domingo, 23 de enero de 2011

LA ERA ACUARIANA


Muchas declaraciones sobre la Era de Acuario pueden encontrarse en las publicaciones actuales. Frecuentemente comentará el observador que ya empezó la Era Acuariana, que va a durar cierto período de tiempo, que es el resultado de uno u otro fenómeno astronómico o astrológico, que tiene determinadas características, o que bajo su influencia los seres humanos estarán en capacidad de poder realizar ciertas obras específicas mejor que otras.
Tratando de aclarar la confusión que existe en este aspecto, presentamos aquí las enseñanzas de la Fraternidad Rosacruz sobre este tema.
Todavía no ha comenzado la Era de Acuario, a pesar de que se sienten ya sus influencias, y tardará más de seiscientos años hasta que realmente llegue el momento, o sea aproximadamente en el año 2.600 d.C El hecho de que algunos expertos sostengan que ya estamos en la Era de Acuario, se puede explicar probablemente por la diferencia que existe entre las constelaciones zodiacales y el llamado “zodíaco intelectual”. Un determinado grupo de estrellas fijas en el cielo se llama Aries; otro grupo localizado cerca de Aries se llama Tauro; un tercer grupo se llama Géminis, etc. Estas doce constelaciones o grupos de estrellas, como se las ve en el cielo se quedan siempre en el mismo sitio y alrededor de la misma posición relativa entre las unas y las otras. A través de estas constelaciones, viaja el Sol de año en año con precisión invariable; pero debido a que el eje de la Tierra se inclina hacia el Sol y tiene un movimiento tambaleante, parecido al movimiento de un trompo o peonza que casi ha perdido su fuerza, el movimiento del Sol parece ser irregular. Cada año que entre el Sol en la constelación de Aries, cruzando el Ecuador de la Tierra, lo hace un poco antes que en el año anterior. El sol “precede” y esto es el motivo por el cual los astrónomos hablan de la “precesión de los equinoccios”. Quiere decir que el Sol parece cruzar el ecuador en el equinoccio de primavera o al comienzo de la primavera cada año, un poco antes del punto en el cual cruzó el ecuador el año anterior. O sea que, si en un año cruzó el primer grado de Aries, en el siguiente año cruzará ligeramente la constelación de Piscis; en el año que sigue estará todavía más lejos en Piscis, desde el primer grado de Aries y así sucesivamente. Sin embargo, este movimiento retrógrado es tan lento , que el Sol demora casi setenta ños para cruzar un grado, o sea 2.100 años para pasar por un signo o 26.000 aproximadamente para pasar en movimiento retrógrado por los doce signos. Este último período se llama un Gran Año Sideral.

