ver cómo, dependiendo del signo donde se encuentre el planeta, éste tiene más o menos influencia en el Signo y Casa donde se encuentre. Así, un planeta “dignificado” o “exaltado” facilita su poder porque el signo donde se encuentra es de su propia naturaleza; por el contrario, cuando un planeta se encuentra “exiliado” o “caído” se encuentra incomodo y débil y su poder apenas se hace notar.
Como ya he explicado en algún otro artículo, las Casas Angulares y sus correspondientes signos Cardinales son muy notables en cualquier horóscopo, por tanto, los planetas en estas Casas y signos ejercen una mayor influencia en el destino del nativo. Desde el punto de vista de las “Cuadruplicidades” diremos que los planetas en signos Cardinales representan los poderes o herramientas que nos facilitan en esta vida para que podamos utilizarlos para un mayor progreso; los planetas en signos Fijos representan los poderes consolidados tras un trabajo en otras vidas y que los tenemos a nuestra disposición para su utilización; los planetas en signos Comunes son poderes que debemos desarrollar en lo posible en esta vida para su futuro uso en las próximas.
Hay horóscopos en los que coinciden un número notable de planetas en una misma Casa, esto hace que lo que simbolice esa Casa represente un papel muy importante en la vida del nativo, sin embargo estas personas suelen cometer el error de centrarse demasiado en los detalles de la misma y desperdician otras oportunidades llegando al punto de que no se dejan aconsejar ni quieren cambiar.

REPARTO DE LOS PLANETAS EN EL HORÓSCOPO

Según el karma o destino que cada individuo tenga que trabajar en su vida, éste nace cuando los Ángeles del Destino observan que las posiciones astrológicas son las adecuadas para que según la progresión de los planetas a lo largo de su vida, cumplan lo que el nativo, en Espíritu, se ha comprometido a afrontar.
Esto significa que cada individuo tiene los planetas en las Casas y Signos donde más le van a beneficiar tanto en sentido de desarrollo –material, intelectual, moral y espiritual- como en la forma en que tendrá que hacer frente a sus deudas o destino maduro. Por este motivo, cuando algún planeta destaca por su posición o existe cierta acumulación de planetas en alguna Casa concreta del horóscopo, el astrólogo experimentado se vale de un solo vistazo para sacar ciertas conclusiones sobre el destino de la persona. Veamos algunos ejemplos:

PLANETAS ASCENDENTES: Los estudiantes de astrología sabemos que el Ascendente representa al individuo mismo incluyendo su temperamento, vitalidad, aspecto físico, carácter, etc. Pero también sabemos que el signo del Ascendente es muy importante e influyente por ser el signo que está saliendo por el horizonte oriental en el momento del nacimiento. Luego entonces, los planetas que estén en Conjunción o muy cerca del Ascendente afectarán –según su naturaleza- a la personalidad en general y a su destino de una forma más notable que en cualquier otra posición. Sin embargo, es aconsejable combinar su influencia con el planeta regente del signo del Ascendente.

PLANETAS ELEVADOS: Se consideran planetas elevados los que se encuentran por encima del Ascendente y cerca del Mediocielo, pero yo aconsejo tener más en cuenta los que están en aspecto de Conjunción con el Mediocielo. Estos planetas tienen una gran influencia – siempre según sus aspectos- sobre las posibilidades, el destino y el estado social en el círculo donde se mueva el nativo.

PLANETAS SOBRE EL HORIZONTE: Cuando la mayoría de los planetas están colocados por encima del horizonte oriental –de Casa VII a la XII- significa que la influencia planetaria es tal que habrá más oportunidades y experiencias que favorecerán la evolución y el progreso en general del nativo.

PLANETAS BAJO EL HORIZONTE: Cuando hay mayoría de planetas bajo el horizonte oriental –de Casa I a la VI- la influencia planetaria no es tan notable, lo que se interpreta como que el nativo tendrá menos oportunidades de desarrollo o progreso en general, que tendrá que esforzarse más, y que su progreso será más bien psíquico puesto que su vida será más interna. Estas posiciones también se suelen interpretar como representativas de una vida de descanso físico, de asimilación y de recapacitación.

PLANETAS ORIENTALES: Todos los planetas en la zona oriental –de Casa X a la III- facilitan iniciativas o colaboran en el trabajo que el nativo realice en busca de su progreso. Como fuerzas en fase de manifestación que se consideran, se dice que facilitan el éxito de los proyectos y un buen futuro.

PLANETAS OCCIDENTALES: Al contrario que la parte oriental donde el nativo se esfuerza por conseguir el éxito, los planetas en la parte occidental representan el fruto de algo que se hizo en vidas pasadas, sin embargo el nativo no busca el disfrute personal sino que suele –y debe- dirigir su actividad hacia los demás e incluso compartir sus frutos.


