La humanidad está evolucionando en el mundo físico pero, lo mismo que en un trozo de hielo hay materia sólida, líquida, gaseosa y otras partículas más sutiles ocupando un mismo espacio, así mismo, el mundo físico está compenetrado por otros mundos de materia más sutil donde también habitan otros seres más evolucionados que nosotros. De la misma forma que nosotros estamos más evolucionados que los animales, que los vegetales y que los minerales, también hay otros seres que están más evolucionados que nosotros y que habitan en dichos mundos con unos cuerpos compuestos de esa misma materia. Así es que, en la región etérica más cercana a nosotros cuya materia es invisible como la luz o el calor, habitan los Ángeles y toda una serie de espíritus de la naturaleza, elementales, etc. De hecho los Ángeles son los seres que alcanzaron el grado de humanos en ese plano y son expertos en manejar dicha materia etérica como nosotros lo somos aquí con la física. Por encima de esa región etérica se encuentra el mundo de deseos cuya materia es mucho más sutil y es el mundo de los Arcángeles y así sucesivamente con el resto de los mundos que hay por encima de nosotros.
El ser humano, como espíritu, fue creado (diferenciado) “En” y “Por” Dios en lo más elevado de los siete mundos, es decir, en el propio Mundo de Dios. Desde allí ha ido descendiendo por dichos mundos donde, con la ayuda de las Jerarquías superiores, ha adquirido los cuerpos que actualmente tiene. Desde que comenzó el sendero de involución hacia la materia hasta hace unos pocos millones de años siempre fue inconsciente de lo que había desarrollado y de él mismo como individuo, fue en la Atlántida cuando por medio de la intervención de los Ángeles luciferes abrió los ojos al mundo físico y descubrió que era un individuo separado de los demás. Entonces perdió la conciencia interna y comenzó a evolucionar de nuevo hacia los mundos superiores pero consciente de su individualidad y del mundo físico y siendo responsable de sus actos ante el karma y la Ley de Causa y Efecto. El futuro de la humanidad es espiritualizar el carácter, desarrollar la voluntad y la mente e ir venciendo a la personalidad para dar paso al verdadero Yo superior para terminar, como Espíritus creados por Dios, en el Seno de Dios pero con todos sus poderes latentes convertidos en poderes dinámicos.
EL TRABAJO DE LAS JERARQUÍAS
Antes de nada hay que decir que hoy se habla de lo Ángeles en todos los sentidos y sin especificar la jerarquía a la que pertenecen y refiriéndose a ellos como espíritus de la naturaleza o incluso como Arcángeles y otras jerarquías más elevadas. Hay 11 jerarquías (humanidades creadas por Dios mucho antes que la nuestra) por encima de la nuestra y cada una de ellas es diferente a las demás, por eso no se puede hablar de los Ángeles en sentido general cuando nos referimos a su labor sobre nosotros puesto que en realidad son varias las jerarquías que nos ayudan.
Todas las Jerarquías trabajan según los Planes de Dios para que éstos alcancen la meta establecida o perfección de Su obra pero, tanto en su propio desarrollo como después de haber alcanzado la perfección, todas trabajan desde diferentes niveles y con el mismo amor por quienes ayudan. Las Jerarquías tratan de ayudar en la evolución de los individuos para que desarrollen la belleza interna o espiritualidad y colaboran con los Egos para que éstos sean creadores de formas cada vez más bellas y perfectas. En realidad, todo nuestro desarrollo y evolución a través de nuestros cuerpos y mundos ha sido gracias al trabajo de estas Jerarquías invisibles.
Estas Jerarquías son los constructores de los mundos (visibles e invisibles) y desde su propio mundo, trabajan sobre el nuestro de muy diferentes formas, como por ejemplo: En todo lo que llamamos naturaleza, en el desarrollo de los reinos que nos siguen y sus cuerpos, sobre nuestros pensamientos y su efecto en los diferentes mundos, en la procreación, en el desarrollo espiritual de la humanidad a través de las razas y subrazas, con los 7 rayos que parten de Dios cuyos aspectos se relacionan con los mundos y finalmente con todo lo existente en el planeta, con las influencias astrológicas, con los vehículos del Ego, con la materia de los 3 mundos donde estamos evolucionando, con el karma individual y planetario y con todos los fenómenos paranormales de la naturaleza así como los llamados poderes de la humanidad. Hay Unos seres encargados de la construcción y dirección de cada mundo y región donde mantienen el orden según lo establecido por las Leyes Divinas, sean sus constructores o sean los que en estos momentos evolucionan ahí. Otros trabajan en la construcción de los cuerpos humanos, animales, vegetales y minerales. Otros son los constructores del planeta y dirigen las actividades de los espíritus de la naturaleza (el reino vegetal y sus frutos, los animales y su procreación, los cambios sobre el mineral aún siendo a través de catástrofes, etc.)