Los astrónomos hablan generalmente de “grados de ascensión recta”, para lo cual reparten el círculo de los cielos en 360 grados, empezando poro el punto donde el Sol cruza el ecuador celeste en el equinoccio vernal. Ellos, igual que los astrólogos, llaman también Aries a los treinta grados que siguen Este punto y Tauro a los 30 grados que siguen a Aries, etc. Así se explica que exista el zodíaco natural, compuesto de las doce constelaciones o grupo de estrellas de ese nombre que cambian tan imperceptiblemente su posición en el cielo que no lo podamos notar en una vida y ni siquiera en algunos cientos de años; por otro lado existe el zodíaco intelectual, el cual empieza desde el punto preciso del equinoccio vernal de cualquier año. Como el Sol con su movimiento retrógrado pasa pro los diferentes signos del zodíaco, es obvio que llegará un momento en el cual el equinoccio vernal ocurra en el punto preciso del primer grado de Aries; como consecuencia, en tal año coincidirán los zodíacos natural e intelectual. La última vez que ocurrió este hecho fue alrededor del año 500 d. C y com el Sol estaba moviéndose a la velocidad acostumbrada, alrededor de un grado en cada setenta años, es evidente que en la actualidad el equinoccio vernal ocurra cerca de nueve grados de Piscis. De tal modo que será alrededor del años 2.600 en que el Sol realmente entre en la constelación de Acuario. Se podrá decir que la Era Acuariana empezará en esa fecha y que durará aproximadamente 2.100 años, durante los cuales el Sol sigue su movimiento retrógrado atravesando los 30 grados del signo de Acuario. Sin embargo, no hay que imaginarse que ocurra un cambio brusco en una determinada fecha, como sucede por ejemplo cuando decimos que entramos en el año 1975 a medianoche del 31 de diciembre de 1974 y que 1975 durará hasta la medianoche del 31 de diciembre de 1975. Este es una división matemática del tiempo. Sin embargo, las distintas épocas de la existencia humana dependen de las influencias vitales y son más bien condiciones mentales que divisiones de otro tipo.
Por eso los astrólogos reconocen lo que se llama “una órbita de influencia”. Para entenderlo bien, hay que darse cuenta de que todo ser humano es algo más de lo que vemos. Cada uno de nosotros está rodeado de una aura, una atmósfera invisible, un “algo” que irradia de su persona y que forma parte de su personalidad. En otras palabras, el ser humano tiene ciertos vehículos invisibles para la visión ordinaria, que se extienden más allá de su cuerpo físico. Siendo así que, cuando estamos cerca de otra persona, se mezclan los cuerpo invisibles y a veces, cuando hay momentos en los que estamos muy quietos y pasivos, se sienten más estas influencias sutiles, a pesar de que siempre existen y constituyen factores poderosos en nuestras vidas.
Supongamos que alguien ha concentrado toda su atención un trabajo, de tal modo que no oye ni ve lo que sucede a su alrededor. Gradualmente se da cuenta que alguien ha entrado en el cuarto -que en realidad se encuentra detrás de él- se da la vuelta y ve a un amigo. No ha oído entrar al amigo porque estuvo tan absorto en su trabajo, pero le ha sentido, porque el aura del amigo se entremezcló con su propia atmósfera áurica. Por eso sintió que alguien estaba cerca de él, a pesar de que no tuvo ningún contacto físico.
“Como arriba , así es abajo”, y al revés , es la Ley de Analogía, la llave maestra para los misterios. El ser humano es el microcosmos y las estrellas el macrocosmos. Las constelaciones son grupos de grandes Espíritus que se han encerrado en sus cuerpos estelares con el fin de ayudar a las inteligencias menos desarrolladas, para que puedan tener las experiencias necesarias para su evolución. Podemos concluir, que estos grandes Espíritus tiene vehículos sutiles que son similares al de la atmósfera áurica de nuestra Tierra. El sol se acerca mucho a la constelación de Acuario en el equinoccio vernal o de primavera. De ahí viene que se transmitan a la Tierra las influencias de Acuario junto con los rayos solares y como durante la primavera es el tiempo especial cuando todo en la tierra está impregnado con vida, podemos también apreciar que el Rayo Acuariano así transmitido se hará sentir entre la gente de nuestro planeta.
Reconocemos sin dificultades la influencia de Piscis durante los últimos dos mil años. La superstición la esclavitud intelectual, la fe ciega por la que ha pasado la civilización son fenómenos bien conocidos por los historiadores. Por otra parte, fueron necesarias las influencias de la Era de Piscis en el proceso evolutivo. Las enseñanzas que Cristo trajo a la Tierra, de amor y altruismo, eran tan distintos de la Religión de la Ley y del miedo que se enseñaban entonces que no podían ser aceptadas por la mayoría de la humanidad, antes de que recibieran la Fe, aunque fuera una fe ciega pero que incluía la doctrina de salvación por medio de la expiación redentora del Gólgota. La Era de Piscis será tal vez recordada como la Era de la Fe, en contraste con la Era Acuariana de la Razón, durante la cual se enseñaron los principios del nuevo Cristianismo (amor y generosidad) a un círculo de creyentes que está multiplicándose constantemente. Se practicaba la abstinencia de carne en ciertos días. Se reverenciaba una Virgen Inmaculada. Gradualmente se enseñaba y se enseña a abandonar los placeres de la carne y los anhelos de sensualidad. En estos seiscientos años que nos quedan hasta que la Era Acuariana empiece definitivamente, seguramente haremos grandes progresos en estos dos campos de nuestra consciencia. Vale la pena recordar que Júpiter, el planeta d ela benevolencia y filantropía, gobierna también a Piscis y ha sido un factor muy importante para desarrollan el altruismo durante los últimos dos mil años.
Si ahora podemos descubrir en qué consiste la influencia del Signo de Acuario, podremos aprender más sobre la Era Acuariana.