Francisco Nieto

domingo, 3 de octubre de 2010

TRANSFORMACIÓN ES IGUAL A DESARROLLO (y II)


En las líneas anteriores nos hemos referido, de una forma general, a los males más importantes o más notables que dominan a la humanidad y que, cuanto antes, deberían servir para transformar en nuevos y positivos hábitos en el hombre. Es cierto que, particularmente en occidente, hay cada vez más personas altruistas, fraternales, solidarios, defensores de los animales y de la naturaleza, voluntarios de ONG, personas de buena voluntad y creyentes y practicantes del bien predicado por Cristo; sin embargo y sabiendo que muchos de ellos han superado el comportamiento casi animal (sexo, drogas, alcohol…) que algunos otros tienen como efecto del dominio del cuerpo de deseos sobre ellos, aún les quedan otros muchos y sutiles aspectos de la personalidad que superar.
Los problemas que nos surgen a diario cuando vamos a hacer gestiones o a trabajar, los problemas con los vecinos, las ofensas que nos puedan hacer y un sin fin de cosas más, nos hacen caer a diario en la crítica, en la envidia, en el rencor y en otros muchos aspectos negativos que aún conservamos. Deberíamos ponernos más en el puesto de los demás, deberíamos tener siempre presente que el mal que nos hacen lo hemos podido hacer o lo hacemos nosotros, deberíamos tener presente que todos estamos evolucionando y que unos van más adelantados que otros pero que también tienen la obligación de perdonar, y, en definitiva, deberíamos razonar más para transformar ese “mal” que nos surge y nos afecta (porque lo llevamos dentro) para así eliminarlo de nosotros mismos.
Está claro que lo que debemos hacer es buscar y ver el lado positivo de cada hecho, de cada circunstancia y de nosotros mismos. Desperdiciar nuestra energía y esfuerzos en los aspectos de la vida que nos causan temores y preocupaciones tampoco nos ayuda en nada, nuestra obligación es buscar una salida o solución que no implique ningún malestar ninguna actitud negativa que afecte a quienes nos rodean. La transformación de un problema o de un mal difícil de erradicar solo se consigue con la buena voluntad y el deseo de superación personal y, para ello, a veces no basta con una sola actuación o decisión sino con varias que ataquen a la raíz del problema, sea sobre el cuerpo de deseos o sea en la manera de enfocar dicho problema. De cualquier forma, un examen sobre nuestras actitudes, hecho cada noche cuando nos acostamos, nos ayudará en gran medida. La transformación de los malestares y barreras entre las personas también se consigue analizado a los demás (poniéndonos en su lugar) e intentando ser más comprensivos y tolerantes. La crítica destructiva que muchas veces hacemos no resuelve nada sino que crea desarmonía en el mundo de los pensamientos y termina afectando a todo aquel que se pone en sintonía con esa vibración. Solo la sustitución del mal por el bien en cada una de las circunstancias crea armonía universal y beneficia a todos a la misma vez.
Aun en el caso de haber obtenido cierto grado de desarrollo espiritual con el cual nos podemos sentir, hasta cierto punto, orgullosos de ser buenos, no debemos dejar de prestar atención a nuestro cuerpo de deseos y a nuestra mente. Más bien al contrario, debemos utilizar a estos cuerpos desde el elevado plano del Espíritu, es decir, observar el mundo y las circunstancias como si estuviéramos fuera de él, sabiendo que esos cuerpos son herramientas a nuestra disposición, para utilizarlas nada más observar cualquier mal o desarmonía. Todos, como Almas, hemos obtenido un grado de desarrollo suficiente de espiritualidad como para estar alerta ante lo que pueda ocurrir a nuestro alrededor y para remediarlo por medio de la transformación. Es esa misma transformación adquirida a lo largo de millones de años la que nos situó hace mucho tiempo como un Yo individual y autoconsciente por encima de los aspectos más bajos y animales de la personalidad. Y es esa misma transformación del mal en bien la que nos tiene que facilitar el poder de observar desde la posición del Espíritu para seguir desarrollando sus podres internos.
Debemos tener claro que desde el momento en que somos conscientes de estas enseñanzas tenemos la obligación de ponerlas en práctica. Nada conseguiremos si actuamos como ese cuerpo de deseos que disfruta con los placeres y haciendo el mal. Ese mismo cuerpo también contiene los más elevados deseos de superación y sentimientos que nos pueden llevar a ser amorosos, caritativos, fraternales y serviciales con el prójimo. La mente, centrada en los problemas, en los deseos y sentimientos inferiores, en los temores y en los asuntos materiales y egoístas de la personalidad, también puede elevarse hacia lo abstracto, hacia los más elevados sentimientos y deseos, y hacia los mundos superiores donde reina la paz y el orden.
Todos tenemos un mismo origen y una misma meta espiritual, por eso de nada sirve ir en contra de las leyes evolutivas creadas por Dios para ayudarnos a alcanzar la perfección. ¿Por qué atrasar dicha perfección? ¿Por qué perder el tiempo teniendo nuestra conciencia en el mundo de los placeres y del materialismo si la podemos tener en los mundos espirituales? Al igual que un guionista y un director de teatro observan su obra para corregir y dirigir a los personajes para que esa obra se perfecta así, nosotros como Almas situadas por encima de la personalidad, debemos observar la vida y nuestros personajes (nuestros cuerpos) para corregirlos y hacer que actúen como lo que verdaderamente somos, hijos de Dios. Es la mejor manera de eliminar el mal de nuestras vidas y de hacer que nuestros cuerpos sean sembradores de semillas de amor y de servicio altruista entre los demás. Así se transforma el mal en bien y se acelera nuestro desarrollo y el de los demás.
Dios es omnipotente y omnipresente, sus bendiciones se derraman por todo el universo y sobre todo ser viviente, Él está deseoso de que sus hijos se perfeccionen y vuelvan a casa y para ello tiene legiones de seres espirituales que colaboran con Su Plan. Tenemos motivos suficientes para dar gracias por todo y para no defraudarle perdiendo el tiempo y las oportunidades que nos concede. Ya es hora de que comencemos a privarnos de lo que no nos sirve para nada y, por el contrario, nos retrasa en el Sendero de Santidad, ya es hora de que abandonemos las actitudes que nos hacen parecer animales egoístas deseosos de placeres y de materialismo, y ya es hora de que elevamos la conciencia y la unamos al Alma para poder manifestar lo que en realidad somos.
El Sol sale cada mañana ofreciéndonos un nuevo día para transformar nuestros defectos en virtudes, en nosotros está tomarlo como un nuevo desafío y oportunidad de hacer el bien, de servir, y de actuar amorosamente con nuestro prójimo. Cada momento incluso, representa una oportunidad de ejercer nuestro libre albedrío y nuestra voluntad para dejar de hacer el mal y transformarlo en buenas acciones, en buenas ideas, en buenos ideales y en buenos pensamientos que ayuden a la humanidad. No hay motivo para esperar a un determinado momento, circunstancia u oportunidad, la buena voluntad y buenas acciones facilitan nuevas y más oportunidades de desarrollo espiritual.
Constantemente tenemos oportunidad de elegir hacer el bien o hacer el mal, pensar bien o pensar mal, tener buenos o malos sentimientos y deseos, hablar bien o hablar mal; luego entonces ¿qué nos impide transformar el mal en bien? Aunque no tengamos nada que hacer siempre tenemos oportunidad de utilizar la mente para crear buenos pensamientos y para desviar los que nos vienen y que nos pueden perjudicar para alcanzar nuestros elevados ideales. El mero hecho de estar haciendo algo por los demás o estar pensando y planificando como servir al prójimo, ya evita que estemos permitiendo la entrada de tentaciones para el mal. A la vez, esta actitud evita que nos vengan o que demos importancia a algunos asuntos que, hasta hace poco se convertían en problemas.
La imitación de Cristo, vivir sus enseñanzas, ayuda enormemente a transformar el mal en bien. La compasión, las enseñanzas esotéricas y el hecho de intentar llevar a la práctica nuestros elevados ideales, también ayudan a la humanidad pero repito, la transformación comienza por nosotros mismos. Si no nos transformamos nosotros mismos no podremos transformar a los demás por medio de un ejemplo de verdadera vida espiritual. Es después de alcanzar una notable transformación cuando nuestra preocupación se debe centrar en ayudar a los demás, antes de esto y si de verdad queremos ser ayudantes de Dios en la tierra, debemos olvidarnos de lo personal y de lo material. Así pues, olvidémonos de la personalidad materialista y actuemos con una conciencia verdaderamente transformadora que impida que el mal se manifieste en nuestras vidas.