Entre estas Jerarquías hay unas que son las encargadas de registrar en el éter, de una forma objetiva, todas nuestras creaciones en los diferentes mundos para hacer su trabajo respecto a nuestro destino y karma. Ellos cuidan de que la entidad psíquica creada por nuestro aspecto mental no pase de ciertos límites respecto a su influencia sobre el planeta y su karma. Mantienen el equilibrio en el planeta y en la humanidad física e invisible y hacen que las leyes y principios universales se cumplan. Ellos trabajan con los arquetipos del Mundo del Pensamiento, como los Ángeles lo hacen con la vitalidad, con las funciones orgánicas de los cuerpos, con todas las clases de energías y magnetismos, con las corrientes de vida y con el nacimiento y la muerte de la forma en la humanidad.
Desde las Jerarquías más elevadas hasta las inferiores que trabajan en nuestro sistema solar, todos hacen alguna labor sobre la humanidad. Unos inspiran y estimulan nuestra voluntad hacia determinada dirección para que desarrollemos las cualidades que necesitamos, estos suelen trabajar en las ceremonias y rituales de tipo religioso y espiritual. Otros, aún en un grado más cercano a nosotros como son los Ángeles, colaboran con ellos para que su efecto se note en la construcción de las formas etéricas; los espíritus de la naturaleza junto a una serie de elementales también colaboran en las diversas obras de estas Jerarquías en sus muy diversos grados de desarrollo.
Entre los Señores de la Mente hay quienes se dedican a trabajar con unas vibraciones similares a lo que aquí llamamos música como manifestación de los arquetipos creadores, o lo que es lo mismo, están creando siempre en los mundos según la Idea y el esquema de Dios sobre nuestro sistema solar. Otros nos ayudan en el mejoramiento de la mente y a través de las nuevas ideas, sugestiones, intuiciones y otras respuestas que el hombre encuentra cuando consigue elevarse a la región abstracta del Mundo del Pensamiento. Los que crean los arquetipos desde la región concreta del Mundo del Pensamiento, afectan a la humanidad y al planeta en general.
Los Arcángeles nos ayudan en la espiritualización del cuerpo de deseos puesto que ellos son Maestros en el manejo de esta materia, de hecho, se hicieron humanos en ese mundo como nosotros nos hemos hecho aquí en el físico. Otro tipo de Arcángeles, con ayuda de los Ángeles, ayudan a recuperar la salud de los enfermos actuando sobre las grandes masas de personas como lo pueden hacer los Ángeles a nivel individual. Los Arcángeles relacionados con las razas tenían gran poder sobre ellas (sobre todo en países con dictaduras) y las influían fácilmente en sentido patriótico, pero hoy este aspecto ya no le es tan fácil en occidente porque se ha dominado al igual que vamos dominando los malos aspectos del cuerpo de deseos. Algo parecido les pasa a los Ángeles que se relacionan con la religión, ya que en occidente hay una mayoría que ha perdido la devoción y la credulidad sobre las religiones, por tanto, también tienen menos influencia hoy que hace unos años; esto se ve según la devoción y el fanatismo que haya en las personas.
A los Ángeles, así como a los demás seres no se les puede ver en el mundo físico porque no pueden utilizar la materia física al igual que nosotros no podemos utilizar la materia etérica de su mundo con nuestra voluntad. Para verlos tenemos que trabajar en el desarrollo espiritual sobre nuestros diferentes cuerpos para así alcanzar la clarividencia o ser conscientes en su propio mundo, que no es otro que la contraparte o parte etérica de la materia física. Las funciones de los Ángeles son muy variadas porque ellos manejan dicha materia que es la que forma los moldes de las formas físicas, por tanto, actúan sobre los cuerpos etéricos de los diferentes reinos incluyendo el nuestro, actúan como Ángeles de la Guarda en el ámbito personal y familiar así como en las razas, religiones, etc. Éstos guían y protegen la vida y evolución de las personas inspirándoles en determinada dirección según su necesidades; tienen un papel imprescindible en los embarazos y en todos los aspectos de la procreación; nos ayudan en la formación del cuerpo vital, en la salud y en formación de nuevos cuerpo; y también tienen relación con el momento de la muerte.