Son los estudios astrológicos que nos informan sobre las influencias de Acuario. Acuario tiene una influencia intelectual que es original, inventiva, mística, científica, filantrópica y religiosa. Si queremos aplicar la sentencia bíblica que dice que por sus frutos los conoceréis, podríamos esperar el ver inaugurada la Era Acuariana con esfuerzos originales conectados por todo lado con la ciencia, religión, mística y altruismo. Y por cierto, esto parece ser la verdad. Ahora podemos mirar hacia atrás y ver un período de casi cien años en el cual el Sol ha viajado un poco más de un grado en la órbita hacia Acuario; y durante este tiempo se ha producido un gran cambio en todas las ideas y descubrimientos. Considere únicamente los inventos del último siglo y la velocidad en que en la actualidad casi se atropellan nuevos progresos en medicina, tecnología, comunicaciones, etc. Estos son indicadores en el mundo físico del acercamiento de Acuario.
También notamos como todas las tendencias a ideas liberales en asuntos religiosos están reemplazado a pasos gigantescos las condiciones antiguas de creencia tan enraizadas en la doctrina. Igualmente es notable el número creciente de aquellos que han desarrollado su vista espiritual y están investigando el rumbo que están tomando la evolución en los planos superiores. Los estudios astrológicos han adquirido una gran popularidad que nunca se ha visto, en los últimos años. Uno queda impresionado al entrar en una librería al constatar el número increíble de publicaciones recientes sobre Ocultismo.
En la Era Acuariana se va a ver la combinación de la religión con la ciencia, en un grado tal, que emergerán una ciencia religiosa y una religión científica. Cada cual va a respetar y a aprender de los descubrimientos que hiciera la otra, lo que redundará en salud y felicidad, y permitirá que se pueda disfrutar mejor de la vida. Traerá también consigo una era de fraternidad universal, preparando alrededor nuestro la eliminación de barreras y perjuicios raciales. Ciertamente, en la actualidad este resultado se obtiene a través de la violencia. Sin embargo podemos estar seguros deque la espada que gobierna Piscis, es todavía poderosa, pero cederá su sitio a la ciencia y al altruismo, que regirán durante la Edad Acuariana.
En vista de que Acuario es un signo de aire, científico e intelectual, la conclusión es inevitable de que la religión de esta Era, debe estar basada en la razón y ser capaz de explicarnos el enigma de la vida y de la muerte, de la tal manera que satisfaga tanto a la mente como a al intuición religiosa. En este aspecto, las enseñanzas de la Sabiduría occidental están preparando el camino para la Era de Acuario, aspirando a eliminar el temor a la muerte, que se origina en la incertidumbre que rodea la existencia post-morten. Estas enseñanzas demuestran que la vida y la conciencia continúan sometidas a leyes tan inmutables como Dios, cuya meta es levantar al ser humano hacia un estado de espiritualidad cada vez más alto, noble y elevado.
Siendo un signo de aire, Acuario gobierna especialmente la región etérea. En cuanto el Sol entre por precesión a Acuario, la humedad de la Tierra se eliminará gradualmente y las vibraciones visuales que se transmiten más fácilmente en una atmósfera seca y etérea, ser´na más intensas. En estas condiciones, la gran mayoría d ela humanidad, podrá desarrollar su vista espiritual y seremos capaces de ver los seres que viven en la región etérica, incluyendo a nuestros amigos y parientes que ya han fallecido. Entonces podremos continuar nuestra unión con ellos, por un tiempo más después del muerte y tendremos tiempo para acostumbrarnos al hecho de que ellos parten hacia regiones más elevadas. Es entonces que seremos suficientemente aptos para reconocer que en realidad hay vida después de la muerte.
Cuando se alcance este punto de evolución, la humanidad estará tan iluminada como para poder evitar muchas de las caídas que actualmente causan tantas perturbaciones y vamos a poder gozar de una existencia mucho más dichosa de la que hemos tenido hasta ahora. Seremos capaces de resolver problemas sociales en forma equitativa para todos y el uso de maquinaria perfeccionada librará al agente en gran parte de pesadas tareas físicas y les dará una mejor oportunidad para el desarrollo intelectual y espiritual. Aun cuando, a su debido tiempo, todos vamos a tener derecho a los beneficios de la Era Acuariana, existe la posibilidad para aquellos que aspiran a una vida mejor o más espiritual de ponerse más a tono con el espíritu de la Era venidera y preparar su receptividad a las influencias acuarianas mucho más rápidamente que sus contemporáneos. Aquel que trate sinceramente de vivir una vida de servicio para la humanidad y quien ejercite sus dones de compasión, altruismo y benevolencia progresará en el sendero evolutivo conforme a los esfuerzos que haga para responder a las influencias de Acuario.
Fraternidad Rosacruz Max Heindel

