miércoles, 20 de abril de 2011

EL PROCESO DE EVOLUCIÓN (y II)



Durante esta presente fase de individualismo, que es el clímax de nuestra separatividad ilusoria, toda la humanidad necesita ayuda extra, pero para los rezagados alguna ayuda especial adicional debe ser proporcionada. Dar esta ayuda especial fue la misión de Cristo. Él dijo que vino para buscar y salvar a los que estaban perdidos. Él abrió el camino de la Iniciación para todos aquellos que querían buscarlo.

La evolución depende del crecimiento anímico, de la transmutación de los cuerpos en Alma, que debe ser realizada por los esfuerzos individuales del Espíritu en el hombre, el Ego, y al final de la evolución tendrá poder de Alma como fruto de su peregrinación a través de la materia. Será una Inteligencia Creadora.

Si cumplimos con nuestros deberes establecidos en la mejor forma posible de acuerdo a nuestras habilidades a través de toda nuestra vida, podemos estar seguros del ascenso en un tiempo futuro no muy lejano. Veremos con más claridad a través del velo del egoísmo cuando vivamos gustosamente la vida en la cual hemos sido colocados, porque los Angeles Archiveros no se equivocan. Ellos nos han puesto en el lugar donde se nos han dado las lecciones necesarias para prepararnos para una mayor esfera de utilidad.

Si tenemos dentro de nosotros suficiente amor para todas las cosas, no podemos hacer daño alguno, porque ese amor detiene nuestra mano en toda acción y nuestra mente en todo pensamiento que pudiera herir a otro. Hasta ahora no hemos alcanzado todavía este nivel de conciencia. Si lo hubiéramos alcanzado, no habría necesidad para nuestra existencia aquí, pero todos nosotros estamos buscando y avanzando hacia ese estado de gloriosa perfección. Es sorprendente cuan rápidamente puede avanzar un individuo de esta manera si es verdaderamente serio en sus esfuerzos, sin confiarse en su pobre personalidad únicamente, pero teniendo implícita fe que por el ejemplo y las enseñanzas de Cristo, él podrá ser capaz para unirse con su Divinidad interna.

La evolución depende de la disolución de los cuerpos y la amalgamación del alma con el Espíritu. El alma es la quintaesencia, el poder o la fuerza del cuerpo, y cuando un cuerpo ha sido llevado a la perfección a través de varios niveles, el alma es completamente liberada de ahí y es absorbida por uno de los tres aspectos del Espíritu que generó el cuerpo desde un comienzo.

El Alma Consciente será absorbida por el Espíritu Divino en la Séptima Revolución del Período de Júpiter.
El Alma Intelectual será absorbida por el Espíritu de Vida en la sexta Revolución del Período de Venus.
El Alma Emocional será absorbida por el Espíritu Humano en la quinta Revolución del Período de Vulcano.

Mientras desarrollamos este amor universal dentro de nosotros mismos, aprendemos a darnos cuenta cada vez más de que cada ser humano es un hijo del Creador y que a su debido tiempo avanzaremos a la perfección, tal como todos lo esperamos. No importa cuan bajo un hombre o una criatura pueda parecer, debemos recordar que hay una Chispa Divina en el interior que lenta pero seguramente crecerá hasta que la gloria del Creador ilumine ese ser.

Las Jerarquías Divinas que han guiado a la humanidad en el sendero de la evolución desde el comienzo de nuestra carrera, siguen activas y trabajando con nosotros desde sus mundos, y con la ayuda de ellos seremos, con el pasar del tiempo, capaces de llevar a cabo la elevación en conjunto de la humanidad, alcanzando una realización individual de gloria e inmortalidad. Teniendo esta gran esperanza dentro de nosotros mismos, esta gran misión en el mundo, trabajemos más que nunca para convertirnos en mejores hombres y mujeres, a fin de que por nuestro ejemplo podamos despertar en otros el deseo de llevar una vida que traiga la liberación.

Francisco Nieto

lunes, 4 de abril de 2011

EL PROCESO DE LA EVOLUCIÓN (I)



El conocimiento aplicado es la salvación contra la ignorancia. Aun los más sabios de entre nosotros tienen mucho que aprender y nadie, hasta ahora, ha alcanzado la perfección; ni nadie puede alcanzar la perfección en una corta vida. Observamos por todas partes en la Naturaleza que un despliegue lento y persistente produce un desarrollo más elevado de todo. Más que aprendemos sobre los métodos como trabaja la Naturaleza, el símbolo visible del invisible Dios, mejor estaremos capacitados para aprovechar las oportunidades que nos brinda para el crecimiento y poder - para la emancipación de la esclavitud, y la elevación para el dominio de nosotros mismos. Este proceso es Evolución.

Al comienzo de su evolución, el hombre consistía solamente de Espíritu y cuerpo; no tenia alma. Pero desde entonces, cada vida vivida en la Tierra, en la gran escuela de la experiencia, le ha dado más y más alma de acuerdo como ha aprovechado las oportunidades, así como las lecciones que ha aprendido de ellas. Esto queda demostrado en las diferentes gradaciones entre el salvaje y el santo, que vemos por todas partes. Todas las razas son productos de la evolución, cuyo único objetivo es la perfección. La expresión más alta en una vida, se convierte en la expresión más baja en la vida siguiente, y de esta manera subimos gradualmente la escalera de la evolución hacia la Divinidad. La humanidad en conjunto está progresando lentamente en este sendero, alcanzando paulatinamente niveles más altos de conciencia. Una de las principales características de la evolución está en el hecho de que se manifiesta en períodos alternados de actividad y reposo. El activo verano es seguido por el reposo e inactivo invierno, y en cada estación hay un pequeño progreso para adelantar en el camino del tiempo. La actividad del día alterna con la quietud de la noche. La marea creciente es seguida por la marea menguante. Así que, como todas las demás cosas se mueven en ciclos, la vida que se manifiesta aquí en la Tierra por unos pocos años no debe ser considerada como terminada cuando llega la muerte. El nacimiento de este cuerpo es infinitamente lejos de nuestro final.

Nuestros Espíritus son inmortales y los cuerpos físicos son los instrumentos que usamos durante esta vida terrestre para ayudarnos en nuestra evolución. Podemos tener la seguridad de que en cualquier posición que estemos colocados en la vida, rey o mendigo, rico o pobre, contiene las lecciones y experiencias necesarias en este momento para nuestra evolución y nos da la mejor ventaja posible para nuestro desarrollo. Tan seguro como el Sol se levanta en la mañana después de haberse puesto en la noche, así la vida que terminó por la muerte de un cuerpo será puesta otra vez en un vehículo nuevo en un medio ambiente diferente. La evolución es la historia de la progresión del espíritu en el tiempo. Dondequiera en el Cielo y en la Tierra, todas las cosas van hacia delante -hacia arriba-, para siempre, y como vemos alrededor nuestro los variados fenómenos en el universo, nos damos cuenta que el camino de la evolución es una espiral.

Cada espira de la espiral es un ciclo. Cada ciclo se fusiona en el siguiente, y como las espiras de la espiral son continuas, cada ciclo es el producto mejorado de los que lo preceden y el creador de aquellos estados más desarrollados que están por venir. Pero el sendero de la evolución es una espiral cuando lo consideramos del lado físico solamente. Es una lemniscata, o sea una figura ocho, cuando es visto en sus fases físicas y espirituales. Los dos círculos de la lemniscata que convergen en un punto central, simbolizan el Espíritu inmortal, el Ego evolucionante. Uno de los círculos significa su vida en el mundo físico, desde el nacimiento hasta la muerte. Durante este lapso de tiempo siembra semillas con cada acto y debería cosechar una cierta cantidad de experiencia, si es que lecciones son extraídas de sus oportunidades. Entonces al final de esta vida el Ego se encontrará a la puerta de la muerte cargado con los frutos más ricos de la vida. El otro ciclo de la lemniscata simboliza la estancia del Ego en los mundos invisibles que atraviesa durante el período de la muerte al nacimiento.