Francisco Nieto

sábado, 18 de septiembre de 2010

TRANSFORMACIÓN ES IGUAL A DESARROLLO (I)


El mal existe para nosotros desde que, hace millones de años, caímos en las tentaciones y nos dejamos dominar por nuestro cuerpo emocional. Antes de esta caída no éramos responsables de nuestros errores (como tampoco lo son hoy nuestros animales) porque no teníamos lo que hoy conocemos como mente y, por tanto, no razonábamos y mucho menos sabíamos aplicar la pequeña voluntad que comenzaba entonces a florecer. Evidentemente, estamos hablando de un pasado en el que actuábamos más por instinto que por voluntad y razón; entonces teníamos un cuerpo físico, otro vital (también llamado doble etérico) y un último de deseos o astral pero no habíamos desarrollado aún la mente como les ocurre actualmente a los animales domésticos. El cuerpo de deseos actúa como incentivo para la acción, nos impulsa a actuar por medio de deseos, sentimientos y emociones pero, si no hay una mente para razonar dichos impulsos, lo más probable es que elijamos el camino más fácil y que satisfaga nuestros deseos e instinto animal.


Una vez dominados por las tentaciones del mal (los más bajos deseos y pasiones) fue el cuerpo etérico el que colaboró en esa caída convirtiendo la práctica en costumbres y hechos habituales en aquella época. Así es que, cuando con la ayuda de las Jerarquías de Dios, (Ángeles, Arcángeles…) recibimos la semilla de la mente para desarrollarla e imponerla sobre el cuerpo de deseos, estaba tan arraigado el mal en nosotros que, aún desde entonces, (hace millones de años) hasta hoy no hemos conseguido dominar nuestro cuerpo de deseos, ese gran tentador que tantas veces nos hace pecar a diario.


Puesto que ya entonces teníamos el principio pensante, entró en juego para nosotros la Ley de Consecuencia, la que nos devuelve los efectos de las causas que hacemos y como el Plan de Dios es que seamos perfectos como Él lo es, también entro en juego para nuestra evolución la Ley de Renacimiento que hace que recibamos esos efectos normalmente, de una vida para otra. Por consiguiente, si en aquella época aplicábamos la lucha por la supervivencia, y desarrollamos el odio, el ánimo de venganza, la lujuria, etc., etc., etc., nos hemos visto obligados a rectificar hasta que, ya en nuestros días, hemos conseguido transformar parte de esas defectos y maldades en virtudes y en tendencias positivas.


Al principio no éramos conscientes del mal porque nuestra conciencia no estaba enfocada en la tierra (no era de vigilia como ahora) pero el mal, el materialismo, el egoísmo y otros aspectos de la personalidad nos abrió los ojos aquí y perdimos la consciencia que teníamos de los otros mundos (como los animales actuales) y ese fue el origen de lo que hoy llamamos conciencia, por tanto, la conciencia es el resultado y acumulación del sufrimiento padecido después de cada muerte por el mal causado y del bien que hemos hecho y que hemos guardado como base para actuar mejor en cada sucesiva vida.