sábado, 15 de enero de 2011

¿POR QUÉ SOMOS DIFERENTES?


¿Quién no se ha preguntado en algún momento de su vida que por qué él y sus circunstancias y su vida son diferentes a los demás? ¿Quién, compadeciéndose de los indigentes, minusválidos, etc., no ha dado gracias a Dios por haber tenido la “suerte” de no tener ese mal destino? e incluso, ¿Quién no se ha preguntado que ha hecho él para merecer una vida de placer y buena salud respecto a otros muchos que lo tienen muchísimo peor? Pienso que todos nos hemos hecho preguntas similares y todos, según su grado de desarrollo espiritual, hemos obtenido alguna respuesta que nos ha convencido durante un tiempo, sin embargo, sólo hay una respuesta verdadera y ésta viene en su momento y a través de lo que hoy llamamos Filosofía Oculta.

En estos últimos siglos y aun siendo personas razonables nos hemos conformado con las explicaciones que ha dado las religiones occidentales y la ciencia, esto es, que nuestro destino es fruto de la casualidad o que es lo que Dios desea para cada uno de nosotros. Las personas conformistas, creyentes y poco razonadoras se conforman con estas respuestas sin querer pararse a razonar de su injusticia porque si, como dice normalmente la ciencia, procedemos de la nada y en la nada no existe nada y ni siquiera inteligencia (si la hubiera ya no podría ser nada) ¿Cómo podría existir el orden cósmico que hay y cómo demostraría la naturaleza la sabiduría que demuestra? Y si nuestro origen es Dios, ¿Qué motivos tiene Dios para hacer que haya tantas diferencias entre los hombres (pobres-ricos, saludables-enfermos, buenos-malos, etc.)