Al tiempo que el Ego llega al punto central en la lemniscata que divide los mundos físicos de los espirituales, cuenta con una colección de facultades y talentos adquiridos en todas sus vidas previas, los que puede poner en uso o sepultar durante la experiencia de su próxima vida, de acuerdo a su parecer. Por otro lado, según el uso que hace de sus facultades adquiridas, depende la cantidad de crecimiento anímico que acumula en su próxima vida. Ya hemos vivido a través de una existencia similar al mineral, a la planta, y al animal antes de llegar a ser humanos, y más allá de nosotros se encuentran aun otras evoluciones donde nos acercaremos a lo Divino cada vez más. El hombre avanza por sacrificio solamente.

Pocos se dan cuenta que cuando subimos en la escala de la evolución, lo estamos haciendo pisoteando los cuerpos de nuestros hermanos más débiles. Consciente o inconscientemente los aplastamos y los usamos a fin de obtener nuestros propios fines. Este es un hecho concerniente a todos los Reinos de la Naturaleza. Cuando una oleada de vida ha descendido a su punto más bajo en la involución y se ha incrustado en forma mineral, es atrapada inmediatamente por otra oleada de vida ligeramente superior que toma los desintegrantes cristales minerales, los adapta a sus propias necesidades en forma de cristaloides, y los asimila como parte de una forma vegetal. En la iniciación Mística Cristiana, cuando el Cristo lavó los pies de Sus discípulos en la noche de la Ultima Cena, la explicación que fue dada es que, a menos que los minerales se descompongan y sean ofrecidos como incorporación para el reino vegetal, no tendríamos vegetación; asimismo, si el alimento vegetal no proporcionara sustancia para los animales, los seres del reino animal no podrían encontrar expresión, y así sucesivamente - lo más arriba siempre se alimenta de lo más abajo, y así como el Maestro lavó los pies a Sus discípulos, simbólicamente Él realizó para ellos un servicio humilde, reconociendo el hecho que ellos sirvieron a Él como peldaños para algo superior.

El mismo principio vale para toda evolución espiritual, porque si no hubiera alumnos en el peldaño inferior de la escalera del conocimiento y necesitando instrucción, no habría necesidad de un Maestro. Pero aquí hay una importante diferencia. El Maestro crece dando a sus alumnos y sirviéndoles, así como a todos, no importa cual sea la posición en la vida, crecen por medio del servicio. De los hombros de sus alumnos, el maestro sube a un peldaño más alto en la escalera del conocimiento, y por eso les debe una deuda de gratitud la cual es simbólicamente reconocida y liquidada con el lavado de los pies, un acto de servicio humilde para aquellos que Le sirvieron. Bajo la guía benévola de las Grandes Inteligencias, estamos progresando constantemente, de vida en vida, bajo condiciones exactamente apropiadas a cada individuo, hasta que alcancemos con el tiempo una evolución más alta y lleguemos a ser superhombres.

El ocultista cree que el propósito de la evolución es el desarrollo del hombre de un estático a un Dios dinámico - un creador. Para que él pueda convertirse en un Creador independiente y original, es necesario que su entrenamiento incluya suficiente libertad para el ejercicio de originalidad individual que diferencia la creación de la imitación. Mientras ciertas características de la forma vieja satisfagan los requisitos del progreso, son retenidas; pero en cada renacimiento la vida evolucionante añade mejoras originales tales como sean necesarias para su futura expresión. Los rezagados que fallaron en alcanzar los niveles necesarios para mantenerse en la cresta de la evolución, son abandonados. En el progreso de la evolución no hay parada. Progreso o retroceso es la Ley, y la forma que es incapaz de mejorías adicionales debe degenerar. Los impulsos evolucionantes trabajan para alcanzar la perfección final para todos.

Por consiguiente es razonable suponer que las exaltadas Inteligencias que tienen a su cargo nuestra evolución, usen cada medio disponible para hacer pasar salvo la mayor cantidad posible de entidades que tienen a su cargo. Cada vibración del universo es vida y toda vida ha brotado de un Dios. Por lo tanto, aunque todos seamos uno, sin embargo existen unos que se encuentran constantemente rezagados.

domingo, 20 de marzo de 2011

NATURALEZA Y EXPRESIÓN MENTAL


Este artículo está dirigido muy especialmente a los estudiantes de astrologia, en él intento dar a conocer los elementos más importantes para interpretar el aspecto mental del nativo de cualquier horósocopo; es decir, los significadores mentales.


Los significadores más importantes para interpretar la mentalidad de cualquier persona a través de su horósocopo son: Mercurio, su posición por Signo y Casa y sus Aspectos; la Casa III y los planetas que haya en ella con sus Aspectos; y el signo de Géminis.


Además de la naturaleza mental o razonamiento, cuando decimos expresión nos referimos al oral y literario, es decir, estos significadores representan el medio de expresión del Espíritu en la encarnación presente. Como en otros temas, éste también se puede ampliar con otros significadores, los segundos en importancia serían: El signo del Ascendente, Virgo y los signos de Aire.

Los terceros en importancia y como complementos serían: la Luna (imaginación y mente instintiva) Saturno (concentración y memoria) Júpiter (mente abstracta e ideales elevados) Urano (intuición e ideas originales) Neptuno (inspiración y mente espiritual)


Es necesario recordar que los buenos aspectos del Sol siempre benefician, y que si los significadores tienen relación con el Ascendente o con los signos de Aire y las Casas I, III, IX y X también siempre y cuando no estén mal aspectados por los planetas maléficos.


Mercurio asimila conocimiento, discierne y se adapta, por tanto, cuando está en Conjunción con el Ascendente, el Sol, la Luna o Saturno significa que hay un buen intelecto y memoria; en Conjunción con Marte pone en práctica sus ideas; con Venus es armónico, sociable y tiene cualidades artísticas; con Saturno concentra profundamente su mente para reflexionar; con Júpiter tiene una mente amplia y un buen juicio; con Urano tendrá ideas originales, progresistas e innovadoras; con Neptuno tiene inspiración y se inclina al misticismo y al estudio del ocultismo; con Plutón se hace una mente profunda capaz de resolver lo oculto y misterioso.

Algunos aspectos benéficos para la mente son: Mercurio bien aspectado con el Sol, la Luna, Júpiter, Saturno y Urano; los buenos Aspectos o ubicación de Mercurio en la Casa III, en el Ascendente o en el Mediocielo, o bien en Géminis, Virgo, Capricornio y en los signos de Aire. Algunos Aspectos maléficos para la mente son: Mercurio, el regente de la Casa III o del Ascendente mal aspectados por Marte, Saturno o Plutón; los planetas maléficos en las Casas I o III y en Géminis mal aspectado por otros maléficos o por Mercurio o la Luna.


Como todo buen estudiante de astrologia debe saber, cuando hay una agrupación de planetas en una Triplicidad, la naturaleza de esa Triplicidad se hace notar más en el nativo y, por tanto, en su naturaleza mental.

De aquí que cuando hay muchos planetas en la Triplicidad de Fuego: Causan inspiración y estimulan la actividad y la voluntad para alcanzar las metas fijadas.

Cuando ocurre en la Triplicidad de Aire: Estimulan la razón, la expresión en general y hacen más adaptable al nativo. Cuando ocurre en la Triplicidad de Agua: Se desarrollan las cualidades psíquicas pero la mente es más bien pasiva y negativa.

Cuando ocurre en la Triplicidad de Tierra: Se hace una mente laboriosa e interesada por las cosas materiales y duraderas, aunque puede hacerse egoísta.


Cuando coincide que un horóscopo tiene una Cuadruplicidad en las Casas Angulares también repercute su naturaleza en la mente, por tanto su efecto puede ser el siguiente:

Los signos Cardinales en los Ángulos hacen una mente inteligente, entusiasta, activa y perspicaz, lo que facilita al nativo la iniciativa en los negocios y el poder de organizar y perseverar con coraje y ambición todos sus asuntos.

Cuando son los signos Fijos los que están en los Ángulos ayudan a que la mente sea laboriosa, paciente y perseverante hasta conseguir sus objetivos. Es cierto que es lenta y que necesita tiempo para sacar sus conclusiones pero cuando toma una decisión no cambia fácilmente, lo que le hace digno de confianza. Estos nativos suelen ser disciplinados, reservados y austeros, pero son creativos y originales, y su único defecto es que pueden caer fácilmente en la rutina o en el fanatismo.

