domingo, 5 de mayo de 2013

LA PERSONALIDAD III



                Las escuelas iniciáticas son las encargadas de atraer a sus futuros probacionistas y discípulos para darles las enseñanzas ocultas y enseñarles los métodos y ejercicios espirituales que necesitan para acelerar su desarrollo espiritual. Naturalmente que hay personas que viven lejos de estas Escuelas que representan a la correspondiente Orden del Rayo al que pertenece el aspirante y, por tanto, viven la vida superior de forma más aislada, independiente y en muchos casos sin tener relación con el ocultismo. Los maestros que buscan a estas personas solo desean que puedan ser útiles para el servicio amoroso al prójimo, lo demás les será dado por añadidura; por tanto, todos necesitan un entrenamiento. A medida que la humanidad evoluciona va cambiando el punto focal donde la personalidad actúa como receptora y emisora y, actualmente, ese punto está en el cuerpo de deseos o emocional haciendo este de punto de unión entre los cuerpos inferior y los superiores. Tanto los pensamientos como las acciones están íntimamente relacionados con los deseos, sentimientos y emociones de este cuerpo actualmente, sin embargo, en un futuro no tan lejano, el punto donde la personalidad de polarizará será en la mente. Ya mucho tiempo después ocurrirá lo mismo respecto al cuerpo Causal (cuerpo del Yo superior) y entonces el hombre se verá despojado de los vehículos que hasta entonces respondían a las vibraciones de los tres mundos inferiores.



Así es que, cuando una persona comienza a identificarse con ciertas vibraciones del Ama y desea y buscar la manera de vivir la vida superior, es puesto a prueba por los Maestros buscadores de aspirantes para después enseñarles (consciente o inconscientemente) algunos hechos como por ejemplo:

1º.- A comprender y a conocerse a sí mismo internamente como a sus vehículos.

2º.- Comenzar a controlar las fuerzas de dichos cuerpos para utilizarlos en el gobierno de las fuerzas que le rodean y ante los problemas de la vida para que sean seres equilibrados.

3º.- Enseñarles las conexiones entre sus cuerpos y los mundos y de todo ello con el Creador de este esquema evolutivo.

4º.- A disciplinar sus vehículos para que el Yo superior vaya tomando el lugar de la personalidad.


              Esto puede ser difícil de entender para quien no ha profundizado en las enseñanzas ocultas, pero es necesario que el lector se haga a la idea que lo mismo que el mundo físico está compuesto de materia solida, líquida, gaseosa, celular, molecular y atómica (todo compenetrado en un mismo espacio) también los átomos contienen protones, neutrones, electrones y otras partículas recién descubiertas más las que no se han descubierto pero que se sabe que existen porque son fuerzas detectables de donde procede todo lo manifestado. Una vez aclarado este punto es necesario explicar cómo el Ego está conectado a la personalidad o vehículos inferiores. Los vehículos tienen dos aspectos principales que les hacen ser, uno es la vida y otro la conciencia. De ahí que cuando llega el momento de la muerte y la vida sale del cuerpo físico, se pierda la consciencia; el aspecto “vida” está conectado al corazón y el de “conciencia” al cerebro. Como los cuerpos inferiores son centros de expresión de la vida del Alma, tienen que tener un centro o punto focal de energía con suficiente poder como para atraer y mantener unida la sustancia que forman los cuerpos; pues estos suelen llamarse “átomos simiente” y también son los medios para que el Ego se exprese y esté activo en los tres mundos inferiores y sobre los campos de fuerza o cuerpos.


              Hemos dicho que el hombre, como tal, comenzó desde la inconsciencia en el cuerpo físico y fue adquiriéndola progresivamente como lo está haciendo hoy (inconscientemente) respecto a los cuerpos superiores. A medida que el hombre fue transfiriendo su consciencia externa a dichos cuerpos para poder expresar su naturaleza (deseos, sentimiento y pensamientos) el Ego se fue formando y haciendo fuerte como centro principal donde se guarda la quintaesencia de las experiencias de cada vida. De esta forma y como podemos ver en los más avanzados de la humanidad, los cuerpos cada vez tienen menos poder respecto a la voluntad y conciencia del Alma, a la vez que esta Alma o Ego intenta expresarse cada vez más a través de ellos para ayudar y servir. Por tanto, hay que considerar al Alma como un centro de conciencia y a los cuerpos como centros de experiencia donde el Ego también deposita su conciencia y voluntad para ir transmutando la conciencia de la personalidad en ellos. Resumiendo, nuestros cuerpos son para nosotros el campo de nuestra conciencia pero para el Ego son centros de experiencia.