Lo cierto es que el cristianismo tuvo las respuestas en su origen, como cualquiera puede comprobarlo en las enseñanzas de Cristo si es que sabe y quiere buscarlas en el Nuevo Testamento. También algunos científicos comienzan ya a admitir que el origen del hombre y de los mundos no es la nada o una serie de circunstancias cósmicas sino que tiene que haber algo verdaderamente sabio y poderoso que tiene la evolución misma de todo lo existente. Pero ni la religión quiso hacer público lo que sabía ni lo puede hacer ahora porque no tiene las respuestas que satisfagan a las mentes razonadoras, ni la ciencia quiere admitir públicamente lo poco que intuye dado que no es comprobable según su forma de pensar. La respuesta más cercana de la ciencia es que existe una evolución que ha llevado al hombre a ser lo que es desde el estado animal hasta el razonador actual admitiendo que puede existir un Alma. La respuesta más cercana de la iglesia es que somos un espíritu creado por otro gran Espíritu llamado Dios, sin embargo, esto es suficiente motivo para la ciencia y para muchas personas para decir que ese Dios es injusto y malo al dar destinos tan diferentes a unos y a otros sin causa justificada.

Unamos dichas respuestas y ampliémoslas con las enseñanzas ocultas. Es cierto que el verdadero ser humano no es el cuerpo físico sino un Espíritu creado, o mejor dicho, separado de Dios, y también es cierto que todo ha sido creado por Dios con un fin o meta, o lo que es lo mismo, Dios tiene un Plan con el cual Sus hijos desarrollarán los poderes latentes del Padre haciéndose así a Su imagen y semejanza. Así es que el ser humano no comienza a evolucionar en cada nacimiento sino que lleva evolucionando millones de años a través de muy diferentes cuerpos físico, extrayendo así de cada vida unas experiencias (el Alma y Conciencia) que le permiten renacer en un cuerpo más perfecto y tener un mejor destino. El Espíritu desarrolla sus poderes (Alma) y esos poderes son los que le permiten tener (crear) un cuerpo físico (lo que nace) por tanto, es el Espíritu el que construye el cuerpo para utilizarle en beneficio propio, así, cuando ya no le es útil, le abandona (muerte) para extraer el beneficio o esencia de la vida y unirlo a la de las anteriores para ir formando lo que llamamos conciencia.

Es la vida de Dios la que anima las formas para que éstas evolucionen y sirvan para su propósito que no es otro que el propio Plan de Dios, o sea, alcanzar la perfección. Pero como la perfección no se alcanza en una sola vida, para eso existen las leyes de Renacimiento y de Consecuencia, las que nos facilitan un nuevo destino donde cosechamos los resultados de las anteriores vidas (bueno y malo) y donde nos facilitan la posibilidad de acelerar nuestro desarrollo evolutivo gracias a la voluntad y al libre albedrío. En principio esta sería la explicación más razonable y básica a las preguntas que nos hacíamos porque, lo mismo que una persona muy mayor ha utilizado muchos trajes para llegar a esa edad y para obtener sabiduría de sus experiencias, así el Espíritu utiliza muchos cuerpos para obtener sabiduría de sus experiencias y para desarrollar su potencial interno.

Ya hemos diferenciado, aunque mínimamente, lo real de lo irreal, pero el esquema evolutivo de Dios tiene como meta que, después de que lo real (EL ESPÍRITU) utilice para su propio desarrollo a lo irreal, (LOS CUERPOS) lo real desarrolle sus poderes y sea un Dios al igual que nuestros hijos se hacen adultos y desarrollan sus cualidades de adulto. Pero para conseguir eso la humanidad se vale de diferentes medios según va evolucionando. El hombre prehistórico tuvo que desarrollar la mente para cambiar la faz de la Tierra gracias al pensamiento pero eso no hubiera sido posible sin el poder del Espíritu que llamamos voluntad. Y cuando la voluntad y la razón del pensador (el verdadero Yo o Alma) se pusieron a experimentar conscientemente, las leyes de Renacimiento y de Consecuencia le enseñaron (como aún nos siguen enseñando) que debía utilizar su libre albedrio para el bien.