EL SER HUMANO Y LOS ÁNGELES
El ser humano tiene un contacto directo, aunque inconsciente, con las Jerarquías inmediatamente por encima de él, gracias a ellas, la humanidad está evolucionando y desarrollando sus vehículos y poderes internos. A su vez, y lo mismo que ocurre respecto al trabajo de la humanidad con los reinos inferiores, estas Jerarquías evolucionan por medio de su labor sobre nosotros. De las Jerarquías evolucionantes en la Tierra que han adquirido la individualización, la más inferior y más en peligro de perderse es la humanidad, por eso las Jerarquías superiores trabajan en todos los aspectos de la vida para que podamos elevarnos cuanto antes.
Los 16 Senderos de Destrucción representan a las 16 razas que en algún momento se pueden ver tan apegados a las características de la raza que se cristalicen cuando sus cuerpos degeneren. Cristo habló sobre esto cuando dijo: “Quien quiera que no abandone todo lo que tenga, no puede ser mi discípulo” y “Si alguien viene a mí y no odia a su padre, madre, hermano/a, a sus hijos y a su propia vida, no puede ser mi discípulo”. Esto quiere decir que los cuerpos que representan nuestros familiares, son del mundo de la forma y no del Espíritu. El hombre no se debe identificar con la raza ni con la forma.
Los Ángeles del hogar suelen crear una buena atmósfera en el hogar, intentan proteger el hogar de las malas influencias, cuidan de los niños, ayudan cuando en la casa se hacen oraciones o invocaciones a ellos, a Cristo o a Dios; se muestran gozosos cuando las personas responden y nos dan sus bendiciones. Además de la ayuda que nos dan y que es imprescindible para nuestra evolución, siempre están dispuestos a ayudarnos cuando de verdad obramos o pedimos ayuda de corazón. Ellos no ponen condiciones ni límites, nada más que cuando se les invoca desde un punto de vista egoísta, al contrario, ellos responden (aunque sus respuestas no las veamos físicamente) cuando invocamos o actuamos con pureza de corazón, humildad y fraternidad, sobre todo, cuando es para otras personas. Ellos ven a cada individuo como un fragmento de Dios al que deben ayudar con Su Vida y Amor
ASPECTOS SOBRE LA FORMACIÓN DE LOS CUERPOS
El Ego trabaja en la formación del cuerpo haciendo descender la materia específica de cada región. Fuera del área de actividad trabajan los Ángeles que, según el grado de desarrollo, trabajan en la formación de los diferentes cuerpos. Los Ángeles se comunican todo lo referente al karma del individuo para organizar y dirigir a los espíritus colaboradores que, en compañía del ego, son en realidad quienes forman los cuerpos.
Los Ángeles son quienes seleccionan la materia de los mundos para que los cuerpos tengan las capacidades y posibilidades que necesiten para cumplir con su destino y karma. Ellos añaden materia más espiritualizada como resultado del efecto del purgatorio, esto a su vez es un estímulo en la vida para hacer el bien.
Lo mismo que somos protegidos por las noches en los mundos invisibles, así somos protegidos antes del nacimiento con un aura protectora de amor.
También estudian, en colaboración con los Sres. de la Mente, la vida pasada y la relación con el ego de sus futuros padres de tal forma que la materia física sirva para el karma del cuerpo físico.
El cuerpo o molde etérico se forma según la vibración dada por los Ángeles y de acuerdo a las necesidades, y en base a eso, los espíritus de naturaleza forman el cuerpo físico junto a otros muertos y el ego.
Los Ángeles toman también materia del aura de la madre –como la sangre- para trabajar sobre los cuerpos del ego, pero a la vez, la protegen por medio de la materia que hacen descender de los mundos espirituales y que pertenece al rayo de Amor y representa el aspecto femenino también llamado “Virgen María”
Cuando se aproxima el nacimiento, los Ángeles superiores se retiran de la obra quedando sólo los Ángeles, pues los otros ya han hecho las conexiones de los cuerpos. En estos momentos el ego pierde el contacto con los mundos invisibles y se centra en el plano físico con la ayuda de los Ángeles donde, poco a poco, irá despertando la conciencia de vigilia.
EL TRABAJO DE LOS ÁNGELES EN LA MISA
Hay unos Ángeles encargados de trabajar con las energías de las palabras de poder, del incienso y de la música que se practica en los servicios religiosos y rituales espirituales, veamos cuáles son algunos de sus trabajos en la misa.
La misa es una de las ayudas de Cristo que se efectúa gracias a los Ángeles y a sus colaboradores espíritus de la naturaleza, es la más elevada de las ceremonias cristianas y tiene un efecto benéfico sobre todo aquel que participa porque en ella derrama Cristo su fuerza espiritual formando un centro radiante y magnético que ayuda espiritualmente a los presentes. El fin es centrar la efusión de energía espiritual en el templo para beneficiar a los congregantes y reunir la devoción de los fieles como ofrenda a Dios.
