lunes, 9 de abril de 2012

EL HOMBRE, CENTRO ACTIVO DE FUERZAS Y ENERGÍAS (V)









La ciencia ha hecho grandes descubrimientos respecto a las energías que nos rodean y a las que componen nuestro cuerpo físico como es el caso del átomo. Hace años solo podía estudiar lo que percibían los sentidos, hoy gracias a las nuevas tecnologías puede investigar más allá de los sentidos pero sigue estando limitado respecto a las energías primarias de donde se derivan todas las demás. Dios es la Fuente o el Poder de donde surge lo manifestado, visible o invisible a nuestros sentidos, Sus tres Aspectos o Poderes también son representados –según la cultura y la religión les llaman por diferentes nombres– por tres energías primarias entre otras muchas. Las energías más cercanas a nosotros y que actúan en los mundos donde evolucionamos representan:
1ª.- Energía Kundalini o Fuego Serpentino que es la que crea los elementos químicos desde su asiento en el centro de la Tierra. Existe en los diferentes planos, está en los núcleos de los cuerpos radiactivos y actúa en todos los cuerpos de los seres evolucionantes ayudando a alcanzar la autoconciencia. En el hombre se encuentra en estado latente en el centro o chacra inferior de la columna vertebral para despertar en su momento a los siete centros mayores.
2ª.- Es la corriente de vida de Dios que penetra y utiliza la materia como vehículo.
3ª.- La que penetra por los chacras de los cuerpos ya vitalizados; se manifiesta en todos los planos, vivifica la materia de nuestros cuerpos superiores y a través de los chacras alcanza el cuerpo físico para unirse al Kundalini. Esta energía actúa como el principio crístico que todos, progresivamente, tenemos que desarrollar.
Así es que nuestra vida depende de esas energías procedentes, unas del espacio y que son activas en la atmósfera, y otras procedentes de la tierra como es el caso del Fuego Creador o Kundalini planetario.

Las partículas energéticas o de vitalidad que los hindúes llaman “prana” y que son atraídas hacia el centro del bazo se diferencian en varios colores y direcciones con tal de vitalizar el cuerpo. Esta energía vital dividida en cinco corrientes se dirige:
1ª.- A los órganos sexuales por medio del centro situado en esa zona, donde en personas normales –y más en los poco desarrollados– estimula el deseo sexual hasta que el individuo comienza a elevarse notablemente en lo moral, intelectual y espiritual, dirigiéndose entonces esta energía hacia el cerebro para estimular la naturaleza espiritual del ser humano; este es el paso previo para la verdadera ascensión del kundalini.
2ª.- Esta corriente de color rosa que penetra por el centro ubicado a la altura del bazo es la que vitaliza y la que circula por el sistema nervioso.
3ª.- Esta corriente vivifica el aparato digestivo, intestinos, hígado y riñones.
4ª.-Corriente amarilla que llega al cerebro después de pasar por el corazón. Esta corriente produce vitalidad y buen funcionamiento del corazón a la vez que compenetra la sangre que se distribuye por todo el cuerpo; también puede aumentar el poder de los pensamientos relacionados con la moral y la metafísica espiritual.
5ª.- Corriente de color violeta que tiene su función principal en el centro de la laringe y que después pasa como color violeta al centro coronario o superior.

Estas energías y sus divisiones rodean, penetran y están en todos los planetas y en todas las formas o cuerpos que evolucionan en la Tierra, sea en forma de electricidad, vitalidad, electromagnetismo, etc. Por ejemplo: La vitalidad procedente del Sol –prana– penetra en los tres mundos donde evolucionamos –físico, de deseos y mental– y entra en los átomos desde el interior y no desde el exterior como ocurre con la luz y el calor; por tanto, el átomo es un acumulador de energía que procede de otras dimensiones. La vitalidad de la atmósfera es casi incolora aunque sí brillante pero cuando penetra por el chacra del bazo adquiere varias tonalidades en su variedad atómica ya dispuesta para vitalizar el cuerpo físico. Sin embargo, hay un átomo cuyo color es rosa, que es el único que pasa por el mismo centro del chacra para luego circular por los nervios a la vez que palidece por el gasto de energía hasta que, por último, sale por los poros para formar una especie de aura y existir como simples átomos. Hay que decir que el trabajo, aprovechamiento y beneficio de estos átomos no son solo de vitalidad para el cuerpo físico, sino que también afectan a lo intelectual, moral y espiritual que cada persona desarrolle. Por los centros no penetran solamente energías vitales, también penetran otras relacionadas con el desarrollo psíquico y espiritual, pero éstas lo hacen por los centros superiores no por los dos primeros o inferiores. Esto, como en casi todas las cosas, tienen un aspecto positivo y otro negativo. El positivo es que cuando alguien es altruista, fraternal, amoroso con los demás, etc., atraerá pensamientos y emociones de ese tipo y éstos penetrarán por el chacra o centro que les corresponda –corazón– aumentando así esas virtudes personales; el negativo es todo lo contrario y penetrarán principalmente por el del plexo solar.