En definitiva, hemos pasado de ser y de tener una conciencia similar a la de los animales a lo que somos actualmente gracias al sufrimiento causado por nuestros actos y al efecto de éste como impulso para hacer el bien, o lo que lo mismo, gracias a la transformación que hemos conseguido hacer. Como la meta es desarrollar los poderes del Espíritu para espiritualizar el cuerpo de deseos y utilizar estos poderes para nuestro propio desarrollo interno y para el bien de la humanidad, hemos de seguir esforzándonos y sacrificándonos para trasformar el mal existente en nosotros y para ser causantes de un bien superior que atraiga la ayuda que necesitamos hasta aniquilar el mal en la Tierra.


Hoy, gracias a la mente, al discernimiento, a la meditación y a la observación, podemos, y deberíamos ser conscientes de todo el mal que hacemos y por eso podemos afirmar que todo lo malo o inferior puede ser transformado por lo bueno y superior, no se trata nada más que de reconocer ese mal que, a veces más y otras menos notable, llevamos con nosotros. El mayor mal sigue viniendo y tentándonos desde el cuerpo de deseos (pasiones, vicios –tabaco, alcohol, droga, sexo- envidia, celos, odio, rencor, ánimo de venganza, etc.) lo que nos lleva a centrarnos principalmente en él si queremos hacer la transformación necesaria de la personalidad.
Como, por lo general, el desarrollo espiritual alcanzado en millones de años ha sido gracias al sufrimiento y a la imposición de un destino “programado” para ese fin, no es fácil hacer una transformación hacia el bien si no es con la ayuda de la mente razonadora. Por tanto, es la observación de nuestros sentimientos, deseos y emociones la que nos tiene que llevar a meditar sobre lo que somos y lo que hacemos para así discernir sobre lo correcto o incorrecto, sobre el bien y el mal, y sobre lo verdadero y lo falso. Podemos asegurar que estas prácticas ayudan muchísimo a transformar la personalidad y a espiritualizar el carácter, a la vez que atraen la ayuda celestial que merecemos.

En esoterismo se dice que “el mal es un bien en formación” y prueba de ello es el paso que hemos dado desde que éramos casi como animales hasta nuestros días. Ha sido ese mismo mal, en forma de sufrimiento y karma maduro, el que nos ha obligado a trabajar a favor del bien. Pero esa frase también significa que en lo que comúnmente llamamos problemas, aflicciones e impedimentos, también existe el bien, un bien o parte positiva que nos ayudará a superar el problema, a verlo desde otro punto de vista más elevado, y a extraer un beneficio en forma de enseñanza. Por consiguiente, todo mal es transformable. Nunca hemos estado ni estamos obligados a aceptar un mal como algo inevitable, sino que, más bien hemos tenido la oportunidad de contrarrestarlo y transformarlo.


Por desgracia, la mayoría de la humanidad, lejos de corregir sus actitudes o de intentar dicha transformación, lo estimulan y aumentan con sus pensamientos, repercutiendo esto en las auras y haciendo que el interés de quienes pueden ayudarnos desde los mundos superiores se anule. Cuando una persona, sin querer darse cuenta, se dedica a pensar en sus placeres animales, pasiones, vicios e intereses egoístas, además de no transformar nada, está aumentando el poder y la fuerza de todo ello, por tanto, está fortaleciendo esos malos hábitos y está oscureciendo su aura y animalizando su personalidad.

Esto demuestra que es este cuerpo, la mente, el que debemos utilizar como la mejor herramienta para la transformación del mal en bien. Como ocurre con los objetos físicos, dos pensamientos no pueden ocupar un mismo espacio, o sea, si estamos pensando en Dios no podemos estar pensando en el diablo. Lo que nos lleva a comprender que nuestra voluntad debe utilizar a la mente para pensar en el bien y para razonar la manera de no pensar en el mal y así hacer que los malos hábitos mueran de inanición.


Si antes hemos dicho que el cuerpo de deseos es un gran tentador, creador de hábitos que impulsan a pensar y a actuar más mal que bien, ahora también afirmamos que una mente sin control puede pensar en cualquier hecho malo y estimular al cuerpo de deseos, el que, a su vez, nos impulsará a actuar físicamente. Como ejemplo muy actual, el alcohol y otros estimulantes o drogas fuertes, impulsan a pensar en cómo practicar o consumir más de lo mismo y a otras cosas como robar o practicar el sexo como un animal. Una película o revista con escenas sexuales puede hacer que la mente se imagine y piense en ello hasta el punto de estimular el cuerpo de deseos para que busque la manera de satisfacer ese deseo eyaculando. Esto nos lleva a trabajar sobre los dos cuerpos de manera que no pensemos en lo que conocemos como mal, que transformemos los pensamientos negativos que tengamos para hacerlos positivos, y que analicemos nuestros deseos y sentimientos para que no nos dominen los negativos.