El Ángel encargado de la construcción del templo etérico lo hace manejando energías de los mundos: mental, de deseos y etérica y lo va haciendo con cada efusión que desciende según se desarrolla la misa paso a paso y gracias a la devoción de los fieles; también tienen gran influencia el incienso, la música, los signos, las lecturas, bendiciones, etc.
La presencia de los Ángeles es una especie de bendición y purificación de las auras gracias a una corriente amorosa y radiante, ellos trabajan con las vibraciones de la palabra, la música, el incienso, etc. Los Ángeles y sus ayudantes limpian la atmósfera de la iglesia y las auras de los asistentes, pero también magnetizan las imágenes para beneficio de quien las reza.
Esta obra hace que fluya la energía crística del mundo del Espíritu de Vida y se derrame sobre los fieles y afecte al Triple Espíritu, el flujo estimula la devoción, el anhelo, la adoración, el amor y todos los más elevados sentimientos humanos.
En la consagración se distribuye la energía crística y los Ángeles del servicio, a través del cual evolucionan, son los encargados de administrarla entre los concurrentes, En esta distribución pueden colaborar cientos de Ángeles con el sacerdote, aunque éste sea inconsciente de lo que ocurre.
La radiación de la hostia armoniza y fortalece los cuerpos de quienes están presentes. El saludo de la paz une a los asistentes por un lazo magnético como preparación para la comunión. La comunión produce una intensa exaltación espiritual en la persona que, a la vez, irradiará sobre quienes le rodean durante varias horas, la comunión nos pone en contacto directo con Cristo.
DIFÍCIL CONTACTO POR PARTE NUESTRA
Siempre estamos en contacto con los Ángeles pero, si alguna vez desea un Ángel menor ponerse en contacto con nosotros tendríamos que cambiar mucho. Deberíamos mostrar amor y respeto por la naturaleza, reverenciarla y mostrar más nuestros sentimientos hacia ella sabiendo que tras las nubes, el agua, la vegetación, etc. hay infinidad de seres celestiales cumpliendo las leyes de Dios.
Tiene más posibilidades de conectar con ellos el ocultista y el devoto que se esfuerza por vivir una vida de santidad que el científico materialista, sobre todo si lleva una vida sana, de meditación y de oración y su aura brilla más de lo normal. Los rituales y ceremonias donde se utilizan palabras de poder, también nos acercan a los Ángeles si abrimos el corazón a su influencia.
Los Ángeles no tienen tristeza, dolor, separatismo, ni nada parecido sino amor, alegría, fraternidad y devoción por la obra de Dios. Ellos acuden muy gustosamente a nuestras invocaciones cuando se trata de ayudar o de hacer una buna obra. Cuando una persona reza todos los días en el mismo sitio, pone incienso, manifiesta devoción a Dios o pide por los demás, ellos se encargan de hacer llegar esos buenos sentimientos y oraciones a quien corresponda y de devolverle el efecto; además construyen un templo etérico y mantienen las vibraciones para que la persona obtenga beneficio de su propia obra.
En realidad tendríamos que contar con su presencia en el hogar, en la enfermedad, en las iglesias o sitios de oración y allá donde se necesite ayuda para alguien. Ellos actúan a través de las personas pero lo hacen más por medio de las que tienen cierto poder como ordenados. Los Ángeles ayudan a los agricultores, en las guarderías, en hospitales, con los recién muertos, con los que nacen y en otros muchos trabajos que ni nos imaginamos pero sobre todo cuando se les pide amorosa y devotamente.
Para contactar tenemos que llevar una vida de pensamiento positivo, de altruismo y de amor al prójimo. Ellos no piden adoración ni devoción sino colaboración y que, en su momento, podamos participar de sus bienes. Además de su trabajo en el mundo etérico respecto a las formas, son fieles colaboradores de la obra de Cristo y manifiestan su amor allá donde se reúnen las personas para hacer un trabajo espiritual, altruista, o simplemente para orar.
Los Ángeles etéricos no tienen forma humana, aunque sí pueden aparentarla; no hablan sino que se comunican mentalmente de una forma que no cabe duda; no tienen alas sino energías y fuerzas que salen de ellos mismos; no necesitan mostrar su amor en determinadas circunstancias porque ellos son amor por naturaleza y todo lo hacen con amor; ellos no se entristecen ni se enfadan pero sienten compasión y deseo que salgamos de la práctica del mal;
Ellos están con nosotros siempre pero no les podremos ver hasta que no elevemos la vibración de nuestros cuerpos hasta la del suyo.