Lo mismo que el fuego tiene el poder de quemar, así el Espíritu tiene el poder de la voluntad (entre otros) que es el que actualmente más nos puede ayudar a progresar en el sendero espiritual. Pero, el Espíritu, además del cuerpo físico y la mente, creó un cuerpo de deseos o emocional donde radican también los sentimientos. Estos cuerpos no son materiales como todos sabemos pero han sido y son imprescindibles y enormemente valiosos para alcanzar la meta de la perfección. Todos los cuerpos son nuevos en cada vida, el cuerpo físico está compuesto de átomos como cualquier otro objeto material, pero el cuerpo de deseos y la mente son continuación de lo que consiguieron alcanzar en la última vida, por tanto, a mayor desarrollo espiritual en cada vida más perfección en los cuerpos y menos ataduras a las leyes de Renacimiento y Consecuencia. Con esta segunda ampliación de conocimientos podemos encontrar la explicación de que lo que somos, lo que tenemos y lo que alcancemos en un futuro, es y será efecto de lo que hagamos con nuestro cuerpo físico y según sean nuestros deseos, sentimientos y pensamientos. Por consiguiente, lo que extraemos como esencia de las experiencias de cada vida acumulado en forma de Alma, es lo que forma ese Yo superior o Ego siendo esta la razón por la cual cada uno de nosotros es diferente a los demás y tiene un destino diferente pero merecido según lo que haya sembrado con sus diferentes cuerpos.

El hombre tiene un destino físico según lo que haya hecho con su cuerpo físico en sus anteriores vidas, pero también tendrá un destino lleno de posibilidades, tendencias, problemas, luchas, carácter, etc., según hayan sido sus sentimientos, deseos y pensamientos. Y esto es así porque las leyes divinas tienen el deber de enseñarnos a diferenciar el bien del mal para guiarnos hacia el bien obrar de una forma voluntaria y consciente, valiéndose para ello de su sabiduría para que, además de darnos lo que merecemos, (bueno mal destino) utilicemos el discernimiento y la voluntad para buscar y desarrollar la parte real y espiritual que todos tenemos dentro.

Lo mismo que una maquina no funciona y no cumple su misión sin la fuerza que la ponga en marcha, tampoco el hombre puede adquirir conocimiento y evolucionar sin su voluntad, ya que es la voluntad puesta en actividad la que hace que la mente pueda discernir para elegir entre el bien o el mal. Cuando la voluntad utiliza la mente para desarrollar la parte real y espiritual del hombre, desarrolla más poder para controlar los deseos, sentimientos y emociones, llegando así a la conclusión de que el hombre alcanzará su meta de acuerdo al uso que haga de su voluntad y de su mente para elegir entre hacer el bien o el mal o en manifestar sentimientos y deseos buenos o malos para el progreso o degeneración de su Alma. Así es que, el grado evolutivo de nuestra voluntad, de nuestra mente y de nuestros sentimientos y deseos es lo que forma nuestro carácter, nuestra buena o mala voluntad y, en definitiva, nuestro destino, por eso, y no por otra cosa, cada uno manifiesta más parte de su realidad interna que otros y por eso cada persona es diferente a otra y tiene un destino tan distinto.

La humanidad llegó a nacer como tal en una misma época como ocurre con los niños que comienzan en una misma clase y en determinado año. Por tanto, es el esfuerzo, la adaptación, el sacrificio, el deseo, etc., lo que hace que un Alma (como cualquier niño en el colegio) progrese más rápidamente que otros, viendo así en los tiempos actuales como unas personas están muy evolucionadas espiritualmente mientras que otras aún viven como hace muchos siglos lo hacían otros en sentido de los crímenes y barbaries que cometen. Lo mismo que un estudiante aplicado puede adelantar a otros que se han quedado rezagados por su falta de voluntad y esfuerzo, así, parte de la humanidad tiene mejor destino en todos los sentidos porque en sus últimas vidas se han preocupado y esforzado por hacer el bien en su entorno y en la sociedad. Por esta razón debemos pensar que las diferencias existentes entre un destino y carácter de una persona y otra están basadas en el desarrollo obtenido (espiritualización de sus cuerpos) desde que comenzaron sus andaduras como humanos hasta ahora y no desde que nacen como un cuerpo físico. Dicho de otra manera, cuanto más desarrollo de lo real, del Alma espiritual, mejor destino y más posibilidades de progreso; cuanto menos desarrollo espiritual más atados a las leyes de Renacimiento y Consecuencia y menos libertad de elección ante el destino.