Cuando los signos Comunes están en los Ángulos su mente es cambiante y superficial, de lo que resulta cierta inestabilidad, sobre todo porque le falta objetividad y porque le afectan los fracasos. Su falta de razonamiento y de control mental hace que el nativo sea inconstante y desconfiando aunque, por otro lado, suele ser listo para interpretar y comprender las cosas a su modo, para imitar, y para falsear su imagen. Por lo anteriormente dicho, estas personas se adaptan bien a las circunstancias y a los puestos de subordinado o intermediario.


Para facilitar un poco más la interpretación de la naturaleza mental expondré a continuación el significado de los doce signos en el Ascendente.

ARIES: Mente activa, ambiciosa y entusiasta; de comprensión rápida, ágil e imaginativa pero algo impulsiva, imprudente y precipitada.


TAURO: Mente analítica, con gran capacidad de trabajo y de concentración pero lenta para comprender y algo terca, egoísta y envidiosa; se preocupa demasiado por lo material.


GÉMINIS: De asimilación y comprensión rápida, de gran razonamiento, y fértil imaginación. Aunque es ágil y adaptable, es superficial y dispersa, lo que significa que es cambiante y que no suele persistir en el esfuerzo para conseguir sus objetivos.


CÁNCER: Muy imaginativa, intuitiva, y en ocasiones con presentimientos o muestras de clarividencia. Su memoria es buena y siente gran curiosidad por el pasado. Su actividad es más bien subjetiva o de ensoñación pero también suele ser receptiva y bondadosa.


LEO: Tiene una gran capacidad de síntesis y grandes concepciones mentales de fácil comprensión e ideales elevados que facilitarán el éxito del nativo. Tiene un gran sentido artístico, es honrada, ambiciosa y con gran fuerza de voluntad.


VIRGO: Mente con gran capacidad de análisis, ingenio y discernimiento, por tanto, el nativo tiene fácil la comprensión, el estudio de las ciencias exactas y la asimilación de conocimiento en general.


LIBRA: Mente amplia, con buen juicio e ideales de bondad y justicia pero débil ante las exigencias y circunstancias de la vida. Está muy cualificada para las artes en general y para todos los asuntos sociales por su benevolencia y simpatía.

ESCORPIO: Tiene una gran avidez intelectual, poder analítico y mental para cualquier trabajo, y cierto poder creador, pero también son muy pronunciados su sentido crítico y el espíritu de contradicción que le lleva a la discusión.


SAGITARIO: Mente con un gran sentido de la organización e ideales elevados y preparada para el estudio de la religión, la filosofía y la sociología. La mente se hace enérgica, bondadosa e inspiradora pero le falta de ambición.


CAPRICORNIO: Su mente profunda está preparada para la concentración, la reflexión y la meditación. Es lenta para asimilar pero tiene buena memoria; es metódica y paciente en los estudios y, en general, es persistente y tiene confianza propia.


ACUARIO: De fácil asimilación de conocimiento, es inteligente, original e independiente; se suele interesar por lo vanguardista y por las nuevas teorías y descubrimientos. Tiene mucha intuición y cierta capacidad de invención.


PISCIS: Mente intuitiva y, a veces, con presentimientos que se cumplen. Se inclina al estudio del ocultismo, de la religión y al misticismo. Por otro lado, es sentimental e influenciable hasta el punto de verse dominado por las personas o cosas.

EJEMPLOS

Inteligencia, ingenio y discernimiento: Mercurio bien aspectado en Géminis o Acuario y en Casas I, III, IX, y X; Mercurio en el Ascendente de Aries, Géminis, Virgo o Sagitario sin malos aspectos; Muchos planetas en signos de Aire sin malos aspectos de los planetas maléficos; Buenos aspectos entre Luna, Mercurio, Júpiter, Urano y Neptuno en signos de Aire y en las Casas I, III, IX y X; Mercurio en Ascendente de Géminis o Virgo bien aspectado con el Sol, Júpiter, Urano o Saturno; Sol, Júpiter o Mercurio bien aspectados en Ascendente de Virgo o Acuario.


Poco razonamiento: Mercurio en Tauro o Piscis débil y sin aspectos con los significadores de la mente -si estuviera mal aspectado sería peor-; Ascendente, Sol, Mercurio o Luna en Tauro, Géminis o Piscis mal aspectado por Júpiter, Saturno, Urano o Neptuno.


Distracción, confusión mental: Luna o Mercurio mal aspectados entre ellos o con Urano o Neptuno estando alguno de ellos en Casa I o III y sin Aspectos buenos del Sol y Saturno.

Pesimismo, melancolía: Signos de Tierra en el Ascendente o en Casas III, VI o XII y la Luna o Mercurio en signos de Tierra mal aspectados con Saturno; malos Aspectos de Saturno hacia la Luna, Mercurio, el Sol, Júpiter o el Ascendente estando en las Casas III, VI o XII.

Excentricidad: Urano en Casas I o III mal aspectado con la Luna o Mercurio.
Mentira, exageración: Mercurio en Conjunción o mal aspectado con Marte o Plutón en Aries o Piscis.


Imaginación: La imaginación está representada por la posición de la Luna en la Casa, el signo y los Aspectos que tenga pero es conveniente mirar el Ascendente porque, dependiendo de cuál sea su naturaleza, así será la línea en que se manifieste más notablemente la imaginación. Como es lógico, si el Ascendente es Cáncer o Piscis la imaginación puede ser más fantasiosa. Otras indicaciones pueden ser: Ascendente de Cáncer o Piscis con el Sol en Acuario y la Luna en signo de Agua y aspectada con Mercurio, Urano o Neptuno.


Francisco Nieto

sábado, 5 de marzo de 2011

EN LUCHA CON LA PERSONALIDAD (y II)




La concentración de la mente, a modo de observación atenta sobre la personalidad, y la persistencia, son imprescindibles para alcanzar los ideales que cada uno se proponga, y para ello es necesaria una disciplina mental, emocional y física. Si a esto añadimos la oración, la devoción, la contemplación y el ejercicio de la retrospección dado por Max Heindel, no cabe duda que venceremos a todo lo que proceda de la personalidad y que no esté de acuerdo con lo que anhelamos. Por lo general aprendemos más de nuestros errores que de cualquier otra experiencia, pero si les hacemos frente con nuestros principios espirituales, el progreso está asegurado por muchas alteraciones que nos traigan las pruebas y tentaciones para caer en el mal. Es un error huir de dichas pruebas y tentaciones o relajarnos para elegir el camino de lo fácil y cómodo, de esa manera no hacemos nada más que atrasar lo que en esta vida debemos superar y alcanzar.

Hay aspirantes que apenas han comenzado a esforzarse por cumplir sus promesas o anhelos espirituales cuando en las primeras pruebas dicen ¡No puedo! o ¡No estoy preparado! Estas personas están faltas de determinación, de persistencia y de confianza propia, lo que les hace unos derrotados conformistas que se niegan a intentarlo o que buscan excusas para no esforzarse y sacrificarse. La indiferencia, la falta de ideales espirituales y la poca aspiración para conseguir dichos ideales están reñidos con la voluntad de espíritu que se debe mantener para dominar y vencer todo lo negativo de la personalidad. La comprensión de las enseñanzas ocultas y espirituales y su estudio y práctica son muy importantes y hay que fomentarlas y mantenerlas como norma en nuestra vida cotidiana. Esto debe ser así si queremos comprender la importancia del progreso espiritual y si, de verdad, queremos sentir que merece la pena todo esfuerzo por muy duro que sea. No solo hay que llevar a la práctica los ejercicios y enseñanzas como las que menciono aquí (entre otras muchas) sino que también ha que mejorarlas y perfeccionarlas. No se puede alcanzar una meta sino se intenta alcanzar una y otra vez, no se evoluciona si no se aprende de los fracasos, y no se aprende si no ponemos nuestra conciencia y nuestra voluntad en las experiencias y en el esfuerzo responsable.