Deberíamos ser más conscientes de que los Ángeles están siempre dispuestos a ayudarnos, aunque para ellos tenemos que ser nosotros quienes pongamos manos a la obra a modo de abrirles la puerta. En realidad, podemos invocarles para que nos ayuden a encontrar una solución que nos hace falta así como todo lo que se para los demás pero nunca para un beneficio material y persona.
Francisco Nieto
El ser humano, como espíritu, fue creado (diferenciado) “En” y “Por” Dios en lo más elevado de los siete mundos, es decir, en el propio Mundo de Dios. Desde allí ha ido descendiendo por dichos mundos donde, con la ayuda de las Jerarquías superiores, ha adquirido los cuerpos que actualmente tiene. Desde que comenzó el sendero de involución hacia la materia hasta hace unos pocos millones de años siempre fue inconsciente de lo que había desarrollado y de él mismo como individuo, fue en la Atlántida cuando por medio de la intervención de los Ángeles luciferes abrió los ojos al mundo físico y descubrió que era un individuo separado de los demás. Entonces perdió la conciencia interna y comenzó a evolucionar de nuevo hacia los mundos superiores pero consciente de su individualidad y del mundo físico y siendo responsable de sus actos ante el karma y la Ley de Causa y Efecto. El futuro de la humanidad es espiritualizar el carácter, desarrollar la voluntad y la mente e ir venciendo a la personalidad para dar paso al verdadero Yo superior para terminar, como Espíritus creados por Dios, en el Seno de Dios pero con todos sus poderes latentes convertidos en poderes dinámicos.
EL TRABAJO DE LAS JERARQUÍAS
Antes de nada hay que decir que hoy se habla de lo Ángeles en todos los sentidos y sin especificar la jerarquía a la que pertenecen y refiriéndose a ellos como espíritus de la naturaleza o incluso como Arcángeles y otras jerarquías más elevadas. Hay 11 jerarquías (humanidades creadas por Dios mucho antes que la nuestra) por encima de la nuestra y cada una de ellas es diferente a las demás, por eso no se puede hablar de los Ángeles en sentido general cuando nos referimos a su labor sobre nosotros puesto que en realidad son varias las jerarquías que nos ayudan.
Todas las Jerarquías trabajan según los Planes de Dios para que éstos alcancen la meta establecida o perfección de Su obra pero, tanto en su propio desarrollo como después de haber alcanzado la perfección, todas trabajan desde diferentes niveles y con el mismo amor por quienes ayudan. Las Jerarquías tratan de ayudar en la evolución de los individuos para que desarrollen la belleza interna o espiritualidad y colaboran con los Egos para que éstos sean creadores de formas cada vez más bellas y perfectas. En realidad, todo nuestro desarrollo y evolución a través de nuestros cuerpos y mundos ha sido gracias al trabajo de estas Jerarquías invisibles.
Estas Jerarquías son los constructores de los mundos (visibles e invisibles) y desde su propio mundo, trabajan sobre el nuestro de muy diferentes formas, como por ejemplo: En todo lo que llamamos naturaleza, en el desarrollo de los reinos que nos siguen y sus cuerpos, sobre nuestros pensamientos y su efecto en los diferentes mundos, en la procreación, en el desarrollo espiritual de la humanidad a través de las razas y subrazas, con los 7 rayos que parten de Dios cuyos aspectos se relacionan con los mundos y finalmente con todo lo existente en el planeta, con las influencias astrológicas, con los vehículos del Ego, con la materia de los 3 mundos donde estamos evolucionando, con el karma individual y planetario y con todos los fenómenos paranormales de la naturaleza así como los llamados poderes de la humanidad. Hay Unos seres encargados de la construcción y dirección de cada mundo y región donde mantienen el orden según lo establecido por las Leyes Divinas, sean sus constructores o sean los que en estos momentos evolucionan ahí. Otros trabajan en la construcción de los cuerpos humanos, animales, vegetales y minerales. Otros son los constructores del planeta y dirigen las actividades de los espíritus de la naturaleza (el reino vegetal y sus frutos, los animales y su procreación, los cambios sobre el mineral aún siendo a través de catástrofes, etc.)