Las leyes de Dios, Sus fuerzas, no son injustas ni tienen favoritismos con nadie ni con nada, todos partimos del mismo seno y todos tenemos que volver a él con los poderes del Espíritus desarrollados, así es que, en realidad, no hay personas más desgraciadas o beneficiadas que otras, sino que sus diferencias son como resultado del mal uso de su libre albedrío y de su voluntad y de no esforzarse por discernir para progresar por el camino que lleva a la perfección del Espíritu. En el pasado, cuando, casi como animales, nos movíamos por instintos, teníamos más disculpas porque éramos ignorantes de muchas verdades y no teníamos la capacidad de razonar. Pero en la etapa actual (sobre todo en occidente) pocas personas pueden decir que no están capacitados para discernir y elegir entre hacer el bien y el mal en cada momento de su vida. La observación de todo lo que nos rodea y de las circunstancias de cada momento unida a la autoconsciencia (esfuerzo voluntario por ser el verdadero Yo superior) debería llevarnos a utilizar la voluntad segundo a segundo, como si nos expresáramos como el propio Espíritu, es decir, actuar como observadores silenciosos que dejan que el Espíritu se exprese a través de su voluntad y el discernimiento. Cuando una persona llega a utilizar de esta forma sus cuerpos, no cabe la menor duda de que se está construyendo un destino y un carácter que será muy diferente del común de la humanidad. Es, por tanto, el esfuerzo y sacrificio de la persona en cada vida por elegir el camino del bien, de la compasión, del amor al prójimo, y del servicio, los que hacen que una persona sea diferente a otra. No podemos seguir admitiendo las respuestas de muchas religiones ni de la ciencia cuando vemos a personas malvadas que viven rodeados de lujos desde que nacen o personas buenísimas que llevan una vida de pobreza, hay que admitir que es mucho más razonable y lógico lo que en estas líneas se está explicando. No podemos aplicar esas teorías absurdas a una sola vida puesto que vemos que en el universo hay orden y sabiduría y, si todo evoluciona gracias a fuerzas invisibles a nuestros ojos ¿porqué no va a evolucionar la humanidad gracias a la fuerza del Espíritu que renace para experimentar en cuerpos cada vez más perfectos?

Algunas personas afirman que no deberíamos ser tan diferentes puesto que, después de la muerte, la personalidad muere y ya no queda nada que pueda manifestarse en la próxima vida. Eso es un error, la muerte no cambia a la persona, ésta sigue siendo la misma durante unos cuantos años aunque no esté en su cuerpo físico. Después de deshacerse del cuerpo físico, existe con su cuerpo de deseos en el mundo que corresponde a la clase de materia de la que está hecho dicho cuerpo y ahí está hasta que extraiga todo el beneficio de su vida pasada, tanto para no volver a hacer el mal como para esforzarse para hacer el bien. Cuando se anula la personalidad y extrae, por último, el beneficio del uso que haya hecho de su mente, es cuando ya no queda nada de lo que fue excepto la quintaesencia de la vida pasada que se unirá a todas las anteriores quintaesencias para manifestarse como voluntad, intuición, sabiduría, libre albedrío y voz de la conciencia. Por tanto, cuando esa Alma renace, lleva consigo dicha quintaesencia que es en lo que se basan los Ángeles para formar su destino y sus tendencias y posibilidades respecto al carácter, moralidad e inteligencia.