Cuando se dice ¡No puedo! o ¡No estoy preparado! en la mayoría de los casos significa que pensamos que es mejor que lo hagan otros, o lo que es lo mismo, es una manera irresponsable de alejar la carga para que la lleven otros. Sin embargo, que felicidad se siente y que tranquilo se duerme cuando actuamos responsablemente y cumplimos con nuestras obligaciones y con nuestros trabajos internos. El aspirante puede hacer y conseguir mucho más de lo que cree ante las circunstancias adversas, solo es necesario que esté convencido de que “puede” y que no le falta la confianza propia. Somos hijos de Dios y tenemos todas sus posibilidades latentes, por tanto, ¿Por qué no tener confianza propia? Es lógico que cometamos errores y que caigamos en defectos y malos hábitos del pasado, pero eso no significa que debamos darnos por vencidos o que influya de manera que impida tener iniciativas y persistencia.

Alguien dijo que “toda tentación es como una oportunidad para acercarnos a Dios”, es cierto, a lo que yo añado que opino lo mismo respecto a las pruebas del destino siempre que tengamos la intención de purificar el carácter, es decir, la personalidad. Por la vida se puede ir de manera irresponsable, ir por donde van los demás, dejándose llevar por las circunstancias y los placeres, por el camino más fácil y sin querer preocuparse por hacer nada por los demás, vagar por el mundo sin principios ni ideales, actuando egoístamente según convenga, etc. Esa actitud trae poco (por no decir nada) adelanto y sí más bien retraso en el desarrollo espiritual porque es la manera más fácil de caer en las tentaciones y pruebas; es decir, de alejarse de Dios. Pero cuando vamos por la vida intentando llevar a la práctica nuestros elevados ideales y nuestros principios como un recto vivir, y cuando intentamos actuar como nuestros verdadero Yo superior que domina a la personalidad, y cuando manifestamos los ideales de amor y de servicio al prójimo dados por Cristo, entonces las tentaciones y pruebas desaparecen como tal porque son superadas acercándonos así un poquito más a Dios.

Se dice en ocultismo que el mal es un bien en formación y que el mal hecho por ignorancia de la Verdad no es mal porque no se ha alcanzado el verdadero conocimiento, pero también es cierto que nuestra conciencia nos advierte de lo que es correcto, verdadero o bueno y de lo contrario. Y es ahí donde nosotros, gracias a nuestra conciencia, buena voluntad y discernimiento debemos transformar las tentaciones o pruebas en peldaños para acercarnos a Dios. Si nos estudiamos a nosotros mismos y vemos que en nuestra naturaleza inferior o personalidad aún queda resentimiento contra alguien, debemos analizar ese sentimiento profundamente para llevar a la práctica el aspecto contrario. En cada vida debemos elevar todo lo que podamos el aspecto mental, sentimental, moral y espiritual de la personalidad; debemos desarrollar las capacidades del espíritu; (amor, compasión, altruismo, ternura, fraternidad, etc.) debemos, definitivamente, hacer la voluntad de Dios como si Él quisiera manifestarse a través nuestro. Por consiguiente, con cada tentación vencida, con cada prueba superada, con cada meta alcanzada, con cada acto de buena voluntad y con cada buena elección entre el bien y el mal, es como un peldaño más alcanzado para unirnos a nuestro Yo superior y para derrotar a la personalidad materialista.

Lo ideal sería interpretar las tentaciones como pruebas a superar para así purificar el carácter personal, de esta manera estaríamos siempre atentos para actuar en cualquier momento correctamente en pensamiento, palabra y obra. Estando vigilantes y con la consciencia en lo que pensamos, hacemos y decimos, podemos tener la seguridad de que la naturaleza inferior de la personalidad no conseguirá llevarnos a su terreno ni hará que nos tambaleemos ante la tentación del mal. Es mejor interpretar las tentaciones como oportunidades de progreso que no como algo difícil de superar que nos obliga a hacer algo en contra de nuestra voluntad. Con cada tentación superada más poder tenemos sobre ellas y menos posibilidades tienen ellas de hacernos caer. Observad atentamente en vuestra vida diaria y contar ante cuántas tentaciones y pruebas caéis y cuántas vencéis, llevad a cabo los consejos de este artículo así como de otros muchos que hay por ahí y volver a contar vuestras caídas y victorias dentro de un mes; si lo lleváis bien a la práctica podréis decir ¡prueba superada! Sin embargo, si el aspirante desea ir más directamente al grano para doblegar a la personalidad egoísta y material y así acercarse más a su propio Espíritu, debe tener su consciencia y su voluntad en tres principales cosas:

1ª.- La práctica constante del verdadero amor espiritual a todo ser viviente incluyendo su expresión en pensamiento, palabra y obra.
2ª.- El servicio desinteresado a los demás.
3ª.- El sacrificio inegoísta y compasivo por el prójimo.

Si de verdad queremos actuar de esta forma pura, amorosa e impersonal allá donde nos encontremos, debemos poner nuestros propios deseos a disposición de la persona necesitada sin pensar ni siquiera que es un sacrificio. Nuestra intención, al actuar así con los demás, debe ser la de ayudar a los demás de la mejor manera que podamos para que esa persona alcance lo que nosotros mismos desearíamos alcanzar en nuestro desarrollo espiritual.

El amor personal es egoísta y el amor del que hablamos es impersonal, es el que nos obliga a sacrificarnos, es altruista y fraternal y es el que pone al prójimo antes que a nosotros mismos. Pero ¡cuidado! si el amor que queremos implantar en la personalidad está conceptuado como sacrificio o como renuncia ya no es el verdadero amor. Llevando a la práctica el amor natural de Dios, sin motivos ni intereses personales, es como automáticamente estaremos desarrollando las virtudes mencionadas del Espíritu y transformando la personalidad en Alma.

Francisco Nieto

lunes, 21 de febrero de 2011

EN LUCHA CON LA PERSONALIDAD (I)


La personalidad, como resultado de muchísimos renacimientos, tiene la conciencia totalmente centrada en el mudo físico tal y como lo planificaron las jerarquías creadoras de acuerdo al Plan de Dios. El hombre renace como personalidad para experimentar con un nuevo cuerpo y cada mil años aproximadamente porque el planeta y la humanidad han cambiado lo suficiente como para adelantar mucho más en su sendero evolutivo. Cada cuerpo y destino de cada persona es el resultado de lo hecho y conseguido en sus anteriores vidas como cada día de clase de un alumno está basado en lo aprendido anteriormente, que es lo que le facilita un nuevo aprendizaje. Pero, tal y como afirma la ciencia, el hombre no es el cuerpo físico, ya que éste está compuesto de la misma materia que cualquier otro objeto, sino que “el hombre” recibe la información de lo que le rodea y de sus experiencias en el cerebro (por medio de sus sentidos) en forma de “mente concreta” u “objetiva”. Ha sido precisamente dicha información y experiencias de cada vida la que, desde sus primeros tiempos como hombre-animal, le ha llevado a su estado actual de desarrollo. Por tanto, la personalidad no solo ha sufrido y vencido al mal en sus peores aspectos sino que gracias a ese “mal” ha aprendido a razonar sus acciones e impulsos hasta hacerse una persona cuyos ideales están más centrados en vivir en paz y en armonía que en hacer la guerra o vivir enfrentado en un ambiente de desequilibrio.

Si bien, en los primeros pasos como personalidad, el hombre se dejaba llevar por sus deseos egoístas y por sus peores sentimientos con tal de sobrevivir y de conseguir lo que deseaba sin apenas razonar nada, ahora está empezando a hacer lo contrario, es decir, intentar razonar sus acciones, aprender de las experiencias (principalmente de las malas) y de los demás y intentar dominar sus deseos e instintos o impulsos incontrolados. Así es que, quien siente la necesidad (como efecto del desarrollo obtenido en sus renacimientos) de controlar su instinto, impulsos, deseos egoístas, malos sentimientos, etc., se encuentra con la duda de cómo conseguirlo. El cuerpo físico se puede ver impulsado a la acción por un deseo, sentimiento o acción pero, como cualquier persona sabe, un deseo o un impulso puede ser dominado por medio de la razón, de esa mente que actúa sobre y a través del cerebro. Así es que, si el hombre suficientemente desarrollado como para desear elevar su desarrollo espiritual, quiere superarse y acercarse a su espíritu en esta vida, debe comenzar por proponerse unas metas y tener la firme voluntad de “tener concentrada su mente” y “estar atento” a todo lo que sucede y a todo lo que hace, dice y piensa.