Entre estas Jerarquías hay unas que son las encargadas de registrar en el éter, de una forma objetiva, todas nuestras creaciones en los diferentes mundos para hacer su trabajo respecto a nuestro destino y karma. Ellos cuidan de que la entidad psíquica creada por nuestro aspecto mental no pase de ciertos límites respecto a su influencia sobre el planeta y su karma. Mantienen el equilibrio en el planeta y en la humanidad física e invisible y hacen que las leyes y principios universales se cumplan. Ellos trabajan con los arquetipos del Mundo del Pensamiento, como los Ángeles lo hacen con la vitalidad, con las funciones orgánicas de los cuerpos, con todas las clases de energías y magnetismos, con las corrientes de vida y con el nacimiento y la muerte de la forma en la humanidad.
Desde las Jerarquías más elevadas hasta las inferiores que trabajan en nuestro sistema solar, todos hacen alguna labor sobre la humanidad. Unos inspiran y estimulan nuestra voluntad hacia determinada dirección para que desarrollemos las cualidades que necesitamos, estos suelen trabajar en las ceremonias y rituales de tipo religioso y espiritual. Otros, aún en un grado más cercano a nosotros como son los Ángeles, colaboran con ellos para que su efecto se note en la construcción de las formas etéricas; los espíritus de la naturaleza junto a una serie de elementales también colaboran en las diversas obras de estas Jerarquías en sus muy diversos grados de desarrollo.
Entre los Señores de la Mente hay quienes se dedican a trabajar con unas vibraciones similares a lo que aquí llamamos música como manifestación de los arquetipos creadores, o lo que es lo mismo, están creando siempre en los mundos según la Idea y el esquema de Dios sobre nuestro sistema solar. Otros nos ayudan en el mejoramiento de la mente y a través de las nuevas ideas, sugestiones, intuiciones y otras respuestas que el hombre encuentra cuando consigue elevarse a la región abstracta del Mundo del Pensamiento. Los que crean los arquetipos desde la región concreta del Mundo del Pensamiento, afectan a la humanidad y al planeta en general.
Los Arcángeles nos ayudan en la espiritualización del cuerpo de deseos puesto que ellos son Maestros en el manejo de esta materia, de hecho, se hicieron humanos en ese mundo como nosotros nos hemos hecho aquí en el físico. Otro tipo de Arcángeles, con ayuda de los Ángeles, ayudan a recuperar la salud de los enfermos actuando sobre las grandes masas de personas como lo pueden hacer los Ángeles a nivel individual. Los Arcángeles relacionados con las razas tenían gran poder sobre ellas (sobre todo en países con dictaduras) y las influían fácilmente en sentido patriótico, pero hoy este aspecto ya no le es tan fácil en occidente porque se ha dominado al igual que vamos dominando los malos aspectos del cuerpo de deseos. Algo parecido les pasa a los Ángeles que se relacionan con la religión, ya que en occidente hay una mayoría que ha perdido la devoción y la credulidad sobre las religiones, por tanto, también tienen menos influencia hoy que hace unos años; esto se ve según la devoción y el fanatismo que haya en las personas.
A los Ángeles, así como a los demás seres no se les puede ver en el mundo físico porque no pueden utilizar la materia física al igual que nosotros no podemos utilizar la materia etérica de su mundo con nuestra voluntad. Para verlos tenemos que trabajar en el desarrollo espiritual sobre nuestros diferentes cuerpos para así alcanzar la clarividencia o ser conscientes en su propio mundo, que no es otro que la contraparte o parte etérica de la materia física. Las funciones de los Ángeles son muy variadas porque ellos manejan dicha materia que es la que forma los moldes de las formas físicas, por tanto, actúan sobre los cuerpos etéricos de los diferentes reinos incluyendo el nuestro, actúan como Ángeles de la Guarda en el ámbito personal y familiar así como en las razas, religiones, etc. Éstos guían y protegen la vida y evolución de las personas inspirándoles en determinada dirección según su necesidades; tienen un papel imprescindible en los embarazos y en todos los aspectos de la procreación; nos ayudan en la formación del cuerpo vital, en la salud y en formación de nuevos cuerpo; y también tienen relación con el momento de la muerte.
EL SER HUMANO Y LOS ÁNGELES
El ser humano tiene un contacto directo, aunque inconsciente, con las Jerarquías inmediatamente por encima de él, gracias a ellas, la humanidad está evolucionando y desarrollando sus vehículos y poderes internos. A su vez, y lo mismo que ocurre respecto al trabajo de la humanidad con los reinos inferiores, estas Jerarquías evolucionan por medio de su labor sobre nosotros. De las Jerarquías evolucionantes en la Tierra que han adquirido la individualización, la más inferior y más en peligro de perderse es la humanidad, por eso las Jerarquías superiores trabajan en todos los aspectos de la vida para que podamos elevarnos cuanto antes.