Esta quintaesencia, que bien podríamos llamar Yo superior, es la que hace que una persona sea diferente a otra y que tenga un destino tan diferente a otro. Si la muerte anulara todo, podríamos pensar que una persona de buena voluntad y gran desarrollo espiritual es igual a un malvado terrorista, violador o asesino. Es el desarrollo obtenido a través del renacimiento el que hace que una persona de buena voluntad no sea a la vez un asesino; es ese desarrollo del Alma, la fuerza del Espíritu, quien marca la diferencia como ocurre con el estudiante universitario respecto al colegial; es el desarrollo espiritual (como resultado de la búsqueda y práctica del bien) el que impide que una persona practique la ley de ojo por ojo y diente por diente; es esta fuerza la que impide la venganza, el odio, la injusticia, etc. Esta fuerza y poder espiritual que ha desarrollado el hombre renacimiento tras renacimiento, es una fuerza que le hace vivir cada vez más en la realidad y aborrecer lo físico y material para centrarse en los asuntos de Dios.

Lo mismo que el oro se purifica por medio del fuego, también el hombre construye su Alma, se purifica, gracias a las experiencias de cada vida. Pero esto tampoco nos debe hacer pensar que somos algo físico e insignificante, el cuerpo físico es el vehículo del Espíritu y bien haremos en cuidarle y en mantenerle sano (o no hay también diferencia entre las personas que ponen empeño en cuidar su cuerpo y otros que le intoxican a diario con tabaco y alcohol? Somos inmortales pero necesitamos nuestros cuerpos y por eso debemos cuidarlos como lo que son: pensamientos, sentimientos, deseos, emociones y acciones. Cuanto más progresemos en Espíritu más cerca estaremos de la liberación de dichos cuerpos y, entonces, aunque tuviéramos que utilizar alguno, lo haríamos como lo hace el propio Espíritu, es decir, sin sentirse parte de ellos; y digo yo ¿por qué no probar ya a utilizar los cuerpos de esa manera? Meditar y poner en práctica esto puede sorprender a muchos.

Nuestra meta próxima es la liberación del ciclo de renacimientos, y para ello nos valemos (sobre todo los que estamos en el ocultismo y similares) de meditaciones, técnicas mentales y espirituales, etc. Esto está muy bien para unos o para otros, pero estas prácticas sin el conocimiento de las leyes divinas y sin la observación de uno mismo desde el punto de vista del Espíritu sobre sus cuerpos, no sirve de mucho. Todo el que conecta con estas enseñanzas y medios de desarrollo es porque su propio Yo superior le incita a ello, en realidad la mayoría de nosotros estamos volviendo a hacer lo que ya hemos hecho en el pasado y si no nos esforzamos en hacer algo nuevo poco más vamos a adelantar. Son las experiencias espirituales del pasado las que nos impulsan a que sigamos esforzándonos en esa misma línea, pero los conocimientos que obtengamos o que estemos rememorando, nos tienen que llevar a sacrificarnos por conseguir identificarnos con nuestro Yo superior a la vez que nos desapegamos de los placeres y del materialismo.

Actuando así estaremos preparados y alertas para aprovechar las nuevas oportunidades que los Ángeles nos faciliten; actuando así tendremos la posibilidad de ver nuestro karma más claramente para así poder superarlo y eliminarlo; actuando así estaremos en la paz del Espíritu desde donde, separado de sus cuerpos, observa al hombre y sus circunstancias adaptándose a ello y asimilando directamente sus frutos; actuando así, será la propia vida la que señale los objetivos a conquistar y a desarrollar. En nosotros está actuar como personas o como nuestro verdadero Yo superior, pero si elegimos actuar desde el nivel de nuestra Alma seguro que, desde este mismo momento, nos diferenciaremos mucho de las personas normales que nos rodean y de lo que hemos sido hasta ahora.

Francisco Nieto