Todas las personas, en algún momento de su vida y por diferentes circunstancias y experiencias, (buenas y malas) se proponen superar defectos, no caer en tentaciones y cambiar de actitud entre otras cosas. Esto es muy bonito aunque lo hagan egoístamente, de hecho la mayoría lo hace cuando la atmósfera planetaria está más espiritualizada (en diciembre y enero) porque su Espíritu está más fuerte y tiene más poder de influir sobre la personalidad; pero esas metas de superación se quedan en nada en la mayoría de los casos porque se debilita la voluntad y la razón ante los placeres de la vida física. Lo cierto es que obtiene mayores éxitos el que se analiza, medita y toma la decisión en silencio que el que lo pregona a los cuatro vientos; y es que, el que anhela superarse a sí mismo moral y espiritualmente, escucha a su corazón y a su conciencia para obtener esa fuerza del Espíritu cuya naturaleza es invencible para los aspectos terrenales.

Está claro que los defectos de la personalidad que más preocupan a un aspirante espiritual son sus malos hábitos y sus deseos egoístas, pero éstos no son fáciles de superar a no ser que se persista una y otra vez, primero porque son hábitos de muchos años, y segundo porque muchos de ellos están relacionados con otras vidas y nos vienen a modo de pruebas y para fortalecer la voluntad en ese determinado sentido. El sincero aspirante no debe tirar la toalla porque fracase en sus primeros intentos, es más, esos fracasos deben servir para fortalecer sus propósitos y su voluntad y para volver a persistir pero, eso sí, sin olvidarse de practicar una constante observación sobre sí mismo y sobre todo lo que le rodea. En lo que no debe caer el aspirante es en el desánimo o desilusión y mucho menos volver a esos malos hábitos con la excusa de que ha fracasado una o dos veces; eso le hundiría mucho más y volvería al mal hábito con más ganas.

Ya he dicho que el hombre actual ha evolucionado muchísimo desde sus primeros tiempos como hombre salvaje hasta nuestros días, primero porque la Ley de Consecuencia le ha devuelto los efectos de sus maldad, segundo porque ha aprendido de los errores de los demás, tercero porque después de la muerte ha experimentado “en sus propias carnes” el dolor y el sufrimiento que ha causado a los demás, y cuarto porque dentro de nuestro destino somos probados y tentados con la intención de que superemos los defectos que nos dominan. Es muy común en los aspirantes espirituales sinceros que pertenecen a una verdadera escuela iniciática como la Fraternidad Rosacruz Max Heindel que cuando obtienen el grado de probacionistas, sean probados por sus Maestros. Estos Maestros y Hermanos Mayores no solo observan a sus posibles discípulos en su vida cotidiana, sino que también “ven” las auras, el desarrollo espiritual y la predisposición que tienen para así dirigirles hacia la superación necesaria que deben alcanzar si de verdad quieren ser sus discípulos. Para ello y contando con que estos Maestros saben cuáles son los puntos más débiles y necesidades de los aspirantes, les ponen a prueba inesperada e inconscientemente en sus asuntos cotidianos pero sin que el aspirante sepa dónde, cómo ni cuándo.

Los aspirantes occidentales no suelen tener grandes defectos que superar si les comparamos con los de otros continentes que cometen gravísimos delitos antes los cuales nos quedamos horrorizados cuando lo vemos en los medios de comunicación, sin embargo, tienen otros más sutiles que, para la mayoría, son más difíciles de superar. Y es esta personalidad la que hay que vencer (por no decir eliminar) a través de la razón, a través del conocimiento de uno mismo y escuchando a la voz de la conciencia que es la que sabe todo lo que hemos pasado y sufrido por nuestros errores hasta llegar al estado actual. Estos defectos sutiles (resentimiento, envidia, odio, venganza, egoísmo, celos, crítica, malos pensamientos, etc.) que están presentes en nuestra vida cotidiana son los que el aspirante debe proponerse eliminar y los que los Maestros pondrán a prueba para que se desarrollen las virtudes correspondientes pero, repito, a la personalidad no se la vence si no hay voluntad de espíritu y persistencia después de las caídas.

Antes de obtener nuestra propia conciencia como humanos éramos similar a los animales, pero para alcanzar este grado tuvimos que pasar por infinidad de experiencias, desde entonces y hasta ahora hemos estado desarrollando la mente como medio para que nuestro Yo superior pueda servir de guía a la personalidad, pero si queremos dar ese gran paso que lleva de la personalidad al super-hombre, debemos eliminar todo lo negativo que ésta tiene en su cuerpo de deseos (malos sentimientos y deseos) y en su mente (malos pensamientos que nos llevan a hablar y a actuar en contra de las Leyes Divinas) Cuando un aspirante espiritual, bien porque se analiza y va conociéndose o bien porque está en probación en una escuela, tiene verdaderos anhelos y sinceros deseos de superar sus defectos, pronto comienza a ver cuáles son dichos defectos (que antes incluso no había visto) pero, por otro lado, también se va haciendo consciente progresivamente de que algún poder interno se está despertando en él.

Este poder interno hace que vea cada vez más y más claros sus defectos pero también le advierte para que no caiga ni siquiera en una simple crítica. Está claro que la razón y el discernimiento son de inmensa ayuda para ver cada día más claramente nuestro comportamiento ante el mundo y ante los demás, este uso de la mente debe traer los mejores resultados para alcanzar los objetivos fijados y para mantener fijamente y siempre presente las aspiraciones espirituales. Esto irá transformando progresivamente la personalidad y fortalecerá la voluntad para que persista. Por consiguiente, nuestros defectos y las pruebas son los que hacen que el hombre se supere a sí mismo y avance en su sendero evolutivo, y así debe ser hasta que las pruebas y tentaciones sean deseadas y no temidas.

Pero el aspirante espiritual no se debe confiar porque, como bien sabemos los que estamos en ello, no es fácil permanecer fiel y mantener la persistencia ante los ideales de superación cuando todo va sobre ruedas. Todo aspirante se confía cuando todo prospera, (economía, relaciones, trabajo, aspecto interno, etc.) es más, ni siquiera piensa en que sus asuntos puedan cambiar para mal, lo que conlleva el peligro del desánimo, de la rutina y de la vuelta a algo que ya creía vencido. Si el aspirante no mantiene la firmeza y la persistencia en sus ideales espirituales que hacen que domine a la personalidad, un simple problema laboral, un problema con otras personas, o una simple desilusión porque algo o alguien se interpone y frustra sus esperanzas y anhelos, puede hacer que se sienta derrotado. Si queremos imponer la voluntad de espíritu ante la personalidad egoísta y terrenal debemos mantener la constancia en nuestros propósitos y llevar una vida inegoísta y de amor y servicio al prójimo. El aspirante debe tener siempre presente que muchos de los problemas (y, por lo general, más que a otros) le son dados para que se quite las deudas del destino y para que adquiera más y mayores virtudes. Por tanto, sus aspiraciones y sus ideales espirituales deben estar siempre en lo más alto y tenerlos siempre presente en su mente y en sus acciones; el aspirante nunca se debe sentir derrotado por los problemas, por el desánimo ni por lo que otros le hagan, sea en las circunstancias que sean.


Francisco Nieto

viernes, 11 de febrero de 2011

PRIMEROS PASOS EN EL SENDERO ESPIRITUAL


Todo en el universo evoluciona, desde los propios reinos y especies existentes en la tierra hasta el planeta y el sistema solar mismo, de ahí que debamos admitir lo que dice la filosofía oculta de que el ser humano también lo hace gracias, principalmente, a las leyes de “Consecuencia” y “Renacimiento”. El hombre lleva evolucionando, como tal, hace aproximadamente unos ocho millones de años y desde entonces hasta ahora hemos pasado de ser una especie de animales a lo que hoy somos, es decir, unas personas más o menos sensibles y con cierta capacidad de razonamiento y discernimiento.