Los 16 Senderos de Destrucción representan a las 16 razas que en algún momento se pueden ver tan apegados a las características de la raza que se cristalicen cuando sus cuerpos degeneren. Cristo habló sobre esto cuando dijo: “Quien quiera que no abandone todo lo que tenga, no puede ser mi discípulo” y “Si alguien viene a mí y no odia a su padre, madre, hermano/a, a sus hijos y a su propia vida, no puede ser mi discípulo”. Esto quiere decir que los cuerpos que representan nuestros familiares, son del mundo de la forma y no del Espíritu. El hombre no se debe identificar con la raza ni con la forma.
Los Ángeles del hogar suelen crear una buena atmósfera en el hogar, intentan proteger el hogar de las malas influencias, cuidan de los niños, ayudan cuando en la casa se hacen oraciones o invocaciones a ellos, a Cristo o a Dios; se muestran gozosos cuando las personas responden y nos dan sus bendiciones. Además de la ayuda que nos dan y que es imprescindible para nuestra evolución, siempre están dispuestos a ayudarnos cuando de verdad obramos o pedimos ayuda de corazón. Ellos no ponen condiciones ni límites, nada más que cuando se les invoca desde un punto de vista egoísta, al contrario, ellos responden (aunque sus respuestas no las veamos físicamente) cuando invocamos o actuamos con pureza de corazón, humildad y fraternidad, sobre todo, cuando es para otras personas. Ellos ven a cada individuo como un fragmento de Dios al que deben ayudar con Su Vida y Amor
ASPECTOS SOBRE LA FORMACIÓN DE LOS CUERPOS
El Ego trabaja en la formación del cuerpo haciendo descender la materia específica de cada región. Fuera del área de actividad trabajan los Ángeles que, según el grado de desarrollo, trabajan en la formación de los diferentes cuerpos. Los Ángeles se comunican todo lo referente al karma del individuo para organizar y dirigir a los espíritus colaboradores que, en compañía del ego, son en realidad quienes forman los cuerpos.
Los Ángeles son quienes seleccionan la materia de los mundos para que los cuerpos tengan las capacidades y posibilidades que necesiten para cumplir con su destino y karma. Ellos añaden materia más espiritualizada como resultado del efecto del purgatorio, esto a su vez es un estímulo en la vida para hacer el bien.
Lo mismo que somos protegidos por las noches en los mundos invisibles, así somos protegidos antes del nacimiento con un aura protectora de amor.
También estudian, en colaboración con los Sres. de la Mente, la vida pasada y la relación con el ego de sus futuros padres de tal forma que la materia física sirva para el karma del cuerpo físico.
El cuerpo o molde etérico se forma según la vibración dada por los Ángeles y de acuerdo a las necesidades, y en base a eso, los espíritus de naturaleza forman el cuerpo físico junto a otros muertos y el ego.
Los Ángeles toman también materia del aura de la madre –como la sangre- para trabajar sobre los cuerpos del ego, pero a la vez, la protegen por medio de la materia que hacen descender de los mundos espirituales y que pertenece al rayo de Amor y representa el aspecto femenino también llamado “Virgen María”
Cuando se aproxima el nacimiento, los Ángeles superiores se retiran de la obra quedando sólo los Ángeles, pues los otros ya han hecho las conexiones de los cuerpos. En estos momentos el ego pierde el contacto con los mundos invisibles y se centra en el plano físico con la ayuda de los Ángeles donde, poco a poco, irá despertando la conciencia de vigilia.
EL TRABAJO DE LOS ÁNGELES EN LA MISA
Hay unos Ángeles encargados de trabajar con las energías de las palabras de poder, del incienso y de la música que se practica en los servicios religiosos y rituales espirituales, veamos cuáles son algunos de sus trabajos en la misa.
La misa es una de las ayudas de Cristo que se efectúa gracias a los Ángeles y a sus colaboradores espíritus de la naturaleza, es la más elevada de las ceremonias cristianas y tiene un efecto benéfico sobre todo aquel que participa porque en ella derrama Cristo su fuerza espiritual formando un centro radiante y magnético que ayuda espiritualmente a los presentes. El fin es centrar la efusión de energía espiritual en el templo para beneficiar a los congregantes y reunir la devoción de los fieles como ofrenda a Dios.
El Ángel encargado de la construcción del templo etérico lo hace manejando energías de los mundos: mental, de deseos y etérica y lo va haciendo con cada efusión que desciende según se desarrolla la misa paso a paso y gracias a la devoción de los fieles; también tienen gran influencia el incienso, la música, los signos, las lecturas, bendiciones, etc.