          Como cualquier ocultista sabe, una vez se despierta y se busca la vida superior o espiritual, no nos queda más remedio que luchar contra la naturaleza inferior de los diferentes cuerpos que han permanecido compenetrados fuertemente desde que se alcanzó la individualización o auto-conciencia personal. Hay que decir que cada cuerpos superior tiene (además del átomo-simiente) unos centros o chacras que a su vez están relacionados con los siete rayos que gobiernan los siete mundos y que tienen su origen en el propio Dios, pero este no es el tema de este artículo. La mencionada lucha que surge cuando decidimos vivir la vida superior para hollar el Sendero de Perfección comienza (aunque se relacione con todos los cuerpos) entre el cuerpo etérico y el físico. Valiéndonos de los vehículos superiores (voluntad, deseo, repetición) debemos cambiar los hábitos y malas costumbres del cuerpo físico, para disciplinarle hacia el vegetarianismo, la abstención del mal uso de la energía creadora o sexual, la higiene, el ejercicio físico y toda una serie de nuevas disciplinas relacionadas con la oración, concentración meditación, y auto-observación; esto nos libera del control que tiene la forma sobre la vida. Cuando la fuerza etérica va disciplinando al cuerpo físico comienza la verdadera aspiración hacia los mundos superiores y un proceso purificador sobre el cuerpo de deseos; así debe ser hasta que la energía procedente del Alma alcance el cerebro gracias al perfecto gobierno de la mente y del cuerpo de deseos. Esto es la subyugación de la naturaleza inferior y el despertar de la conciencia cerebral a la percepción del Alma para que haya un perfecto alineamiento de los cuerpos.


          Entrenar el cuerpo físico, aunque a alguien le parezca una tontería es de suma importancia, al igual que los otros cuerpos superiores, cada materia pertenece a un plano del mundo físico y tiene una determinada vibración, por eso, todo lo que conforme la construcción y mantenimiento del cuerpo físico debe ser de la más elevada vibración. Cuando más burda y de más baja vibración sea la materia que se incorpore al cuerpo físico más difícil le será al Ego transmitir conocimiento o guiar al hombre y más difícil será que el cerebro reciba los impactos de la mente o de los pensamientos que le rodeen. Por tanto hay que alimentarle de la forma más sana posible (mejor con dieta vegetariana) hay que mantenerle higiénicamente limpio; hay que darle sus correspondientes horas de descanso; debe vivir en el mejor ambiente natural libre de humos, tabaco, alcohol, etc.; debería de hacer algo de ejercicio; y dedicar algún tiempo a la meditación, a la oración o a la auto-observación o incluso a escuchar música clásica o sacra para encontrarse en armonía con los planos espirituales.


            También y como es obvio, se puede cuidar y desenvolver el cuerpo emocional, y la meta a alcanzar por cualquier persona que lo quiera intentar es hacer que sea tan puro que parezca un perfecto reflector de todo lo que proceda de las regiones mentales donde se encuentra el Ego y no permitir que ande como una ola en el mar de las emociones y los deseos o que sea llevado de una cosa a otra por una mente incontrolada. El cuerpo de deseos o emocional, como su nombre indica, tiene una determinada naturaleza y vibración según la evolución que tenga el individuo y según el karma, circunstancias y naturaleza mental del mismo. El cuerpo emocional refleja las emociones, sentimientos y deseos del ambiente donde se encuentre y, en combinación con todo lo que él mismo es, emite sus propias conclusiones en la misma forma o como hábitos, impulsos, instinto, etc. Vibra con los sonidos que le llegan; se moviliza con las corrientes que le afectan; y actúa con cada deseo, fantasía, imaginación o impacto que le llegue; de ahí que todo lo dicho para el cuerpo físico y lo que se dirá para la mente le beneficie mucho en todos los sentidos. Por consiguiente, nuestro cuerpo emocional debería permanecer quieto, tranquilo, imperturbable y limpio de los bajos deseos, sentimientos y emociones, para que sus anhelos, esperanzas y aspiraciones estén relacionados con el Alma y no con la personalidad.

                                                   Francisco Nieto

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