Es precisamente cuando se alcanza este nivel evolutivo cuando el mismo desarrollo espiritual adquirido en sus pasadas vidas hace que la persona se convierta en un “aspirante espiritual”. Todas las almas (personas) van evolucionando inconscientemente vida tras vida, van elevando sus conciencias y haciéndose más espirituales, pero llega una determinada vida en la que se despierta el deseo y el anhelo de progresar más rápidamente y, es entonces, cuando esa alma se convierte en un aspirante espiritual que da sus primeros pasos hacia la iniciación.

Esta es la gran diferencia entre la evolución normal de la humanidad y la del alma que “aspira” a desarrollar su espíritu de una forma consciente y voluntaria, y es que el aspirante debe tener un gran anhelo y un intenso deseo por alcanzar algo superior. Por consiguiente, quien desee convertirse en un sincero y verdadero aspirante a la iniciación, no debe ser indiferente o tener dudas respecto al esfuerzo a realizar sino que debe alcanzar sus objetivos espirituales por medio del entusiasmo y del esfuerzo persistente por muchos problemas y obstáculos que tenga.


Si bien, la humanidad evoluciona, en sentido general, por medio de unás líneas de ensayo lentas y automáticas ideadas por las jerarquías creadoras superiores, por el contrario, el aspirante espiritual y a la iniciación, debe hacerlo conscientemente y por métodos bien definidos y claros en relación a su propio desarrollo y constitución individual. Pero sea cual sea el método y las líneas de desarrollo, hoy dos aspectos que nunca deben faltar, estos son el esfuerzo y la persistencia. Por tanto, si no hay un esfuerzo continuo y persistente difícilmente alcanzará la iniciación el aspirante espiritual.


Para alcanzar la primera iniciación es necesario obtener contacto con algún Maestro, y para conseguir esto hay que atraer su atención, lo que no se puede conseguir si no es por medio de un desarrollo interno, lo que a su vez, solo se consigue por medio de un persistente y paciente esfuerzo en el bien obrar. Cuando me refiero a ese “bien obrar” no me refiero solamente al medio ambiente y a las personas que nos rodean sino también a nosotros mismos, es decir, a los vehículos que utilizamos en cada vida para poder aprender y evolucionar. Si no se purifican dichos vehículos no puede haber progreso espiritual, por tanto es necesario saber qué vehículos son y cómo se les puede cambiar.

El primero y más familiar de los cuerpos es el físico, así es que, pensando principalmente en la Ley de Consecuencia, deberemos cuidarle y alimentarle lo mejor posible, o sea, asimilando comida sana, nutriente y libre de productos tóxicos y no derrochando energía innecesariamente como, por ejemplo, con cada acto sexual. Por supuesto que no se debe fumar, beber alcohol ni comer carne, puesto que esto último obliga a otros a matar a nuestros hermanos menores los animales. El vehículo físico es imprescindible para poder renacer en cada vida, así es que es de suma importancia su cuidado porque, aunque desperdiciamos la energía creadora sexual porque quizás nos obsesione el sexo, resulta que en otra vida nos pasará factura y naceremos con algún defecto físico o mental. Y aunque mucha gente nos quiera, nos ayude y nos valore positivamente por lo bueno que estamos haciendo, los defectos físicos o mentales de la próxima vida impedirán que evolucionemos como debería ser.


El segundo cuerpo que vamos a considerar es el cuerpo emocional o de deseos donde también radican nuestros sentimientos. Al igual que el cuerpo físico en sus primeros tiempos era diferente y de aspecto salvaje respecto al actual, también el cuerpo de deseos estaba asentado sobre los peores sentimientos y deseos y no conocía los sentimientos, emociones y deseos elevados con los que trabaja actualmente la humanidad. Así es que, es deber del aspirante espiritual desarrollar los más elevados sentimientos y deseos a la vez que aborrece todos los negativos que hasta ahora le han dominado. Para ello es aconsejable la práctica del altruismo, la fraternidad, la devoción a Dios, la meditación sobre cosas elevadas y abstractas, el servicio amoroso a los demás, la oración y el discernimiento sobre lo verdadero y lo falso. Recuerde, los deseos y sentimientos bajos y negativos atan al mundo físico y al purgatorio después de la muerte, pero los buenos elevan a las gloriosas regiones espirituales que conocemos como cielos.


La voluntad es un aspecto del Espíritu y, por tanto, es su momento será, como en parte ya lo es, un poder de gran valor para el desarrollo espiritual, sin embargo, tenemos otro vehículo que, aun estando bastante menos evolucionado que el físico, es ya de gran valor para nosotros, este es el cuerpo mental.

Un hombre se puede dejar dominar por el deseo de robar, o por la crítica, o por cualquier otro vicio, pero si cuando le tienta ese deseo se pone a pensar en algo elevado, abstracto, o simplemente a orar con devoción y concentración, conseguirá vencerle. Si persiste en ello conseguirá eliminarlo de su vida porque, donde hay un pensamiento no puede haber otro a la vez, es decir, si se está pensando en las matemáticas o meditando en el Sermón de la Montaña no se puede estar pensando en robar o en la manera de ser de alguien para criticarla. No cabe la menor duda de que aquí entra en juego la voluntad y, por muy poca voluntad que tenga, no hay persona que no tenga la suficiente como para vencer a un mal deseo o sentimiento por medio de la voluntad y el discernimiento.


Por consiguiente, la mente es el siguiente vehículo que el aspirante debe purificar y para ello debe centrar su consciencia en sí mismo y no permitir que ande pensando en mil cosas a la vez ni pensando en cosas de las cuales no seamos conscientes. Hay tres aspectos respecto a la mente que se deberían analizar:
El primero es que no debemos dejarla suelta, sin consciencia de ella, porque eso sería como una pérdida para la memoria, la observación, el desarrollo de la conciencia e incluso el de la voluntad en su concentración.
El segundo es saber que si la utilizamos voluntaria y conscientemente desarrollaremos más lo anteriormente dicho y su propio poder, o lo que es lo mismo, la podremos utilizar siempre para el bien y para nuestro propio desarrollo.
El tercero trata de no utilizarla de manera concreta o específica en nada sino simplemente de actuar observando lo que hacemos como si fuéramos el propio Espíritu que está utilizando sus vehículos para experimentar y evolucionar.

La mayoría de la humanidad se encuentra aún en el primer grado de desarrollo, otros, menos, comienzan a manejar su mente a voluntad o sea a crearse un futuro y mejor destino gracias al autocontrol, pero el tercer aspecto no lo desarrolla casi nadie, si acaso algunas personas relacionadas con la filosofía oculta, sin embargo, eleva al hombre al mundo del Espíritu.
Pero existe un cuarto vehículo que no he querido mencionar hasta ahora del cual se forma el Cuerpo-Alma, el medio por el cual podremos ser conscientes en los mundos invisibles. Este cuerpo es el vehículo etérico, está muy entretejido con el físico porque se relaciona con su funcionamiento, vitalidad, memoria y consciencia pero, además, es el vehículo que debe desarrollar el aspirante a la iniciación. La purificación de este cuerpo y el aumento de los dos éteres superiores de los cuatro que está compuesto es imprescindible por dos razones principales: Primera, para poder obtener la iniciación y, segunda para poder ser conscientes en los mundos invisibles.

Para purificar los éteres de dicho cuerpo es imprescindible purificar los demás vehículos, es decir, llevar una vida pura, de oración y meditación, de amor y de servicio desinteresado allá donde se pueda. Sabiendo que el principal enemigo a vencer es el cuerpo de deseos, será necesario desarrollar la voluntad, la persistencia, la paciencia y la confianza propia, si no es así, este gran tentador aprovechará cualquier momento de debilidad en nuestra vida cotidiana para remover los viejos sentimientos y deseos. Cuando el aspirante comienza a hollar el sendero que le llevará a la iniciación le parece que todo son pruebas y tentaciones, se puede poner nervioso y excitable y, cuanta más prisa tiene por purificar su cuerpo de deseos, más difícil le parece andar el sendero. Pero llega un momento en que encuentra el equilibrio, la calma y la paz interna necesaria para atender sus deberes y responsabilidades a la vez que cumple sus obligaciones y ejercicios espirituales. Entonces, y aunque no está libre de sutiles tentaciones y pruebas, la vida espiritual y la purificación de sus cuerpos se hacen más asequibles.