Ya hemos visto cómo el cuerpo etérico sirve para mantener vivo el cuerpo físico pero también hemos dicho que sirve de puente para que las emociones y los pensamientos lleguen al cuerpo físico, de hecho, sin este puente el Ego no podría utilizar el cerebro ni el sistema nervioso. Este puente no es otra cosa que los propios centros, los cuales coinciden en su posición del cuerpo etérico respecto a los del cuerpo de deseos o emocional pero no en este cuerpo emocional por tener otra dimensión más que el etérico. Los centros etéreos están en la superficie del cuerpo mientras que los del cuerpo de deseos o emocional están dentro del mismo. Cuando, por medio de una vida de servicio altruista y amoroso al prójimo se desarrollan los chacras, se despierta el poder que corresponda a cada uno de ellos. Para conseguir esto hay que despertar el fuego latente –en algunos semidespiertos– en el centro inferior y éste se encarga de poner en actividad a cada uno de los centros según asciende hacia la cabeza. De esta forma se experimentan hechos que van desde sentirse flotar o recordar algo de las salidas nocturnas del cuerpo físico hasta ver u oír en el mundo de deseos, llegando incluso a ser consciente del abandono del cuerpo físico.

Pero ¿qué son los centros o chacras? Los centros están formados por corrientes de fuerza que, procedentes del Espíritu, llegan al Ego y desde éste a los diferentes cuerpos. De ahí la progresiva actividad a partir de que el Ego comienza a controlar o a actuar sobre ellos, en su momento ocurrirá lo mismo desde el Espíritu hacia el Ego, pero antes de que ocurra eso es necesario crear el cuerpo-Alma que es el resultado de transformar la personalidad en Alma. El centro coronario –Voluntad– el cardíaco –Amor-Sabiduría– y el laríngeo –Actividad– son los tres centros encargados de transformar la materia etérica, de deseos y mental para que el Ego tenga pleno poder sobre la corriente de vida –situada en el corazón– y sobre la de la conciencia situada en la cabeza. El hombre debe llegar a ser consciente de los centros gracias al desarrollo y aumento de poder del Ego y no al trabajo personal sobre los centros que algunos intentar conseguir con determinados ejercicios. Aunque el trabajo espiritual debe ser realizado sobre los centros mayores –los instrumentos principales en el plano físico– puesto que éstos repercuten sobre las glándulas, es el centro en el corazón el que debería entrar primero en actividad puesto que es el que unifica la personalidad con el Alma, o mejor dicho, el que eleva la conciencia a los planos espirituales.

El cuerpo de deseos no es nada parecido a los cuerpos físicos y etéricos puesto que no tiene su forma, éste es una especie de ovoide donde los deseos y emociones se muestran en forma de energías y colores cambiantes; si algo tiene en común con el cuerpo etérico es que también tiene unos centros y en que el Kundalini también duerme en el más inferior de los siete grandes centros. Este es el vehículo que utilizamos cada noche mientras dormimos y al cabo de unas horas después de la muerte, pero actualmente no hemos desarrollado la conciencia en él como lo hemos hecho en el físico. Al igual que en el cuerpo etérico, el de deseos capacita al ser humano para hacer uso de ciertos poderes fruto de la elevación del fuego serpentino por el triple canal espinal. Cuando ocurra esto funcionaremos en el Mundo de Deseos o Emocional como lo hacemos aquí y no tendremos los obstáculos que hoy tenemos con el cuerpo físico para viajar y para otras muchas cosas; los centros del cuerpo de deseos hacen la misma función que los sentidos físicos pero en una dimensión superior.

Los centros del cuerpo etérico, como este mismo cuerpo, tienen unas funciones más claras y concretas respecto a nuestras necesidades físicas y de conciencia. Los dos primeros centros etéricos tienen el papel de transferir las fuerzas o energías de Kundalini del planeta y la vialidad solar del sistema; los tres siguientes relacionan o comunican determinados aspectos de la personalidad con el Ego por medio del cuerpo de deseos y del mental; los dos últimos de la cabeza relacionados con el cuerpo pituitario y la glándula pineal entran en acción única y exclusivamente cuando la persona ha alcanzado cierto grado de desarrollo espiritual. Aunque estos chacras tienen relación con los ganglios y están conectados a los plexos y a la columna vertebral, no entraremos en detalles y nos quedaremos con la idea de que los centros del cuerpo etérico y del cuerpo de deseos intercambian y aumentan fuerzas y energías mutuamente.




Francisco Nieto

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