La presencia de los Ángeles es una especie de bendición y purificación de las auras gracias a una corriente amorosa y radiante, ellos trabajan con las vibraciones de la palabra, la música, el incienso, etc. Los Ángeles y sus ayudantes limpian la atmósfera de la iglesia y las auras de los asistentes, pero también magnetizan las imágenes para beneficio de quien las reza.
Esta obra hace que fluya la energía crística del mundo del Espíritu de Vida y se derrame sobre los fieles y afecte al Triple Espíritu, el flujo estimula la devoción, el anhelo, la adoración, el amor y todos los más elevados sentimientos humanos.
En la consagración se distribuye la energía crística y los Ángeles del servicio, a través del cual evolucionan, son los encargados de administrarla entre los concurrentes, En esta distribución pueden colaborar cientos de Ángeles con el sacerdote, aunque éste sea inconsciente de lo que ocurre.
La radiación de la hostia armoniza y fortalece los cuerpos de quienes están presentes. El saludo de la paz une a los asistentes por un lazo magnético como preparación para la comunión. La comunión produce una intensa exaltación espiritual en la persona que, a la vez, irradiará sobre quienes le rodean durante varias horas, la comunión nos pone en contacto directo con Cristo.
DIFÍCIL CONTACTO POR PARTE NUESTRA
Siempre estamos en contacto con los Ángeles pero, si alguna vez desea un Ángel menor ponerse en contacto con nosotros tendríamos que cambiar mucho. Deberíamos mostrar amor y respeto por la naturaleza, reverenciarla y mostrar más nuestros sentimientos hacia ella sabiendo que tras las nubes, el agua, la vegetación, etc. hay infinidad de seres celestiales cumpliendo las leyes de Dios.
Tiene más posibilidades de conectar con ellos el ocultista y el devoto que se esfuerza por vivir una vida de santidad que el científico materialista, sobre todo si lleva una vida sana, de meditación y de oración y su aura brilla más de lo normal. Los rituales y ceremonias donde se utilizan palabras de poder, también nos acercan a los Ángeles si abrimos el corazón a su influencia.
Los Ángeles no tienen tristeza, dolor, separatismo, ni nada parecido sino amor, alegría, fraternidad y devoción por la obra de Dios. Ellos acuden muy gustosamente a nuestras invocaciones cuando se trata de ayudar o de hacer una buna obra. Cuando una persona reza todos los días en el mismo sitio, pone incienso, manifiesta devoción a Dios o pide por los demás, ellos se encargan de hacer llegar esos buenos sentimientos y oraciones a quien corresponda y de devolverle el efecto; además construyen un templo etérico y mantienen las vibraciones para que la persona obtenga beneficio de su propia obra.
En realidad tendríamos que contar con su presencia en el hogar, en la enfermedad, en las iglesias o sitios de oración y allá donde se necesite ayuda para alguien. Ellos actúan a través de las personas pero lo hacen más por medio de las que tienen cierto poder como ordenados. Los Ángeles ayudan a los agricultores, en las guarderías, en hospitales, con los recién muertos, con los que nacen y en otros muchos trabajos que ni nos imaginamos pero sobre todo cuando se les pide amorosa y devotamente.
Para contactar tenemos que llevar una vida de pensamiento positivo, de altruismo y de amor al prójimo. Ellos no piden adoración ni devoción sino colaboración y que, en su momento, podamos participar de sus bienes. Además de su trabajo en el mundo etérico respecto a las formas, son fieles colaboradores de la obra de Cristo y manifiestan su amor allá donde se reúnen las personas para hacer un trabajo espiritual, altruista, o simplemente para orar.
Los Ángeles etéricos no tienen forma humana, aunque sí pueden aparentarla; no hablan sino que se comunican mentalmente de una forma que no cabe duda; no tienen alas sino energías y fuerzas que salen de ellos mismos; no necesitan mostrar su amor en determinadas circunstancias porque ellos son amor por naturaleza y todo lo hacen con amor; ellos no se entristecen ni se enfadan pero sienten compasión y deseo que salgamos de la práctica del mal;
Ellos están con nosotros siempre pero no les podremos ver hasta que no elevemos la vibración de nuestros cuerpos hasta la del suyo.
Deberíamos ser más conscientes de que los Ángeles están siempre dispuestos a ayudarnos, aunque para ellos tenemos que ser nosotros quienes pongamos manos a la obra a modo de abrirles la puerta. En realidad, podemos invocarles para que nos ayuden a encontrar una solución que nos hace falta así como todo lo que se para los demás pero nunca para un beneficio material y persona.
Francisco Nieto
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