El cuerpo etérico tiene una clave que es muy útil al aspirante espiritual, esta es larepetición”. Cuando se repiten a diario los ejercicios espirituales adecuados, cuando se practica la plegaria, los rituales, etc., estamos creando un hábito cuyos efectos son de suma importancia para el desarrollo de los dos éteres superiores de dicho cuerpo etérico. Si, además de intentar hacer todo como si fuera para Dios e imitar la vida de Cristo en los asuntos, cotidianos, se practica la concentración y la retrospección tal y como se explica en el “Concepto Rosacruz del Cosmos” de Max Heindel los pasos en el sendero serán agigantados. Es necesario analizarse y meditar sobre uno mismo para ver cuáles son nuestras virtudes y defectos; es imprescindible tener la consciencia puesta en los que se dice, se hace y se piensa para no cometer errores; es necesaria la persistencia y la firmeza para obrar bien a diario y para vencer las tentaciones y pruebas; es necesario, en definitiva, actuar como lo haría nuestro propio Espíritu que está por encima de todos los cuerpos.


Pero el aspirante también debe aprender de las experiencias que, a diario, suponen lecciones que ha de incorporar a su retrospección. Notará que “amigos” le darán de lado, que las personas no son como él cree, que compañeros en el sendero le ofenden o traicionan y que, en realidad se encuentra solo y así debe continuar hasta hacerse fuerte y maduro. Al principio del sendero el aspirante se puede creer ser poseedor de una gran y maravillosa verdad e intentará predicarla; otros alardearán de poderes que en realidad no tienen; otros les encantará dirigir y mandar en los centros, grupos y reuniones; pero el verdadero estudiante deber ser humilde y no buscar nada de eso sino solo servir al prójimo y practicar el silencio de palabra y la observación de todo cuando ocurre a su alrededor.

La Verdad o conocimiento que se va adquiriendo, más los resultados de sus ejercicios y oraciones deben guardarse y solo ser utilizados para dar ejemplo de vida y para predicar allá donde haya personas que buscan esa enseñanza. Aún así se hará humildemente olvidándose de uno mismo y no hablando de poderes en el caso de que se tengan. Llega un momento en el que ya es muy difícil dar marcha atrás porque se han cumplido los objetivos que se deseaban incluso antes de nacer. Entonces ya no se puede hablar de una manera ante quiénes nos escuchan o buscan la Verdad y actuar de otra en nuestra vida cotidiana. Entonces se siente la necesidad de vivir la vida espiritual, sin falsedades, sin apariencias, sin egoísmos y tan solo porque siendo humildes y amorosos sirvientes del prójimo se vive una felicidad interna que no se puede expresar.

Francisco Nieto

domingo, 23 de enero de 2011

LA ERA ACUARIANA


Muchas declaraciones sobre la Era de Acuario pueden encontrarse en las publicaciones actuales. Frecuentemente comentará el observador que ya empezó la Era Acuariana, que va a durar cierto período de tiempo, que es el resultado de uno u otro fenómeno astronómico o astrológico, que tiene determinadas características, o que bajo su influencia los seres humanos estarán en capacidad de poder realizar ciertas obras específicas mejor que otras.
Tratando de aclarar la confusión que existe en este aspecto, presentamos aquí las enseñanzas de la Fraternidad Rosacruz sobre este tema.
Todavía no ha comenzado la Era de Acuario, a pesar de que se sienten ya sus influencias, y tardará más de seiscientos años hasta que realmente llegue el momento, o sea aproximadamente en el año 2.600 d.C El hecho de que algunos expertos sostengan que ya estamos en la Era de Acuario, se puede explicar probablemente por la diferencia que existe entre las constelaciones zodiacales y el llamado “zodíaco intelectual”. Un determinado grupo de estrellas fijas en el cielo se llama Aries; otro grupo localizado cerca de Aries se llama Tauro; un tercer grupo se llama Géminis, etc. Estas doce constelaciones o grupos de estrellas, como se las ve en el cielo se quedan siempre en el mismo sitio y alrededor de la misma posición relativa entre las unas y las otras. A través de estas constelaciones, viaja el Sol de año en año con precisión invariable; pero debido a que el eje de la Tierra se inclina hacia el Sol y tiene un movimiento tambaleante, parecido al movimiento de un trompo o peonza que casi ha perdido su fuerza, el movimiento del Sol parece ser irregular. Cada año que entre el Sol en la constelación de Aries, cruzando el Ecuador de la Tierra, lo hace un poco antes que en el año anterior. El sol “precede” y esto es el motivo por el cual los astrónomos hablan de la “precesión de los equinoccios”. Quiere decir que el Sol parece cruzar el ecuador en el equinoccio de primavera o al comienzo de la primavera cada año, un poco antes del punto en el cual cruzó el ecuador el año anterior. O sea que, si en un año cruzó el primer grado de Aries, en el siguiente año cruzará ligeramente la constelación de Piscis; en el año que sigue estará todavía más lejos en Piscis, desde el primer grado de Aries y así sucesivamente. Sin embargo, este movimiento retrógrado es tan lento , que el Sol demora casi setenta ños para cruzar un grado, o sea 2.100 años para pasar por un signo o 26.000 aproximadamente para pasar en movimiento retrógrado por los doce signos. Este último período se llama un Gran Año Sideral.