Francisco Nieto

domingo, 5 de septiembre de 2010

LA BÚSQUEDA DEL DIOS INTERNO


La evolución a través de millones de años ha hecho que creamos en un Dios omnipresente, omnisciente y omnipotente pero para desarrollar la fe en este Dios hemos tenido que pasar por creer en otros dioses de muy diferentes naturalezas, incluyendo aquel que si no cumplíamos sus leyes destruía lo que teníamos con tal de que le temiéramos. Las religiones actuales han sido creadas para despertar la fe en Dios y para hacernos ver que es un Dios amoroso, sin embargo, estas religiones se diferencian unas de otras para satisfacer las necesidades de las personas según su fe, sus creencias y su individual desarrollo espiritual. Por último, hace poco más de un siglo se ha hecho pública una enseñanza que nos habla también de un Dios amoroso y benevolente pero que nada tiene que ver con los anteriores respecto a dónde lo hemos de encontrar. Así es que hemos pasado de adorar al Sol o a cualquier imagen, a adorar a un Dios invisible pero en cierto modo "malvado", para terminar con la búsqueda de un Dios amoroso que se encuentra en un lugar llamado Cielo. Son pocos los místicos y filósofos de los últimos siglos los que han cambiado todas estas creencias para afirmar que Dios no se encuentra en ningún lugar tal y como por lo general lo entendemos, sino que se encuentra dentro de nosotros mismos.


Es lógico que cualquier persona aún ignorante de esta pequeña parte de la verdad se pregunte que cómo puede estar Dios dentro de nosotros. La respuesta, aunque demasiado simple, es que es el mismo caso que si decimos que dentro de una pequeña semilla hay un gran y fuerte árbol. Desde los filósofos griegos hasta nuestros días se ha escrito mucho sobre el hecho de que somos parte de Dios, (puesto que nos ha creado) de que todos somos hermanos en Espíritu, o incluso de que todos tenemos que encontrarle y volver a Él. En mi opinión, han tenido que ser los verdaderos ocultistas e iniciados los que más claro han dejado la idea de quién es Dios y dónde se encuentra, llegando a la conclusión, por tanto, de que Dios se encuentra dentro, y no fuera de cada uno de nosotros. De ahí que las escuelas de ocultismo como la Fraternidad Rosacruz Max Heindel hagan hincapié en que si de verdad queremos encontrar a Dios debemos desarrollar nuestro propio Espíritu que tiene todas las posibilidades de Dios mismo de forma latente. Como muestra de ello solo hay que volver la mirada atrás y ver como hemos cambiarlo en estos últimos dos mil años, claro que, admitiendo que el Alma que habitaba los cuerpos de quienes disfrutaban viendo morir a los cristianos en los circos romanos son las mimas que hoy habitan nuestros cuerpos y que no podrían ver ese espectáculo.


Cada uno de nosotros (como persona) está unido a un Espíritu, aunque separado temporalmente, parte de Dios para que a través de las experiencias de cada renacimiento en un cuerpo diferente, desarrolle los poderes latentes de su Dios creador en poderes dinámicos externos. Y si Dios es amor y es omnipresente, omnisciente y omnipotente, está claro que el problema es de que no hemos desarrollado apenas nada de lo que Él es y por eso no le encontramos. Es decir, cuando nuestra nota clave vibracional sea la suya, nos identificaremos con Él y emitiremos todo lo que Él emite, pero mientras nuestra lira (nuestros cuerpos) suenen tan en desacorde respecto a la Suya, no seremos capaces de oír ni siquiera una nota armónica de Él. Así es que, si queremos encontrar, sentir e identificarnos con Dios tenemos que desarrollarle en nuestro propio Espíritu y en nuestro propio ser y conciencia. Pero donde no le encontraremos igual que en nosotros mismos es en el exterior ni en ningún lugar concreto. Dios está en todo lo existente puesto que todo lo existente es parte de su propia creación, pero Dios no es una piedra ni es el Sol como tampoco nosotros somos el cuerpo físico que algún día abandonaremos para que vuelva a su origen. Dios es la Vida y la conciencia que abarca el universo como la vida y la conciencia de nuestra Alma abarca a nuestros cuerpos, pero Dios como esencia es uno y ese Uno también está en nosotros como Espíritus parte de Él que somos.


Es fácil que los poco versados en estos conocimientos digan: ¿Entonces, dónde está Dios? La respuesta es: En todos y en cada uno de nosotros, la diferencia (distancia) es el estado o grado de desarrollo de la consciencia. Pongamos un ejemplo, si nuestro cuerpo físico fuera inmortal y cada célula (con su propia vida y conciencia) experimentara en todos nuestros órganos del cuerpo, cumpliendo todas las funciones, aprendiendo todo el funcionamiento del organismo y adquiriendo cada vez un mayor grado de consciencia gracias a las experiencias de todo tipo en un cuerpo infinito (para ella) como el nuestro, llegaría el momento en que su consciencia estaría en el mismo nivel que la de nuestro cuerpo y se identificaría con él tomando conciencia de él como conjunto.

Por consiguiente y según la ley de analogía, nosotros, como conciencias, estamos comenzando a identificarnos solamente con nuestro propio Yo o Alma pero será solo a través de infinidad de renacimientos y experiencias en los diferentes mundos (órganos de Dios) como elevaremos y engrandeceremos nuestra consciencia hasta que nos sintamos uno con Dios. Sin embargo, aun tan lejos como estamos, con cada pensamiento, obra y palabra amorosa y benevolente que practicamos, nos acercamos un poquito más a Él.


En la época actual se llega a Dios de dos principales maneras, primera por el desarrollo de la devoción y el amor a Dios tal y como lo hacen las iglesias, y segundo, por el amor tal y como enseñan las escuelas de ocultismo unido al desarrollo de la mente y la comprensión de esta filosofía oculta. Tanto una como otra ponen el énfasis en que hay que desarrollar el aspecto interno haciendo el bien y amando al prójimo, pero la filosofía oculta da la información necesaria para comprender perfectamente los planes de Dios y cuál es el camino más corto para desarrollar el Dios que todos llevamos dentro. Pero claro, que nadie piense que una escuela iniciática como la Fraternidad Rosacruz va a facilitar mucho las cosas, todo lo contrario, facilita la enseñanza, la teoría, pero no hace el trabajo por nosotros como cada uno de nosotros no puede hacer la digestión por otros.