Los astrónomos hablan generalmente de “grados de ascensión recta”, para lo cual reparten el círculo de los cielos en 360 grados, empezando poro el punto donde el Sol cruza el ecuador celeste en el equinoccio vernal. Ellos, igual que los astrólogos, llaman también Aries a los treinta grados que siguen Este punto y Tauro a los 30 grados que siguen a Aries, etc. Así se explica que exista el zodíaco natural, compuesto de las doce constelaciones o grupo de estrellas de ese nombre que cambian tan imperceptiblemente su posición en el cielo que no lo podamos notar en una vida y ni siquiera en algunos cientos de años; por otro lado existe el zodíaco intelectual, el cual empieza desde el punto preciso del equinoccio vernal de cualquier año. Como el Sol con su movimiento retrógrado pasa pro los diferentes signos del zodíaco, es obvio que llegará un momento en el cual el equinoccio vernal ocurra en el punto preciso del primer grado de Aries; como consecuencia, en tal año coincidirán los zodíacos natural e intelectual. La última vez que ocurrió este hecho fue alrededor del año 500 d. C y com el Sol estaba moviéndose a la velocidad acostumbrada, alrededor de un grado en cada setenta años, es evidente que en la actualidad el equinoccio vernal ocurra cerca de nueve grados de Piscis. De tal modo que será alrededor del años 2.600 en que el Sol realmente entre en la constelación de Acuario. Se podrá decir que la Era Acuariana empezará en esa fecha y que durará aproximadamente 2.100 años, durante los cuales el Sol sigue su movimiento retrógrado atravesando los 30 grados del signo de Acuario. Sin embargo, no hay que imaginarse que ocurra un cambio brusco en una determinada fecha, como sucede por ejemplo cuando decimos que entramos en el año 1975 a medianoche del 31 de diciembre de 1974 y que 1975 durará hasta la medianoche del 31 de diciembre de 1975. Este es una división matemática del tiempo. Sin embargo, las distintas épocas de la existencia humana dependen de las influencias vitales y son más bien condiciones mentales que divisiones de otro tipo.
Por eso los astrólogos reconocen lo que se llama “una órbita de influencia”. Para entenderlo bien, hay que darse cuenta de que todo ser humano es algo más de lo que vemos. Cada uno de nosotros está rodeado de una aura, una atmósfera invisible, un “algo” que irradia de su persona y que forma parte de su personalidad. En otras palabras, el ser humano tiene ciertos vehículos invisibles para la visión ordinaria, que se extienden más allá de su cuerpo físico. Siendo así que, cuando estamos cerca de otra persona, se mezclan los cuerpo invisibles y a veces, cuando hay momentos en los que estamos muy quietos y pasivos, se sienten más estas influencias sutiles, a pesar de que siempre existen y constituyen factores poderosos en nuestras vidas.
Supongamos que alguien ha concentrado toda su atención un trabajo, de tal modo que no oye ni ve lo que sucede a su alrededor. Gradualmente se da cuenta que alguien ha entrado en el cuarto -que en realidad se encuentra detrás de él- se da la vuelta y ve a un amigo. No ha oído entrar al amigo porque estuvo tan absorto en su trabajo, pero le ha sentido, porque el aura del amigo se entremezcló con su propia atmósfera áurica. Por eso sintió que alguien estaba cerca de él, a pesar de que no tuvo ningún contacto físico.
“Como arriba , así es abajo”, y al revés , es la Ley de Analogía, la llave maestra para los misterios. El ser humano es el microcosmos y las estrellas el macrocosmos. Las constelaciones son grupos de grandes Espíritus que se han encerrado en sus cuerpos estelares con el fin de ayudar a las inteligencias menos desarrolladas, para que puedan tener las experiencias necesarias para su evolución. Podemos concluir, que estos grandes Espíritus tiene vehículos sutiles que son similares al de la atmósfera áurica de nuestra Tierra. El sol se acerca mucho a la constelación de Acuario en el equinoccio vernal o de primavera. De ahí viene que se transmitan a la Tierra las influencias de Acuario junto con los rayos solares y como durante la primavera es el tiempo especial cuando todo en la tierra está impregnado con vida, podemos también apreciar que el Rayo Acuariano así transmitido se hará sentir entre la gente de nuestro planeta.
Reconocemos sin dificultades la influencia de Piscis durante los últimos dos mil años. La superstición la esclavitud intelectual, la fe ciega por la que ha pasado la civilización son fenómenos bien conocidos por los historiadores. Por otra parte, fueron necesarias las influencias de la Era de Piscis en el proceso evolutivo. Las enseñanzas que Cristo trajo a la Tierra, de amor y altruismo, eran tan distintos de la Religión de la Ley y del miedo que se enseñaban entonces que no podían ser aceptadas por la mayoría de la humanidad, antes de que recibieran la Fe, aunque fuera una fe ciega pero que incluía la doctrina de salvación por medio de la expiación redentora del Gólgota. La Era de Piscis será tal vez recordada como la Era de la Fe, en contraste con la Era Acuariana de la Razón, durante la cual se enseñaron los principios del nuevo Cristianismo (amor y generosidad) a un círculo de creyentes que está multiplicándose constantemente. Se practicaba la abstinencia de carne en ciertos días. Se reverenciaba una Virgen Inmaculada. Gradualmente se enseñaba y se enseña a abandonar los placeres de la carne y los anhelos de sensualidad. En estos seiscientos años que nos quedan hasta que la Era Acuariana empiece definitivamente, seguramente haremos grandes progresos en estos dos campos de nuestra consciencia. Vale la pena recordar que Júpiter, el planeta d ela benevolencia y filantropía, gobierna también a Piscis y ha sido un factor muy importante para desarrollan el altruismo durante los últimos dos mil años.
Si ahora podemos descubrir en qué consiste la influencia del Signo de Acuario, podremos aprender más sobre la Era Acuariana.

Son los estudios astrológicos que nos informan sobre las influencias de Acuario. Acuario tiene una influencia intelectual que es original, inventiva, mística, científica, filantrópica y religiosa. Si queremos aplicar la sentencia bíblica que dice que por sus frutos los conoceréis, podríamos esperar el ver inaugurada la Era Acuariana con esfuerzos originales conectados por todo lado con la ciencia, religión, mística y altruismo. Y por cierto, esto parece ser la verdad. Ahora podemos mirar hacia atrás y ver un período de casi cien años en el cual el Sol ha viajado un poco más de un grado en la órbita hacia Acuario; y durante este tiempo se ha producido un gran cambio en todas las ideas y descubrimientos. Considere únicamente los inventos del último siglo y la velocidad en que en la actualidad casi se atropellan nuevos progresos en medicina, tecnología, comunicaciones, etc. Estos son indicadores en el mundo físico del acercamiento de Acuario.
También notamos como todas las tendencias a ideas liberales en asuntos religiosos están reemplazado a pasos gigantescos las condiciones antiguas de creencia tan enraizadas en la doctrina. Igualmente es notable el número creciente de aquellos que han desarrollado su vista espiritual y están investigando el rumbo que están tomando la evolución en los planos superiores. Los estudios astrológicos han adquirido una gran popularidad que nunca se ha visto, en los últimos años. Uno queda impresionado al entrar en una librería al constatar el número increíble de publicaciones recientes sobre Ocultismo.
En la Era Acuariana se va a ver la combinación de la religión con la ciencia, en un grado tal, que emergerán una ciencia religiosa y una religión científica. Cada cual va a respetar y a aprender de los descubrimientos que hiciera la otra, lo que redundará en salud y felicidad, y permitirá que se pueda disfrutar mejor de la vida. Traerá también consigo una era de fraternidad universal, preparando alrededor nuestro la eliminación de barreras y perjuicios raciales. Ciertamente, en la actualidad este resultado se obtiene a través de la violencia. Sin embargo podemos estar seguros deque la espada que gobierna Piscis, es todavía poderosa, pero cederá su sitio a la ciencia y al altruismo, que regirán durante la Edad Acuariana.
En vista de que Acuario es un signo de aire, científico e intelectual, la conclusión es inevitable de que la religión de esta Era, debe estar basada en la razón y ser capaz de explicarnos el enigma de la vida y de la muerte, de la tal manera que satisfaga tanto a la mente como a al intuición religiosa. En este aspecto, las enseñanzas de la Sabiduría occidental están preparando el camino para la Era de Acuario, aspirando a eliminar el temor a la muerte, que se origina en la incertidumbre que rodea la existencia post-morten. Estas enseñanzas demuestran que la vida y la conciencia continúan sometidas a leyes tan inmutables como Dios, cuya meta es levantar al ser humano hacia un estado de espiritualidad cada vez más alto, noble y elevado.
Siendo un signo de aire, Acuario gobierna especialmente la región etérea. En cuanto el Sol entre por precesión a Acuario, la humedad de la Tierra se eliminará gradualmente y las vibraciones visuales que se transmiten más fácilmente en una atmósfera seca y etérea, ser´na más intensas. En estas condiciones, la gran mayoría d ela humanidad, podrá desarrollar su vista espiritual y seremos capaces de ver los seres que viven en la región etérica, incluyendo a nuestros amigos y parientes que ya han fallecido. Entonces podremos continuar nuestra unión con ellos, por un tiempo más después del muerte y tendremos tiempo para acostumbrarnos al hecho de que ellos parten hacia regiones más elevadas. Es entonces que seremos suficientemente aptos para reconocer que en realidad hay vida después de la muerte.
Cuando se alcance este punto de evolución, la humanidad estará tan iluminada como para poder evitar muchas de las caídas que actualmente causan tantas perturbaciones y vamos a poder gozar de una existencia mucho más dichosa de la que hemos tenido hasta ahora. Seremos capaces de resolver problemas sociales en forma equitativa para todos y el uso de maquinaria perfeccionada librará al agente en gran parte de pesadas tareas físicas y les dará una mejor oportunidad para el desarrollo intelectual y espiritual. Aun cuando, a su debido tiempo, todos vamos a tener derecho a los beneficios de la Era Acuariana, existe la posibilidad para aquellos que aspiran a una vida mejor o más espiritual de ponerse más a tono con el espíritu de la Era venidera y preparar su receptividad a las influencias acuarianas mucho más rápidamente que sus contemporáneos. Aquel que trate sinceramente de vivir una vida de servicio para la humanidad y quien ejercite sus dones de compasión, altruismo y benevolencia progresará en el sendero evolutivo conforme a los esfuerzos que haga para responder a las influencias de Acuario.
Fraternidad Rosacruz Max Heindel