Así es que si queremos encontrar a Dios le tenemos que buscar dentro y eso no lo conseguiremos si no aplicamos el conocimiento a la vida cotidiana y nos esforzamos y sacrificamos por elevar nuestra conciencia para identificarnos cada día más con Dios. Por consiguiente, la perfección, la salvación, la identificación y el desarrollo de nuestro Dios interno no se conseguirá a no ser que regeneremos nuestra personalidad, espiritualicemos el carácter y, en definitiva, transformemos nuestra vida para que seamos unos verdaderos hijos de Dios en pensamiento, palabra y obra. Pero lo mismo que a Dios no le encontramos fuera sino dentro de nosotros, tampoco la transformación la podemos hacer con actividades externas ni en ningún lugar físico concreto, sino que debe partir de dentro y de una fuerte y persistente voluntad.


La comprensión de estas enseñanzas se produce cuando a través del renacimiento, el individuo siente la necesidad de obtener un conocimiento que hasta ese momento no ha encontrado en las religiones, es decir, cuando su mente comienza a preguntarse que quiénes somos, de dónde vemos y hacia dónde vamos. Pero hasta entonces anda buscando a Dios fuera de sí mismo, o venerando imágenes o a un Dios personal sentado en un trono en el Cielo desde donde vigila a sus hijos para decidir si premiarles o castigarles. Por esto, al estudiante de filosofía oculta le cuesta asimilar y vivir de acuerdo a estas verdades pero, al cabo de no mucho tiempo, se da cuenta de que nada puede separarle de Dios puesto que Éste mora en su interior. Así es que el estudiante encuentra en la filosofía oculta un consuelo enorme al comprender que él es inmortal porque siendo un Espíritu hijo de Dios nada puede aniquilarle y que, cuanto más se esfuerce por acercarse a ese Dios interno más sentirá su presencia protectora y amorosa.

Para conseguir este acercamiento a Dios no solo se debe ser bueno y servir amorosamente al mundo sino que también debe descubrir la palara oculta de la Biblia y comprender la verdadera filosofía oculta, como por ejemplo, la de la Rosacruz de Max Heindel. Por ejemplo, Cristo, aquel que dijo a sus discípulos: “Las obras que yo hago las haréis y mayores aun”, dijo que venía a salvar al que creyera en Él pero tanto esta frase como otros muchos párrafos de la Biblia y de la filosofía oculta, tienen un doble sentido y explicación. Por tal motivo, el estudiante se va encontrando cada vez más solo ante su destino y respecto a descubrir todas estas verdades, hasta que al final comprende que solo él es quien puede desarrollar los poderes latentes del Espíritu y hacer de ellos sus instrumentos dinámicos que le ayudarán a encontrar a Dios.


El estudiante debe comprometerse y hacer muchas cosas pero uno de los aspectos más importantes para su desarrollo es la plena confianza en sí mismo. Además, debe asumir la responsabilidad por sus acciones; debe analizar sus pensamientos, palabras y obras para ver dónde comete errores (para poder evitarlos) y dónde o cómo desarrolla las virtudes; (para aumentarlas) debe abandonar sus malos hábitos para desarrollar otro buenos; debe espiritualizar su carácter; sacrificarse por superar las tentaciones y pruebas; debe dejar de pensar egoístamente y esforzarse por servir a los demás; debe ver al prójimo como hermanos en Espíritus e identificarse con la divina esencia en él escondida por muy malvado que le parezca; y debe desarrollar la compasión de Cristo siempre que pueda en su vida cotidiana. Resumiendo, el estudiante pasa de buscar a un Dios exigente impuesto por las religiones a comprender que el Dios que buscaba lo tiene dentro y que solo tiene que esforzarse para sentir su presencia y su poder.


Como es evidente, este descubrimiento y esta comprensión de Dios a través de la filosofía oculta le trae unos conocimientos nuevos que deberá aplicar a sus actividades diarias, y uno de ellos es saber que las personas que le rodean también tienen esa misma chispa divina parte de Dios dentro de ellas. Esto significa que ya no les debe considerar como antes, los “malos” no se deben considerar como tal (como normalmente se hace) sino menos evolucionados respecto al desarrollo espiritual o interno. A los ricos tampoco se le debería tener envidia ni criticarles por ser así, sino comprender que son así, están donde están y tienen lo que tienen por méritos propios y como efecto de sus obras del pasado. Estos conocimientos, junto a otras muchos que obtenemos de la filosofía oculta, deben llevar al estudiante a desarrollar la paciencia, la comprensión, la tolerancia, la admiración, la compasión…, con lo cual dará un paso más en su acercamiento a su Dios interno.


Cuando el aspirante espiritual alcanza este grado de desarrollo sabe que, además de no ser egoísta en ningún sentido, debe desarrollar el servicio amoroso y desinteresado a los demás. Dicho de otro modo, se da cuenta de que ya no le molestan tanto los hechos de los demás ni le entorpecen tantas cosas, lo que le lleva a ser más sensible, más tierno y considerado, y más impersonalmente fraternal con todos. El desarrollo espiritual que acerca al Dios interno no se consigue por normas filosóficas, ni por hechos altruistas forzados, ni por el remordimiento de la conciencia, se consigue por los dictados del corazón, y para escucharle hay que llevar a cabo lo dicho en párrafos anteriores pero, sobre todo, hay que ser amorosos y compasivos.

Pero hay personas que les cuesta o que no saben cómo manifestar el amor y la compasión desde el corazón. En estos casos hay que trabajar con la mente para llegar al corazón, o sea crear pensamientos y actitudes respecto al prójimo que obliguen a crear sentimientos y deseos de ese tipo. Una persona puede ver a un mendigo y actuar de dos maneras, interesarse o ser indiferente. Para despertar el corazón debería interesarse y pensar que es muy posible que tenga hambre y sed y que pase frío y no tenga dónde dormir, de esta forma se puede despertar el corazón y hacerse un servidor amoroso y compasivo del prójimo. La mente es fría pero si la sabemos utilizar por medio de la voluntad hará lo que queramos, por tanto, no hay que prestarla atención cuando es indiferente o piensa lo contrario de lo que sabemos que es correcto y útil para nuestro desarrollo espiritual. Pero, cuidado, el verdadero y profundo sentimiento que nace del corazón y que lleva a Dios no debe ser forzado, egoísta e intelectualmente frío, sino que debería llevar un sentimiento como el que debía tener Cristo en sus tres años de predicación. Solo se puede considerar las obras verdaderamente buenas cuando los sentimientos, deseos y emociones son espontaneas y sinceras y no cuando son mantenidas por la coacción y la autodisciplina; entonces se desarrolla el Espíritu que nos bendecirá con una respuesta amorosa.


Si Dios es luz y amor como así está escrito, nosotros tenemos dentro de nosotros esa luz y ese amor, y por mucho que creamos que es difícil manifestarlos o por muy malos que nos consideremos, si dedicamos nuestra vida a buscar a Dios irán floreciendo de nosotros porque así está previsto en el Plan de Dios. Por consiguiente y si nadie lo puede hacer por nosotros, trabajemos hasta el punto en que esa luz alumbre incluso el camino de otros y que el amor nos haga ver a Dios en los demás y en todo lo que nos rodea. No nos fijemos en lo duro que puede ser el trabajo ni en los impedimentos que tenemos que superar, solo hay que tener presente que Dios así lo quiere y que nos pone a nuestra disposición toda una serie de Ángeles y seres celestiales que están deseosos de ayudarnos. Pero para que esto ocurra y aunque fracasemos una y otra vez, no hay que dejar de intentarlo y de levantarnos después de cada caída. Dios está en nosotros y alumbra nuestro camino ¡vayamos a su encuentro y el mal se alejará de nuestro destino para dar paso a la felicidad interna!

Francisco Nieto

viernes, 20 de agosto de 2010

EL MIEDO A RECONOCER LOS ERRORES


Cuanto más atrás miremos y analicemos la historia y evolución de la humanidad, más nos daremos cuenta de lo ignorantes que éramos, de que luchábamos por la supervivencia casi como animales, o de la falta de razonamiento que nos llevaba a cometer un error tras otro. En estas etapas pasadas era muy difícil que se reconocieran los errores ni siquiera ante uno mismo, nuestro egoísmo y materialismo, machismo, etc., no dejaban oportunidad para ello. Pero según hemos ido desarrollando el intelecto y según el desarrollo espiritual de cada persona así, algunas de ellas, se han atrevido a reconocer sus errores incluso públicamente. El reconocimiento de nuestros errores debería estar presente en nuestras vidas como lo están la educación, el respeto por los demás o cualquier otra norma por las que se rige nuestra sociedad, pero no es así porque, para la mayoría, es difícil ser sincero públicamente.

El hecho de no admitir una equivocación, de no reconocer un mal pensamiento, de no ser sinceros y ver nuestra culpa en determinados hechos, ha sido causa a lo largo de la historia de muchos conflictos y enfrentamientos entre las personas. Y también la falta de reconocimiento de nuestros defectos ha impedido las buenas relaciones y la armonía con las personas que nos rodean. Sin embargo, el propio desarrollo moral y espiritual de la humanidad obligará, tarde o temprano, a reconocer ante el prójimo que nuestras equivocadas actitudes han causado mucho mal y ha impedido que seamos valorados como deberíamos serlo.


La falta de humildad y sinceridad para reconocer nuestros errores, incluso entre los aspirantes espirituales, hace que haya enfrentamientos, hace que un grupo se divida o incluso que haya oposición y mala intención de unos sobre otros. Cuando, como estudiantes de la filosofía oculta y aspirantes espirituales, alcanzamos un grado en el que sentimos la necesidad de ser sinceros y reconocer que estamos equivocados, no nos es fácil hacerlo porque se produce una lucha entre el Espíritu y la personalidad. El Espíritu intenta guiarnos por el recto sendero de la amistad, de la fraternidad y de la hermandad, pero la personalidad orgullosa e interesada no quiere dar su brazo a torcer y intenta quedar por encima negando o escondiendo la verdad.


Es cierto que cada vez somos más sinceros y que cada vez queremos reconocer más nuestros errores. Nuestra mente razonadora intenta hacernos ver que es preferible admitir un error que crear un problema o una enemistad pero, aun así, nos cuesta hacerlo. Bien porque nos cueste ser responsables o bien por temor al ridículo o al castigo, nos dificulta la confesión de nuestros errores y preferimos guardar silencio y reconocer solo ante nosotros que somos culpables. Cuando el motivo es el recuerdo de los castigos impuestos por los padres por el hecho de hacer algo mal, es más fácil de superar, de ahí la necesidad de diálogo entre padres e hijos o incluso de reconocer la sinceridad de un hijo que reconoce su culpabilidad y sus errores. En este caso habría que analizarnos también como padres porque, muchas veces, con tal de aparentar que somos perfectos o que somos una autoridad en la casa, también, nosotros mismos, ocultamos nuestros errores. Así es que, si bien es cierto que a un niño hay que educarle con cierta disciplina, no lo es que haya que castigarle cuando se equivoca y no lo reconoce.


El temor al castigo puede ser el mayor motivo por el cual no reconocemos nuestras equivocaciones y malas actitudes. Hay casos en que esta falta de reconocimiento de nuestros errores ha sido causa de castigo, cárcel y crueldad hacia otros, no es que esto sea común entre los aspirantes espirituales pero si lo sigue siendo en otros hechos menos graves. Los que aspiramos a vivir la vida superior todavía actuamos erróneamente en este sentido, bien sea por falta de discernimiento, de juicio o por inconsciencia, sin embargo ante la Ley de Dios, la ignorancia no es una escusa ni nos libra del castigo ni de la responsabilidad. Así es que el hecho de ser sinceros y reconocer públicamente nuestras equivocaciones debería ser más motivo de atención y de práctica.


El reconocimiento y razonamiento de nuestros errores nos ayuda más de lo que creemos en nuestro desarrollo espiritual. Si lo hacemos ante los demás obtendremos un reconocimiento y será más fácil que nos perdonen y disculpen pero, aun en caso contrario, obtendremos cierto crecimiento anímico. Es mejor admitir un error humildemente y sintiendo vergüenza que no hacerlo y sentirse culpable teniendo remordimiento y sabiendo que nos hemos creado una deuda kármica. Guardar silencio y ocultar nuestras malas actuaciones no hace que desaparezcan nuestra responsabilidad ante la Ley de Consecuencia, por tanto, es mejor rectificar a tiempo. Es más, si reconocemos que nos hemos equivocado o que hemos hecho mal, por pequeño que sea, es preferible rectificar y hacer algo que lo compense que no hacer nada.


Uno de los errores más comunes, aun entre las personas desarrolladas, es la ofensa o malestar creado con nuestras palabras en un momento dado. Tanto si lo hacemos inconscientemente (pero no lo hacen ver) como si al momento nos damos cuenta, lo mejor es disculparse y arreglarlo con sinceridad y simpatía. De esa manera cultivamos la responsabilidad y la sinceridad a la vez que nos libramos del karma negativo que hemos creado.


Los estudiantes de ocultismo y aspirantes espirituales sabemos que a partir de determinado momento nos vemos sometidos a pruebas para que el Maestro vea, entre otras cosas, cual es el grado de responsabilidad y de sinceridad que tenemos, es decir, hasta que punto cumplimos con nuestros deberes y obligaciones en nuestra vida cotidiana. A partir de ahí, el Maestro nos dará ciertos trabajos que hacer y, si no los cumplimos, nada podemos esperar porque eso significa que si no hacemos las cosas de menor importancia no nos pueden dar otras mayores. Para prepararnos para cuando llegue ese momento y como norma para el desarrollo espiritual, deberíamos analizarnos y meditar sobre los aspectos personales que interfieren en nuestro desarrollo moral y espiritual. Si de verdad aspiramos a ser conscientes algún día en los mundos espirituales, debemos superarnos primero aquí en el mundo físico porque, si no es así, cometeremos muchos y más graves errores allí y tendremos que hacer frente a las consecuencias.


El orgullo es mayormente el culpable de que no reconozcamos nuestros errores por miedo a hacer el ridículo. Esto, en realidad, no suele ser tan grave porque si admitimos que nos hemos equivocado y alguien se ríe posiblemente sea porque su nivel moral sea aún más bajo que el nuestro, y si no se ríe y se compadece de nosotros es porque su nivel es el mismo que nosotros deseamos alcanzar. No debemos tener miedo de reconocer nuestros errores por el simple hecho de que una persona se ría de los mismos, eso demuestra que esa persona no merece nuestra consideración como un verdadero amigo y que, posiblemente, él no lo reconocería. Es preferible sufrir la burla de uno pero el agradecimiento y simpatía del resto que no dejarse dominar por el orgullo intelectual que intenta impedir que reconozcamos este tipo de errores.


Cuando recocemos nuestras equivocaciones nos damos cuenta de cómo, cuándo y por qué hemos actuado mal, lo que nos llevará, o debería llevarnos, a corregirnos. Cuando vemos nuestras faltas y defectos y nos esforzamos por corregirlas estamos progresando en el sendero de perfección, pero ni no lo queremos ver y reconocer, estaremos retrasando nuestro desarrollo espiritual y creándonos enemistades y deudas kármicas para el futuro. Reconocer que nos equivocamos en manifestar nuestro grado de humildad, de valor, de responsabilidad y de confianza propia. Reconocer los errores es dar muestras de honradez, de prudencia, de sinceridad, de amistad, de estima, de arrepentimiento e incluso de agradecimiento por haberse dado cuenta de ello. Así es que, si bien nuestros errores pueden ser buenos Maestros para nuestro desarrollo espiritual, el hecho de reconocerlos nos alienta para rectificar la conducta de la personalidad y eliminar los defectos que impiden la espiritualización de nuestro carácter.

Francisco Nieto